Ataque kamikaze japonés



Los kamikazes (‘viento divino’ en japonés) eran escuadrones suicidas formados por las fuerzas aéreas japonesas en los últimos meses de la II Guerra Mundial. Estos pilotos volaban en aviones, cargados de explosivos, y se lanzaban contra las naves de Estados Unidos en un esfuerzo por detener su avance. Llegaron a hundir 40 naves en total.

Kamikaze (japonés, ‘viento divino’), escuadrones suicidas organizados por las Fuerzas Aéreas japonesas durante los últimos meses de la II Guerra Mundial. En un principio el término fue aplicado por los japoneses en agradecimiento a un tifón que destruyó una flota invasora mongol en 1281. El nombre resurgió en 1944 para designar a los pilotos que dirigían sus aviones, cargados con explosivos, directamente contra los buques de guerra de Estados Unidos. Los pilotos kamikazes, sacrificando sus vidas en un desesperado intento por detener el avance estadounidense, hundieron unos cuarenta barcos. Al principio utilizaron cazas y bombarderos modificados; más tarde, introdujeron aviones construidos exclusivamente para esa finalidad. En total se llevaron a cabo más de dos mil vuelos kamikazes. Se desarrollaron tácticas navales similares utilizando lanchas motoras y pequeños submarinos cargados con explosivos.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Lo gigantesco y lo microscópico. Gigantes y diminutos del reino vegetal


Las semillas más voluminosas del mundo, semejantes a coco gigantescos, durante siglos se creyó  que provenían del mar. Llegaban a las playas del Océano Índico impulsadas por los vientos y las olas y quienes las encontraban  las llamaban cocos marinos.
Pero al descubrirse las islas Seychelles, a mediados del siglo XVIII, se comprobó que las semillas, de 20  kilogramos  y tres veces mayores que los cocos, procedían de las grandes palmeras de aquel archipiélago.
Durante muchos años reyes y potentados orientales  buscaron ávidamente estas semillas, en la creencia de que servían como antídoto contra el veneno.
Los árboles más voluminosos del mundo son las sequoia gigantea de California. Al parecer llegan a vivir hasta 6,000 años.

Existen  bosques de árboles  gigantes en la vertiente  de Sierra nevada  (California) en altitudes comprendidas entre 1,800 y 2,400 metros. Son también los organismos vivientes mayores del mundo. El denominado general Sherman  del parque nacional de Secuoyas  (California), mide 83 metros de altura, 31 metros de perímetro  en la base , y pesa 2,145 toneladas.
En estrecho parentesco  con las anteriores  se hallan las secuoyas rojas, Sequoia Sempervirens, que son los árboles más altos del mundo. Estos gigantes crecen a lo largo  de la costa  de California y el más elevado es  el llamado Howard Libbey , en el bosque de Redwood Creek (Condado de Humboldt)  con 112 metros de altura.
Se ignora cual haya sido el mayor árbol del mundo.
Un fresno de 150 metros
En 1872 unos leñadores de  Victoria  Australia  derribaron un fresno de montaña  cuya altura  se estimó en 150 metros. Pero no existen datos oficiales sobre el hecho.
Hay quienes aseguran que el título del mayor árbol del mundo debe recaer  sobre un abeto derribado en Columbia Británica  en el año de 1940 y del que se dice midió 127 metros de altura.
Fuera de las secuoyas el árbol más alto del mundo, hoy existente, es un abetos de Quinault Lake Park Trail, Washington  y mide 94 metros de altura.
El árbol más corpulento del mundo se encuentra en el estado mexicano de Oaxaca, es un ahuehuete (Taxodium mucronatum ) del pueblo de Santa María  del Tule, con 34,4 metros de circunferencia , medida a metro y medio del suelo.
En 1770 se descubrió  en Sicilia, junto al Etna, un árbol que fue bautizado  como el “Castaño de los cien caballos”, y que medía 62 metros de circunferencia.
Todos estos árboles colosales  han nacido  de semillas que pesan  aproximadamente  cinco milésimas de gramos.
Las plantas más pequeñas son en realidad  algas y bacterias microscópicas  que hallan prácticamente en todas partes.
Las bacterias son más numerosas  y se encuentran en el cuerpo humano, alimentándose de las células  y devorándose entre sí son tan diminutas que 25 millones de ellas cabrían en la cabeza de un alfiler.
Virus, los más pequeños
Existen virus todavía más pequeños que se alimentan de bacterias. Pero aun se duda, desde el punto de vista  científico, si los viru deben clasificarse entre  los seres vivientes.
Un virus no subsiste hasta que penetra en el interior de la célula de otro organismo vivo. Es tan pequeño que no posee la complejidad  necesaria  para llevar a cabo sus procesos vitales y ha de utilizar las sustancias que se encuentran en las células huésped.
Son tan microscópicos que muchos centenares pueden vivir  en las diminutas algas  marinas que constituyen el plancton. Estas algas a su vez son tan minúsculas  que 500 de ellas, una al lado de otra, ocuparían  un milímetro de espacio.
Pero a pesar de su insignificancia, algunas de las algas que forman el plancton, como la Coccolithophoridae, posee una exótica belleza, con una hermosa armadura de escamas de Creta. Son los vegetales más diminutos del mundo. En el otro extremo de la escala  de los árboles de California y Oaxaca.

Belleza en miniatura. Una de las plantas más pequeñas del mundo, el Cyclococcolythus  leptoporus, está protegida por una bella armadura de escamas. Cabrían 500 de ellas en la cabeza de un alfiler.

Belleza en miniatura. Una de las plantas más pequeñas del mundo, el Cyclococcolythus  leptoporus, está protegida por una bella armadura de escamas. Cabrían 500 de ellas en la cabeza de un alfiler.

Hacía el cielo. El árbol “Howard Libbey”, en California  es de los conocidos  el más alto del mundo. Mide 112 metros, unos 30 metros más alto que sus vecinos.

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