LOS ASOMBROSOS TIPOS DE LAGARTOS


Iguana común
El orden Escamosos agrupa más de 5000 especies de reptiles que se distinguen por presentar un cráneo altamente modificado. Serpientes, lagartos e iguanas, como la iguana común que aparece en la fotografía, se incluyen en este orden.

Los gecos y salamanquesas son lagartos pequeños con el cuerpo macizo, cuatro patas bien desarrolladas y cola corta y carnosa; poseen en los dedos discos adhesivos gracias a los cuales pueden desplazarse por superficies verticales. Las iguanas son propias del continente americano y suelen presentar una hilera de espinas en el dorso del cuerpo y una cola larga y resistente. Los camaleones son lagartos arborícolas que utilizan su cola larga y prensil y sus dedos transformados en pinzas para agarrarse a las ramas; son capaces de cambiar de color y se alimentan de insectos que cazan con su lengua larga y pegajosa. Los eslizones o escincos presentan el cuerpo alargado y cilíndrico y generalmente tienen un tamaño pequeño, de no más de 12 cm de longitud; algunas especies poseen las extremidades muy reducidas. El lución es un lagarto ápodo de aspecto serpentiforme que en caso de peligro puede perder la cola para distraer a sus depredadores. Los varanos presentan una cabeza pequeña unida a un cuello largo y móvil, unas patas robustas provistas de poderosas uñas, y una cola larga y poderosa.
Escinco de cola azul
El escinco de cola azul busca alimento durante el día, principalmente insectos, y de noche se oculta debajo de piedras, troncos y otros restos. Para escapar de los depredadores se desprende fácilmente de la cola que vuelve a crecer de nuevo.

Los lagartos típicos y las lagartijas del Viejo Mundo pertenecen a la familia Lacértidos (Lacertidae), mientras que los del continente americano forman la familia Teídos (Teiidae). Los Lacértidos engloban unas 180 especies diseminadas por Europa, Asia y África, excepto Madagascar; tienen el cuerpo más o menos largo, con la cabeza bien diferenciada, y presentan las cuatro extremidades y la cola bien desarrolladas. La vista y el oído son buenos; los ojos suelen estar cubiertos por párpados móviles y la abertura timpánica es bien visible a ambos lados de la cabeza. Tienen la lengua bífida, cubierta de papilas que recogen las partículas olorosas y que después serán percibidas por el órgano olfativo (órgano de Jacobson). La cabeza está cubierta por placas grandes mientras que las escamas del tronco son más bien pequeñas. Las patas terminan en cinco dedos adaptados a la carrera. En la parte interior de los muslos presentan los llamados poros femorales, más desarrollados en los machos que en las hembras, que se hacen más visibles durante la época de celo.
Salamanquesa
La salamanquesa posee el cuerpo aplanado y recubierto de escamas granulares y tubérculos dispuestos en series longitudinales. Las extremidades poseen dedos planos y anchos que tienen en la parte inferior unas estructuras que funcionan como pequeñas ventosas; gracias a ellas pueden trepar con gran facilidad.

Los lagartos y las lagartijas son por lo general animales diurnos; les gusta tomar el Sol y se alimentan sobre todo de insectos y otros invertebrados, aunque algunas especies comen sólo materia vegetal. La mayoría de las especies se reproducen por huevos (ovíparas) y los depositan en galerías excavadas por ellas mismas, entre las raíces de los árboles o debajo de las piedras; hay también especies ovovivíparas.
4
ESPECIES PRESENTES EN ESPAÑA
Lagarto ocelado
A esta bonita especie se la conoce por el nombre de lagarto ocelado, no porque tenga ojos, que por supuesto que los tiene, sino por los ocelos, manchas en forma de anillo, que adornan su lomo y sus flancos. Es uno de las especies más comunes en la geografía española.

En la península Ibérica, este grupo de animales está representado por cinco géneros y unas veinte especies. La lagartija de Valverde es un endemismo ibérico y está considerada como una especie rara pues, aunque es abundante, su distribución está muy localizada. La lagartija colilarga, la lagartija cenicienta y la lagartija colirroja son comunes en la península Ibérica y no están amenazadas. La lagartija roquera está presente en el norte y centro de España y en las islas situadas frente a la costa atlántica de España. En las islas Baleares hay dos endemismos: la lagartija balear y la lagartija de las Pitiusas; ambas están consideradas como especies raras. Entre los lagartos más comunes de la geografía española están el lagarto ocelado, llamado así por las manchas claras bordeadas de oscuro (ocelos) que tiene en el tronco; el lagarto verde y el lagarto verdinegro. Entre las especies endémicas de las islas Canarias se cuentan el lagarto gigante del Hierro —que constituye el reptil más amenazado de España (está considerada como una especie en peligro de extinción)—, el lagarto tizón, el lagarto atlántico, también llamado lagarto de Haria, y el lagarto canarión.
Clasificación científica: los lagartos componen el suborden Saurios o Lacertilios, que se incluye en el orden Escamosos (clase Reptiles).
La lagartija de Valverde recibe el nombre científico de Algyroides marchi, la lagartija colilarga se clasifica como Psammodromus algirus, la lagartija cenicienta como Psammodromus hispanicus y la lagartija colirroja como Acanthodactylus erythrurus. La lagartija roquera recibe el nombre científico de Podarcis muralis. La lagartija balear se clasifica como Podarcis lilfordi y la lagartija de las Pitiusas como Podarcis pityusensis. El lagarto ocelado es Lacerta lepida, el lagarto verde es Lacerta viridis y el lagarto verdinegro es Lacerta schreiberi. Por último, las especies endémicas de las islas Canarias son el lagarto gigante de El Hierro, que se clasifica como Gallotia simonyi; el lagarto tizón, como Gallotia galloti; el lagarto de Haria o lagarto atlántico, como Gallotia atlantica y el lagarto canarión o lagarto gigante de Gran Canaria, como Gallotia stehlini.


lunes, 13 de diciembre de 2010

LAS INCREÍBLES CARACTERÍSTICAS DE LOS LAGARTOS


Camaleón mediterráneo
Este reptil que crece hasta 28 cm de largo, vive en los semidesiertos de África septentrional, España y el Oriente Próximo. A diferencia de la mayoría de los miembros de su género, que casi nunca bajan de los matorrales y árboles a los que trepan, el camaleón mediterráneo algunas veces excava agujeros en la proximidad de los oasis, donde pueden evitar el calor. Sobreviven principalmente con una dieta a base de langostas. Como todos los camaleones, pueden mover los ojos independientemente y tienen un color característico que cambian cuando se aparean, luchan o se camuflan.

Los lagartos presentan el cuerpo alargado y cubierto de escamas. Por lo general, tienen cuatro patas y una larga cola que, en algunas especies es muy frágil y se rompe con facilidad, aunque puede volver a regenerarse. Los lagartos arborícolas, como los camaleones, pueden utilizar su larga cola para agarrarse a las ramas. Algunas especies poseen las patas muy reducidas y otras las han perdido por completo, adoptando un aspecto serpentiforme; sin embargo, se diferencian de las verdaderas serpientes porque tienen párpados móviles y una estructura ósea craneal diferente. Son animales de sangre fría que dependen del calor del Sol para aumentar su temperatura corporal.

Basilisco
La respuesta de fuga del basilisco es única entre los animales terrestres; corre sobre la superficie del agua. Muy veloz y con los pies muy grandes, salta al agua desde la ribera y corre sobre ella para escapar de los depredadores. También puede nadar cuando pierde velocidad y se hunde en el agua.

Los lagartos se desplazan de diversas maneras; los basiliscos y los lagartos de collar pueden correr rápidamente sobre sus patas traseras, muy desarrolladas. Los basiliscos son capaces también de correr sobre la superficie del agua gracias a sus patas traseras y a su cola en forma de látigo. Los gecos tienen unos discos adhesivos en la parte ventral de sus dedos que les permiten adherirse perfectamente al sustrato. Algunos lagartos son buenos nadadores y otros son arborícolas.
Lagarto de collar
Este miembro de la familia de la iguana se caracteriza por los dos anillos negros que lleva en el cuello y por el hábito de correr a gran velocidad sobre las patas traseras. Aunque no es carnívoro, muerde cuando se le molesta.

Su dieta varía de unas especies a otras. Muchas son insectívoras y otras, como la iguana común, son herbívoras. El monstruo de Gila, que vive en áreas desérticas, se alimenta de huevos de reptiles y aves, así como de pequeños roedores. Los varanos, dependiendo de su tamaño, se alimentan de insectos, de aves y reptiles y de sus huevos, de pequeños mamíferos, y de carroña.

Lagarto venenoso
El monstruo de Gila es uno de los dos únicos lagartos venenosos del mundo. Utilizan el veneno principalmente para defenderse, segregándolo a través de unas glándulas situadas en la mandíbula inferior.

Como la mayoría de los reptiles, los lagartos no cuidan de sus crías. Las hembras suelen poner huevos que abandonan a su suerte. Unas pocas especies son ovovivíparas (sus huevos se desarrollan en el interior de la madre).

Los asombrosos Lagartos


Lagartos
Los lagartos se caracterizan por los siguientes rasgos: cuatro patas, párpados móviles, escamas en los costados y abdomen, cola larga y desechable y mandíbula inferior con estructura esquelética rígida. Aunque algunas especies, como la serpiente o lagarto de cristal (arriba, centro), carecen de patas, son lagartos por poseer párpados móviles y una mandíbula inferior que no se separa al engullir grandes presas. En la imagen (arriba, de izquierda a derecha), el camaleón, la víbora de cristal, el varano, la iguana, el monstruo de Gila y el geco.

Lagarto, nombre común que se aplica a cada uno de los miembros del suborden Saurios, que agrupa a unas 3.000 especies, entre las que se incluyen iguanas, camaleones, gecos y lagartos típicos.

Los asombrosos reptiles escamosos


Escamosos, orden de reptiles que incluye a más de 5.000 especies de lagartos, serpientes y culebrillas ciegas. El tamaño, morfología y comportamiento de estos animales son muy variados. Sin embargo, todos presentan unas características anatómicas comunes. El hueso cuadrado no está fusionado al cráneo, como en otros reptiles, sino que es movible. Este cráneo, con articulaciones móviles, se denomina cinético y permite que las mandíbulas se muevan con independencia y que se aumente la abertura de la boca. Tienen la piel mudable recubierta de escamas de naturaleza córnea. La lengua de los miembros de este orden recoge partículas olorosas y las lleva al órgano de Jacobson, constituido por una cavidad, situada en el paladar superior, recubierta de células sensoriales que reconocen las moléculas. Los machos presentan órganos copuladores pares, los hemipenes, que excepto en el apareamiento están retraídos tras la cloaca. Las hembras suelen poner huevos, pero también hay especies ovovivíparas.
Clasificación científica: el orden Escamosos pertenece al superorden Lepidosaurios, subclase Diápsidos. Este orden se divide en 3 subórdenes: Saurios o Lacertilios (lagartos), Anfisbenios (culebrillas ciegas) y suborden Ofidios o Serpientes (serpientes).


LA INCREÍBLE CLASIFICACIÓN DE LOS REPTILES


Evolución de los reptiles
Si bien los reptiles dominaron una vez la Tierra, sólo cuatro órdenes tienen representantes vivos. El mayor de estos grupos comprende el orden Escamosos, que incluye a lagartos y serpientes. Todas las tortugas pertenecen al orden Quelonios, y los cocodrilos, aligatores, caimanes y gaviales al orden Crocodilios. El tuátara, un fósil viviente, es el único miembro vivo del orden Rincocéfalos. Entre los extintos destaca el orden Saurisquios (Tyrannosaurus y otros reptiles de cintura pélvica reptiliana), del que surgieron las aves, y el orden Ornitisquios (herbívoros de cintura pélvica de ave, como el Stegosaurus y el Hypsilophodon). Los mamíferos proceden de la línea de los Terápsidos.

Los primeros reptiles aparecieron durante el periodo carbonífero dentro de la era paleozoica. Muchas formas evolucionaron y florecieron durante el mesozoico, también conocido como “era de los reptiles”. La clase Reptilia se divide en 3 subclases: Anápsidos, Diápsidos y Sinápsidos. Los Anápsidos, representados en la actualidad sólo por las tortugas, presentan rasgos primitivos, con cráneos sin abertura temporal. En la subclase Diápsidos se incluyen lagartos, serpientes, cocodrilos y tuátaras. Los cráneos de los Diápsidos, aunque en los grupos actuales pueden estar muy modificados, presentaban en las condiciones ancestrales dos pares de aberturas temporales. Los Diápsidos se subdividen en 3 superórdenes: Lepidosaurios, que incluye a los reptiles actuales, excepto tortugas y cocodrilos, y a los extintos ictiosaurios; Arcosaurios, formado por los cocodrilos y por grupos extintos como los dinosaurios; y Sauropterigios, que incluye varios reptiles marinos que se han extinguido. La subclase Sinápsidos, con cráneos con un único par de aberturas temporales, incluye grupos extintos de reptiles como los perteneciente al orden Terápsidos que dio lugar a los mamíferos. De los 23 órdenes que engloban estas 3 subclases sólo 5 incluyen especies vivas. A continuación se mencionan los órdenes más conocidos.
5.1
Rincocéfalos
Tuátara
Los tuátaras son los únicos sobrevivientes de una especie de antiguos reptiles que vivieron hace más de 200 millones de años. Los animales viven en unas pequeñas islas frente a la costa de Nueva Zelanda. Son animales nocturnos, duermen durante el día y cazan insectos, aves o pequeños lagartos por la noche. Mientras un depredador agarra la cola del tuátara, el animal puede fácilmente desprenderse del apéndice y crecerle otra cola nueva.

Son reptiles similares a lagartos, diferenciándose de éstos por características osteológicas. Los rincocéfalos o esfenodontos fueron abundantes en el triásico y el jurásico, pero hoy están todos extintos, a excepción del tuátara de Nueva Zelanda, que pertenece al género Sphenodon.
5.2
Escamosos
Dos especies de serpientes
Una víbora cornuda (Vipera ammodytes) y una culebra de Esculapio (Elaphe longissima) toman el sol en una roca en el estado de Carintia, en Austria. La víbora cornuda (la primera que aparece) es la serpiente más venenosa del sur de Europa. Vive en Europa suroriental y Asia suroccidental. La culebra de Esculapio, por el contrario, no es una especie venenosa. Pertenece a la familia de los Colúbridos y puede llegar a medir hasta 2 metros de longitud. Se alimenta principalmente de ratones y lagartijas.

Lagartos
Los lagartos se caracterizan por los siguientes rasgos: cuatro patas, párpados móviles, escamas en los costados y abdomen, cola larga y desechable y mandíbula inferior con estructura esquelética rígida. Aunque algunas especies, como la serpiente o lagarto de cristal (arriba, centro), carecen de patas, son lagartos por poseer párpados móviles y una mandíbula inferior que no se separa al engullir grandes presas. En la imagen (arriba, de izquierda a derecha), el camaleón, la víbora de cristal, el varano, la iguana, el monstruo de Gila y el geco.

Este orden, formado por lagartos, serpientes y culebrillas ciegas, constituye el mayor grupo de reptiles vivientes e incluye el 95% de todas las especies vivas. Se divide en tres subórdenes: el suborden Lacertilios o Saurios (los lagartos), el suborden Anfisbenios (las culebrillas ciegas), y el suborden Serpientes. Los lagartos aparecen por primera vez en el registro fósil en el pérmico, las serpientes a finales del cretácico y las culebrillas ciegas a principios del cenozoico.
5.3
Testudines
Tortugas
El cuerpo de las tortugas está envuelto en un caparazón formado por una serie de placas óseas cubiertas por un escudo córneo. Las vértebras y costillas están fusionadas en el interior del caparazón, reforzándolo. Las tortugas acuáticas tienen el caparazón más plano que las tortugas de tierra que lo presentan con forma abovedada.

Este orden, también llamado Quelonios, se había diferenciado ya de los demás reptiles en el triásico, y en nuestros días comprende a las tortugas marinas y a las tortugas terrestres. Se caracterizan porque están cubiertas de una coraza que consta de un caparazón dorsal o espaldar y un plastrón ventral. Las especies de este orden son únicas, en el sentido de que tienen costillas planas sobre las que descansa el caparazón; dado que esta coraza ósea hace que las paredes del cuerpo sean rígidas, los animales tienen que respirar utilizando un proceso similar a la deglución, en vez de recurrir a los músculos de la pared del cuerpo. Véase Tortugas: Tortugas Marinas; Tortugas Terrestres.
5.4
Crocodilios
Cocodrilo del Nilo
El cocodrilo es uno de los reptiles más grandes del mundo; es también de los más feroces. Engulle enteros muchos animales pequeños, pero ataca también al ser humano o a animales grandes; a menudo les golpea con la cola hacia el agua para facilitar su captura. Pueden cerrar las fosas nasales, lo que les permite aferrar a su presa sin ahogarse. Son muy fuertes y pueden descuartizar una presa en el agua. En la imagen el Crocodylus niloticus, una de las 12 especies de cocodrilo más conocidas.

Los cocodrilos y caimanes aparecieron a finales del triásico y son los parientes vivos más próximos de los dinosaurios y las aves. Su corazón está casi totalmente dividido en cuatro cámaras; el cerebro muestra un mayor grado de desarrollo y presentan un cráneo alargado y robusto. Las especies actuales se incluyen en 3 familias: Aligatóridos (aligátores y caimanes), Crocodílidos (cocodrilos) y Gaviálidos (gaviales).
5.5
Ictiosaurios
Fósil de un ictiosaurio
Los ictiosaurios eran reptiles marinos que vivieron hace 240 a 65 millones de años. Por el hocico afilado y las aletas se parecían a los delfines. Las aletas, formadas por la fusión de los huesos de las extremidades, servían para mantener la dirección; el animal avanzaba valiéndose de la cola.

Todos los miembros de este orden, perteneciente a la subclase Diápsidos, están extintos. Los ictiosaurios eran grandes reptiles marinos que tenían un cuerpo similar al de los delfines y extremidades en forma de pala o remo. Las especies del género típico, Ichthyosaurus, alcanzaban longitudes superiores a los 4 metros.
5.6
Plesiosaurios
Este orden de animales extintos, incluido en el superorden Sauropterigios dentro de la subclase Diápsidos, englobaba individuos acuáticos de cuello largo con grandes cuerpos y extremidades adaptadas para deslizarse a través del agua.
5.7
Saurisquios y Ornitisquios
Tyrannosaurus
Con aproximadamente 5 m de altura y 14 de longitud y unas mandíbulas poderosas armadas de dientes afilados y aserrados, el tiranosaurio era uno de los dinosaurios más temibles.

Los dinosaurios, reptiles de cuello y cola largos que aparecen por primera vez en los estratos correspondientes al triásico, se incluyen en los órdenes Saurisquios y Ornitisquios. Llegaron a ser comunes en tiempos posteriores hasta el final del mesozoico, cuando se extinguieron. Véase Dinosaurio.
5.8
Pterosaurios
Pterosaurios
Aparte de los insectos, los pterosaurios fueron los primeros animales en volar por medio de alas. Todo sugiere que algunos eran homeotermos en parte. Surcaron los cielos prehistóricos, desde el triásico, pasando por el jurásico, hasta extinguirse a finales del cretácico.

Son reptiles voladores extintos provistos de alas membranosas, parecidas a las de los murciélagos. El orden Pterosaurios se engloba en el superorden Arcosaurios, en el que también se sitúan los dinosaurios (véase Pterosaurio).
5.9
Terápsidos
El orden Terápsidos, perteneciente a la subclase Sinápsidos, incluye reptiles similares a los mamíferos, que vivieron durante el pérmico y el triásico. Algunos eran herbívoros y otros carnívoros. Se cree que los mamíferos descienden de esta línea.


LA ASOMBROSA REPRODUCCIÓN Y CICLO DE VIDA DE LOS REPTILES


Nacimiento de un reptil
Casi todos los reptiles ponen huevos de cáscara coriácea, pero los de algunas especies tienen el cascarón duro, como el de las aves, de los que incluso pueden nacer jóvenes ya formados. En el momento de la eclosión, el reptil puede formar un diente agudo temporal en el extremo de la mandíbula superior para romper la cáscara del huevo.

La mayoría de los reptiles llevan a cabo ritos de apareamiento (véase Cortejo y apareamiento). Los lagartos acompañan su cortejo con cambios de color. Por ejemplo, los camaleones macho experimentan cambios de color durante el cortejo y las hembras preñadas muestran una coloración viva para indicar que no están disponibles. El lagarto anolis macho infla su papada para impresionar a las hembras e intimidar a sus rivales. Las tortugas macho pueden incitar a las hembras agitando su cabeza o tocando la cara de la hembra con las uñas de sus extremidades. Los tuátaras macho caminan en lentos círculos alrededor de la hembra hasta que ésta desaparece en su madriguera o permite al macho cruzarse con ella. Las serpientes hembra atraen a sus compañeros expulsando aromas químicos llamados feromonas. Cuando el macho encuentra a una hembra receptiva la corteja pasando por encima de ella varias veces y luego alinea su cola con la de ella de manera que se pueda producir la fecundación.
La fecundación de los reptiles es interna: los óvulos se unen con el esperma del macho dentro del cuerpo de la hembra. Las tortugas y los cocodrilos macho sólo tienen un pene pero los lagartos y las serpientes macho tienen dos, llamados hemipenes, que se encuentran protegidos por pliegues y espinas que mantienen al pene en posición durante el apareamiento. Estos animales sólo utilizan un hemipene cada vez que se aparean. En las especies que se aparean sucesivamente, los machos alternan sus hemipenes. Los tuátaras macho no tiene pene, por lo que utilizan la abertura muscular de su cloaca para introducir el esperma en la hembra.
La mayoría de los reptiles son ovíparos (ponen huevos), pero muchas especies de serpientes y lagartos son ovovivíparas (alumbran crías vivas). El huevo con cáscara dura que presentan los reptiles permitió a este grupo independizarse del medio acuático. Este huevo consta de una serie de membranas extraembrionarias que posibilitan el desarrollo del embrión: un amnios protector, común a los reptiles, aves y mamíferos, que impide que el huevo se seque, de modo que las primeras fases del ciclo vital de estos animales no tiene que depender del agua; un alantoides respiratorio o membrana vascular fetal, que sirve como superficie respiratoria; y el corion que regula el paso de oxígeno y dióxido de carbono. Rodeando a estas membranas está la cáscara calcárea o coriácea exterior.
Huevo de reptil
Un avance evolutivo crucial para los animales terrestres fue el desarrollo del huevo amniótico en los reptiles, característico también de las aves y de algunos mamíferos. El embrión, puede sobrevivir fuera del agua en diversos hábitats protegido contra la desecación. El vitelo le provee de alimento y el albumen de agua y nutrientes. Los desechos se almacenan en el alantoides, una extensión del intestino del embrión. El oxígeno se difunde a través de la cáscara. Su paso al embrión es regulado por el corión.

El número de huevos o de crías de los reptiles varía mucho de una especie a otra e incluso dentro de una misma especie. Por ejemplo, ciertas tortugas africanas de pequeño tamaño sólo ponen un huevo en cada puesta, mientras que algunas tortugas marinas ponen hasta 150 huevos. La serpiente de jarretera puede dar a luz entre 3 y 100 crías.
Los reptiles normalmente depositan sus huevos en un nido excavado en la arena, en la tierra o sobre las hojas, pero luego los abandonan y no se ocupan de las crías recién nacidas. La pitón es una excepción, ya que se mantiene cerca de los huevos para protegerlos de los depredadores. Las hembras de cocodrilo, y a veces también los machos, vigilan sus nidos. Si una de las crías tiene problemas para salir del cascarón, sus padres la ayudan metiéndose el huevo en la boca y rompiendo la cáscara con suavidad, sin dañar a la cría.
Los reptiles se encuentran totalmente desarrollados y preparados para llevar una vida independiente desde que nacen. Sin embargo, las crías de los reptiles, en particular las crías de las tortugas marinas, tienen muy pocas posibilidades de sobrevivir durante los primeros meses de vida. Estos animales son la presa favorita de muchas aves, serpientes, mamíferos e, incluso en el caso de las tortugas marinas, de tiburones. Son muy pocos los reptiles que sobreviven al primer año de vida, pero los que lo hacen suelen tener una larga existencia. Por ejemplo, se cree que algunas tortugas viven hasta 120 años en condiciones de libertad y los tuátara parece que también pueden alcanzar esa edad. Los caimanes viven cerca de 70 años. Por el contrario, algunos lagartos de pequeño tamaño sólo viven 4 o 5 años.

EL INCREÍBLE COMPORTAMIENTO DE LOS REPTILES


Aunque es común referirse a los reptiles como animales de sangre fría, sin embargo son capaces de mantener la temperatura corporal prácticamente constante. La diferencia importante en lo que se refiere a la fisiología de la temperatura corporal es que los reptiles dependen de fuentes externas de calor para mantenerla, mientras que los mamíferos generan el calor por procesos internos. Los reptiles regulan su temperatura aprovechando diferentes fuentes de calor externo, como la luz solar directa o el calor que despiden las piedras, los troncos y el suelo. Mediante el uso equilibrado de estas fuentes, las diferentes especies de reptiles mantienen una temperatura corporal más o menos constante, característica de cada especie, que suele ser superior a la del aire que les rodea. Sólo cuando el animal está en estado latente o inactivo la temperatura de su cuerpo es más o menos igual que la de su entorno.
Cuando la cabeza y el cerebro están demasiados calientes en relación al resto del cuerpo, los reptiles abren su boca para permitir que la humedad interior se evapore, creando así un efecto refrescante. Este comportamiento se observa muy a menudo en los cocodrilos. Algunos lagartos del desierto jadean, como los perros, para bajar la temperatura al evaporar la saliva de su boca. Lagartos y serpientes pueden desplazarse a zonas frías o cálidas según el momento del día, e incluso pueden adoptar posiciones distintas en los árboles. Las tortugas semiacuáticas y los cocodrilos pueden moverse desde la tierra al agua y viceversa, y los reptiles acuáticos pueden nadar en las partes más frías o más cálidas del agua según les interese.
Cuando hace frío, muchas especies buscan un lugar seguro bajo tierra o en madrigueras para pasar el invierno en una estado letárgico o de inactividad, muy parecido a la hibernación. Las tortugas suelen retirarse al fondo de los estanques donde permanecen incluso después de que queden cubiertos por el hielo. Son capaces de absorber todo el oxígeno que necesitan del agua a través de los pliegues de la boca y la garganta, la piel y de unos sacos de paredes muy delgadas que se encuentran en su cloaca. Cuando en primavera la temperatura mejora, salen a la superficie para comenzar una nueva temporada de actividad y reproducción.
3.1
Defensa y territorialidad
Lagarto de Kingy en actitud amenazante

Los reptiles son presas buscadas por muchos depredadores, como peces grandes, aves, mamíferos y otros reptiles. Muchas especies pueden morder si son amenazadas, aunque su primera iniciativa para defenderse es esconderse o escapar. Cuando la escapatoria no es posible, algunos pueden realizar elaborados sistemas de aviso para asustar o confundir al depredador, y otros pueden aparentar un tamaño mayor del que realmente tienen. El lagarto de Kingy hace frente a su enemigo desplegando el ancho volante que tiene en torno a su cuello, a la vez que abre la boca. La inofensiva serpiente de hocico de cerdo puede emitir silbidos y expandir el cuello como las cobras, además de despedir un olor desagradable a través de sus escamas. Si estas acciones no consiguen espantar a su rival, esta serpiente puede revolcarse en el fango y darse la vuelta sobre su espalda, como si estuviera muerta. Muchos reptiles intentan aparentar el aspecto y el comportamiento de otras especies más peligrosas. Por ejemplo, las bandas brillantes en rojo, amarillo y negro de la coral ratonera, una especie no venenosa, son similares a las de la serpiente coral, extremadamente venenosa. Para las serpientes venenosas un buen ataque puede ser la mejor defensa: la cobra escupidora puede escupir veneno a los ojos del depredador, alcanzando a veces objetivos de más de 3 metros.
Lagarto venenoso
El monstruo de Gila es uno de los dos únicos lagartos venenosos del mundo. Utilizan el veneno principalmente para defenderse, segregándolo a través de unas glándulas situadas en la mandíbula inferior.

A menudo, los reptiles tienen conflictos con miembros de su propia especie sobre el control del territorio. En algunas especies de lagartos, los machos realizan ritos para poner de manifiesto sus derechos sobre un terreno. Por ejemplo, en muchas especies de varanos, los machos que rivalizan por un territorio se mantienen sobre sus patas traseras empujándose unos a otros para tratar de derribarse. Algunas serpientes, como las serpientes de cascabel, también realizan estas exhibiciones. A veces, las tortugas macho golpean sus caparazones para elegir al macho dominante.
3.2
Alimentación
Serpiente engullendo










Serpiente engullendo a su presa
Las serpientes, todas ellas carnívoras, se alimentan de un modo peculiar. La mandíbula inferior, formada por dos huesos unidos en la barbilla por un ligamento elástico, puede abrirse para dar cabida a animales enteros, desde ratones hasta animales del tamaño de un ciervo o venado. El roedor de la imagen ha sido engullido con la cabeza por delante, tanto para impedirle morder mientras estaba vivo como para facilitar su paso. Según el tamaño, puede tardar hasta una semana en digerir la presa.

Las serpientes y algunos otros reptiles son carnívoros. Los lagartos se suelen alimentar de insectos mientras que las serpientes comen pequeños vertebrados, como pájaros, roedores, peces, anfibios e incluso otros reptiles. Para muchas serpientes, los huevos de aves y reptiles son un bocado suculento. Muchas tortugas, además de algunas especies de lagartos como la iguana común o iguana verde, son herbívoras y se alimentan de hojas y frutos. Otras tortugas, como la tortuga pintada, son omnívoras; es decir, se alimentan tanto de carne de otros animales como de materia vegetal.

Lengua extensible
La lengua del camaleón es muy extensible y pegajosa en el extremo, lo que permite al animal capturar insectos con mucha facilidad.


Las especies carnívoras tienen formas muy diferentes de capturar a sus presas. Algunas tortugas acuáticas cazan a sus presas con un movimiento rápido de sus largos cuellos, a la vez que se meten agua en la boca para tragar mejor a la presa. Muchas serpientes pequeñas, como la serpiente piloto y la serpiente real, además de especies grandes, como la pitón o la boa, golpean y agarran a sus presas, enroscándose a su alrededor para estrangularlas antes de tragarlas. Casi todas las serpientes pueden dislocar sus mandíbulas para engullir presas más grandes que su propia cabeza. Aunque no es usual, se han visto pitones africanas tragarse impalas: pequeños antílopes de 1 m de altura. Las serpientes venenosas muerden a sus presas y les inyectan veneno y, normalmente, en vez de luchar con ellas, las dejan marcharse mientras el veneno hace su efecto. Después, utilizan la lengua y el órgano de Jacobson para encontrar el cuerpo. Los camaleones tienen una lengua larga y pegajosa que lanzan con precisión y velocidad extremas a los insectos que pretenden engullir. Los enormes varanos a veces acechan a otros animales de presa pero suelen alimentarse de carroña. Los cocodrilos comen peces pequeños aunque también son capaces de capturar grandes mamíferos, como ciervos o vacas que estén bebiendo agua en la orilla de un río o lago.

Entradas populares