Los maravillosos nidos de las aves


Nido de ratonero
Hembra de ratonero incubando sus huevos. Estas aves rapaces construyen nidos grandes de 1 m de diámetro aproximadamente y hasta 0,5 m de altura que instalan en una roca o, más frecuentemente, en un árbol.

Nido, estructura construida por un ave para mantener y proteger los huevos y polluelos. Su función es mantenerlos a salvo de los depredadores y conservar el calor.



Nido de tejedor republicano
El tejedor depende del instinto y sus habilidades para hacer su nido de hierba entretejida. El túnel de entrada impide a las serpientes alcanzar la cámara superior. Este diseño es característico de la especie.

Cada especie de ave ha desarrollado su propia estrategia de cría, pero todas necesitan un sitio para poner los huevos e incubarlos. Incluso las aves que pasan gran parte de su vida en el mar, como los pingüinos y albatros, deben volver a tierra para construir el nido.
La construcción del nido no es un trabajo aprendido, sino instintivo. Todas las aves saben el tipo de nido que deben construir, el lugar en que deben colocarlo y la mejor época del año para realizar este trabajo. Pero las aves inexpertas no siempre lo hacen bien a la primera. Las palomas suelen necesitar varios intentos antes de que sus precarias plataformas de ramas puedan sujetar debidamente los huevos. En cuanto lo han hecho bien una vez, la construcción del nido raramente vuelve a causarles dificultades, aunque la técnica continúa mejorando con los años.
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MATERIALES DE NIDIFICACIÓN
Nido de avión común
Los aviones comunes, que se pueden observar con frecuencia en pueblos y ciudades, suelen construir sus nidos, en forma de cuenco y de barro, bajo los aleros de los edificios.

Casi todos los nidos tienen forma de copa o fuente, pero varían mucho de tamaño. Como materiales de construcción se utilizan ramas, hierbas, hojas, algas y otras fibras vegetales. Se emplean diversas sustancias pegajosas para cementar los materiales, como barro, telas de araña y la propia saliva de los pájaros, como en el caso de los vencejos. La mezcla de saliva y barro mantiene unidos los materiales de construcción del nido y además sujetan éste al soporte elegido. La golondrina oriental construye el nido únicamente de saliva, y es el principal ingrediente de la sopa china de nido de golondrina. Algunas aves tejen los materiales para mantenerlos unidos. El nido se puede revestir interiormente con plumas, hojas, musgo, barro o pequeñas piedras o astillas de madera.
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ESTILOS Y LUGARES DE NIDIFICACIÓN
La enorme diversidad de aves ha dado lugar también a numerosos estilos y lugares de nidificación. El nido más sencillo es poco más que un hoyo abierto en el suelo. El del emú, por ejemplo, está formado por un poco de material vegetal amontonado.
Las aves incapaces de volar no son las únicas que anidan en el suelo; muchas aves limícolas, acuáticas y de caza también construyen el nido en tierra. El nido de la barnacla no es más que una ligera excavación bajo un arbusto, pero rellena de plumón tomado del pecho del pájaro; los huevos quedan totalmente envueltos en este material, que es un aislante excelente. Los pollos de las especies que construyen esta clase de nidos suelen ser precoces (nacen con los ojos abiertos, cubiertos de plumón y son capaces de andar poco después de romper el cascarón). Por lo general abandonan el nido cuando termina la incubación.
Muchas aves hacen presa en los huevos y pollos de otras. Para evitarlo, muchas especies construyen el nido bajo tierra, en acantilados, riberas fluviales o rebordes rocosos. El pingüino de El Cabo, que vive en las costas de Sudáfrica, excava un nido de este tipo. Vive en colonias superpobladas hasta el extremo de que los nidos están tan juntos unos de otros que con frecuencia se hunden. Los abejarucos nidifican en túneles abiertos en orillas arenosas, a veces de más de 2 m de longitud.
Muchas aves nidifican en los árboles, lo que ofrece protección frente a los depredadores que no trepan. Estos nidos pueden ocupar los huecos del tronco, unas veces abiertos previamente por otras aves, como el pico, y otras debido a enfermedades del árbol. Casi todos los loros y muchos de los pájaros que pasan gran parte del tiempo oteando desde lugares prominentes anidan en estos huecos de los árboles. Muy pocos loros aportan otros materiales, mientras que los pájaros oteadores suelen rellenar el hueco con ramas y hierba. Otras especies construyen los nidos en la confluencia de varias ramas. Las aves más grandes, como la garza, nidifican en la parte más alta de la copa. Estos nidos suelen ser voluminosos y están muy cerca unos de otros; se construyen con ramas y palos grandes y se rellenan de materiales más suaves. Estos nidos más o menos coloniales proporcionan cierta protección frente a las aves de presa; los más expuestos son los construidos en la periferia del grupo.
Las otras aves que anidan en los árboles tienden a ocultar los nidos entre el follaje más denso. Suelen ser complejos, y se construyen con tela de araña, barro, hierbas y ramillas. Los situados en arbustos y matas se encuentran a veces sorprendentemente cerca del suelo, pero tan bien camuflados que casi nunca se ven.
Muchas especies de aves nidifican en colonias para así protegerse mejor frente a los depredadores. El mejor ejemplo de este comportamiento lo proporciona un ave tejedora africana (véase Tejedor). Los pájaros colaboran en la construcción de un gran nido comunal dispuesto en un árbol y tejido con tallos de gramíneas. Puede estar ocupado por cientos de parejas, cada una de las cuales tiene su propia cámara.
El nido es tan esencial para la reproducción de las aves, que en algunas especies su construcción se ha incorporado al proceso de selección sexual. Los machos de algunas especies de tejedores construyen nidos muy complejos e invitan a las hembras a inspeccionarlos; los mejores garantizan el apareamiento.
Su construcción supone una gran inversión de tiempo y energía. Algunas especies no hacen este gasto, y se limitan a depositar los huevos en el suelo, como el chotacabras, o en rebordes rocosos, donde el espacio es tan escaso que el material de nidificación terminaría por caerse. En estos casos, el factor más importante suele ser la posición de los huevos.
Sea cual sea la estrategia de reproducción de una especie, su capacidad para aprovechar los lugares de nidificación apropiados es vital. Las variaciones individuales dan lugar a nidos insólitos. Las rarezas suelen ser más producto del lugar que del estilo, pues las aves se adaptan a vivir en medios cambiantes o inapropiados. Los nidos construidos por los mirlos en automóviles o por cigüeñas blancas en edificios son buenos ejemplos de esto. Estas rarezas revelan la adaptabilidad de la especie (véase Adaptación) y recuerdan con claridad que la evolución no se detiene nunca.


lunes, 3 de enero de 2011

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