El increíble Tláloc


Tláloc
El dios azteca Tláloc aparece en esta ilustración en todo su esplendor: coronado de plumas de garza y esparciendo semillas de maíz y frijol que después su lluvia hará germinar. Este fresco, titulado El dios de la lluvia, se encuentra en el Museo Nacional de Antropología de la ciudad de México.









Pectoral azteca
Pectoral en forma de serpiente de dos cabezas que representa a Tláloc, el dios de la lluvia. Se cree que formaba parte del tesoro que envió Moctezuma a Hernán Cortés.

Tláloc, en la mitología azteca, el dios de la lluvia, el señor del rayo, del trueno, del relámpago y el que hace fluir los manantiales de las montañas; es semejante a Chac en la mitología maya.
En una cultura campesina y agrícola, como la azteca, este dios era tan importante como Huitzilopochtli, el dios del Sol, ambos necesarios para la producción y fertilización de los campos. Tláloc, temido por su cólera (truenos y rayos), causa la muerte por medio del rayo o del ahogamiento, aunque también es venerado por su generosidad (lluvia). Se le representa como un hombre con ojos grandes y redondos, de cuya boca a veces salen serpientes. Suele ir tocado con sombrero en forma de abanico y siempre aparece junto a él un instrumento agrícola.
Vive en el Tlalocan, lugar situado en las cimas de las montañas, junto a otros dioses menores (tlalocas), que son los encargados de repartir la lluvia, y acompañado por los espíritus de los humanos a los que ha producido la muerte, que moran eternamente en este paraíso, donde abundan las frutas y las verduras.

miércoles, 9 de marzo de 2011

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