Jardines de Versalles



Asombros Jardines de Versalles
Jardines de Versalles
André Le Nôtre proyectó los jardines que rodean el palacio de Versalles, cercano a París. Están organizados a lo largo de grandes avenidas y su carácter geométrico se acentúa gracias a los setos perfectamente recortados y otros elementos artificiales como esculturas, terrazas, canales y fuentes monumentales.


Jardines de Versalles, jardines construidos en el palacio de Versalles para Luis XIV, entre los años 1661 y 1687, por el arquitecto y paisajista André Le Nôtre, y decorados por Charles Lebrun. Con una extensión de 100 hectáreas, en 1979 fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO . Esta tipología responde al prototipo de jardín francés desarrollado durante el barroco, de gran importancia en Europa hasta la aparición y desarrollo del jardín inglés en el siglo XVIII. En este tipo de jardín queda patente el dominio del hombre sobre la naturaleza, a la que obliga a desarrollarse según su voluntad. Así, cobran vital importancia la tala y la poda de la vegetación, creando formas geométricas fruto de la fantasía.
El modelo tomado por Le Nôtre para la creación de estos jardines fueron los del château de Vaux-le-Vicomte, construidos entre 1656 y 1661. Le Nôtre había previsto, además, la rehabilitación de los jardines cada cien años. El trazado es geométrico, y todo queda organizado en torno a un eje central, el Gran Canal, construido en estilo veneciano, con unos dos kilómetros de longitud y más de sesenta metros de anchura, y que prolonga la perspectiva del jardín hasta la línea del horizonte. A partir de este eje principal se ordenan otros ejes secundarios como avenidas, estanques, esculturas, fuentes, parterres, grutas, invernaderos, casas de fieras, bosques y parcelas forestales de diferentes usos.
En torno al palacio se extienden los parterres, auténticos ejemplos de arquitectura vegetal, formados por árboles de boj y decorados con esculturas que simbolizan los ríos de Francia. Existen además numerosas fuentes que narran algunos mitos clásicos: la más importante de todas es la situada en el gran estanque del extremo occidental, donde una gran escultura de Apolo, surge de las aguas en su carro tirado por cuatro caballos. En otra fuente cercana al palacio se sitúa la escultura de Latona, madre de Apolo; destacaba también la gruta de Tetis, hoy destruida, decorada con incrustaciones de conchas y cantos rodados, y que albergaba en su interior un órgano acuático.
El tema de la canalización del agua fue importante en el diseño de estos jardines. Distintos proyectos se sucedieron: primero se pensó en traer agua desde el río Loira, pero los doscientos kilómetros de distancia que lo separaban de Versalles hizo cambiar de idea. Se construyó así el Maintenon, un gigantesco acueducto de casi ochenta kilómetros que traía las aguas del río Eure; pero el invento más ingenioso fue la creación de la llamada máquina Marly, hoy destruida, que canalizó las aguas del río Sena hasta Versalles. El resultado es una red hidráulica con más de doscientos kilómetros de acequias, pozos y acueductos en un circuito semicerrado; así, hay fuentes, como la del estanque de Neptuno, que tiene hasta 58 surtidores.
Otro de los espacios de estos jardines es la Orangerie, un invernadero para cultivar naranjos, cuyo antecedente se encuentra en los jardines del castillo de Blois, y que fue construido en 1685 por el arquitecto Jules Hardouin-Mansart. Allí se plantaron unas 1.080 especies de árboles llevados desde España, Portugal, Italia y otros lugares más exóticos: naranjos, limoneros, granados, adelfas, palmeras… Muy cerca de allí se sitúa el huerto del Rey, donde se cultivaban numerosas variedades de frutas y hortalizas excepcionales en la época, como piña, café, uvas o higos. También se conserva la ménagerie, un pequeño pabellón que albergaba aves y otros animales exóticos.

viernes, 26 de agosto de 2011

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