Las increíbles Características externas de un saltamontes


Saltamontes mostrando las principales características anatómicas externas. Se observa la división del cuerpo en tres partes: cabeza, tórax y abdomen. Todas las alas y patas están unidas al tórax. Presentan patas posteriores robustas que les sirven para saltar.


martes, 18 de enero de 2011

La asombrosa Anatomía de un molusco



Hay unas 50.000 especies de moluscos, que van desde pequeños caracoles de menos de 1 cm de longitud a los calamares gigantes, que pueden alcanzar 18 m de longitud. A pesar de esa gran variedad de tamaños, la mayoría de los moluscos tiene la misma estructura corporal básica. Casi todos tienen un manto carnoso, formado por un doble pliegue del tegumento, que protege la masa visceral. En algunos moluscos, como las almejas y los caracoles, el manto segrega una envoltura o concha dura. La mayoría de los moluscos tiene un gran órgano muscular llamado pie, que es utilizado para protegerse o para moverse sobre la tierra o el fondo marino. Muchos moluscos se alimentan por medio de la rádula, un órgano raspador sobre el que se disponen diminutos dientes. Los moluscos utilizan las branquias para absorber nutrientes del agua y liberar productos de desecho de las células.


El asombroso Tyrannosaurus


Tyrannosaurus
Con aproximadamente 5 m de altura y 14 de longitud y unas mandíbulas poderosas armadas de dientes afilados y aserrados, el tiranosaurio era uno de los dinosaurios más temibles.






Tyrannosaurus (del latín, 'lagarto-tirano'),género de dinosaurios del que sólo se conoce una especie, Tyrannosaurus rex; se trata de un dinosaurio bípedo y carnívoro que vivió durante el periodo cretácico superior, hace más de 65 millones de años. De unos 14 m de longitud y 5 m de altura, y con más de 4 t de peso, el Tyrannosaurus estaba preparado para cazar los grandes dinosaurios herbívoros de esta época. Su gran cráneo estaba equipado con unas potentes mandíbulas que alojaban unos dientes afilados y doblemente aserrados, alguno de los cuales medía 15 centímetros. Los diminutos miembros delanteros, de apariencia desproporcionada con relación al enorme cuerpo, tenían cada uno dos afiladas uñas. A su vez, los potentes miembros traseros estaban armados con tres uñas puntiagudas orientadas hacia adelante, adecuadas para desgarrar carne y, además, con cuatro uñas puntiagudas orientadas hacia atrás. Los fósiles encontrados en los estratos correspondientes al cretácico superior indican que esta especie apareció y se extinguió en un lapso de tiempo relativamente corto, de unos pocos millones de años. Se han encontrado fósiles del género Tyrannosaurus en Norteamérica. El género Tarbosaurus, muy próximo y perteneciente también al grupo Tiranosáuridos, se ha localizado en Mongolia.
Clasificación científica: género Tyrannosaurus, orden Saurisquios (con una cadera como la de los lagartos), suborden de los Terópodos.


Los asombrosos Trilobites


Trilobites, nombre común de un grupo de artrópodos marinos extintos. Medían desde unos pocos milímetros hasta casi 65 cm de largo, aunque la mayoría de las especies tenía entre 3 y 7 centímetros. Vivieron durante el paleozoico (iniciado hace 570 millones de años y finalizado hace 245 millones de años), predominando en la primera parte de esa era. Su nombre se debe a la disposición de su exoesqueleto o caparazón externo en tres lóbulos. El exoesqueleto, la parte del organismo mejor conservada, estaba constituido por una sustancia dura llamada quitina, que cubría el dorso del animal.
Los trilobites tenían dos ojos compuestos que, en algunas especies, presentaban unas lentes muy comprimidas y podrían haber servido como dispositivo de alarma sensible a la luz para detectar el movimiento. En otras especies los ojos tenían un menor número de lentes, aunque más complejas, que quizá eran capaces de formar imágenes y percibir la profundidad.
Estos invertebrados vivían en vertientes y plataformas alrededor de los márgenes continentales y en los mares poco profundos que cubrían áreas del planeta que hoy son masas de tierra. La mayoría habitaban en el fondo, aunque algunos podrían haber flotado o nadado: por ejemplo, aquellos que poseían unos ojos muy grandes con un campo de visión amplio, como Carolinites, podrían haber sido nadadores que habitaban en aguas de superficie. Otros, con los ojos reducidos o sin ellos, preferirían las aguas más profundas y oscuras. Muchos de ellos, como Olenellus, horadaban el fondo del mar para protegerse y buscar alimento.
Los trilobites emplearon una gran variedad de estrategias de alimentación. Muchos surcaban el fango del fondo de los mares y océanos ingiriendo los sedimentos para filtrar la materia orgánica. Otros fueron depredadores o carroñeros. La mayoría podía adoptar una posición defensiva enrollándose sobre sí mismos, de modo que sólo estuviera expuesto el exoesqueleto.
Los restos fósiles de trilobites son útiles porque ayudan a los científicos a desarrollar las escalas de tiempo relativas de los ecosistemas marinos primitivos. Ya que estos animales evolucionaron muy rápido y estaban ampliamente distribuidos, se pueden comparar los fósiles encontrados en las distintas capas de roca de diferentes regiones para estimar la edad relativa de las rocas. En este aspecto, los fósiles de trilobites son sobre todo útiles para desarrollar las escalas temporales de la era paleozoica inferior. Véase también Fósil guía.
Clasificación científica: los trilobites pertenecen al filo de los Artrópodos (Arthropoda) y al subfilo Trilobites (Trilobita).


La asombrosa e increíble Prehistoria Prehistoria


Ötzi: el "Hombre del Hielo"
El 19 de septiembre de 1991, unos excursionistas encontraron en los Alpes italianos el cuerpo congelado de un hombre que murió allí hace más de 5.000 años. El descubrimiento se produjo a unos 3.200 metros de altitud, en los Alpes de Ötztal, junto al glaciar de Similaun; por eso, aquel hombre recibió los nombres de “Hombre del Hielo”, “Hombre de Similaun” y el más cariñoso de Ötzi. Después de minuciosos análisis y profundas investigaciones, pudo afirmarse que habría sido un cazador especializado que falleció tras haber mantenido una lucha contra varios enemigos. Junto a Ötzi se hallaron toda una serie de instrumentos que constituyeron su utillaje (entre ellos, un hacha, un arco y su carcaj con flechas, y un cuchillo), así como restos de su vestimenta (por ejemplo, las botas de piel de cabra que calzaba).

Prehistoria, término empleado para definir el periodo de la historia transcurrido desde el inicio del proceso de la evolución humana hasta la aparición de los testimonios escritos, así como la disciplina que se ocupa de su estudio.
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LA IMPRESCINDIBLE ARQUEOLOGÍA
Yacimiento de Atapuerca
En 1997, la difusión del estudio sobre los descubrimientos de restos fósiles hallados en el yacimiento español de Atapuerca revolucionó el campo de la investigación del proceso de hominización, al afirmar que hace unos 780.000 años ya existían en Europa unos seres del género Homo (que recibieron la denominación genérica de Homo antecessor) los cuales, incluso, podrían ser la clave de la posterior evolución hacia el hombre actual (el Homo sapiens).

Una sociedad sin escritura debe confiar en la tradición oral para conservar los rastros de su pasado. Los relatos y mitos pretéritos son transmitidos oralmente de generación en generación, lo que a menudo requiere una enorme capacidad de memoria por parte de algunos miembros de la sociedad. Esta narrativa memorista desaparece cuando la misma sociedad muere. La arqueología se convierte de este modo en el único medio para reconstruir la naturaleza y los sucesos de la prehistoria, a través del estudio de los restos materiales dejados por los pueblos sin escritura: sus zonas de residencia, sus utensilios, así como sus grandes monumentos y sus obras de arte. La excavación de un yacimiento prehistórico aporta testimonios que permiten suponer, por ejemplo, que una tumba debió pertenecer a un hombre (mediante el análisis del esqueleto) y que éste pudo ser un personaje de gran importancia (gracias a la presencia de un rico ajuar funerario). Pero no puede decirnos, sin embargo, cuál era su nombre, qué había hecho, qué lengua hablaba o qué fue lo que dijo. Por esta razón, el estudio de la prehistoria tiende a centrarse en aspectos más amplios, como son la evolución de los pueblos y de las culturas o el desarrollo de la tecnología y de las ideas, cuestiones inducidas a partir de los artefactos que han llegado hasta nosotros.
Venus de Willendorf
La Venus de Willendorf data de los años 30.000-25.000 a.C. y es la primera escultura que se conoce en la historia del hombre. La figura, labrada en piedra caliza, mide poco más de 11 cm de altura y representa una diosa de la fertilidad.

En la primera mitad del siglo XIX, el arqueólogo danés Christian Thomsen estableció, en su Guía de las antigüedades nórdicas (1836), la clásica división de la prehistoria en tres periodos que, aún hoy, constituye la periodización más elemental de ese largo periodo de la humanidad: edad de piedra, edad del bronce y edad del hierro.
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EDAD DE PIEDRA
La edad de piedra es el periodo prehistórico en el cual el instrumental empleado por el hombre estaba construido principalmente con ese material, pero también con hueso, cornamentas de cérvidos o madera. En 1865, el naturalista y político británico John Lubbock acuñó los términos paleolítico (del griego paleo, ‘antiguo’, y lithos, ‘piedra’) y neolítico (de neo, ‘nuevo’) para designar los sucesivos periodos en los cuales la actividad tecnológica humana estuvo fundamentada bien en el trabajo de la piedra tallada, bien en el de la pulimentada, respectivamente. El paleolítico ha sido tradicionalmente subdividido en tres grandes fases sucesivas: paleolítico inferior, medio y superior. El paleolítico inferior cubre un vasto periodo que se inicia con los primeros útiles líticos reconocibles hallados en yacimientos de Etiopía, fechados hace unos 2,5 millones de años, si bien parece demostrado que los primeros seres humanos debieron haber usado útiles mucho antes de esa fecha.
El paleolítico medio es un periodo que se extendió aproximadamente desde hace 180.000 hasta hace 40.000 años, y coincidió ampliamente con la presencia del hombre de Neandertal. El paleolítico superior se corresponde con la presencia del hombre moderno (Homo sapiens) y, en el hemisferio norte, tuvo su final hace unos 10.500 años, coincidiendo con la consumación de la glaciación.
El periodo de transición entre el final de la glaciación y el inicio del neolítico recibió la denominación de mesolítico (‘edad de la piedra media’). Por lo general, los grupos mesolíticos siguieron siendo cazadores-recolectores, como sus predecesores. Su utillaje lítico estuvo caracterizado por la presencia de los microlitos geométricos.
Si bien el neolítico ha estado tradicionalmente asociado a los orígenes de la agricultura, a la vida sedentaria y al uso de la cerámica y de instrumentos de piedra pulimentada, en la actualidad se sabe que algunos de estos rasgos son anteriores a esta etapa. Sus inicios se suelen datar en el VII milenio en el Oriente Próximo y su final en el II milenio en Europa septentrional, dependiendo de las fechas en que se comenzó a utilizar el cobre.
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EDADES DEL BRONCE Y DEL HIERRO
El periodo en que se produce la difusión de la metalurgia del bronce, posterior a la del cobre (calcolítico), ha recibido el nombre de edad del bronce, en tanto que la etapa durante la cual el hierro reemplazó a aquél como material de fabricación de instrumentos y armas es denominada edad del hierro. La primera área geográfica en la que se trabajó el hierro de forma predominante fue Oriente Próximo, hacia el siglo XIII a.C. En lo que respecta al caso europeo, la edad del hierro transcurrió desde el final de la edad del bronce (c. 700 a.C.) hasta la expansión de la República y el Imperio romanos (27 a.C.-68 d.C.).
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PROTOHISTORIA
No obstante, la historiografía ha convenido en distinguir recientemente un periodo distinto situado cronológicamente entre la prehistoria, que obtiene toda su documentación del uso de la arqueología, y la historia propiamente dicha, que se apoya documentalmente sobre todo en los textos escritos; esa etapa es la protohistoria, periodo durante el cual cada civilización desarrolló sus elementos culturales propios que la llevaron al uso de la técnica metalúrgica y de la escritura, así como al desarrollo de una economía productiva no depredadora. Así, en lo relativo al continente europeo, la protohistoria equivaldría prácticamente a la edad del bronce.


La asombrosa Paleontología


Paleontóloga con un hueso de Seismosaurus
Los paleontólogos suelen emplear muchas horas en descubrir un simple hueso, removiendo con cuidado la tierra y las rocas que lo rodean. Aquí, una paleontóloga desentierra una costilla de un Seismosaurus, antes de que la excavación continúe.

Paleontología, estudio de la vida prehistórica animal y vegetal, que se realiza mediante el análisis de restos fósiles. El estudio de estos restos permite a los científicos determinar la historia de la evolución de organismos extintos, de la misma manera que si fueran organismos vivos. La paleontología también desempeña un papel principal en el conocimiento de los estratos rocosos o capas de la Tierra. Esta ciencia contribuye a la elaboración de mapas geológicos muy precisos, esenciales en la prospección de petróleo, agua y minerales. Para ello se utiliza información minuciosa sobre la distribución de los fósiles en los estratos y diferentes métodos de datación para estimar la edad de las rocas.
Hasta comienzos del siglo XIX, en que se establecieron los principios básicos de la geología moderna, no se conocía la verdadera naturaleza de los fósiles. Desde el siglo XVI, los eruditos debatían sobre el origen de los fósiles. Algunos ya postulaban la concepción moderna de que los fósiles eran restos de animales y vegetales prehistóricos, aunque otros los consideraban rarezas de la naturaleza o creaciones del demonio. Durante el siglo XVIII se creía que los fósiles eran reliquias del diluvio universal, citado en la Biblia.
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ESTRATIGRAFÍA Y FÓSILES
Trilobites fosilizados
Los trilobites se extinguieron a finales del paleozoico. Esta formación de esquisto silícico contiene un grupo de fósiles bien definidos. Los paleontólogos utilizan los fósiles de estos artrópodos primitivos, para determinar la edad relativa de los estratos rocosos, porque fueron organismos típicos del paleozoico.

Los paleontólogos consiguen la mayor parte de su información mediante el estudio de los depósitos de rocas sedimentarias que forman estratos y que se han ido sucediendo durante millones de años. Además, la mayoría de los fósiles se encuentran en estas rocas sedimentarias. También se utilizan los fósiles, así como otras características de las rocas, para comparar los estratos de distintas zonas del mundo, gracias a lo cual se puede determinar si los estratos se depositaron durante el mismo periodo de tiempo o bajo las mismas condiciones ambientales. Toda esta información ayuda a realizar un análisis global de la evolución de la Tierra. El estudio y comparación de los estratos geológicos se llama estratigrafía.
Columna estratigráfica
Los fósiles conservados en los estratos rocosos proporcionan a los científicos las claves de la historia evolutiva. Esta columna estratigráfica se basa en pruebas paleontológicas y muestra el orden en que aparecieron los organismos durante el paleozoico, muy rico en fósiles. Cada capa representa una determinada fracción de tiempo y muestra los organismos representativos que florecieron durante ese tiempo. Aunque los fósiles raramente se encuentran en la naturaleza en un orden tan ideal como el que se presenta aquí, a menudo aparecen en orden cronológico. Por lo general, los fósiles más antiguos surgen en los estratos más profundos y los fósiles más recientes en los estratos más superficiales, de modo que su emplazamiento puede ayudar a datar la edad de los especímenes.

Los fósiles proporcionan muchos datos útiles para poder comparar los estratos. Algunos de ellos, llamados fósiles guía, son de gran importancia debido a su amplia distribución geográfica y al corto margen temporal de su aparición sobre la Tierra. Representan, por tanto, especies que estuvieron muy repartidas y que vivieron en periodos breves de tiempo. Los mejores fósiles guía son los de los organismos marinos. Estos animales evolucionaron con rapidez y se extendieron por gran parte del mundo. Los paleontólogos dividen los últimos 570 millones de años de la historia de la Tierra en eras, periodos y épocas. La división anterior de la historia geológica se conoce con el nombre de tiempo precámbrico, que comienza con el nacimiento de la Tierra, probablemente hace más de 4.000 millones de años.
La evidencia más antigua de vida en el planeta es el fósil microscópico de una bacteria que vivió hace 3.600 millones de años. La mayoría de los fósiles precámbricos son diminutos. Las especies de mayor tamaño que vivieron en el precámbrico superior eran blandas y no tenían caparazón o parte dura alguna, por lo que no pudieron formar fósiles. Los primeros restos fósiles abundantes de animales algo mayores son de hace 600 millones de años.
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LA ERA PALEOZOICA
Duró hasta hace 245 millones de años. Se divide en periodos: cámbrico, ordovícico, silúrico, devónico, carbonífero y pérmico. Los fósiles guía de la primera mitad del paleozoico son algunos invertebrados como trilobites, graptolitos y crinoideos. Los correspondientes a la segunda mitad de esta era comprenden algunos fósiles de plantas y de vertebrados, como peces y reptiles.
3.1
Periodo cámbrico
Al principio del periodo cámbrico, hace 570 millones de años, la vida animal estaba confinada por completo a los mares. Al final del periodo, todos los filos (categoría máxima en taxonomía) del reino animal ya existían, excepto los vertebrados. Los animales más característicos fueron los trilobites, unas formas primitivas de artrópodos, que alcanzaron su máximo desarrollo en este periodo y que comenzaron a extinguirse al final de la era paleozoica. Aparecieron los primeros caracoles, así como los moluscos cefalópodos. Otros grupos animales representativos del cámbrico fueron los braquiópodos, los briozoos y los foraminíferos. En el reino vegetal las plantas predominantes eran las algas en los océanos y los líquenes en la tierra.
3.2
Periodo ordovícico
Los animales más característicos de este periodo, que comenzó hace 510 millones de años, fueron los graptolitos, pequeños hemicordados (animales que poseían una estructura anatómica precursora de la espina dorsal) coloniales. Aparecieron los primeros vertebrados, unos peces primitivos, y los corales. Los animales más grandes fueron unos cefalópodos (moluscos), que tenían un caparazón de unos 3 m de largo. Las plantas eran similares a las del periodo anterior.
3.3
Periodo silúrico
Este periodo se inició hace 439 millones de años. El avance evolutivo más importante fue la aparición del primer animal de respiración aérea, un escorpión. Se han encontrado fósiles de este organismo en Escandinavia y Gran Bretaña. El primer fósil clasificado de una planta vascular (plantas terrestres con tejidos que transportan el alimento), pertenece a este periodo. Eran plantas simples cuyos tallos y hojas no estaban diferenciados.
3.4
Periodo devónico
Las formas de vida animal predominantes en este periodo, que comenzó hace 408,5 millones de años, fueron varios tipos de peces, que abarcaban tiburones, dipnoos, peces acorazados y una forma primitiva de peces con escamas ganoideas, a partir de los cuales evolucionaron probablemente los ancestros de los anfibios. Algunos restos fósiles encontrados en Pensilvania y Groenlandia, indican que ya existían los primeros anfibios. También había corales, estrellas de mar, esponjas y trilobites. El primer insecto conocido se ha encontrado en rocas devónicas.
De este periodo se conservan un número considerable de plantas fosilizadas; durante él se desarrollaron las plantas leñosas, y a finales del devónico lo hicieron otras plantas terrestres, como helechos, helechos con semillas, equisetos y unos árboles de tronco escamoso relacionados con los actuales selagos. Aunque en la actualidad los equivalentes a estos grupos son plantas pequeñas en su mayoría, en el devónico fueron especies de gran tamaño y casi arborescentes. Algunos restos fósiles sugieren la existencia de bosques; incluso han aparecido tocones petrificados (mineralizados) de grandes plantas del devónico que medían unos 60 cm de diámetro.
3.5
Periodo carbonífero
Eryops
El Eryops fue un anfibio que vivió durante el pérmico (hace unos 290 millones de años). Estaba bien adaptado a los ambientes terrestres y acuáticos. Sus dientes afilados indican que era un carnívoro, semejante a un aligátor tanto en su apariencia como en sus hábitos. Tenía una estructura corporal fuerte y pesada, llegando a medir unos 2 metros. Parece ser que vivía la mayor parte de su vida en el medio terrestre, en lo que hoy son los estados de Oklahoma, Nuevo México y Texas (EEUU).

El periodo carbonífero comenzó hace unos 362,5 millones de años. Durante la primera parte de este periodo había una gran variedad de equinodermos y foraminíferos en los mares, que incluso superaban a las formas animales que aparecieron en el devónico. Extraños tiburones, como los estetacándidos, predominaron entre todos los grandes organismos marinos. Los anfibios se extendieron y diversificaron. Crassigyrinus era un anfibio con forma de reptil, cabeza y boca grandes y patas de tamaño reducido, adaptado a la vida acuática. Diversas plantas terrestres comenzaron a diversificarse y a aumentar de tamaño, sobre todo en zonas pantanosas.
En la segunda parte del carbonífero surgieron los reptiles, adaptados a la vida terrestre, que evolucionaron a partir de los anfibios. Otros animales de este periodo fueron los arácnidos, las serpientes, los escorpiones, más de 800 especies de ranas y los insectos más grandes que han existido (había una especie parecida a las libélulas, con una envergadura de ala de 74 cm). Los vegetales mayores eran unos árboles escamosos, cuyos troncos medían más de 1,8 m de diámetro en la base y tenían una altura de 30 metros. También había unas gimnospermas primitivas llamadas Cordaites, que tenían tallos carnosos, estaban rodeadas por una cubierta leñosa y eran más delgadas y más altas que los anteriores. También aparece en este periodo la primera conífera verdadera (una forma avanzada de gimnosperma, que consiste en una planta vascular con semillas, pero sin flores).
3.6
Periodo pérmico
Este periodo comenzó hace 290 millones de años y durante el mismo ocurrieron sucesos tan relevantes como la desaparición de gran parte de los organismos marinos y la rápida evolución y expansión de los reptiles. Los reptiles de este periodo fueron, a grandes rasgos, de dos tipos: reptiles semejantes a los lagartos, completamente terrestres, y reptiles semiacuáticos lentos. De entre todos, fueron un pequeño grupo, los Terápsidos, los que dieron lugar a los mamíferos. La vegetación estaba constituida sobre todo por helechos y coníferas.
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LA ERA MESOZOICA
Fósil de amonites
Los extintos amonites fueron moluscos cefalópodos con una concha que, por lo general, tenía una forma espiral. La extinción de los amonites coincide con la extinción de los dinosaurios. Habitaban en los mares de todo el mundo, y sus fósiles aparecen en rocas marinas. Debido a su rápida evolución y a su amplia distribución, los amonites constituyen una herramienta muy útil como indicadores y datadores de estratos rocosos.

También se denomina con frecuencia la era de los reptiles, debido a que esta clase animal dominó la Tierra durante todo este tiempo. Comenzó hace 245 millones de años e incluye los periodos triásico, jurásico y cretácico. Los fósiles guía de esta era son un grupo de cefalópodos extintos, llamados amonites, y ciertas formas extintas de los dólares de arena y los erizos de mar.
4.1
Periodo triásico
Los reptiles mesozoicos más destacados, los dinosaurios, aparecieron por primera vez en este periodo, que comenzó hace 245 millones de años. Los dinosaurios del triásico no eran tan grandes como lo serían sus descendientes al final de la era. Eran animales de pequeño tamaño que corrían sobre sus dedos posteriores, balanceando su cuerpo con fuerza; tenían una cola carnosa y rara vez excedían los 4,5 m de longitud. Otros reptiles del periodo son criaturas acuáticas como el ictiosaurio y reptiles voladores como el pterosaurio.
En este periodo aparecieron los primeros mamíferos. Los restos fósiles de estos animales están muy fragmentados, pero parece que eran de pequeño tamaño y de apariencia similar a un reptil. En el mar surgieron los teleósteos, los primeros ejemplares de los peces óseos modernos. La vida vegetal del triásico incluía una gran variedad de algas marinas. En tierra, la vegetación predominante incluía especies de hoja perenne como los ginkgos, las coníferas y las palmeras. También había pequeños equisetos (colas de caballo) y helechos, que ya existían antes, aunque comenzaron a extinguirse los miembros de mayor tamaño.
4.2
Periodo jurásico
Pterosaurio
El pterosaurio fue el primero de los animales, aparte de los insectos, que desarrolló la capacidad de volar. Los indicios sugieren que algunos pterosaurios fueron animales de sangre caliente. Volaron en el cielo durante el triásico, hasta que se extinguieron al final del cretácico.

El periodo jurásico empezó hace 208 millones de años y durante este periodo los dinosaurios continuaron evolucionando con gran variedad de tamaños y diversidad de formas. Una clasificación general de los mismos incluye: los saurópodos, que eran cuadrúpedos corpulentos como el Apatosaurus (antes Brontosaurus); dinosaurios carnívoros bípedos, como el Tyrannosaurus; dinosaurios herbívoros bípedos, como el Trachodon; y los dinosaurios acorazados cuadrúpedos, como el Stegosaurus. También había reptiles alados como el pterosaurio (pterodáctilo), que durante el jurásico desarrolló sus pequeñas alas hasta alcanzar una envergadura de 1,2 m. Los reptiles marinos eran los plesiosaurios, de cuerpo aplanado como el de las tortugas, cuello largo y aletas anchas para nadar; los ictiosaurios, parecidos a los delfines, y unos cocodrilos primitivos.
Los mamíferos del jurásico eran menores que cualquier perro de pequeño tamaño y se incluían en cuatro órdenes. Había ya insectos de órdenes actuales que incluían polillas, moscas, escarabajos, saltamontes y termitas. Los crustáceos estaban representados por langostas y camarones y los moluscos por grupos hoy extintos como amonites y belemnites. Estos últimos presentaban, al igual que los calamares, un caparazón interno. La vida vegetal durante el jurásico estuvo dominada por las cícadas, plantas de troncos gruesos parecidas a palmeras. Los fósiles de plantas del jurásico están distribuidos tanto en zonas templadas de la Tierra como en las regiones polares, lo cual indica que el clima era suave y uniforme.
4.3
Periodo cretácico
Aún durante este periodo, que se inició hace 145 millones de años, los reptiles fueron las formas de vida dominantes. Los cuatro tipos de dinosaurios que se encontraban en el periodo anterior aún subsistían y además surgió el grupo de los dinosaurios con cuernos. A finales del cretácico, hace 65 millones de años, todas estas criaturas comenzaron a extinguirse. El pterosaurio más grande que ha existido vivió en esta época. En Texas (Estados Unidos) se descubrió un fósil de este animal con una envergadura de alas de más de 1,5 metros. Otros reptiles eran las serpientes y los lagartos. Se han descubierto también varios tipos de aves cretácicas, como el Hesperornis, un ave buceadora de 1,8 m de largo que tenía alas vestigiales y era incapaz de volar. Los mamíferos incluían a los primeros marsupiales, muy parecidos a las zarigüeyas actuales, y a los primeros animales placentarios, pertenecientes a un grupo de insectívoros. Aparecieron también los cangrejos y varias clases de peces modernos.
El paso evolutivo más importante en el reino vegetal durante el periodo cretácico es el desarrollo de las angiospermas (plantas con flor), cuyos fósiles aparecen en formaciones rocosas cretácicas. Se desarrollaron las plantas caducifolias, entre las que se encontraban la higuera, el magnolio, el sasafrás y el chopo. Al final del periodo aparecen muchas de las especies modernas de árboles y arbustos, que representan más del 90% de las plantas conocidas de este periodo. Entre los fósiles del cretácico medio se encuentran restos de hayas, acebos, laureles, arces, robles, plátanos y nogales. Algunos paleontólogos creen que estos árboles caducifolios (que pierden las hojas cíclicamente), ya existían en el jurásico pero crecieron sólo en zonas altas, cuyas condiciones no son favorables para la conservación de restos fósiles.
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LA ERA CENOZOICA
La era cenozoica comenzó hace 65 millones de años. Se divide en dos periodos, el terciario y el cuaternario, que abarca hasta nuestros días. Sin embargo, debido a la cantidad de información que manejan los paleontólogos sobre esta era, se tiende a dividir cada periodo en épocas. Durante la primera parte de esta era, tuvo lugar una brusca transición de la edad de los reptiles a la edad de los mamíferos, ya que desaparecieron los grandes dinosaurios y otros reptiles que habían dominado la vida durante el mesozoico.
Los fósiles guía del cenozoico suelen ser microscópicos, como por ejemplo las diminutas conchas de los foraminíferos. También se utiliza el polen fósil para la datación de los estratos rocosos de esta era.
5.1
Época del paleoceno
El paleoceno marca el inicio de la era cenozoica. De esta época se conocen siete grupos de mamíferos y todos parecen ser originarios del norte de Asia, desde donde migraron a otras partes del mundo. Estos mamíferos primitivos tenían muchas características en común. Eran pequeños y ninguna especie superaba la talla de un oso. Eran todos cuadrúpedos, caminaban sobre la planta de los pies, con cinco dedos cada uno. Es probable que tuvieran la cabeza pequeña y el hocico estrecho y por tanto una cavidad craneal reducida. Los mamíferos predominantes del periodo fueron los miembros de tres grupos ya desaparecidos: los creodontos, ancestros de los carnívoros modernos; los amblípodos, pequeños pero pesados; y los condilartos, herbívoros de cuerpo ligero y cerebro pequeño. De los grupos del paleoceno, sobreviven los marsupiales, los insectívoros, los primates y los roedores.
5.2
Época del eoceno
Cría de Mamut
Es raro que los paleontólogos encuentren especímenes del pasado tan perfectos como esta cría de mamut. Se descubrió congelada en una excavación del noreste de Siberia, en 1977. La escena de la derecha muestra cómo eran los mamuts hace más de 10.000 años. Los dibujos normalmente se basan sólo en los fósiles porque no existe ninguna otra prueba de su existencia.

Durante el eoceno, que comenzó hace 56,5 millones de años, aparecieron una serie de ancestros que evolucionarían hasta animales de nuestro tiempo. Eran de pequeña estatura, algunos de ellos parecidos a caballos, rinocerontes, camellos, roedores y monos. Los creodontos y los amblípodos continuaron evolucionando durante esta época; sin embargo, los condilartos se extinguieron antes de finalizar la época. Surgieron los primeros mamíferos acuáticos, antecesores de las ballenas actuales, y algunas aves, como las águilas, los pelícanos, las codornices y los buitres. Las variaciones que tuvieron lugar en la vegetación respondían a las distintas adaptaciones de las plantas a los cambios climáticos.
5.3
Época del oligoceno
Durante esta época, que comenzó hace 35,4 millones de años, desaparecieron la mayoría de los mamíferos arcaicos de las primeras épocas del cenozoico. En su lugar aparecieron representantes de muchos de los mamíferos actuales. Los creodontos se extinguieron y surgieron los primeros carnívoros verdaderos, parecidos a los gatos y a los perros. También vivió un primate antropoideo en el norte de América que desapareció al final de la época. Dos grupos de animales ya extintos, evolucionaron durante este tiempo: los titanoterios, relacionados con los rinocerontes y los caballos, y los oreodontos, herbívoros de tamaño pequeño emparentados con los camellos.
5.4
Época del mioceno
El desarrollo de los mamíferos durante el mioceno, que empezó hace 23,3 millones de años, estuvo relacionado de forma directa con un importante avance evolutivo en el reino vegetal, la aparición de las gramíneas. Estas plantas, ideales como forraje, contribuyeron al crecimiento y desarrollo de los animales herbívoros, como los caballos y los rinocerontes, que abundaron en el mioceno. Los mastodontes siguieron evolucionando y se generalizó la presencia del Dryopithecus, un animal parecido a los gorilas, en Europa y Asia. Algunos carnívoros, como los gatos y una especie de perro-lobo, se extendieron por varias partes del mundo.
5.5
Épocas del plioceno y pleistoceno
Tigre dientes de sable
El extinto tigre dientes de sable es un ejemplo del gigantismo que desarrollaron los grandes felinos, durante las eras del plioceno y del pleistoceno. Existieron al menos dos géneros de estos felinos, ambos con grandes caninos alargados.

El plioceno comenzó hace 5,2 millones de años y el pleistoceno hace 1,64 millones de años. La paleontología de ambas épocas no difiere mucho y es considerada por muchos zoólogos como el clímax de la “edad de los mamíferos”. Estas épocas se caracterizaron por la abundancia de grandes mamíferos, la mayoría de los cuales todavía perviven. Algunos de ellos eran los búfalos, los elefantes y los mamuts. Estos últimos se extinguieron antes de finalizar el pleistoceno. En Europa hubo antílopes e hipopótamos, carnívoros como leones, tejones, zorros, linces, nutrias, pumas, mofetas y otras especies desaparecidas, como el gran tigre dientes de sable. En el norte de América surgieron los primeros osos, debido a las poblaciones que migraron desde Asia. El armadillo y el perezoso terrestre migraron del sur al norte del continente americano, y el buey almizclero se extendió hacia el sur desde las regiones árticas. Los seres humanos, como tales, aparecieron en esta época.


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