Las asombrosas SORPRESAS DEL REINO ANIMAL




CARA A CARA. A veces, una oruga esfinge asume el aspecto de una serpiente en miniatura para espantar a un sapo que amenaza devorarla.



El zorrillo o mofeta también se vale de un líquido nocivo para poner en fuga a sus atacantes, aunque emite primeramente dos claros avisos. Golpea el suelo con sus patas delanteras y, si la advertencia no basta, mueve la cabeza de un lado a otro en actitud reprobatoria. Finalmente, arquea la cola
blanca y negra, se vuelve de espaldas a su adversario y le arroja un chorro de líquido cegador. Este fluido, de olor a azufre, no mata, pero el animal rociado se mantendrá en lo sucesivo a respetuosa distancia.

Los toros almizcleros emplean un sistema formidable cuando se ven obligados a defenderse. Para proteger a sus crías de los lobos que merodean cerca del rebaño, forman un círculo a la manera de las falanges de la antigua infantería. Los bueyes adultos, con los cuernos hacia abajo, hacen frente al enemigo; cualquier lobo que se acerca demasiado es alcanzado por los cuernos, lanzado al aire y pisoteado.



SI SE MUEVE, ES MI MADRE
KONRAD LORENZ, zoólogo vienés, estudió el el comportamiento de los patos y gansos recién salidos del cascarón. Descubrió que el polluelo del ganso silvestre sigue al primer objeto' en movimiento que advierta al nacer y lo adopta como madre. Los polluelos observados por Lorenz adoptaron como madres los entes más peregrinos, desde un perro alsaciano hasta una pelota y un trozo de madera. También los polluelos son muy sensibles a los ruidos. Los patos silvestres jóvenes se asustan de cualquier animal que
no
sea un pato silvestre adulto, a menos que se imite el grito de este último.

viernes, 18 de febrero de 2011

El asombroso camuflaje de los animales


MODESTIA NATURAL
Supervivencia por el camuflaje ... o el susto


LAS leyes de la naturaleza exigen a toda criatura ciertos medios protectores que le permitan sobrevivir. Unos seres han desarrollado terribles armas defensivas y otros se valen de ingeniosos disfraces para pasar desapercibidos.

Los insectos constituyen el principal alimento de muchos depredadores, y esta amenaza les ha hecho particularmente hábiles en el arte del disfraz. Hojas y ramas de bosques y selvas no son siempre lo que parecen: los insectos palo se confunden con ramitas; ciertos grillos arbóreos, con hongos; los saltamontes con espinas, y los insectos
hoja se balancean en las ramas como si formaran parte de! follaje mecido por e! viento.



La mariposa de la oruga esfinge consigue hacer algo aún más sorprendente. Al verse amenazada, contrae las patas y se enrolla sobre sí misma, dejando ver un par de ojos «falsos» que la asemejan totalmente a la mortífera víbora de! pozo o crótalo. El escarabajo bombardero es un insecto que se defiende de manera tan espectacular como peligrosa. Arroja ruidosamente un chorro de líquido, compuesto de pexido de hidrógeno y quinolina, a todo posible atacante. La variedad europea es más bien pequeña, pero su congénere de la India alcanza cinco centímetros de longitud y su temible chorro puede producir al hombre un fuerte dolor si le alcanza en los ojos.



ESPECTRO. Los insectos palo son casi indistinguibles, por la forma y el color, de los tallos de las plantas donde se posan.








INMOVIL. La mantis religiosa espera inmóvil, camuflada entre el ramaje y dispuesta a caer sobre sus ctimas.








MECIENDOSE EN EL VIENTO. Los insectos hoja no sólo semejan parte del follaje por su color y nervadura, sino que balancean sus cuerpos como si temblaran al soplo del viento.

Los asombrosos Sentidos en los animales


LOS CARACOLES, BIENHECHORES DEL HOMBRE
EL CARACOL común de los jardines desova unos 30 huevos al año, cada uno del tamaño de una cabeza de alfiler. Con su puesta, el caracol contribuye a salvar vidas humanas. Sus huevos son fuente de un compuesto químico que sirve para determinar grupos sanguíneos. Normalmente este producto se extrae de la sangre humana, pero se necesitan cinco donantes para obtener la cantidad existente en un solo huevo de caracol. El contenido del huevo se extrae y se disuelve en una solucn salina.


UN SEGUNDO SENTIDO DE LA VISTA. Las profundas aberturas entre los ojos rojos de esta bora del bambú de Formosa son órganos sensibles al calor. Detectan en las tinieblas presas de sangre caliente. Fueron observadas, por vez primera en 1952, en la serpiente cascabel por un neurólogo estadounidense.









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