El increíble Hércules



Lucha de Hércules con la hidra de Lerna
Este cuadro, obra del pintor español Francisco de Zurbarán, forma parte de una serie de 10 lienzos que representan diversas escenas de la vida de Hércules, entre ellas algunos de sus trabajos. Lucha de Hércules con la hidra de Lerna (1634, 136 × 167 cm, Museo del Prado, Madrid) describe la lucha del héroe mitológico contra la hidra de nueve cabezas que habitaba la laguna de Lerna, cerca de Argos. A su lado, sosteniendo una antorcha, se encuentra su sobrino Iolao.

Hércules (mitología), en la mitología griega, héroe conocido por su fuerza y valor así como por sus muchas y legendarias hazañas. Hércules es el nombre romano del héroe griego Heracles. Era hijo del dios Zeus y de Alcmena, mujer del general tebano Anfitrión. Hera, la celosa esposa de Zeus, decidida a matar al hijo de su infiel marido, poco después del nacimiento de Hércules envió dos grandes serpientes para que acabaran con él. El niño era aún muy pequeño pero estranguló a las serpientes. Ya de joven, mató a un león con sus propias manos. Como trofeo de esta aventura, se puso la piel de su víctima como una capa y su cabeza como un yelmo. El héroe conquistó posteriormente a una tribu que exigía a Tebas el pago de un tributo. Como recompensa, se le concedió la mano de la princesa tebana Megara, con quien tuvo tres hijos. Hera, aún implacable en su odio hacia Hércules, le hizo pasar un acceso de locura durante el cual mató a su mujer y a sus hijos. Horrorizado y con remordimientos por este acto, Hércules se habría suicidado, pero el oráculo de Delfos le comunicó que podría purgar su delito convirtiéndose en sirviente de su primo Euristeo, rey de Micenas. Euristeo, compelido por Hera, le impuso el desafío de afrontar doce difíciles pruebas, los doce trabajos de Hércules.
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LOS DOCE TRABAJOS
La primera prueba fue matar al león de Nemea, un animal al que no podía herirle arma alguna. Hércules primero aturdió al león con su garrote y después lo estranguló. En su segunda prueba mató a la Hidra, que vivía en un pantano en Lerna. Este monstruo tenía nueve cabezas. Una cabeza era inmortal y, cuando le cortaban cualquiera de las otras, crecían dos en su lugar. Hércules quemó cada cuello mortal con una antorcha para impedir que crecieran las dos cabezas y sepultó la cabeza inmortal bajo una roca. Después mojó sus flechas en la sangre de la Hidra para envenenarlas. La siguiente prueba de Hércules fue capturar viva a una cierva con cuernos de oro y pezuñas de bronce que estaba consagrada a Ártemis, diosa de la caza, y la cuarta prueba consistió en cazar a un gran jabalí cuya guarida estaba en el monte Erimanto. A continuación, Hércules tuvo que limpiar en un día la suciedad acumulada durante treinta años por miles de rebaños en los establos de Augias. Desvió el cauce de dos ríos, haciendo que corrieran por los establos. En su siguiente trabajo apartó una enorme bandada de aves de picos, garras y alas de bronce que vivían junto al lago Estínfalo y atacaban a las gentes del lugar, y devastaban sus campos y cosechas. Para cumplir su séptimo trabajo, Hércules entregó a Euristeo un toro furioso que Poseidón, dios del mar, había enviado para aterrorizar a Creta. Para recuperar las yeguas de Diomedes, rey de Tracia, que se alimentaban de carne humana, Hércules capturó al rey, se lo ofreció como alimento a las yeguas y después las condujo hacia Micenas. Hipólita, reina de las amazonas, deseaba ayudar a Hércules en su noveno trabajo. Cuando Hipólita estaba a punto de dar a Hércules su cinturón, que Euristeo quería para su hija, Hera dijo a las amazonas que Hércules intentaba raptar a la reina y estas lo atacaron. Entonces el héroe mató a Hipólita, creyendo que era responsable del consiguiente ataque, y escapó llevándose el cinturón. En su camino a la isla de Eritia para capturar los bueyes de Gerión, el monstruo de tres cabezas, Hércules erigió dos grandes columnas (los peñones de Gibraltar y de Ceuta, que bordean ahora el estrecho de Gibraltar, y que se representan en el escudo de la ciudad de Cádiz) como monumentos conmemorativos de su hazaña. Después de que Hércules se llevara los bueyes, fue a buscar las manzanas de oro de las hespérides pero como no sabía dónde estaban esas manzanas, pidió ayuda a Atlas, padre de las hespérides. Atlas accedió a ayudarlo si Hércules, sostenía el mundo sobre sus hombros, mientras él conseguía las manzanas. El último y más difícil trabajo de Hércules fue capturar a Cerbero, el perro de los infiernos. Hades, dios de los muertos, dio permiso a Hércules para llevarse al animal siempre que no usara armas. Hércules capturó a Cerbero, lo llevó a Micenas y lo devolvió al Hades.
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MUERTE DEL HÉROE
Después Hércules se casó con Deyanira, a la que obtuvo de Anteo, hijo de Poseidón, dios del mar. Cuando el centauro Neso atacó a Deyanira, Hércules lo hirió con una flecha de las que había envenenado con la sangre de Hidra. El centauro moribundo dijo a Deyanira que tomara un poco de su sangre que, según él, era un poderoso filtro de amor, pero era un veneno. Creyendo que Hércules se había enamorado de la princesa Yole, Deyanira le envió una túnica mojada con la sangre. Cuando se la puso, el dolor causado por el veneno fue tan grande que se mató arrojándose a una pira funeraria. Después de su muerte, los dioses lo llevaron al Olimpo y lo casaron con Hebe, diosa de la juventud.
Los griegos veneraron a Hércules como un dios y como un héroe mortal. Se le solía representar como un hombre fuerte y musculoso, vestido con una piel de león y armado de un garrote. La estatua más famosa del mítico héroe está en el Museo Nacional de Nápoles.

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Durante los 12 primeros años, las actividades de la Inquisición romana fueron modestas hasta cierto punto, reducidas a Italia casi por completo. Cuando Carafa se convirtió en el papa Pablo IV en 1555 emprendió una persecución activa de sospechosos, incluidos obispos y cardenales (como el prelado inglés Reginald Pole). Encargó a la Congregación que elaborara una lista de libros que atentaban contra la fe o la moral, y aprobó y publicó el primer Índice de Libros Prohibidos en 1559. Aunque papas posteriores atemperaron el celo de la Inquisición romana, comenzaron a considerarla como el instrumento consuetudinario del Gobierno papal para regular el orden en la Iglesia y la ortodoxia doctrinal; por ejemplo, procesó y condenó a Galileo en 1633. En 1965 el papa Pablo VI, respondiendo a numerosas quejas, reorganizó el Santo Oficio y le puso el nuevo nombre de Congregación para la Doctrina de la Fe.
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INQUISICIÓN ESPAÑOLA
Diferente también de la Inquisición medieval, la Inquisición española se fundó con aprobación papal en 1478, a propuesta del rey Fernando V y la reina Isabel I. Esta Inquisición se iba a ocupar del problema de los llamados marranos, los judíos que por coerción o por presión social se habían convertido al cristianismo; después de 1502 centró su atención en los conversos del mismo tipo del islam, y en la década de 1520 a los sospechosos de apoyar las tesis del protestantismo. A los pocos años de la fundación de la Inquisición, el papado renunció en la práctica a su supervisión en favor de los soberanos españoles. De esta forma la Inquisición española se convirtió en un instrumento en manos del Estado más que de la Iglesia, aunque los eclesiásticos, y de forma destacada los dominicos, actuaran siempre como sus funcionarios.
La Inquisición española estuvo dirigida por el Consejo de la Suprema Inquisición, pero sus procedimientos fueron similares a los de su réplica medieval. Con el tiempo se convirtió en un tema popular, en especial en las zonas protestantes, por su crueldad y oscurantismo, aunque sus métodos fueran parecidos a los de instituciones similares en otros países católicos romanos y protestantes de Europa. Sin embargo, su superior organización y la consistencia del apoyo que recibía de los monarcas españoles, descollando Felipe II, hicieron que tuviera un mayor impacto en la religión, la política o la cultura que las instituciones paralelas de otros países. Esta eficacia y el apoyo político permitieron a Tomás de Torquemada, el primero y más notable gran inquisidor, ejecutar por miles a supuestos herejes.
El gran inquisidor y su tribunal tenían jurisdicción sobre los tribunales locales de virreinatos como México y Perú, donde estuvieron más ocupados con la hechicería que con la herejía. El emperador Carlos V introdujo la Inquisición en los Países Bajos en 1522, pero no consiguió acabar con el protestantismo. Se estableció en Sicilia en 1517, aunque no lo pudo hacer en Nápoles y Milán. Los historiadores han señalado que muchos territorios protestantes tenían instituciones tan represivas como la Inquisición española, por ejemplo el consistorio de Ginebra en tiempos del reformador francés Juan Calvino. La Inquisición quedó al fin suprimida en España en 1843, tras un primer intento, fallido, de los liberales en las Cortes de Cádiz, en 1812.


miércoles, 23 de marzo de 2011

El asombroso Imperio mongol



Imperio mongol a finales del siglo XIII
El Imperio mongol abarcaba la mayor parte de Asia durante el reinado de Gengis Kan (a principios del siglo XIII). Con su nieto Kublai Kan, el Imperio alcanzó su máxima extensión a finales del siglo XIII. Kublai Kan fundó la dinastía Yuan, que permaneció en el poder hasta 1368. Tras su muerte, el Imperio quedó fragmentado.

Imperio mongol, territorio regido por los kanes mongoles en los siglos XIII y XIV; abarcaba casi toda Asia occidental y oriental y fue uno de los mayores imperios de la historia.
La tierra natal de los mongoles, situada en la parte oriental de la estepa asiática, lindaba con las montañas Da Hinggan Ling al este, con las montañas Altái y Tian Shan al oeste, con el río Shilka y las cadenas montañosas junto al lago Baikal al norte y con la Gran Muralla china al sur. Hoy en día esta región comprende aproximadamente la región autónoma china de Mongolia Interior, la república de Mongolia y la franja meridional de la región rusa de Siberia. Formada en su mayor parte por fértiles praderas y boscosas montañas en el norte, con el desierto de Gobi en la zona central y extensos prados al sur, toda la región se sitúa a unos 1.000 m sobre el nivel del mar. Es un territorio muy árido, salvo en las zonas más septentrionales.
En este entorno, las tribus de lengua mongola desarrollaron una economía pastoril basada en el ganado lanar y en los caballos, que eran sustituidos por camellos en las zonas mas áridas. Algunos productos como los cereales, los tejidos, el té y los metales se obtenían mediante el comercio con la civilización agrícola adyacente de China. El pastoreo y la caza eran su principal ocupación. Su modo de vida era nómada y su organización social tribal. La guerra tribal era endémica y los individuos valerosos alcanzaban fácilmente posiciones de liderazgo. La jerarquía político-militar de la tribu estaba basada en lazos personales de mutua protección y lealtad que debían respetar desde el jefe supremo a los jefes subordinados y los guerreros.
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FUNDACIÓN DEL IMPERIO POR GENGIS KAN
El primer desarrollo del Imperio mongol tuvo lugar en el siglo XIII. Durante una reunión de tribus en 1206, el poderoso conquistador Timuyin, entonces señor de casi toda Mongolia, fue proclamado dirigente universal con el título de Gengis Kan o Gran Kan. La ciudad de Karakoram (Karakorum) fue designada como capital. El ejército de Gengis, a pesar de no ser especialmente numeroso para su época, se distinguía por su magnífica caballería y sus expertos arqueros, la disciplina y el control de sus aristocráticos líderes y las peculiares tácticas y estrategias militares del kan. El vecino Imperio de China del norte y los estados de Asia central, militarmente débiles y fragmentados, se rindieron inevitablemente, como lo hizo la deteriorada sociedad turco-árabe de Oriente Próximo a las hordas mongoles que recorrían Asia. Todo lo cual constituyó una de las causas por las que el Imperio de Gengis pudo lograr un grado de centralización y un poder sin precedentes entre los primeros dominios de tribus de habla mongol. Gengis encabezaba el Imperio en virtud de un derecho divino que él mismo se había adjudicado, reconociéndolo como única autoridad superior a la suya, el Gran Yasa, un código imperial que él mismo redactó y que se convirtió en base permanente del gobierno mongol. El vasto Imperio de Gengis se extendía desde el mar de la China hasta el río Dniéper y desde el golfo Pérsico hasta el océano Glacial Ártico.
Tras la muerte de Gengis en 1227, su Imperio, de acuerdo con la costumbre tribal, fue dividido entre los hijos de su primera mujer y sus herederos. El kanato de Asia oriental era regido directamente por su tercer hijo, Ogoday, quien sucedió a Gengis como gran kan. El kanato estaba formado por lo que en la actualidad es la república de Mongolia, Dongbei Pingyuan (Manchuria), Corea, gran parte de China, el Tíbet y franjas septentrionales de Indochina.
Aunque a Ogoday le sucedieron su hijo y su nieto, el gran líder que heredó el kanato fue su sobrino, Mangu Kan. Junto a su hermano Kublai, Mangu Kan logró conquistar casi toda China.
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IMPERIO DE KUBLAI KAN
En 1279, Kublai Kan, nieto de Gengis, derrotó a la dinastía Song del sur, logrando dominar lo que quedaba de China. Kublai trasladó la capital a Pekín, dándole el nombre de Janbalik (también llamada Khanbalik, ‘Ciudad del kan’, o Cambaluc). Allí gobernó como emperador de la dinastía Yuan y como gran kan de los mongoles. En lugar de tratar de amalgamar la sedentaria sociedad agrícola en unidades tribales, siguió con éxito el sistema burocrático utilizado por las dinastías chinas desde los Tang. Sin embargo, los mongoles preservaron cuidadosamente su identidad cultural y las prerrogativas de la clase dirigente; el talento chino era sistemáticamente excluido de los cargos de autoridad y se seguían códigos sociales y legales discriminatorios. Sus esfuerzos por extender el dominio mongol a Japón y Java fracasaron.
Los emperadores mongoles posteriores a Kublai sucumbieron ante la decadente vida de la corte china y comenzaron a sentirse interesados en los preceptos del lamaísmo. Cuando tuvieron lugar la inundación provocada por el río Huang He y la gran hambruna en China del norte a mediados del siglo XIV, el líder mongol no supo encontrar una solución a esos desastres. En 1368, mientras que el Imperio asiático de los mongoles se desgarraba por las luchas internas, los grandes kanes de China eran sustituidos por los Ming, una dinastía nativa.
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IMPERIO DE YAGATAY
Tras la división del Imperio mongol a la muerte de Gengis (1227), el kanato de Turkestán fue gobernado por Yagatay, su segundo hijo, y posteriormente por su sucesor. Este kanato se extendía desde lo que hoy en día es la región autónoma china de Xinjiang hacia el oeste, al sur del lago Baljash, hasta la zona suroriental del mar de Aral, y lindaba al sur con el Tíbet y la región de Cachemira. Los territorios occidentales estaban habitados mayoritariamente por musulmanes sedentarios, pero el resto de los pobladores eran mongoles nómadas. Al ser una zona de comunicaciones estratégica dentro del Imperio asiático mongol, se convirtió en foco de rivalidades políticas entre los descendientes de Gengis, y mantenerla bajo control requirió la constante atención del gran kan Kublai.
En el siglo XIV, la autoridad de los kanes de Turkestán sobre sus súbditos musulmanes disminuyó bruscamente. Después de 1370 la parte occidental del kanato pasó a formar parte del Imperio de Tamerlán, un líder mongol que al parecer no era descendiente de Gengis aunque se empeñara en proclamarlo. El dominio del kan quedó así limitado a la región oriental del kanato original.
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IMPERIO DE HULAGU Y SUS DESCENDIENTES
Antes de 1231 los ejércitos mongoles ya habían invadido Persia, Mesopotamia, Armenia y Georgia. En 1258 fue tomada la ciudad de Bagdad, sede del califato Abasí. El kanato persa fue establecido por Hulagu Kan, nieto de Gengis y hermano de Mangu y Kublai. Hulagu gobernó los territorios que hoy forman Irán, el este de Irak, el oeste de Afganistán y Turkmenistán. Los kanes de Persia aceptaron la fe islámica. Durante el reinado de Gazan Mahmud, que comenzó en 1295, la casa gobernante se independizó del gran kan. Se aprobaron nuevos sistemas impositivos; las fuerzas armadas fueron reformadas y se reorganizaron las comunicaciones. Se estimuló la cultura persa, aunque introduciendo nuevos elementos mongoles en los campos del arte y de la arquitectura. Junto con el idioma mongol se utilizaban el turco, el persa (farsi) y el árabe. Sin embargo, la administración de los últimos kanes fue pobre y cuando murió el kan Abu Sa'id sin un heredero varón en 1395, el kanato se dividió en pequeños estados regidos en su mayor parte por persas.
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IMPERIO DE LA HORDA DE ORO
Mientras que Ogoday y sus sucesores completaban la conquista de Asia oriental, los mongoles a las órdenes de Batu Kan, nieto de Gengis Kan, se dirigían al oeste hacia Europa. En 1237 saquearon la mayoría de las ciudades de la región de Vladímir-Suzdal’ y tres años después hicieron lo propio con Kíev; siguiendo hacia el oeste entraron en Polonia, Bohemia, Hungría y en el valle del Danubio. Batu Kan creó la Horda de Oro. Antes de 1241 sus ejércitos habían alcanzado la costa del mar Adriático, preparados para la invasión de Europa occidental. Desunida y mal adiestrada para resistir a la Horda de Oro, Europa se salvó sólo por la muerte del gran kan Ogoday en 1241. Después Batu Kan se retiró con sus fuerzas al sur de Rusia con el fin de participar en la elección de un sucesor.
La Horda de Oro dominó hasta finales del siglo XV lo que hoy es el sur de Rusia. Los mongoles impusieron un sistema burocrático y formas de recaudación de impuestos que mostraban la influencia de los métodos chinos adoptados por sus hermanos de Asia oriental. A finales del siglo XIV, los rusos parecían estar preparados para derrotar a la Horda de Oro. La victoria del gran príncipe de Moscú Dmitri Donskói sobre los mongoles en 1380, obtenida a orillas del río Don, marcó el fin del poder mongol, a pesar de que durante un tiempo la balanza se inclinó a favor de los mongoles por la intervención del conquistador Tamerlán. Sin embargo, en 1395 éste inició la conquista de la Horda de Oro, que a su muerte quedó dividida en cuatro kanatos independientes: Astracán, Kazán, Crimea y Siberia, eliminando así un gran obstáculo para el ascenso del principado moscovita. En 1480, al negarse a seguir pagando tributos a la Horda, Iván III el Grande, gran príncipe de Vladímir y de Moscú, terminó con la dominación mongol en el sur de Rusia.
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VALORACIÓN DEL PODER MONGOL
Caballería mongola
La caballería mongola fue una de las más impresionantes fuerzas militares que han existido a lo largo de la historia. Gracias a ella, Gengis Kan, Kublai Kan y Tamerlán, extendieron las fronteras del Imperio mongol por toda Asia occidental y oriental.

El Imperio mongol hizo mucho por unir Asia oriental y Asia occidental. Se creó un sistema de correo a caballo que recorría las praderas y los desiertos de Asia central, comunicando la capital del gran kan en China con los remotos rincones del Imperio. Las rutas comerciales de Asia central se hicieron más seguras que nunca, por lo que aumentó notablemente el tráfico de comerciantes y misioneros, y China empezó a ser conocida en Occidente a través de los relatos de uno de estos viajeros, el comerciante veneciano del siglo XIII Marco Polo. Aunque las comunicaciones ayudaron a los mongoles a mantener su extenso y variado Imperio, el linaje común también desempeñó un papel importante. El gran kan siempre era elegido por una junta de nobles de todo el Imperio y, en general, los cuatro kanatos compartían los botines de cada uno.
No obstante, las buenas comunicaciones y los lazos de parentesco fueron insuficientes a la hora de contrarrestar las fuerzas centrífugas que sacudían al Imperio. Pronto aparecieron diferencias religiosas; los dirigentes mongoles de Asia occidental tendían a aceptar el islam, al tiempo que los de China se convirtieron al budismo o al lamaísmo. En el ejercicio del poder, los mongoles de China siguieron las enseñanzas sociales y políticas del confucianismo, insistiendo en la universalidad de la autoridad de los gobernantes; los de Asia occidental se vieron absorbidos por las convulsiones políticas y las guerras en Europa oriental y en Oriente Próximo. China, Rusia y Persia disponían de su propio idioma, su propia cultura y su propio sistema de gobierno y cada una trataba de influir sobre sus jefes supremos mongoles. Tal vez lo más significativo fue que cada una de estas regiones era sede de una civilización agrícola sedentaria. En cada una de ellas la imposición del dominio mongol parece haber llevado a un restablecimiento de los regímenes burocráticos locales, más preocupados por los problemas internos y, por ello, menos vulnerables a la dominación mongol.

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