Virus de la viruela


Microfotografía electrónica en colores falsos del virus de la viruela. Esta enfermedad infecciosa antes epidémica que causaba cicatrices indelebles y, a veces, la muerte, se erradicó por completo en 1979 como culminación de un programa internacional de vacunación. Actualmente sólo dos laboratorios en todo el mundo mantienen reservas del virus, con fines de investigación y para preparar nuevas vacunas si la enfermedad vuelve a declararse.



Viruela, antigua enfermedad viral aguda muy contagiosa que casi con toda seguridad ha sido erradicada del planeta. Tras un periodo de incubación de entre 7 y 17 días, aparecía una fase de fiebre alta, postración, malestar y cefalea, seguida, al cabo de 3 o 4 días, de una erupción que afectaba sobre todo a la cara, las palmas de las manos y las plantas de los pies. En los 6 a 10 días siguientes la erupción daba paso a pequeñas pústulas. La segunda fase empezaba con la recurrencia de la fiebre; las pústulas podían infectarse por bacterias. Durante la convalecencia, las pústulas desarrollaban costras y cicatrices permanentes, y desaparecían la fiebre y la toxicidad. La viruela era mortal en un 30% de los casos y la muerte se producía por la diseminación de la infección a los pulmones, el corazón o el cerebro. Las personas con viruela podían transmitir la enfermedad desde el tercer día y a lo largo de toda la fase eruptiva.

En 1967 la Organización Mundial de la Salud (OMS) promovió una campaña de vacunación contra la viruela a escala mundial; en esa época, la enfermedad afectaba al 60% de la población mundial y mataba a uno de cada cuatro afectados. Gracias al éxito de la campaña, la enfermedad quedó confinada al continente africano, hasta llegar al último caso natural, registrado en 1977 en Somalia. En 1979, habían transcurrido dos años sin ningún caso declarado de viruela, y la OMS declaró la enfermedad oficialmente erradicada. Se recomendó a los diferentes países que dieran por finalizada la vacunación y que destruyeran los virus almacenados en laboratorio. Para comprender este requerimiento, debe tenerse en cuenta que una mujer inglesa contrajo la enfermedad en 1978 a partir de un virus de laboratorio y murió a consecuencia de la infección. En la actualidad, sólo dos laboratorios protegidos custodian el virus de la viruela, uno situado en Estados Unidos (Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Atlanta) y otro en Rusia (Centro Estatal de Investigaciones Virológicas y Biotecnológicas), debido a su potencial uso en la guerra biológica.





viernes, 8 de abril de 2011

Los asombrosos Espermicidas



Espermicida, sustancia química que impide el embarazo inactivando y destruyendo los espermatozoides. Se presentan en varias formas, como espumas, geles, cremas, películas y óvulos. El principio activo es casi siempre el compuesto monoxinol-9. Alcanzan su máxima eficacia anticonceptiva cuando se utilizan junto con otro método, como el preservativo, el diafragma o el preservativo femenino. Cuando se utilizan solos, los espermicidas tienen una eficacia anticonceptiva del 70 por ciento.
Una de las primeras menciones a estos compuestos figura en el Ebers Papyrus, un tratado médico escrito el año 1550 a.C., que propone un tampón de hilas impregnado en una mezcla de hojas de acacia (véase Acacia), dátiles y miel. Las hojas de acacia se descomponen y liberan ácido láctico, cuyas propiedades espermicidas están comprobadas. Con idéntico fin se han empleado muchas otras sustancias, como zumo de limón, vinagre, soluciones jabonosas, manteca de cacao y excrementos de cocodrilo y elefante.
Para ser eficaz, el espermicida debe aplicarse a la vagina cerca del cuello del útero (un pequeño órgano que conecta aquélla con éste). La aplicación debe repetirse antes de cada coito. Algunas presentaciones, como las películas, los comprimidos y los óvulos, deben insertarse diez minutos antes del coito para que se disuelvan y empiecen a actuar.
En las farmacias se venden espermicidas sin receta. Protegen frente algunas enfermedades de transmisión sexual (ETS), aunque no frente al virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), causante del síndrome de la inmunodeficiencia adquirida (SIDA).
Pueden irritar la vagina o el pene, pero conviene probar distintas marcas, porque no todas son iguales a este respecto. Hay personas que no pueden utilizar los espermicidas porque son alérgicas a estos productos.


La asombrosa Esclerodermia



Esclerodermia, es decir, piel dura, enfermedad del tejido conectivo. Se caracteriza por la existencia de depósitos anormales de tejido endurecido, cuyo tamaño varía desde el de una moneda a toda la piel. Cuando se generaliza, el tejido endurecido puede depositarse en la piel, los pulmones, el intestino, el corazón y los riñones, conociéndose entonces esta enfermedad como esclerosis sistemática.
Afecta a cientos de miles de personas en todo el mundo y a las mujeres más que a los hombres, en una proporción de diez a uno. Sus causas son desconocidas, pero los científicos están realizando investigaciones sobre los efectos de las mutaciones genéticas y sobre los cambios que se producen en las células de fetos con esclerodermia. La enfermedad comienza cuando las células y los anticuerpos del sistema inmunológico reaccionan contra el tejido propio (véase Enfermedades autoinmunes). El tejido endurecido depositado es el mismo que se produce en una herida al curarse, pero es excesivo y no está sometido a ningún control. En el proceso de endurecimiento, los vasos sanguíneos más pequeños (capilares) son dañados y reemplazados por tejido conectivo. Los vasos sanguíneos más grandes muestran depósitos de tejido, que rompen las células internas de revestimiento (células endoteliales) y dificultan el flujo esencial de la sangre. Cuando el flujo sanguíneo hacia los órganos vitales es insuficiente, el corazón, los pulmones y los riñones pueden dejar de funcionar.
No tiene cura. En la actualidad se están probando algunos tratamientos, como hormonas, terapia combinada de antibióticos, trasplantes de células troncales e irradiación ultravioleta sobre zonas con esclerodermia.

Las asombrosas Enfermedades tropicales





Lepra
Una víctima de la lepra, enfermedad que estuvo muy extendida por toda Europa. En la actualidad, constituye un problema en aquellos países donde las carencias nutricionales conducen a una disminución de la resistencia a ésta y otras enfermedades.

Enfermedades tropicales, se denominan así las enfermedades propias de regiones tropicales o subtropicales, y que suelen ser difíciles de prevenir o controlar debido al clima, a la pobreza y a las condiciones sanitarias deficientes. Algunos organismos se preocupan por la promoción de la salud en los países tropicales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Fundación Edna McConnell.
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ENFERMEDADES DE MAYOR PRESENCIA EN LOS TRÓPICOS

Ciclo de desarrollo del agente causante de la malaria
Un mosquito Anopheles infectado con protozoos del género Plasmodium pica a una persona (arriba a la izquierda). Los gérmenes infecciosos (esporozoitos) penetran en las células hepáticas, donde se reproducen de forma asexual dando lugar a numerosas células hijas. Después de la ruptura de las células hepáticas, las células hijas infectan los eritrocitos o glóbulos rojos. Allí, se reproducen de forma asexual dando lugar a los merozoitos que causan la ruptura de los glóbulos rojos (lo que provoca los accesos de fiebre). En los glóbulos rojos se forman además gametos masculinos y femeninos. Cuando el mosquito Anopheles pica a una persona infectada chupa, junto con la sangre, estos gametos. En el tubo digestivo del mosquito se produce la fecundación. Se forman entonces cigotos a partir de los cuales se desarrollan los esporozoitos que pasan a las glándulas salivares del mosquito e inician un nuevo ciclo de infección.

Las enfermedades más importantes en las regiones tropicales del Sureste asiático, África y Sudamérica son la malaria, la esquistosomiasis, la enfermedad de Hansen, la filariasis, la tripanosomiasis y la leishmaniasis. Aunque los medicamentos y los insecticidas han eliminado la malaria en la mayor parte del mundo occidental, estas medidas no han sido tan resolutivas en estos países. Tanto el parásito como el mosquito portador y transmisor han desarrollado resistencias a los fármacos, y se calcula que 200 millones de personas padecen malaria en las regiones tropicales. En el África subsahariana, unos 5 millones de niños mueren cada año por causa de esta enfermedad.
La esquistosomiasis no ha sido nunca una enfermedad frecuente en los climas templados, pero afecta a 125 millones de personas en todo el planeta. El praziquantel es un nuevo fármaco muy eficaz en su tratamiento. La lepra, o enfermedad de Hansen, también ha sido siempre más frecuente en climas tropicales, y afecta a 11 millones de personas en el mundo. En áreas endémicas, muchos casos de lepra se han hecho resistentes a fármacos que eran eficaces al inicio del tratamiento, haciendo necesario el uso de nuevos fármacos de mayor coste. La filariasis es una enfermedad tropical frecuente debida a la infección por microfilarias. La tripanosomiasis es una infestación provocada por un parásito protozoario que afecta a 10 millones de personas sólo en África. En Sudamérica existe una forma menos grave de tripanosomiasis llamada enfermedad de Chagas. La leishmaniasis también es producida por un protozoo y en sus formas asiática y africana puede lesionar órganos internos.
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OTROS PROBLEMAS DE SALUD
Pese a que la tuberculosis está controlada en los países desarrollados, continúa siendo un problema importante de salud en gran parte del mundo, y es responsable de medio millón de muertes al año, el 75% de ellas en Asia. Otras enfermedades todavía frecuentes en los países en vías de desarrollo son el cólera, la fiebre amarilla, el pian y la disentería amebiana, pero éstas son más fáciles de tratar.
Hay dos formas de cáncer, el linfoma de Burkitt y el cáncer hepático, que son muy frecuentes en África y Asia respectivamente, pero son raras en los climas templados. Se piensa que el linfoma de Burkitt se desarrolla cuando ha habido una infección masiva por virus durante la infancia que produce malaria durante la edad adulta; el cáncer de hígado puede ser causado por una infección del virus de la hepatitis B.
Unos 25 millones de personas han perdido la vista en países tropicales por culpa de enfermedades que podían prevenirse. Las más destacadas de ellas son: la xeroftalmia, debida al déficit de vitamina A en la dieta alimentaria; la oncocercosis, una infección cutánea por el estadio larvario de una filaria que puede afectar secundariamente a la conjuntiva del ojo, y el tracoma, una infección conjuntival crónica producida por la bacteria Chlamydia trachomatis, que se transmite a través de las moscas o por el contacto directo persona a persona.
Hay ciertos virus causantes de fiebres severas que fueron descubiertos hacia la década de 1970, y que se encuentran sobre todo en regiones tropicales. Son, entre otros, los virus de Ébola, Marburg, Bunya, Chikungunya y Lassa. Algunos provocan la muerte por hemorragia. El dengue es otro componente de esta familia de virus que era conocido desde hace tiempo, pero que en los últimos años se ha extendido hasta México y la región del Caribe. Las enfermedades de este último grupo son poco frecuentes.
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FACTORES AGRAVANTES DE LAS ENFERMEDADES TROPICALES
La causa de las enfermedades en las regiones tropicales tiene su origen en la pobreza generalizada, las pésimas condiciones sanitarias y las influencias climáticas. Debido a la escasez de sus ingresos, la mayoría de los países en vías de desarrollo no están en condiciones de suministrar las vacunas de la poliomielitis, el sarampión o la fiebre amarilla. De los 80 millones de niños residentes en países pobres sólo el 10% están vacunados contra la difteria, la tos ferina y el tétanos, y estos países no pueden asumir el coste de los fármacos contra la tuberculosis o la lepra. La pobreza conduce a la malnutrición, y esta condición hace al sujeto más susceptible a padecer enfermedades.
El cólera es la enfermedad más directamente relacionada con las malas condiciones higiénicas porque el agente infeccioso se transmite a través de las aguas residuales. También en la transmisión de la esquistosomiasis intervienen las aguas contaminadas, donde reside el vector de la enfermedad (un caracol).
El clima en las regiones tropicales tiene una influencia indirecta sobre la enfermedad al condicionar la producción agrícola y por tanto la nutrición. De una manera más directa, los climas cálidos y húmedos de las selvas tropicales y las regiones pantanosas favorecen el desarrollo de las moscas y mosquitos transmisores de la malaria, la fiebre amarilla, el tracoma, la tripanosomiasis y la oncocercosis.

Las asombrosa Enfermedades carenciales



Escorbuto
El escorbuto es una enfermedad carencial producida por la deficiencia de vitamina C. Las encías esponjosas e inflamadas son uno de los síntomas del escorbuto. Otros síntomas son dientes flojos, hemorragias y articulaciones inflamadas y dolorosas.

Enfermedades carenciales, trastornos producidos por la ausencia de sustancias específicas esenciales como las vitaminas, los minerales o los aminoácidos. De forma más genérica incluye aquellas situaciones en las que la sustancia esencial, está presente pero no se absorbe adecuadamente, o cuando el organismo no es capaz de producir algún producto natural esencial como una hormona. Enfermedades como el beriberi, el escorbuto, la pelagra o el raquitismo son debidas a la carencia de ciertas vitaminas, y la recuperación es espectacular cuando con la dieta se administran las cantidades adecuadas de la vitamina correspondiente. Algunas formas de anemia se producen por la falta de hierro utilizable (absorbible) en la dieta. En la dieta humana existen al menos diez aminoácidos, diez vitaminas y diez minerales que son nutrientes esenciales, cuya ausencia da lugar a una enfermedad carencial concreta.

La asombrosa Enfermedad de Marburg



Enfermedad de Marburg, también llamada fiebre de Marburg, fiebre hemorrágica grave que suele resultar mortal. Está causada por un filovirus, presente en el continente africano, cuyos reservorios son desconocidos. Clínicamente es similar a la fiebre de Ébola. No existe tratamiento efectivo y no se ha desarrollado ninguna vacuna inmunizadora, aunque experimentos recientes permiten concebir la esperanza de que se consiga crearla.
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CAUSAS
Está causada por un virus idéntico en estructura y forma al del Ébola, pero que se comporta de manera diferente una vez dentro del cuerpo humano, es decir, parece ser una cepa diferente del mismo virus. Este agente infeccioso parece transmitirse exclusivamente a través de líquidos corporales: sangre, vómitos, semen o excrementos. El personal médico suele infectarse por contacto con la sangre de los pacientes y con equipo médico contaminado.
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ORÍGENES
La enfermedad de Marburg fue reconocida por vez primera en agosto de 1967, cuando el virus causó brotes simultáneos de la enfermedad en Marburgo (en alemán, Marburg), Frankfurt y Belgrado. Los veinticinco primeros casos afectaron a los miembros de un laboratorio, que habían entrado en contacto directo con un cargamento de monos verdes (Cercopithecus aethiops) procedente de Uganda. Por esa razón, se la llama a veces enfermedad del mono verde. Como esos animales son muy susceptibles a la infección, se contagian con facilidad y mueren rápidamente. Por tanto, es poco probable que sean huéspedes estables, es decir, fuentes prolongadas de contagio. Es más probable que los huéspedes estables sean aquellos seres humanos o animales que sólo son infectados de una forma ligera, y por tanto pueden mantener la infección durante bastante tiempo sin (o antes de) enfermar.
Cuatro de las seis personas contagiadas a partir de los casos de infección primaria (los producidos por contacto con los animales), habían estado expuestas a sangre infectada mientras atendían a esos primeros enfermos. Esos casos se conocen como casos de infección secundaria. En uno de los dos casos restantes, una mujer fue infectada por el fluido seminal de su marido. El modelo de contagio a través de los líquidos corporales ha sido característico en brotes posteriores de la enfermedad de Marburg y de la fiebre de Ébola.
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SÍNTOMAS
Los primeros síntomas de ambas enfermedades, similares a los de la gripe —dolor de cabeza agudo seguido de un aumento de la temperatura y dolor en las articulaciones, se manifiestan entre tres días y tres semanas después de la infección. Más tarde se produce una hemorragia masiva en el estómago y el intestino, seguida de necrosis (muerte) del tejido hepático. También se pueden producir hemorragias en la nariz, las encías y la vagina y algunos pacientes desarrollan una diarrea líquida.
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PERSPECTIVAS
Aún no se dispone de vacuna. Se ha demostrado que una vacuna fabricada con material genético del virus de Ébola protege a los cobayas contra dosis normalmente letales del virus, pero se requiere la experimentación en primates antes de probarla en los seres humanos. La única terapia específica consiste en el uso de suero inmune de los pacientes infectados, que contiene anticuerpos contra el virus que pueden conferir cierto grado de inmunidad pasiva.
Un buen cuidado médico general puede hacer que aumente el índice de supervivientes entre las personas infectadas. Debido a que el virus no se propaga a través del aire, sino a través de los líquidos corporales, y a que se mueve con rapidez en el interior del cuerpo, medidas de barrera estrictas en los procedimientos de enfermería, como el uso de gorros, guantes y mascarillas, pueden poner rápidamente bajo control las epidemias una vez que han sido reconocidas como tales.

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