Experimentación animal




Experimentación animal
Un científico comprueba los efectos de la marihuana en el ojo de una cría de mono. Los defensores de los derechos de los animales consideran la experimentación animal una práctica poco ética. Por otro lado, muchos científicos defienden estas prácticas y argumentan que son necesarias para progresar en el entendimiento de las enfermedades humanas así como para mejorar la calidad de vida del ser humano.

Experimentación animal, uso controlado de animales en el laboratorio para propósitos científicos y médicos. Los científicos utilizan los animales de laboratorio para investigar procesos biológicos en los seres humanos y en los animales, para estudiar las causas de las enfermedades, para testar fármacos, vacunas y técnicas quirúrgicas y para evaluar la seguridad de algunas sustancias químicas empleadas en pesticidas, cosméticos y otros productos.
En muchos casos, la investigación científica y biomédica puede realizarse con cultivos de laboratorio de células específicas o tejidos, o con formas simples de vida como bacterias. Sin embargo, algunas investigaciones alcanzan resultados más satisfactorios mediante el estudio de las respuestas más complejas de un animal. Muchos animales funcionan esencialmente como los seres humanos; es por ello que proporcionan buenos modelos para realizar experimentos sobre procesos fundamentales, como la respiración, la ingestión y digestión del alimento, y la reproducción. Algunos animales sufren las mismas enfermedades que los hombres y sus sistemas inmunológicos responden de manera similar a los agentes causantes de la enfermedad, tales como virus o bacterias. Los animales tienen muchos genes idénticos a los de los humanos, con información para rasgos similares. En virtud de ello, gracias al estudio de los animales, los científicos han podido aprender mucho sobre el cuerpo humano.
La práctica de la experimentación en animales tiene una vigencia de varios siglos. Ya en el siglo II d.C, el médico romano Galeno experimentaba con cerdos y monos para demostrar que las venas transportaban sangre, no aire, como hasta entonces se creía. A principios del siglo XVII el médico inglés William Harvey estudió diversos animales, como gusanos, insectos, peces y ranas, y proporcionó novedosas apreciaciones sobre el principio que explica la circulación de la sangre por el cuerpo. La utilización de animales para la experimentación aumentó de modo significativo en el siglo XIX, lo que refleja el rápido desarrollo de la ciencia durante ese siglo. Entre otras investigaciones, los científicos utilizaban animales para explorar los principales órganos del cuerpo, la función del sistema nervioso y el papel de los microorganismos en la aparición de enfermedades.
Las ratas, los ratones y las aves son los animales más utilizados en experimentación. También se emplean primates, conejos, cerdos, hámsters, conejillos de Indias, perros y gatos. No obstante, el número global de animales utilizados para análisis de laboratorio está disminuyendo.
Ese descenso revela, al menos en parte, el cambio de opinión de la sociedad sobre los derechos de los animales. La experimentación animal ha provocado quejas y protestas por parte de las personas dedicadas a la protección de los animales. En la década de 1970 el movimiento en favor de los derechos de los animales adquirió nuevos bríos y una mayor presencia, gracias sobre todo a la publicación en 1975 del libro La liberación animal, escrito por el filósofo australiano Peter Singer, que calificó la experimentación animal de moralmente indefendible.
La evidencia de malos tratos a los animales, puesta de relieve por algunas asociaciones defensoras de los animales, situó esta práctica en el punto de mira de la opinión pública. Los grupos en favor de los derechos de los animales presionaron para que se produjeran cambios en las leyes sobre protección de los animales de laboratorio.
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BENEFICIOS DE LA EXPERIMENTACIÓN ANIMAL
Los defensores de la experimentación animal señalan los avances médicos que se han producido a lo largo de los siglos gracias a la investigación con animales. Los tratamientos para enfermedades cardiacas proporcionan un buen ejemplo, por ejemplo la cirugía a corazón abierto, en la que las funciones circulatorias son controladas temporalmente por una máquina que hace las veces de corazón y de pulmones, el bypass coronario, que mejora el flujo sanguíneo hacia el músculo del corazón, y la sustitución de una válvula cardiaca defectuosa por otra. Las técnicas y el equipo para la diálisis renal también fueron desarrollados por medio de la experimentación animal. Más de treinta fármacos para el tratamiento del cáncer así como las terapias de radiación contra el cáncer, fueron testadas primero en ratas y ratones. Las vacunas contra la difteria, el sarampión, la viruela y muchas otras enfermedades temidas en el pasado fueron desarrolladas por medio de la experimentación animal. Los trasplantes de órganos, las transfusiones de sangre y la microcirugía para volver a unir miembros cortados —así como otros procedimientos que salvan miles de vidas cada año— fueron posibles gracias al trabajo con animales. Y no sólo los seres humanos, sino también los perros, los gatos y otros animales domésticos y de granja se han beneficiado de esas investigaciones, con el desarrollo de tratamientos contra el moquillo, la rabia, el ántrax y otras enfermedades de los animales.
Las posibilidades de avance de la biotecnología moderna han aumentado considerablemente gracias al desarrollo de organismos transgénicos, como ratones criados especialmente para que lleven genes humanos seleccionados. Los organismos transgénicos permiten a los investigadores indagar sobre las causas genéticas del cáncer y de otras enfermedades. En otros prometedores trabajos sobre lesiones de la médula espinal y la parálisis, los neurobiólogos, que experimentan con ratas y ratones, tratan de encontrar medios de reparar el tejido nervioso y restablecer el movimiento. Los animales también se emplean en la búsqueda de remedios para las enfermedades más acuciantes del momento, como la enfermedad de Alzheimer y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).
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RAZONES PARA LA OPOSICIÓN
Los opositores mantienen que la investigación con animales es cruel, inmoral e innecesaria. “No pueden razonar ni pueden hablar”, escribe el filósofo inglés Jeremy Bentham, a propósito de los animales utilizados en los experimentos, “¿pero pueden sufrir?”. Más recientemente, Peter Singer, en La liberación animal, mantiene que todas las especies que pueden sentir dolor y sufrir —tanto los animales como los seres humanos— merecen igual consideración. Muchas personas creen que los animales no son menos complejos que los seres humanos en su capacidad para sentir emociones y para sufrir. Desde ese punto de vista, infligir incomodidades, dolor, sufrimiento y muerte a animales de laboratorio, que son incapaces de dar su consentimiento a la experimentación, es un completo error.
Los opositores también cuestionan a los científicos los resultados obtenidos de los animales; se preguntan si los datos obtenidos de los animales pueden aplicarse realmente a los seres humanos. Según ellos, las diferencias fisiológicas entre los animales y los seres humanos hacen que los primeros sean inadecuados como modelos experimentales. Los defensores de los derechos de los animales también argumentan que una gran parte de los fármacos nuevos que se comercializan causan reacciones adversas que no habían sido previstas en los estudios con animales. Los opositores de la experimentación animal también señalan que los animales se encuentran bajo una gran tensión y suelen estar confinados en pequeñas jaulas o encerrados en lugares diseñados especialmente para restringir el movimiento. Las tensiones causadas por el confinamiento pueden alterar de manera significativa el funcionamiento fisiológico de un animal, haciendo que las observaciones experimentales carezcan de valor.
En la actualidad, los investigadores de todo el mundo experimentan con una serie de alternativas, como los métodos in vitro, que utilizan células y tejidos cultivados en lugar de animales. Uno de estos métodos es el ideado para sustituir a los conejos en la evaluación de los efectos irritantes sobre la piel de las nuevas sustancias químicas. Otra vía prometedora es el desarrollo de métodos más sofisticados de análisis estadístico de los datos. Estos métodos de “extracción de datos” intentan que las pruebas requieran muy pocos animales o que éstos sean completamente innecesarios. Potentes programas de ordenador, ideados para imitar las funciones biológicas y demostrar cómo reacciona un organismo vivo ante sustancias químicas tóxicas o enfermedades patógenas, son otra alternativa.
Los defensores de los derechos de los animales, que representan un punto de vista extremo, apoyan una prohibición total de la experimentación animal en favor de métodos alternativos. A pesar del creciente interés y del éxito de los métodos alternativos, muchos científicos creen que no hay un sustituto para la respuesta compleja de un animal. En su opinión, la investigación animal es necesaria para que la biomedicina siga progresando. La cuestión de la experimentación animal seguirá siendo, por tanto, un tema de discusión en los años venideros.

miércoles, 13 de abril de 2011

Los asombrosos Esquistosomiasis




Trematodos sanguíneos
Esta microfotografía revela la presencia de trematodos intestinales, Schistosoma mansoni en su forma adulta, una de las especies de duelas de la sangre que producen la enfermedad denominada esquistosomiasis. Los machos son gruesos y azules; las hembras finas y transparentes. Son un tipo de gusanos planos que en su estado larvario penetran en el torrente circulatorio de las personas y animales expuestas a aguas contaminadas en los climas tropicales y subtropicales, y que después realizan la puesta de los huevos en el interior del organismo del huésped. Los síntomas de la enfermedad, que comprenden diarrea, inflamación y hemorragia, varían en el hombre dependiendo de la especie de trematodo y de la parte del cuerpo infestada. La enfermedad puede ser mortal si la persona afectada no recibe tratamiento.


Esquistosomiasis o Bilharziosis, grupo de enfermedades causadas por la infección en seres humanos de parásitos del tipo duelas, pertenecientes al género Schistosoma. Muy extendidas en los países tropicales y subtropicales, son muy raras en los climas templados. En todo el mundo están afectadas entre 150 y 200 millones de personas. Las duelas presentan un ciclo vital complejo: los adultos parasitan a un mamífero, por lo general humano, y las larvas viven en algunas especies de caracoles. Los huevos eliminados del huésped se transforman en larvas inmaduras en el agua fresca. Estas larvas, llamadas miracidios, invaden a los caracoles, su huésped intermedio, y se transforman en larvas maduras llamadas cercarias, y vuelven al agua. En este estadio penetran en la piel del mamífero, emigrando por los vasos sanguíneos hasta determinados capilares específicos mientras terminan de transformarse en adultos. Llegada esta etapa ponen huevos.
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EFECTO DE LAS DUELAS EN LOS SERES HUMANOS
Tres especies de duelas producen enfermedades graves: S. haematobium, S. mansoni y S. japonicum. Las tres se encuentran en los trópicos y en el Extremo Oriente. Otras ocho especies pueden producir irritaciones cutáneas a los bañistas de los lagos del Norte (Michigan, Wisconsin) y Canadá (Manitoba); esta enfermedad, leve, se llama prurito de los nadadores.
La duela egipcia o S. haematobium fue descrita por el médico alemán Theodor Bilharz en 1851. El macho adulto mide 1,5 cm de longitud; la hembra es algo más larga y mucho más delgada. Las cercarias atraviesan la piel o las mucosas de las personas durante el baño en agua infectada. Los parásitos alcanzan las vénulas y capilares de la vejiga urinaria, copulan y depositan huevos. Éstos se abren camino hacia la luz de la vejiga produciendo una reacción inflamatoria grave (son proteínas extrañas), sangrado de la mucosa, hematuria (sangre en la orina) y disuria (dolor al orinar). Se pueden observar huevos al examinar la orina al microscopio.
La duela rectal, S. mansoni, y la duela japonesa, S. japonicum, cuando se encuentran en el ser humano, emigran hacia los vasos del intestino grueso. Algunas, a través del sistema porta, alcanzan el hígado y causan inflamación crónica y cirrosis. La obstrucción de los vasos hepáticos aumenta la tensión en el sistema porta y se produce hepatomegalia (aumento de tamaño del hígado), esplenomegalia (aumento de tamaño del bazo) y varices esofágicas. Si éstas se rompen, se produce una hemorragia digestiva grave.
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TRATAMIENTO
La esquistosomiasis sin tratamiento puede producir la muerte. Se puede prevenir a través de medidas de salud pública y erradicación de los caracoles. En 1982 se presentó el praziquantel, primer fármaco efectivo contra las tres especies de esquistosoma. El tratamiento es de una sola dosis y sus efectos secundarios son aceptables (a diferencia de los tratamientos anteriores). Actúa aumentando la permeabilidad al calcio de las membranas celulares del parásito; la entrada abrupta de calcio en la célula origina una contracción masiva seguida por parálisis muscular y la muerte de la duela.

EL ASOMBROSO EL GENIO DE LEONARDO



Tanques y aeroplanos diseñados hace 500 años


MAQUINAS DE GUERRA. Arriba: diseño de Leonardo de un sistema de manguales militares; las hojas giratorias barrerían a su paso la caballería enemiga. Abajo: carro blindado de combate que se conduce con unas manivelas; su forma troncocónica le protege del fuego de artillería.
 

MAQUINA VOLADORA. Extraño artefacto de alas móviles, accionadas por
las piernas y los brazos del piloto.

 LEONARDO de Vinci, el genio polifacético del siglo XV, artista e ingeniero,
se anticipó con numerosos diseños a inventos que no aparecerían hasta siglos después, desde armas y vehículos hasta aparatos voladores.

BALLESTA GIGANTE. El hombre que accionaba esta máquina (abajo a la derecha) había de cargarla y dispararla mediante poleas.




ARMAS RAPIDAS. Varios diseños de armas semiautomáticas. Tenían múltiples cañones que disparaban sucesivamente.



Leonardo (1452-1519), «hombre de muchas almas», según expresión de su época, fue pintor, escultor, músico, arquitecto, urbanista, ingeniero militar y científico. Como inventor, sus ideas resultaron sumamente fecundas.

Trazó el esquema de un vehículo impulsado por ocho hombres y dotado de un mecanismo que presagiaba el moderno automóvil. Concibió un tanque con los flancos inclinados para protegerlo de la artillería.

Entre sus inventos militares se hallaban un cañón de disparo rápido, un proyectil explosivo y una ballesta gigante.

Proyectó varias máquinas voladoras, Su «nave del aire» tenía cuatro alas móviles que el piloto había de manipular con una pértiga. Aunque el artefacto era demasiado pesado para elevarse del suelo, reflejaba una pro-
funda comprensión de los principios de la navegación aérea.

El mismo ingenio demostraba el proyecto de paracaídas y el de otro aparato volador de ascensión vertical con aspas semejante a la hélice moderna.
Leonardo se interesó también por la exploración submarina y diseñó una campana de inmersión con el equipo correspondiente.

Su ingenio era incontenible y a veces rayaba en la extravagancia. Dejó incluso detalladas instrucciones para realizar una bomba fétida. Desgraciadamente, Leonardo no llevó hasta el fin gran parte de sus proyectos.
Los diseños de sus máquinas y sus observaciones científicas se extienden por miles de páginas, con dibujos cuidadosamente anotados en «escritura de espejo» (era zurdo y, además, escribía de derecha a izquierda).

Murió sin publicar su obra, cuyas conclusiones serían «redescubiertas» posteriormente... en numerosas ocasiones, cientos de años más tarde.

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