Campo de concentración


Los terribles y asombrosos Campos de concentración
Recuerdo de Auschwitz, Polonia
En Oświęcim, en el sur de Polonia, estuvo emplazado el mayor campo de concentración de la Alemania nazi. El campo, llamado Auschwitz, fue utilizado dentro del plan de exterminio de Adolf Hitler, pensado para eliminar a los judíos y a los miembros de otras minorías étnicas, como los romanís. Muchos prisioneros murieron en las cámaras de gas, otros fueron fusilados, ahorcados, envenenados o sometidos a experimentos médicos. Otras personas murieron a causa de enfermedades e inanición, o por el trabajo extenuante en las fábricas. Hoy el campo de concentración de Auschwitz, declarado Patrimonio de la Humanidad, es utilizado como museo conmemorativo.

Campo de concentración, espacio creado con el fin de internar en él a determinados grupos de personas: minorías étnicas o religiosas, súbditos de otros países, detenidos y refugiados políticos, y prisioneros de derecho común.
En los campos de concentración los detenidos no han tenido un juicio legal, su periodo de reclusión es indeterminado y la dirección del campo de concentración ejerce un poder arbitrario e ilimitado. Aunque para este fin se han utilizado tipos muy diversos de instalaciones, suelen constar de bloques, barracones o tiendas de campaña rodeados por torres de control y fuertes alambradas. Los campos de concentración también son conocidos como campos de trabajo correctivo, centros de realojamiento y campos de internamiento o de refugiados.
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CAMPOS DE CONCENTRACIÓN OCCIDENTALES
Los campos de concentración modernos surgieron a finales del siglo XIX. Los españoles los utilizaron en Cuba durante la guerra por la independencia de la isla (1898) con el fin de concentrar a la población rural en una zona concreta donde sería más fácil su control y evitar su apoyo a los independentistas cubanos.
Siguiendo este principio, Estados Unidos también los estableció en Vietnam y los británicos crearon campos de este tipo para más de 20.000 mujeres y niños durante la Guerra Bóer (1899-1902) en Sudáfrica. En Occidente se han construido campos de concentración en periodos de guerra y de emergencia nacional. En Francia el gobierno instauró campos de refugiados para los republicanos españoles que llegaron en 1938, aunque al año siguiente también internó allí a refugiados judíos y antinazis. En 1939 el gobierno británico internó a ciudadanos y refugiados supuestamente desleales de países enemigos en campos de internamiento. En Estados Unidos, las fuerzas militares transportaron a 70.000 ciudadanos de origen japonés y a 42.000 residentes japoneses de la costa oeste a centros de realojamiento en el interior.
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CAMPOS DE CONCENTRACIÓN SOVIÉTICOS
La literatura como delito
En 1970, el escritor Joseph Brodsky (1940-1996) emigró a los Estados Unidos. Había nacido en San Petersburgo (entonces Leningrado) y pasó 18 meses en un campo de concentración soviético, acusado de "parasitismo social". En 1987 recibió el Premio Nobel de Literatura.

En Rusia, en 1918 los bolcheviques utilizaron los antiguos campos de concentración (o de trabajo) zaristas para internar a quienes consideraban contrarrevolucionarios. Durante la década de 1920 los ‘enemigos de clase’ y los criminales fueron confinados en los campos especiales del norte del país en las islas Solovetskiye en el mar Blanco y cerca de Arjanguelsk. En las décadas de 1930 y 1940 una red de campos de trabajo, que cubría buena parte de Siberia, recibía a los millones de prisioneros que iban llegando en oleadas sucesivas procedentes de arrestos masivos. Entre los prisioneros se encontraban granjeros que rechazaban el programa de colectivizaciones, víctimas de las grandes purgas políticas llevadas a cabo por Stalin, deportados de los territorios polacos y bálticos anexionados en 1939, germanos de la zona del Volga (considerados como supuestamente desleales durante la II Guerra Mundial), prisioneros de guerra y rusos que volvían de las prisiones alemanas. A partir de la muerte de Iósiv Stalin en 1953 se produjo la liberación de gran número de prisioneros, aunque los campos de concentración siguieron existiendo a menor escala.
En 1919 la policía secreta rusa, conocida como la Cheka (precursora del KGB) fue facultada para arrestar a los ‘enemigos de clase’. El envío a un campo de concentración normalmente iba precedido de un juicio presidido por miembros de la policía secreta, en el que se utilizaba de forma ambigua el código criminal para condenar a los arrestados que no tenían el derecho ni a estar presentes en el juicio ni a defenderse. Durante la década de 1920, los campos de concentración eran administrados por diferentes organizaciones como el Comisariado de Justicia del Pueblo. En 1930 el control de todos los campos fue asumido por la Administración General de Campos (Glavnoye uptavlenie lagetov o GULAG) dependiente del Comisariado de Interior del Pueblo (Natodny kommissariat vnutrennikh dyel o NKVD).
La población reclusa, estimada en 15 millones de personas, realizaba trabajos forzados en diversos proyectos de interés para la economía soviética. Algunos de estos proyectos, como el canal mar Blanco-mar Báltico y el canal Moscú-Volga, costaron innumerables vidas. En otros proyectos como las minas de carbón y las prospecciones petrolíferas cerca de Vorkuta, o las minas de oro del río Kolima, se explotó la riqueza mineral del océano Ártico a costa de numerosas víctimas. Los cinco principales campos de concentración de esta época fueron el de Yagry cerca de Arjanguelsk, el de Pecora (con Kotlas y Vorkuta), el de Karaganda en el Kazajstán, el de Tayshet-Komsomolsk en la región del lago Baikal y el río Amur, y el de Dalstroy en la región de Magadan-Kolima.
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CAMPOS DE CONCENTRACIÓN NAZIS
Campos de concentración nazis
Durante las décadas de 1930 y 1940, los dirigentes nazis alemanes crearon 22 campos de concentración donde encarcelaron a judíos, gitanos, homosexuales, comunistas, eslavos y otros grupos. El trabajo, los fusilamientos, los gases o las inyecciones letales habían acabado con más de cuatro millones de prisioneros al final de la guerra. Este mapa muestra la ubicación de los campos de concentración y las fronteras actuales.

En Alemania los nazis abrieron campos de concentración (Konzentrationslager o KZ) casi inmediatamente después de asumir el poder el 30 de enero de 1933. Un decreto del mes de febrero abolió la protección constitucional permitiendo el arresto arbitrario. La policía de seguridad estaba facultada para arrestar a cualquier persona y enviarla a un campo de concentración por tiempo indefinido. La policía política conocida como la Gestapo impuso una ‘custodia protectora’ a oponentes políticos entre los que se encontraban gran número de comunistas, socialistas, disidentes religiosos (testigos de Jehová, protestantes y católicos) y judíos. La policía criminal, conocida como Kripo, impuso el ‘arresto preventivo’ a delincuentes y a numerosos grupos denominados antisociales: gitanos, homosexuales, discapacitados, prostitutas y vagabundos. Las SS (Schutzstaffel o unidades de protección) gestionaban los campos con una disciplina militar brutal. Durante la década de 1930 se crearon seis grandes campos de concentración: Dachau, Sachsenhausen, Buchenwald, Flossenburg, Mauthausen y Ravensbrück (este último sólo para mujeres). En 1939 estos campos albergaban a más de 25.000 prisioneros.
Delito de opinión
Konrad Adenauer (1876-1967), ex alcalde de Colonia internado en un campo de concentración por los nazis debido a su oposición al III Reich, participó en la formación del gobierno de Alemania en la posguerra y fue el primer canciller de la República Federal de Alemania en 1949.

Durante la II Guerra Mundial los campos crecieron en número y capacidad. Se crearon otros nuevos como Auschwitz-Birkenau, Natzweiler, Neuengamme, Gross Rosen, Stutthof, Lublin-Majdanek, Hinzert, Vught, Dora y Bergen-Belsen. A estos campos fueron llevados millones de prisioneros de los países europeos ocupados (judíos, partisanos, prisioneros soviéticos de guerra o trabajadores extranjeros). A principios de 1942, la Oficina Central de Economía y Administración de las SS (Wirtschafts-Verwaltungshauptamt o WVHA) asumió el control operacional de los campos de concentración y los prisioneros fueron obligados a realizar trabajos forzados en la producción industrial. Además de los campos de concentración, la WVHA administraba cientos de campos subsidiarios y las oficinas locales de la policía de seguridad en los territorios ocupados administraban un gran número de campos de trabajo. Los prisioneros trabajaban hasta la muerte en industrias como la química I. G. Farben y las fábricas de cohetes V-2. Aquellos que ya no estaban en condiciones de seguir trabajando eran eliminados con métodos como la cámara de gas, el fusilamiento o las inyecciones letales. También se utilizaba a los prisioneros para supuestos experimentos médicos.
Del encierro al genocidio
A medida que los nazis conquistaban países europeos durante la II Guerra Mundial, millones de judíos eran asesinados o recluidos en campos de concentración. Cuando concluyó el conflicto, los nazis habían eliminado a más de seis millones de judíos.

Durante la II Guerra Mundial, los nazis también crearon centros cuya finalidad era el exterminio de poblaciones enteras. En estas instalaciones, las SS enviaban sistemáticamente a las cámaras de gas a millones de judíos y miles de prisioneros de guerra gitanos y soviéticos. Dos centros de exterminio (Vernichtungslager) operaban bajo la supervisión de la WVHA: Auschwitz-Birkenau y Lublin-Majdanek. Otros cinco centros de este tipo operaban en campos creados por los líderes de las SS regionales y de la policía: Belzec, Sobibor y Treblinka al este de Polonia, Kulmhof (Chelmno) al oeste de Polonia y Semlin en las afueras de Belgrado. Más de cuatro millones de personas, en su mayoría judíos, murieron en los campos nazis y otros dos millones más murieron en guetos por inanición y enfermedad o por fusilamiento a cargo de los grupos de asalto (Einsatzgruppen). En 1979 el campo de concentración de Auschwitz fue declarado por la UNESCO Patrimonio cultural de la Humanidad. Actualmente se conserva como un museo, símbolo de la crueldad humana, en el que las evidencias de la tragedia se mantienen para que se recuerde a las víctimas y para que una catástrofe similar no vuelva a ocurrir.
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OTROS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN
Refugiados ruandeses
Este campamento en las montañas Ruwenzori del este de la República Democrática del Congo fue instalado para recibir a los refugiados de la guerra civil ruandesa de 1994. Ruanda era uno de los países más poblados del mundo y la catastrófica guerra provocó el éxodo de grandes masas de población en busca de seguridad al otro lado de las fronteras.

Después de la II Guerra Mundial, numerosos regímenes represivos han seguido abriendo campos de concentración. Así, los regímenes comunistas en Asia han utilizado campos de ‘reeducación’ para internar a gran número de hombres, mujeres y niños (en especial en China durante la Revolución Cultural). En la década de 1950 los británicos abrieron campos de internamiento de emergencia en Kenia; en la década de 1960, el gobierno de Indonesia envió a sus opositores a campos situados en otras islas y en la década de 1970 el régimen militar de Argentina administró campos secretos. A raíz de las hostilidades entre grupos serbios, croatas y musulmanes en la antigua Yugoslavia, los serbios y los croatas crearon campos de concentración en 1991.
En las dos últimas décadas el hambre, la guerra y la pobreza extrema han empujado a millones de personas a huir de su país, lo que ha provocado la instauración de numerosos campos de refugiados, gestionados en la mayoría de los casos por Organizaciones no Gubernamentales (ONGs) y la Organización de Naciones Unidas (ONU). Tras la guerra civil de Ruanda de 1994, más de dos millones de personas huyeron hacia Zaire, hoy República Democrática del Congo, donde fueron alojados en campos de refugiados.

miércoles, 3 de agosto de 2011

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