Ostra


La asombrosa Ostra
Ostra perlífera
Las ostras perlíferas, capaces de producir perlas, pertenecen a la familia Pteriidae. La perla es el resultado de un crecimiento anormal provocado por la presencia, en el cuerpo de la ostra, de una partícula extraña. La ostra, como respuesta a la irritación, deposita progresivamente capas de nácar en torno a ese cuerpo extraño.

Ostra, molusco marino bivalvo. Algunas de las más de 50 especies vivas de ostras que existen son comestibles. Las ostras perlíferas (véase Perla) constituyen una familia distinta a la que forman las ostras.
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ESTRUCTURA
Anatomía de la ostra
Envuelto por dos valvas gruesas y resistentes, el cuerpo de la ostra está adaptado para filtrar diminutos organismos planctónicos del agua. Las branquias filtran y recogen la comida, que es digerida en el estómago. El manto es una fina membrana que cubre el cuerpo y el interior de las valvas. Los músculos abductores y la charnela mantienen las valvas de la cubierta cerrada.

Las ostras se adhieren a las rocas o se entierran en el fondo del mar. Aunque no pueden desplazarse, se mueven por efecto de las olas. Las conchas de las ostras son de forma ovalada irregular. Constan de dos valvas unidas entre sí por el extremo anterior, más estrecho, gracias a un ligamento elástico que hace el papel de bisagra (charnela). Unido a ambas valvas, se encuentra un fuerte músculo, llamado aductor, que las mantiene cerradas. Cuando el aductor está relajado, el ligamento de la charnela empuja separando las valvas. La valva izquierda, sobre la que está la ostra, es más delgada y cóncava que su homóloga derecha. La superficie interna de las valvas es blanca, exceptuando las zonas oscuras que están en las proximidades del músculo aductor. El manto, formado por dos pliegues membranosos, cubre el cuerpo blando de la ostra y el interior de la concha. El manto segrega sustancias orgánicas e inorgánicas que confeccionan la concha. En el extremo anterior del cuerpo de la ostra hay dos labios delgados llamados palpos, entre los cuales se abre la cavidad bucal. Las ostras tienen dos órganos respiratorios en forma de hoz, las branquias, que están cubiertas por una especie de pelillos llamados cilios. El esófago es corto, y une la boca con el estómago. El cuerpo contiene los aparatos digestivo, reproductor, circulatorio, excretor y el sistema nervioso.
Las ostras se alimentan de microorganismos y partículas orgánicas en suspensión, que pasan al interior del animal gracias a las corrientes producidas por el movimiento de los cilios y después son seleccionados por los palpos labiales antes de llegar a la boca.
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REPRODUCCIÓN
Las ostras presentan distintos ciclos reproductores. La ostra europea y la de la costa del Pacífico son hermafroditas, es decir, que sus órganos reproductores producen óvulos y espermatozoides. Los huevos, que se fecundan en el interior, se retienen en las branquias hasta que la larva bivalva se ha desarrollado. En la ostra americana común de la costa del Atlántico los sexos están separados. Las hembras descargan millones de óvulos al agua, donde tiene lugar la fecundación. Las larvas están desarrolladas a las seis horas y gozan de un periodo de vida libre durante dos o tres semanas, antes de fijarse a las rocas o a otras conchas. Una vez adheridas, el periodo de maduración se prolongará hasta completar un año. Las estaciones reproductoras varían dependiendo de la latitud del hábitat.
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DISTRIBUCIÓN
Recolección de ostras en la bahía de Chesapeake
La recolección de moluscos en la bahía de Chesapeake es una de las actividades más lucrativas del estado de Maryland. Los mariscadores utilizan unas tenazas de mango largo para recoger las ostras naturales del fondo marino. Esta bahía es la zona de mayor producción de ostras del mundo, aunque en la actualidad sus bancos están siendo devastados por la pesca o la contaminación.

Las ostras se encuentran repartidas por todo el mundo. En general forman grandes bancos en las zonas de marea de las aguas templadas, a una profundidad de más de 30 metros. Los bancos de ostra americana común de la costa del Atlántico, llamada ostra virginica, están presentes a lo largo de la costa este del continente. La bahía de Chesapeake, en Estados Unidos, es la zona de mayor producción de ostras del mundo, aunque en la actualidad sus bancos han sido devastados por la pesca o la contaminación. En la costa atlántica americana destacan también la ostra de los manglares y las especies propias de Argentina, Brasil y Chile, además de las antillanas. La ostra americana de la costa del Pacífico, conocida como ostra de California, está repartida por la costa oeste de América del Norte y es más pequeña y de concha más delgada que las otras especies comestibles. Convive con ella la especie mexicana, a la que se conoce comúnmente como ostión. También existen grandes bancos de ostras comestibles en Japón y Australia.
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CULTIVO
Cultivo de ostras
Ostras cultivadas en un tanque de agua salada lleno de conchas de ostra. Se incorporan larvas de ostra que ocupan las conchas o cubiertas viejas. Los acuicultores las alimentan y las recogen cuando alcanzan el tamaño adecuado.

El cultivo de ostras se conoce desde la antigüedad. Ya en el año 110 a.C., los romanos comenzaron a cultivar ostras cerca de Baiae (hoy Baia), en las proximidades de Nápoles. Los chinos se habían dedicado al cultivo de peces en el año 850 a.C., pero el interés de los romanos por las ostras supuso el primer intento en Occidente de cultivar la vida marina. El experimento fue un éxito, y un cultivador llamado Sergius Orata hizo una fortuna vendiendo sus ostras a un público romano cada vez más aficionado a los alimentos refinados y exquisitos.
En la actualidad el cultivo de ostras se practica en muchos países. Las ostras inmaduras, llamadas semillas de ostras, se colocan en un fondo apropiado, provisto de unos dispositivos con forma de tubos o canastillas para recogerlas posteriormente. Los sistemas de cultivo de ostras más complejos son los de Francia, Japón y Holanda.
Clasificación científica: las ostras forman la familia Ostreidae del orden Mytiloida. Las ostras perlíferas constituyen la familia Pteriidae. La ostra europea es la especie Ostrea edulis, la ostra de California es Ostrea lurida y la ostra virginica, Crassostrea virginica. La de los manglares es Crassostrea brasiliana, y las de Argentina, Brasil y Chile son: Ostrea puelchana, Ostrea spreta, Ostrea chilensis y Ostrea columbiensis. Las antillanas son: Ostrea frons, Ostrea equestris y Ostrea permollis. El ostión mexicano es Ostrea mexicana.

martes, 11 de octubre de 2011

Arrecife de coral


Arrecife de coral
Arrecife de coral en el mar Rojo
Los arrecifes de coral son los ecosistemas acuáticos más complejos del planeta. Aunque pueden ser encontrados entre los 30º de latitud N y S, los mayores arrecifes se encuentran entre los 4º latitud N y S de las partes occidentales de los océanos principales. Los arrecifes de plataforma pueden ser de varios tipos: atolones, costeros, barreras y de plataforma; los oceánicos, por otro lado, se desarrollan fuera de la plataforma continental, alrededor de las islas volcánicas. En los arrecifes de coral habitan un gran número de peces y especies invertebradas.

Arrecife de coral, cresta o parte elevada de una zona relativamente poco profunda del suelo marino, próxima a la superficie del mar. Está formada por una acumulación de aspecto y consistencia similar a la roca, de exoesqueletos calcáreos (que contienen calcio) de animales de coral, algas calcáreas rojas y moluscos. Construida capa a capa por los corales vivos que crecen sobre los esqueletos de las generaciones pasadas, los arrecifes de coral crecen hacia arriba a un ritmo de entre 1 y 100 cm al año. Son tropicales, se extienden hasta 30° al norte y al sur del ecuador y sólo se forman donde la temperatura de las aguas superficiales no desciende nunca por debajo de los 16 ºC.
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FORMAS DE VIDA
Los arrecifes de coral son ecosistemas con estructuras bien definidas que agrupan tanto plantas fotosintéticas como consumidoras en el sentido que se explica en el artículo sobre ecología. La capa exterior de un arrecife está compuesta por pólipos de coral vivos. En el interior de los animales del coral viven unas algas unicelulares redondas llamadas zooxanthellas. Por debajo, y rodeando a los pólipos, se encuentran los esqueletos calcáreos, tanto los vivos como los muertos, que contienen algas filamentosas. Otras especies de algas, tanto carnosas como calcáreas, crecen en la superficie de los viejos depósitos de esqueletos. Estas algas y otras plantas asociadas son los principales productores primarios.
Las zooxanthellas fotosintéticas y las algas verdes filamentosas transfieren parte de su energía alimentaria directamente a los pólipos coralinos. Los animales del coral también se alimentan durante la noche de zooplancton, que capturan con sus tentáculos. Los pólipos cazan el zooplancton no tanto por sus calorías como por sus escasos nutrientes, especialmente el fósforo. Mediante la digestión, liberan estos nutrientes de los que se benefician las algas. De este modo, el coral y las algas intercambian nutrientes, reduciendo su pérdida en el agua.
Los peces herbívoros, como el multicolor pez mariposa, así como los erizos de mar, los holoturias, las estrellas y numerosas especies de moluscos se alimentan de las algas. Los animales predadores, como pequeños cangrejos, distintas especies de lábridos (peces largos y con aletas espinosas), anguilas moray y tiburones, se esconden en las numerosas cuevas y hendiduras del arrecife. Los numerosos microhabitantes y la productividad de los arrecifes soportan una gran diversidad de vida marina.
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TIPOS DE ARRECIFE
Los arrecifes de coral son de tres tipos: arrecifes en orla, barreras de coral y atolones. Los arrecifes en orla se extienden hacia el mar desde la costa de una isla o del continente, sin que haya agua entre el arrecife y la tierra. Las barreras de coral se producen a cierta distancia de la costa, con un canal o laguna entre el arrecife y aquélla. Los atolones son islas de coral que normalmente forman un arrecife estrecho en forma de herradura, en el centro del cual se encuentra una laguna poco profunda.
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BLANQUEO DEL CORAL
Los arrecifes de coral se han visto afectados recientemente por el blanqueo, que consiste en la decoloración o pérdida de las zooxanthellas simbióticas. En 1979 y 1980, se produjeron varios casos de blanqueo de coral en los arrecifes que rodean Okinawa, la isla de Pascua, el noroeste de Australia y el mar Caribe. Un incidente más grave se produjo en 1982 y 1983, afectando a arrecifes situados al este de África, Indonesia y la costa oeste de América Central y Sudamérica. Casos de blanqueo todavía más graves y más dañinos tuvieron lugar en el trienio comprendido entre 1986 y 1988, y afectaron a áreas como Taiwan, Hawaii, islas Fiji, isla Mayotte y toda la extensión de la Gran Barrera de Arrecifes.
La causa de estos amplios casos de blanqueo es desconocida; se han sugerido como posibles motivos la polución, el calentamiento global y la radiación ultravioleta. Aunque no se ha podido demostrar de manera concluyente que ninguna por separado ni el conjunto de estas causas sean responsables de los casos de blanqueo, investigaciones recientes indican que el origen del problema podría encontrarse en unas aguas inusualmente calientes. La temperatura óptima para el crecimiento del coral se sitúa entre 26 y 27 ºC. Se ha demostrado que las temperaturas por encima de los 29 ºC pueden causar estrés en los corales, y pueden intensificar el proceso de fotosíntesis que llevan a cabo las zooxanthellas simbióticas, dando lugar a altas concentraciones de toxinas de radicales libres en el tejido del coral. Estos pólipos de coral pueden expeler de forma activa a las zooxanthellas, provocando la decoloración del coral.
Los corales blanqueados tienen dificultad para recuperarse; un arrecife puede tardar varios años en lograrlo y, por lo tanto, los procesos de blanqueo podrían convertirlo en imposible. Sin sus zooxanthellas simbióticas, los pólipos no pueden depositar el esqueleto de carbonato cálcico que forma los cimientos del arrecife de coral. No sólo los corales, sino todos los organismos de los arrecifes podrían perder su hábitat a consecuencia de estos blanqueos, ya que la estructura de carbonato cálcico de los arrecifes se pierde debido a la erosión.

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