Husky siberiano
El husky siberiano dispone de una densa capa de piel que le permite soportar climas extremos. El pueblo chukchi del noreste de Asia lo crió para tirar de sus trineos. A pesar de su tamaño mediano es muy popular en las competiciones de trineos. Los machos alcanzan una altura entre 53 y 60 cm; las hembras son algo más pequeñas.
Husky siberiano, raza de perro de trabajo originada hace muchos siglos en la región del noreste de Siberia habitada por el pueblo chukchi. El husky es empleado en Siberia como perro de trineo, guardián y de compañía. En la primera década del siglo XX fue llevado a Alaska, donde, desde entonces, ha sido un perro de trineo, especialmente entrenado para las carreras, en las que también participa en Canadá y Estados Unidos, países en los que es el perro más apreciado para este tipo de competiciones. La popularidad del husky como animal de compañía ha crecido en los últimos años gracias a su limpieza, docilidad, inteligencia y elegante aspecto. Es un perro de tamaño mediano: los machos miden entre 53 y 60 centímetros a la cruz y pesan de 23 a 27 kilos, las hembras miden entre 51 y 56 centímetros y pesan de 16 a 23 kilos. Los huskies tienen el pelaje doble, formado por un entrepelo suave y espeso y una capa brillante y suave, lo que les da un aspecto arreglado, en contraste con otros perros de trineo, mucho más enmarañados, como el alaskan malamute o el perro esquimal. El color del pelaje suele ser gris, negro o castaño, con numerosas manchas, sobre todo en la cabeza. Tiene un cráneo mediano y más bien redondeado, orejas tiesas de implante alto, ojos azules o castaños (algunas veces uno de cada color), cuerpo fuerte y compacto, pecho profundo y patas rectas y fuertes. El husky arrastra su cola, ancha y muy cubierta de pelo, cuando está trabajando o descansando, y la levanta en forma de hoz cuando está en situación de alerta.