Electrochoque (ECT), electroshock, técnica terapéutica para pacientes psiquiátricos en la que se provocan convulsiones similares a las de la epilepsia al aplicar una descarga de electricidad en la cabeza. La ECT produce mejorías espectaculares de algunos síntomas psiquiátricos, sobre todo en casos de depresión psicótica; también se utiliza como profilaxis de las tentativas repetidas de suicidio. Se empezó a utilizar en los últimos años de la década de 1930, y fue la primera forma de terapia efectiva en la psicosis depresiva grave. Se empleó frecuentemente hasta la década de 1950; a partir de entonces, con la aparición de los fármacos psicotropos, cayó en desuso. En los últimos años ha aumentado el interés por la ECT tras ser descubiertos efectos secundarios importantes a largo plazo de los psicotropos.
Para evitar las consecuencias de la ECT (fracturas y luxaciones producidas por las convulsiones, shock emocional) hoy en día se aplica bajo anestesia general y con fármacos relajantes de los músculos. Otro adelanto actual es aplicarla sólo en el lado no dominante del cerebro, minimizando las pérdidas de memoria, principal efecto secundario de la ECT. Esta técnica unilateral es, no obstante, menos efectiva que la clásica bilateral.
A causa de las pérdidas de memoria y por el carácter desagradable de la técnica, ésta ha sido una de las terapéuticas más discutidas y controvertidas de la psiquiatría. En la actualidad sólo se considera indicada en casos de psicosis depresiva grave resistente al tratamiento médico.
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