El asombroso y carnicero Oso


Oso polar sobre un témpano de hielo
El oso polar, el carnívoro terrestre más grande del mundo, habita las zonas más septentrionales del hemisferio norte, así como las islas cercanas y los hielos marinos. Los osos polares son nadadores excelentes. Se sabe que son capaces de nadar hasta 80 km sin descanso. En tierra, el oso polar puede recorrer con facilidad distancias de 80 km en un día y 1.100 km en un año.

Oso, gran mamífero del orden de los Carnívoros. Los osos se distinguen de otras familias de este orden por tener el cuerpo pesado, la cola corta y las orejas pequeñas y redondeadas; también se diferencian por su marcha plantígrada (el talón y la planta tocan el suelo al caminar, como en los seres humanos), y por los pies posteriores dotados de cinco dedos. Además, carecen de los dientes carniceros comunes en la mayoría de los carnívoros; sus molares anchos y con protuberancias tienden a ser considerados como una adaptación a su alimentación omnívora. Aunque están clasificados como carnívoros, las diferentes especies varían mucho en sus hábitos alimentarios. Por ejemplo, el oso polar se alimenta casi exclusivamente de focas y, en menor grado, de peces; el oso gris o grizzly come tanto materia animal como vegetal, incluyendo bayas, nueces, tubérculos, bulbos, carroña, huevos y miel.
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TIPOS Y HÁBITATS
Oso malayo
El oso malayo, miembro de costumbres arborícolas de la familia de los Úrsidos, es originario de los bosques del Sureste asiático. Tiene el pelaje más corto de todos los osos y gracias a sus garras fuertes y poderosas, puede trepar a los árboles con bastante facilidad. Su dieta es omnívora y se alimenta de termitas, frutas, brotes de los árboles, mamíferos y aves pequeños.

Los osos pueden ocupar una gran variedad de hábitats, pero el acoso al que los seres humanos les han sometido los ha relegado a las zonas más apartadas y salvajes de las montañas y bosques, y a las regiones árticas. Su área de distribución comprende Eurasia y América del Norte y del Sur (el oso de Crowther propio de la cordillera del Atlas en el norte de África, es posible que se haya extinguido). Las especies actuales de osos son: el oso polar, el oso pardo, el oso negro americano, el oso tibetano o negro asiático, el oso malayo, el oso bezudo y el oso de anteojos.
Osos pescando en Alaska
Los extensos paisajes de Alaska son la casa y el refugio de muchos animales, entre ellos varias especies de osos. En la fotografía, un oso pardo y sus crías de un año pescan salmones. El oso kodiak, subespecie del oso pardo que habita en la isla de Kodiak, puede alcanzar un peso de 786 kg y una altura de 3 m. Otras dos especies que habitan en Alaska son el oso polar y el oso negro americano.

La distribución del oso blanco o polar está limitada a las costas árticas y su hábitat lo constituyen los bancos de hielo; también es conocido como oso del hielo en algunas lenguas, pues muestra una clara preferencia por los hielos marinos cuando caza. Está perfectamente adaptado a su ambiente; la parte inferior de sus garras está recubierta de pelo, lo que evita el deslizamiento sobre el hielo.
Oso tibetano
El oso tibetano es un oso de tamaño mediano que habita en los bosques de Pakistán y Corea y en las islas de Japón. El pelaje del cuerpo es largo y negro y presenta una mancha blanca muy característica en forma de V sobre el pecho.

El oso pardo tiene un área de distribución mayor (Europa, Asia y Norteamérica): sus hábitats se localizan en las llanuras y bosques de la zona templada del hemisferio norte. Entre las subespecies norteamericanas de gran tamaño destacan: el oso Kodiak de la costa de Alaska, que está considerado como el oso más grande, pues puede alcanzar un peso de 780 kg y medir unos 3 m de longitud, y el oso gris o grizzly, llamado así por el color gris tachonado de blanco de su pelaje. La población mundial de oso pardo se ha reducido de forma drástica en las últimas décadas, tanto en Norteamérica, donde sobreviven en Alaska y en el oeste de Canadá, como en Europa, donde aún habita en algunas regiones montañosas. En España, el oso pardo se distribuía por la mayoría de sus sierras y valles, pero en la actualidad ha quedado relegado a los montes que constituyen la cordillera Cantábrica, donde quedan menos de 80 ejemplares, y al Pirineo central, con una población residual de media docena de individuos. Las causas principales de esta regresión han sido la caza y la destrucción del hábitat.
Oso bezudo
El oso bezudo, de pelaje negro, habita en el subcontinente indio y en la isla de Sri Lanka. Estrechamente emparentado con el oso tibetano, el macho del oso bezudo puede llegar a pesar 175 kg y la hembra unos 70 kg. Está casi extinguido en Sri Lanka y su estado es muy precario en muchos lugares de la India.

El oso negro americano, también conocido con el nombre de oso baribal, se distribuye sólo por Norteamérica y presenta una gran variabilidad en el color de su pelaje. Éste puede ser de color blanco puro, como es el caso del oso de Kermode de la costa de la Columbia Británica, en Canadá, o puede ser negro, azulado, rubio o canela, como en los individuos que habitan al oeste de América del Norte.
Oso negro americano
El oso negro americano tiene un área de distribución que se extiende por América del Norte, desde Alaska y Canadá hasta las montañas del norte de México. A pesar de su nombre, el color de estos osos puede ser negro, pardo, azulado e incluso totalmente blanco. Se alimentan de frutas, bellotas, pescado, carroña e insectos (dieta omnívora).

El oso negro asiático, conocido también con los nombres de oso de collar, lunar u oso tibetano, vive en las cadenas montañosas del Sureste asiático. Se caracteriza por tener una librea de color negro y por presentar sobre su pecho una mancha característica de pelo blanco en forma de V.

El oso pardo
El oso pardo (Ursus arctos) sigue siendo el miembro más común de su familia. Habita en cuevas dispersas entre España y Japón así como en la zona norte de las montañas Rocosas, en Estados Unidos. En Rusia, Alaska y Canadá no están tan dispersos. El oso comprende varias subespecies, desde los enormes osos pardos de las costas de Alaska hasta los osos de Europa meridional, que son mucho más pequeños.

El oso malayo tiene el pelo corto, de color negro, con una mancha sobre el pecho de forma irregular y de color blanco o amarillo; es de hocico corto. Vive en el Sureste asiático y es un animal ágil que trepa a los árboles con facilidad.
El oso bezudo habita en los bosques tropicales de India y Sri Lanka, y se caracteriza por la forma pausada de sus movimientos. Su hocico es largo y debe su nombre a que tiene labios muy móviles, que emplea para succionar las termitas de las que se alimenta. El color de la librea es negro, con pelos bastante largos y también tiene una mancha de pelo blanco en forma de U o V en el pecho.
El oso de anteojos, también llamado ucumari, recibe este nombre por el característico dibujo de pelo claro que tiene entre los ojos y que semeja a unos anteojos. El resto del cuerpo es de color negro, excepto el hocico, la garganta y el pecho, que son de color crema. Su área de distribución se extiende desde Bolivia y los Andes peruanos, colombianos y ecuatorianos, hasta parte de Venezuela y Panamá y su habitat está restringido a las zonas más altas y agrestes, donde no existen cultivos.
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COMPORTAMIENTO Y CICLO VITAL
Oso pardo europeo
El oso pardo europeo vive en llanuras abiertas aisladas desde Noruega hasta el sur de la península Siberiana y llega hasta el sur de Grecia. Las crías permanecen con la madre durante dos años o más y aprenden de ella a cazar y buscar alimento. El oso no es tan agresivo como suele decirse, aunque la hembra ataca si siente que su prole está en peligro.

La longevidad del oso se estima entre 15 y 30 años en su entorno natural y aún más en cautividad. Tiene un sentido del olfato excelente y, aunque son necesarios más estudios, es muy probable que su vista y su oído sean comparables a los del perro. Estudios recientes sugieren que los osos negro, polar y pardo son verdaderos hibernantes (véase Hibernación), que pasan la época crítica del invierno recogidos en la osera donde su actividad orgánica disminuye. El proceso se realiza de forma paulatina y comienza con la entrada del animal en un estado de mayor torpeza. El oso pardo permanece sin alimentarse mientras hiberna, la actividad del aparato digestivo y del riñón son muy bajas, y no elimina los desechos metabólicos; este estado puede durar entre 3 y 5 meses (y hasta 7 meses en los osos que viven en el norte de Alaska). Sin embargo, en comparación con los roedores hibernantes, la temperatura del oso permanece más alta (apenas se reduce), aunque la frecuencia cardiaca cae de 45 a 10 latidos por minuto, y el consumo de oxígeno se reduce a la mitad. También conserva funcionales los sentidos de la vista, del oído y del olfato, y en el caso de que se produzcan periodos invernales más cálidos, puede reanimarse y dejar su guarida transitoriamente. El proceso de hibernación se traduce en una pérdida de hasta el 30% de su peso corporal. Por ello, es indispensable el proceso de engorde otoñal para resistir esta etapa.
El periodo de gestación de los osos oscila entre 6 y 9 meses, tras los cuales nacen de 1 a 4 cachorros de un tamaño diminuto (unos 300 gramos de peso en el caso de los osos negros americanos) y sin pelo. Los nacimientos ocurren durante el invierno, en el interior de la osera elegida por la madre. El osezno permanece con la osa hasta la segunda primavera de su vida, momento en el que es rechazado por ésta y empieza a llevar una vida independiente. La madurez sexual ocurre entre los 3 y los 5 años de edad aproximadamente.
Es una especie de carácter solitario y los lazos familiares sólo existen entre la hembra y los oseznos. No se trata de un animal territorial y los dominios de los diferentes individuos se solapan. A pesar de la protección de la madre, se han descrito casos de matanzas de oseznos por parte de machos adultos de oso gris o grizzly norteamericano. Por ello, la hembra ha desarrollado un comportamiento muy defensivo en relación con sus cachorros: evita acercarse a los machos agresivos, enseña a los oseznos a subirse a los árboles, atacan a cualquier animal que se aproxime demasiado y son capaces de correr a gran velocidad en caso de necesidad. Todo esto, junto con la gran afluencia de personas que se da en ciertas áreas naturales, ha dado lugar a que en Estados Unidos haya habido ataques de estos animales a seres humanos; en algunos casos las consecuencias han sido graves, por lo que la caza del oso ha aumentado y en consecuencia su número se ha reducido. Otra causa de conflicto es el descubrimiento y la explotación por parte del oso de nuevas fuentes de alimento relacionadas con los seres humanos. Estos animales pueden causar daños graves en los almacenes de grano, en el ganado estabulado, en los panales de miel y en las zonas de cultivo. En los parques nacionales de Estados Unidos los osos han desarrollado nuevas pautas de alimentación basadas en la comida de los excursionistas y en los desperdicios. Algunos osos han aprendido a romper las ramas donde los turistas cuelgan la comida e incluso pueden abrir coches cerrados para conseguir alimento.
El aprendizaje juega un papel importante en la habilidad de los oseznos para obtener alimento. Su desarrollo relativamente lento y su larga dependencia de la madre, les permiten aprender de su progenitora todas las técnicas necesarias para llevar más tarde una vida independiente; incluso son capaces de recordar los lugares y las experiencias pasadas. Hasta el oso de anteojos, que es básicamente vegetariano, debe aprender cuándo y dónde encontrar las partes más nutritivas de las plantas que constituyen su alimento en cada estación del año. Las especies omnívoras sobreviven gracias a su memoria para recordar y localizar los parajes con alimento abundante, siguiendo el calendario estacional: los ríos salmoneros, en el caso del oso negro americano, y las áreas ricas en bayas y frutas, en el caso del oso pardo.
Debido a la variabilidad y a la estacionalidad de las fuentes de alimento, el oso puede realizar desplazamientos de hasta 150 km de distancia, lo que hace que el territorio vital o área de campeo sea también fluctuante; además, dicho territorio estará condicionado por otros factores, como el sexo o la densidad de población. En una situación como ésta, las observaciones realizadas en la naturaleza parecen sugerir un cierto tipo de comunicación entre los osos, que consistiría en un sistema de señales basadas en las marcas que deja el oso al arañar con las garras el tronco de los árboles, cuando muerde la corteza o cuando se restriega contra ellos. Aunque hay datos poco fiables de la función de este comportamiento de marcaje, parece ser que las señales ofrecerían información a otros individuos sobre el territorio del ocupante. Por otro lado, se cree que los osos se advierten y evitan unos a otros en la distancia; así como los grandes machos residentes en un territorio determinado persiguen a los subordinados, las marcas dejadas por los primeros podrían infundir miedo y desanimar a los posibles intrusos.
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EVOLUCIÓN
Cráneo del oso de las cavernas
Este cráneo del extinto oso de las cavernas se caracteriza por el tamaño enorme de los caninos, que probablemente utilizaba para matar a sus presas. Por el contrario, los molares son planos, están situados atrás en la boca y se empleaban en triturar la comida antes de ser ingerida.

Los restos fósiles más antiguos que se conocen de los osos y de otros animales parecidos a éstos están datados en el mioceno, hace unos 25 millones de años. Al parecer, los osos evolucionaron a partir de un grupo extinto de carnívoros que reciben el nombre de cinodontos. El oso extinguido mejor conocido es el denominado oso de las cavernas, cuyos restos han aparecido en varias cuevas de Eurasia y de Norteamérica. Los restos encontrados demuestran que su tamaño era mayor que el del oso Kodiak y, probablemente, empleaba las oseras como refugio ocasional.
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CONSERVACIÓN
La conservación de carnívoros adaptados a vivir en un territorio amplio resulta difícil debido a la escasez de espacios grandes que gocen de un relativo aislamiento. El desafío es aún más difícil en el caso de los osos, que con su extraordinario olfato se sienten atraídos hacia el alimento que les proporciona el ser humano; el conflicto es inevitable y el oso suele ser el perdedor. Hay, además, otros muchos efectos indirectos derivados de la acción del ser humano, como las prospecciones mineras u otro tipo de explotación de recursos realizadas en áreas habitadas por los osos. El camino para solucionar estos problemas pasa por un mejor conocimiento de las consecuencias de los procesos mencionados anteriormente, así como por una mayor toma de conciencia de la población sobre la necesidad de conservar el patrimonio natural.
Clasificación científica: los osos constituyen la familia de los Úrsidos, dentro del orden de los Carnívoros. El oso polar se clasifica científicamente como Ursus (Thalarctos) maritimus, y el oso pardo como Ursus arctos; el oso grizzly es la subespecie Ursus arctos horribilis y el oso Kokiak es Ursus arctos middendorffi. El oso negro americano o baribal es la especie Ursus (Euarctos) americanus. El oso negro asiático u oso tibetano se clasifica como Selenarctos thibetanus, el oso malayo como Ursus (Helarctos) malayanus y el oso bezudo como Ursus (Melursus) ursinus. Por último, el oso de anteojos o andino es la especie Tremarctos ornatus.
















viernes, 14 de enero de 2011

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