TIRADORES Y TRAMPEROS EN EL REINO ANIMAL


Un mundo donde el incauto acaba convertido en alimento

MUCHAS criaturas han inventado ingenios as maneras de caza. La hormiga león joven, antes de convertirse en una especie de libélula, utiliza sus mandíbulas en forma de pinzas para hacer un agujero en la arena del desierto,
que
es su hábitat. Luego se instala en el agujero en espera de sus presas: hormigas y arañas.
Cuando uno de esos animales se acerca al agujero y mueve la arena del borde, la hormiga león entra en acción inmediatamente. Coloca un grano de arena en su cabeza y lo arroja con perfecta puntería contra el blanco. Ello hace caer al animal en el pozo, donde es rápidamente devorado. Luego la hormiga león vuelve a su puesto de guardia, preparada para atrapar la próxima víctima.

El pez arquero lanza un misil para apoderarse de sus presas. Mientras nada cerca de la superficie en los ríos de la India y Australia, busca los insectos posados en las ramas más bajas de los árboles de la orilla.
Cuando descubre una víctima, el pez arquero sale a la superficie
, lanza un chorro de agua por la boca y hace caer el insecto al agua. El pez produce este disparo de pistola de agua, gracias a la forma de su boca. Posee una ranura a lo largo del paladar y al apretar la lengua contra él forma un estrecho tubo. Al cerrar sus agallas produce la presión necesaria para lanzar el potente chorro.

Un pez que pesca

El pez pescador de las profundidades utiliza un método más alambicado mediante una larga aleta, parecida a una caña de pes- car, que surge de su dorso. Puede inclinar- la hacia adelante hasta que su extremidad queda delante de su boca. En la punta de esta aleta se halla el «cebo», excrecencia carnosa en forma de gusano que se retuerce llamativamente. Cuando un pez más pequeño trata de morder el cebo, el pez pescador lo atrapa.

Cierta araña saltadora utiliza una curiosa treta. Teje una tela en la boca de la sarracenia, planta carnívora que .se alimenta de los insectos que penetran en sus flores con forma de recipientes. La araña 'se coloca en su red y espera la llegada de una víctima. De este modo, se apodera de la presa, que estaba destinada a la planta.




PEZ QUE PESCA PECES. El pez pescador atrae a víctimas de menor tamaño con una excrecencia carnosa en el extremo de su aleta.








VOLANDO BAJO EL AGUA
A LA ORILLA de los torrentes de montaña vive un ave robusta, del tamaño de un estornino, llamada somorgujo. Abunda en diversas zonas del globo y se adapta perfectamente al agua, en cuyo ·interior «vuela» con asombrosa maestría. Bate sus fuertes alas y vuela hasta fondos de seis metros de profundidad. Allí puede resistir medio minuto buscando alimento entre los guijos y la arena.

Se cree que el somorgujo puede caminar por el fondo del agua, colocando su cuerpo en determinado ángulo contra la corriente.' Ello le vale mantenerse sumergido mientras se procura el sustento. Uña aleta movible, situada sobre las narices del ave, cierra el paso del agua, y los ojos están protegidos por una delgada membrana parecida a un tercer párpado.



MODESTIA NATURAL
Supervivencia por el camuflaje ... o el susto


LAS leyes de la naturaleza exigen a toda criatura ciertos medios protectores que le permitan sobrevivir. Unos seres han desarrollado terribles armas defensivas y otros se valen de ingeniosos disfraces para pasar desapercibidos.

Los insectos constituyen el principal alimento de muchos depredadores, y esta amenaza les ha hecho particularmente hábiles en el arte del disfraz. Hojas y ramas de bosques y selvas no son siempre lo que parecen: los insectos palo se confunden con ramitas; ciertos grillos arbóreos, con hongos; los saltamontes con espinas, y los insectos
hoja se balancean en las ramas como si formaran parte de! follaje mecido por e! viento.



La mariposa de la oruga esfinge consigue hacer algo aún más sorprendente. Al verse amenazada, contrae las patas y se enrolla sobre sí misma, dejando ver un par de ojos «falsos» que la asemejan totalmente a la mortífera víbora de! pozo o crótalo. El escarabajo bombardero es un insecto que se defiende de manera tan espectacular como peligrosa. Arroja ruidosamente un chorro de líquido, compuesto de pexido de hidrógeno y quinolina, a todo posible atacante. La variedad europea es más bien pequeña, pero su congénere de la India alcanza cinco centímetros de longitud y su temible chorro puede producir al hombre un fuerte dolor si le alcanza en los ojos.



ESPECTRO. Los insectos palo son casi indistinguibles, por la forma y el color, de los tallos de las plantas donde se posan.







INMOVIL. La mantis religiosa espera inmóvil, camuflada entre el ramaje y dispuesta a caer sobre sus ctimas.







MECIENDOSE EN EL VIENTO. Los insectos hoja no sólo semejan parte del follaje por su color y nervadura, sino que balancean sus cuerpos como si temblaran al soplo del viento.


domingo, 20 de febrero de 2011

LUCES VIVIENTES DEL REINO ANIMAL



Criaturas que producen su propia luz

LA luz sólo constituye el tres por ciento de la energía consumida por una
b
ombilla eléctrica; el noventa y siete por ciento restante se transforma en calor.
En el reino animal, la luciérnaga, diminuto mie
mbro del orden de los coleópteros, brilla en la oscuridad con el fin de atraer a su pareja. Dedica a esta función el noventa por ciento de su energía radiante, pues produce una luz casi totalmente desprovista de calor.
Las luciérnagas de ciertas zonas de Europa y América, así como los cocuyos de las regiones tropicales del Nuevo Mundo, producen su luz, mediante un proceso químico, en un órgano situado en el abdomen. La
sustancia llamada luciferina se combina con el oxígeno, en presencia de una enzima (luciferosa) para producir un vivo resplandor.
Estos insectos, colocados en linternas formadas por calabazas huecas y perforadas, se utilizaron en Brasil y en China como sistema "económico de iluminación. Con la luz de seis luciérnagas de regular tamaño puede
l
eerse sin dificultad un libro. Sin embargo, los ensayos para producir artificialmente «luz viva» o bioluminiscencia han resulta-
do más costosos que la forma
habitual de iluminación eléctrica.
El gusano de luz, perteneciente como la luciérnaga al orden de los colpteros, tambn produce luz mediante un proceso químico. El macho es áptero, es decir, carente de alas, y aloja en su abdomen dos diminutos órganos luminíferos. La hembra, parecida al gorgojo, posee también órganos luminíferos en los segmentos de la cola, y atrae al macho con su potente resplandor. Las larvas del gusano de luz sólo se vuelven luminiscentes ante un peligro. Su luz verdosa es más brillante que la de los individuos adultos.
Muchos animales marinos abisales se valen también de la bioluminiscencia, tanto para aparearse como para atraer a sus presas.
En las profundidades, las anémonas de mar, las esponjas, los crustáceos coralíferos, las gambas y los calamares producen su propia luz. Ciertos peces ofrecen alojamiento en su interior a colonias de bacterias luminiscentes que los iluminan desde dentro.
Generalmente
, el animal que las aloja dispone de medios para ocultar la luz cuando amenaza el peligro. Para ello reduce, al parecer, el suministro de oxígeno. El fotoblefaro, pez indonesio, muestra .un gran punto blanco debajo de cada ojo, rico en vasos sanguíneos saturados de bacterias. Oculta su luz con un pliegue negro de la piel que desciende sobre los puntos luminosos. El pez batisfera debe su nombre a las máculas luminosas de color azul pálido, situadas en sus costados, y que parecen ventanillas de una escafandra de buzo. Posee tentáculos de unos setenta cenmetros, con
puntas luminosas, que atraen a los peces de que se alimenta.        .'
Por otra parte, el pequeño pez destral emite de su cuerpo luces fantasmagóricas y verdosas, parecidas a una hilera de dientes, que alejan a los posibles enemigos mientras come su ración de plancton.
El pez linterna utiliza sus «botones» luminosos, azules, verdes o amarillos, situados a lo largo de su cuerpo, como señal para reconocer a su pareja, mientras el pez pescador se vale de cebos luminosos.

LUCES EN LA NOCHE. La lucrnaga macho
y la h
embra del gusano de luz poseen órganos luminíferos que emplean como señales.











BELLEZA DE LAS PROFUNDIDADES. Muchos peces abisales, como el Chauliodus, utilizan la luminiscencia para atraer a sus víctimas y llamar a sus parejas.



LUCES ERRANTES. Algunos peces como el Icthyococcus deben sus brillantes colores a sustancias luminíferas.







NUEVOS MIEMBROS QUE REEMPLAZAN A LOS VIEJOS
EN OTROS tiempos se cortaba en pedazos a las estrellas de mar y se las arrojaba de nuevo al agua. Se pensaba que habían muerto y ya no suponían un peligro para los criaderos de ostras y mejillones.
Sin embargo, lejos de perecer, las destrozadas estrellas de mar regeneraban nuevos brazos, de suerte que de cada animal surgían dos o más individuos.
Las estrellas de mar no son las únicas criaturas dotadas de la curiosa propiedad de reemplazar sus miembros. Los cangrejos y las langostas pueden recuperar la pata o la pinza que les rompieron en una pelea. El
gusano de tierra puede reemplazar su cabeza si pierde los primeros segmentos de su cuerpo. Las lagartijas pueden generar una
nueva cola en caso necesario.
Algunos de los animales más primarios tienen la facultad de recrear cuerpos completamente nuevos a partir de una diminuta parte del antiguo.
El gusano plano o platelminto vive tanto en el fondo del mar corno en agua
dulce, oculto entre el fango y las piedras.
Genera
lmente mide menos de tres centímetros y parece una pequeña sanguijuela. Si se le corta el rabo, el platelminto crea otro. Si pierde la cabeza la sustituye por otra. Si se corta un pedazo del centro de su cuerpo,
aparece con el tiempo una nueva cabeza y un nuevo rabo. La cabeza surge en la extremidad delantera y el rabo en la trasera, corno si el trozo «recordase» su situación.
Si la cabeza es seccionada longitudinalmente, cada mitad genera la parte suprimida, de suerte que el gusano plano acaba teniendo dos cabezas. Si en la cabeza se practican varios cortes y se impide que vuelvan a unirse, el resultado será un monstruo con numerosas cabezas.
Se puede enseñar a los platelrnintos a contraerse cuando se enciende una luz eléctrica. Unos gusanos que se contraían bajo
la lu
z eléctrica demostraron la misma habilidad después de ser cortados por la mitad y haber regenerado las partes seccionadas.
Incluso los rabos que haan regenerado nuevas cabezas se plegaron al encenderse la luz. A unos platelmintos hambrientos que no se contraían con la luz, se les alimentó con trozos de gusanos enseñados a responder bajo el foco. Los gusanos hambrientos «aprendieron» a reaccionar ante la luz mucho más rápidamente que otros alimentados con gusanos no enseñados. Fue corno si hubiesen comido la memoria de sus conneres.

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