ARMAS SIN POLVORA


LAS INCREÍBLES ARMAS SIN POLVORA
Ingenios bélicos que abatieron fortalezas

 
CATAPULTA MEDIEVAL. Las tropas sitiadas utilizan una catapulta accionada con trenza de cabello humano para bombardear la torre de los asaltantes. Mientras tanto, otros defensores sorprenderán a los sitiadores a través de un túnel.






INGENIO BELICO. Una máquina de asedio, diseñada en 1472, con puente levadizo y cañón.













CATAPULTA. El hombre que maneja la catapulta es levantado por la fuerza del disparo .


MUCHO antes de que el mundo occidental utilizara la pólvora, los ejércitos contaban con gran variedad de ingenios para arrojar proyectiles contra el enemigo. Uno de los más poderosos era la ballesta escorpión, empleada por los romanos. Consistía en un enorme arco dispuesto sobre una plataforma, que podía despedir una piedra de dos kilogramos y medio a más de 500 metros.
En el asedio de Roma de! año 537 de nuestra era, un caudillo godo fue clavado a un árbol por un dardo de ballesta, y cuando, tres siglos después, París fue sitiada por los vikingos, otro dardo atravesó limpiamente a tres asaltantes.

Complemento de la ballesta era la catapulta, equivalente del mortero moderno, que volteaba los proyectiles. El brazo de la catapulta, con un cuenco para e! proyectil en un extremo, al ser girado hacia atrás, tensaba una cuerda de tripa de animales. El brazo se disparaba hacia adelante y era detenido por una barra cruzada, lanzando el proyectil a unos 500 metros.

La ballesta y la catapulta se utilizaron hasta el siglo XII. Sin embargo, el antiguo método de trenzar intestinos animales para obtener la tensión necesaria había sido olvidado desde hacía tiempo y en su lugar se empleaban cuerdas. Esto significa que las máquinas de los cruzados, por ejemplo, no eran tan poderosas como las de los romanos.

La solución fue una nueva máquina de guerra: el trabuco, que naturalmente nada tiene que ver con la escopeta posterior del mismo nombre. El trabuco era una máquina artillera, semejante a la catapulta, pero tenía además un contrapeso para hacer oscilar el brazo y disparar el proyectil.
Algunos trabucas eran colosales. Con un brazo de 15 metros de longitud y un contrapeso de 10 toneladas se podía lanzar una piedra de 140 kilogramos a más de 600 metros de distancia.
Pero las piedras no eran los únicos proyectiles.

Los trabucas se utilizaban también para lanzar el «fuego griego»: una mezcla altamente inflamable de azufre, alquitrán, resina, nafta y estopa, rociada con trementina, ceniza vegetal y salitre. Esta mezcla temible ha sido considerada como la gran arma disuasoria de la baja Edad Media. Su cualidad más terrible era que e! agua avivaba más sus llamas. Durante siglos, el secreto de la fabricación de! fuego griego sólo fue conocido por los bizantinos,
Esto hacía su flota invencible, pero en el siglo IX los árabes descubrieron la fórmula y pronto la emplearon contra aquéllos.
Otras tácticas eran más sutiles. A veces los trabucas se utilizaban para atemorizar al adversario, arrojando cadáveres de enemigos o prisioneros vivos sobre las murallas de los sitiados. También se arrojaban caballos putrefactos para extender la peste.

En 1422, en el asedio de Carolstein, fueron volcados sobre la población 200 carros de estiércol. Ha quedado constancia de que una de las últimas ocasiones en que se empleó el trabuco fue en el sitio de Rodas. Los turcos batían la plaza con cañones pesados, pero los cristianos construyeron un trabuco y silenciaron con él la artillería adversaria.

Pero los días del trabuco habían' terminado. La pólvora, empleada inicialmente por los chinos en el siglo IV antes de C., fue fin conocida en e mundo occidental. A principios de! siglo XIV se construyeron los primeros cañones que resultaban terriblemente inseguros.

lunes, 11 de abril de 2011

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