En Inglaterra, hace algunos años, la péquela Elizabeth, Adrews se vio aqueja de una hinchazón en la pierna que sus padres y el medico atribuyeron a reumatismo infantil. Pero la hinchazón persistió y se agravó; los médicos examinaron a la niña con rayos X y encontraron que tenía fracturado varios huesos de la cadera, Elizabeth, no había sentido dolor cuando se fracturó.
Niños que no sienten el dolor
Elizabeth es uno de los pocos niños registrados en el mundo que son incapaces de registrar dolor, o en muy raras ocasiones lo sienten. En su caso con la cadera fracturada, otras personas manifestarían gran dolor y angustia, en cambio Elizabeth se hallaba tan tranquila como si nada hubiese ocurrido.
Inmune al dolor, acerico humano
Otro de los pocos seres humanos inasequible al dolor también vivía en Inglaterra y era conocido con el nombre del Acerico humano. A los 50 años de edad aseguraba jamás haber experimentado dolor más que en tres ocasiones; a los siete años recibió un hachazo en la cabeza y sólo padeció un ligero dolor de cabeza, a los catorce notó una punzada de dolor cuando le extrajeron un perdigón de la mano y a los diecisiete sintió dolor cuando le encasaron una pierna fracturada sin anestesia.
El peligro de no sentir dolor
Pudiéramos pensar que la mayoría de las personas se alegrarían de no sentir dolor, pero en realidad el dolor nos puede salvar la vida al anunciarnos un grave padecimiento, como la apendicitis, que si el dolor que nos advierta terminaría por convertirse en una mortal peritonitis. El dolor es el primer sistema de alarma del organismo para prevenirnos del peligro.
Clases de dolor
Generalmente experimentamos dos clases de dolor. el contacto con un caldero hirviente suscita un dolor agudo y breve que nos obliga a apartar la mano, posteriormente se presenta un dolor que persiste hasta que la quemadura es tratada con medicamentos o empieza a curarse. Ambos dolores llegan al cerebro por la espina dorsal, pero los dos discurren por cauces nerviosos diferentes. El primero es enviado al cerebro a través de una red especial de pequeños y protegidos nervios; la fibras A-Delta, para trasmitir la alarma y dar órdenes de reacción inmediatas.
dolor lento
El segundo dolor camina más lentamente a través de nervios mayores y no revestidos llamados fibras C; informa al cerebro que la mano ha sufrido daño y que sino se le trata seguirá doliendo.
El misterio del dolor
Pero es en el cerebro donde el dolor se convierte en un misterio, unas personas soportan el dolor más que otras, tienen mayores márgenes o umbrales de dolor. Los umbrales de dolor varían, no solo de persona, sino también de acuerdo a las circunstancias.
Vladimir Kutz, llegó a la cumbre en el mundo del deporte gracias a su pericia en el cambio de pasos muchas veces en una carrera de fondo. Pero ello no se consigue sin graves molestias, pero el era capaz de aminorar las molestias cuando se hallaba poseído por el ardor de la competencia.
El dolor en la batalla
Algo similar sucede en el fragor de una batalla, un soldado puede encontrarse gravemente herido y seguir luchando sin malestar aparente, sin embargo el mismo hombre se queja bastante si un compañero con calzado lo pisa bajo la ducha.
Por regla general la intensidad de un dolor depende de la atención que le prestemos, la razón consiste en que la ansiedad pone en tensión nuestros músculos. Estos por su parte oprimen los nervios y sentimos dolor, ya sea en la zona de gran tensión o donde discurren los nervios, ya sea en forma de malestar difuso. A todo ello suele acompañarle el dolor de cabeza. Pero además el dolor agrava la angustia y así se cierra un círculo vicioso de ansiedad, tensión y dolor. Esa es la causa que en una amputación queden afectados los nervios y el paciente siga sintiendo un dolor fantasma en una parte de su cuerpo que ya no posee.
Plascebo del dolor
Por los años cincuenta en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard se realizó un curioso estudio con 162 individuos recién operados a los que se les puso una inyección que supuestamente era una dosis de morfina como analgésico. La mitad dijo haber sentido alivio en sus dolores antes de que se les dijera que se les había inyectado una solución salina esterilizada.
Umbral de dolor
Las investigaciones han demostrado que los habituados al trabajo físico agotador tienen mayores márgenes para soportar el dolor que los dedicados a trabajos sedentarios; las mujeres cuyo organismo ha de superar las molestias del alumbramiento, tienen un margen mayor que el hombre para soportar el dolor.
No hay comentarios :
Publicar un comentario