Apsaras
En la mitología hindú, las apsaras son unas ninfas celestiales que, en la corte de Indra, cantan y danzan. El bajorrelieve de la ilustración se encuentra en una tumba china del siglo VI y se conserva en el Museo Victoria y Alberto, de Londres.
Apsara, en la mitología hindú, ninfa celestial de gran belleza, que aparece representada a menudo como una música o danzarina en la corte de Indra en Svarga, su reino celestial. Las apsaras suelen estar acompañadas de los gandharvas, sus consortes celestes, en las primeras esculturas indias, y también las refleja el arte budista, como los frescos de las cuevas de Ajanta.
Parece que, originalmente, eran ninfas acuáticas asociadas con ríos y mares, equivalentes a las nereidas de la mitología griega. Según los Purana, surgieron del mar de leche que, batido, produjo el amrit, alimento mágico para los devas en los albores del tiempo mítico; tienen a menudo relaciones con hombres mortales y figuran en algunos de los relatos mitológicos más importantes. En la historia de Sakuntala, que se hizo famosa por la pieza del gran dramaturgo Kalidasa, su madre, la apsara Menaka, es enviada desde el cielo a distraer y seducir a Visvamitra, un sabio que estaba alcanzando grados alarmantes de poder propio de yoga a través de su profunda meditación. La apsara más famosa es Urvasi, que se enamora del mortal Pururuvas, y promete quedarse con él con la condición de que nunca lo vea desnudo. Viven felices durante un tiempo, pero el gandharva, celoso de la relación que ella tiene con un mortal, consigue engañarlo haciéndolo salir una noche a rescatar el cordero de Urvasi y envía el resplandor de un relámpago para iluminar su desnudez. Urvasi desaparece y Pururuvas queda solo y desesperado, hasta que se le muestra cómo puede transformarse a sí mismo en un gandharva y, así, reunirse con Urvasi en el Svarga.
Los cambios en la percepción y el papel de las apsaras, de mujeres inmortales con una asombrosa libertad sexual a seductoras que Indra envía para distraer a hombres sabios de su meditación, ha sido tema de muchos análisis. En algunas regiones, se venera a las apsaras como parte del culto de la diosa madre y en las primeras historias es claro su vínculo con las hieródulas (prostitutas del templo o sagradas).
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