Los asombrosos ríos
El río Don
Don (río) (antiguo Tanais), río de Rusia, de unos 1.963 km de largo. Nace al sureste de Moscú, fluye en dirección sureste hacia un punto cercano a Volgogrado y luego en dirección suroeste, y desemboca en el mar de Azov, un brazo del mar Negro, cerca de Rostov del Don. Las tres bocas del río forman un delta que ocupa alrededor de 337 km2 de superficie.
El Don drena un área de unos 429.900 km2. La mayor parte de las tierras de la cuenca del Don son estepas fértiles. La cuenca carbonífera de Donetsk, una región situada al noroeste del delta, es rica en ese mineral y está muy industrializada. El principal afluente del Don es el río Donets. Otros afluentes, de norte a sur, son los ríos Vorónezh, Khoper, Medveditsa y Manych. Rostov del Don es el principal puerto y la principal de las ciudades a orillas del Don; en ellas también se encuentran las ciudades de Serafimovich, Vorónezh y Novomoskovsk.
El ancho del Don varía entre unos 152 y 579 m, y la profundidad entre 1 y 21 m, con muchos bajíos. Es navegable en unos 1.287 km de su recorrido, pero durante el invierno, la mayor parte de sus aguas está congelada; en primavera, las nieves y los hielos derretidos vuelven a acrecentar el caudal del Don, especialmente en su curso bajo. En junio, el río comienza a reducir su caudal y en agosto su nivel está tan bajo que la navegación se ve prácticamente interrumpida.
El Don fue durante largo tiempo una importante vía de comunicación entre las regiones del mar Negro y del Cáucaso y la parte central del país. Después de la Revolución Rusa y la implantación de una economía planificada, la importancia del río aumentó como resultado de su integración a otras importantes vías acuáticas. En el norte se construyó el canal de Yepifan para unir el río Don con el Upa, un afluente del Oká, tributario del Volga, que, a su vez, está conectado con Moscú por otro canal. Al sureste, el canal Volga-Don, de aproximadamente 97 km de largo, conecta el Don con el Volga al sur de Volgogrado.
Los antiguos geógrafos griegos consideraban al Don, que ellos llamaban Tanais, el límite entre Europa y Asia. Más tarde, los invasores tártaros llamaron al río Tuna o Duna. En la edad media, los siervos que no soportaban la presión de los príncipes moscovitas, se asentaron en la cuenca del Don; sus descendientes son los famosos cosacos del Don. Durante la II Guerra Mundial, en sus orillas tuvieron lugar importantes batallas entre las fuerzas alemanas y soviéticas.
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