Nuestra
madre Tierra, todavía guarda misterios
colosales, durante los miles y millones de años de existencia del hombre, este
ha buscado descifrarlos. Los océanos son inconmensurables, los mares fueron las
primeras barreras que impidieron conocer más allá de lo que sus ojos podían
ver.
Pasarían
mucho tiempo antes que los seres humanos encontraran las formas y los vehículos
adecuados para surcar sobre los océanos, y mucho más tiempo para hacerlo bajo
de ellos.
Aun así,
pronto entendieron que en los grandes mares existían misterios profundos,
extrañas bestias, animales de las frías
y oscuras profundidades, inimaginables en nuestro mundo de colores.
Existen
fosas abisales donde la luz nunca ha llegado, estos abismos donde la actividad volcánica se
incrementa, son la cosa más hostil en la
Tierra, pero… a pesar de la oscuridad absoluta y la enorme presión que nos
aplastaría como a un gusano bajo la bota,
existe vida a tan grandes profundidades, extraños peces y algas que han
desarrollado su propia forma de generar
luz y absorber energía de sustancias que para cualquier animal sería veneno
puro.
Una de
los abismos marinos, es la fosa de las
Marianas, desde 1870 se intentó medir su profundidad, reconociéndose como el
lugar más profundo de la corteza terrestre, se encuentra localizada en el Pacífico noroccidental, al sureste de
las Islas Marianas y se formó por un proceso de subducción, esto quiere decir
que una placa litosférica se montó sobre otra.
La
máxima profundidad de esta fosa, fue alcanzada por el batiscafo “Trieste”,
tripulado por Jacques Piccard y el teniente de la marina Donald Walsh, el 23 de enero de 1960.
Imagínense
el valor de estos héroes, el temor de bajar a un mundo desconocido, nunca
visitado, donde para muchos existían enormes bestias marinas como el kraken que
podían destruir el pequeño aparato submarino como una nuez. Durante veinte
minutos los dos hombres estuvieron en el lecho
profundo y oscuro del abismo
Challenger, contabilizando 10916 metros que más tarde fueron rectificados en
10911 metros. Muchos años más tarde, el 26 de marzo del año 2012, James
Cameron, el famoso director de cine repitió la hazaña.
En esta
inmensa sima se podría colocar el monte Everest con sus 8848 metros,
holgadamente quedaría cubierto bajo las aguas profundas.
La fosa
de las Marianas mide de longitud 2550 kilómetros y tiene una anchura de 70 kilómetros, en su lecho profundo la presión alcanza 110000 kilo pascales, y 11034 metros de profundidad.
Esta
clase de fosas son misteriosas, algunos creen que son los verdaderos pasajes a
otra dimensión, los científicos conocen
más del espacio, las galaxias y las estrellas que de las profundidades marinas
y el tipo de criaturas abisales que las habitan. Fácilmente podría existir una
civilización habitando las profundidades sin que nos diéramos cuenta, la
cantidad de los mares supera a la de los continentes.
Existen
más fosas marinas, como dato nombraremos
las más importantes y sus dimensiones:
La fosa
tonga: es la segunda en importancia por su profundidad, mide 10881 metro, se
encuentra en ubicada en la convergencia
de la placa del Pacífico, tiene gran actividad sísmica, generando grandes
terremotos y dando lugares tsunamis.
La fosa
de las Filipinas. Es la tercera fosa más profunda del mundo, con 10539 metros, se formó al chocar las placas
continentales del Mar de la Plata y el Mar de Filipinas.
La fosa
de Kuril-Kamchatka, tiene una profundidad de 10500 metros, situada en las costas de Japón.
La fosa Kermadec
con una profundidad de 10047 metros, se encuentra en Nueva Zelanda en la cuenca
del Pacífico.
Como
podemos ver, las posibilidades de estas profundas fosas son infinitas, tienen misterio y magia, si las sirenas
existen y habitan algún lugar, seguramente son las fosas abisales, siendo prácticamente inasequibles para los seres humanos.
Si hay un lugar donde jamás encontrarán los
barcos y aviones perdidos del triángulo de la bermudas es en una fosa abisal,
inexpugnable para quienes han intentado
encontrarlos.
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