EL ASOMBROSO EL GENIO DE LEONARDO



Tanques y aeroplanos diseñados hace 500 años


MAQUINAS DE GUERRA. Arriba: diseño de Leonardo de un sistema de manguales militares; las hojas giratorias barrerían a su paso la caballería enemiga. Abajo: carro blindado de combate que se conduce con unas manivelas; su forma troncocónica le protege del fuego de artillería.
 

MAQUINA VOLADORA. Extraño artefacto de alas móviles, accionadas por
las piernas y los brazos del piloto.

 LEONARDO de Vinci, el genio polifacético del siglo XV, artista e ingeniero,
se anticipó con numerosos diseños a inventos que no aparecerían hasta siglos después, desde armas y vehículos hasta aparatos voladores.

BALLESTA GIGANTE. El hombre que accionaba esta máquina (abajo a la derecha) había de cargarla y dispararla mediante poleas.




ARMAS RAPIDAS. Varios diseños de armas semiautomáticas. Tenían múltiples cañones que disparaban sucesivamente.



Leonardo (1452-1519), «hombre de muchas almas», según expresión de su época, fue pintor, escultor, músico, arquitecto, urbanista, ingeniero militar y científico. Como inventor, sus ideas resultaron sumamente fecundas.

Trazó el esquema de un vehículo impulsado por ocho hombres y dotado de un mecanismo que presagiaba el moderno automóvil. Concibió un tanque con los flancos inclinados para protegerlo de la artillería.

Entre sus inventos militares se hallaban un cañón de disparo rápido, un proyectil explosivo y una ballesta gigante.

Proyectó varias máquinas voladoras, Su «nave del aire» tenía cuatro alas móviles que el piloto había de manipular con una pértiga. Aunque el artefacto era demasiado pesado para elevarse del suelo, reflejaba una pro-
funda comprensión de los principios de la navegación aérea.

El mismo ingenio demostraba el proyecto de paracaídas y el de otro aparato volador de ascensión vertical con aspas semejante a la hélice moderna.
Leonardo se interesó también por la exploración submarina y diseñó una campana de inmersión con el equipo correspondiente.

Su ingenio era incontenible y a veces rayaba en la extravagancia. Dejó incluso detalladas instrucciones para realizar una bomba fétida. Desgraciadamente, Leonardo no llevó hasta el fin gran parte de sus proyectos.
Los diseños de sus máquinas y sus observaciones científicas se extienden por miles de páginas, con dibujos cuidadosamente anotados en «escritura de espejo» (era zurdo y, además, escribía de derecha a izquierda).

Murió sin publicar su obra, cuyas conclusiones serían «redescubiertas» posteriormente... en numerosas ocasiones, cientos de años más tarde.

miércoles, 13 de abril de 2011

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