El Blog de lo asombroso


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Frases memorables, defectuosamente recordadas

PALABRAS QUE JAMAS SE PRONUNCIARON
"Los ingleses son una nación de comerciantes".
La frase suele atribuirse a Napoleón, que de este modo reflejaba su desprecio hacia los ingleses como una raza de pequeños burgueses. Pero la expresión: «Una nación de comerciantes», ya se imprimía cuando Napoleón era niño, y mal pudo ser suya. Fue utilizada en un escrito político por el economista galés Josiah Tucker en 1766, más tarde por el filósofo escocés Adam Smith en su obra La riqueza de las naciones (1775), Y al año siguiente por Sarnuel : Adams en Filadelfia.

Más tarde, cuando Napoleón estaba en el exilio, los biógrafos la pusieron en su boca, El médico de Napoleón, Barry O'Meara, en Napoleán en el exilio, o una voz desde Santa Elena, refería una conversación con el emperador el 17 de febrero de 1817, en la que éste decía de los ingleses: «son una nación de comerciantes»,

No obstante, del texto de O'Meara se desprende que, si bien Napoleón coincidía con este aserto, en aquella ocasión citaba las palabras del patriota corso Pasquale de Paoli (1725-1807).

Por otra parte, el diario de Gaspard Gougaud, que también acompañó a Napoleón en su destierro, demuestra sin lugar a dudas que para éste . los ingleses sólo se movían por afanes lucrativos.

Pero fue el libro de Adam Smith, bien conocido de Napoleón, quien dijo: «Fundar un gran imperio con el solo fin de disponer de compradores parece propio de una nación de tenderos.»

El dinero es la raíz de todos los males (atribuida a San Pablo)
«El amor al dinero es la raíz de todo mal»; pero no quiso decir que el dinero fuese malo en sí.

¡Que coman pasteles! (atribuida a María Antonieta)
En octubre de 1789, las mujeres indigentes de París se manifestaron ante el palacio de Versalles para pedir a Luis XVI la creación de un gobierno más justo.
Según la tradición, cuando la reina María Antonieta oyó gritar a las mujeres, y le dijeron que estaban hambrientas y no tenían pan, respondió: «¡Que coman pasteles!» La anécdota se divulgó ampliamente en vida de la reina y después de su ejecución. Se citaba como muestra de sus cortos alcances o de su indiferencia ante las calamidades ajenas. Pero no existen pruebas de que esta expresión se debiese a ella.
La primera referencia a la frase aparece a raíz de 1760, en las Confesiones de Juan Jacobo Rousseau, cuando María Antonieta era todavía una joven.
Rousseau refiere la anécdota de una «gran princesa» que, al serie comunicado que los campesinos no tenían pan, replicó ingenuamente: «¡Que coman pasteles!» Se trataba de un pan de calidad superior, el único queella conocía. La frase, no mal intencionada, pudo haber sido atribuida a María Antonieta por alguno de los revolucionarios franceses que conocían la obra de Rousseau.

La batalla de Waterloo fue ganada en los campos de deportes de Eton (atribuida al duque de Wellington)

ANTIGUO CRICKET EN ETON. Cuando Wellington fue su alumno, Eton no disponía de campos de deportes; por tanto es improbable que el duque se refiriese a ellos después de su victoria en Waterloo.

Cuando el primer duque de Wellington era un muchacho y estudiaba en Eton, el famoso colegio inglés aún no disponía de instalaciones deportivas ni de equipos seriamente organizados. Además, como observa uno de sus descendientes, la estancia del duque en Eton fue breve y poco brillante. Por consiguiente es improbable que el vencedor de Bonaparte realizara tal afirmación.
Fue un francés, el conde Charles de Montalembert, en su De l'auenir poltique de l'Angleterre (El futuro político de Inglaterra), publicado en 1855, tres años después de la muerte de Wellington, quien primero se la atribuyó en forma escrita.
Pero no existe el menor testimonio de que Wellington pronunciara esta frase. Ni siquiera es verosímil, pues nunca sintió gran afecto por Eton ni por lo que esta escuela represeñtaba. Sólo más tarde, en el siglo XIX, el espíritu de Eton fue sobremanera enaltecido, y a él se atribuyeron las causas  del éxito militar y colonial de Inglaterra.
¡Elemental, querido Watson! (atribuida a Sherlock Holmes)
Esta frase recuerda instantáneamente al personaje creado por Arthur Conan Doyle, a Sherlock Holmes, el detective más famoso de todos los tiempos. Sin embargo, en ninguna de las obras de Conan Doyle; Sherlock Holmes pronuncia estas palabras.
Solamente en una ocasión Holmes formula una expresión aproximada. Es en El Perverso, novela publicada en el Strand Magazine en 1893, e incluida posteriormente en las Memorias de Sberlock Holmes, editadas en 1894.
En esta obra, el doctor Watson, ayudante de Sherlock Holmes, se ha casado y ya no vive en el piso de ambos, en Baker Street, 221 B (Londres). Sherlock Holmes visita a Watson para pedirle ayuda en la resolución de un misterio y deduce diversas circunstancias sobre la vida de su amigo. Observa, por la ceniza de su chaqueta, que Watson carga su pipa con el mismo tabaco y descubre que está muy ocupado.
Watson le pregunta cómo sabe esto, y Sherlock Holmes responde que porque toma un cabriolé cuando está ocupado y camina a pie por la calle cuando no lo está. Las botas de Watson tienen polvo suficiente para haber estado fuera de la casa, pero no lo bastante para haber caminado. Sherlock Holmes asegura que Watson ha tomado un cabriolé. Por lo tanto, debe estar muy ocupado:

«¡Excelente! », dice Watson. «! Elemental! », dice Sherlock Holmes.

Decíamos ayer ... (Fray Luis de León)
Fray Luis de León, el gran lírico del Siglo de Oro español, catedrático de la Universidad de Salamanca, fue procesado y encarcelado en 1572 por la Inquisición, acusado' de impugnar la autoridad de la Vulgata.
Absuelto y repuesto en su cátedra de Teología cuatro años después, es tradición que al ocuparla saludó a sus alumnos con la célebre frase. Al parecer, lo que fray Luis dijo fue Dicebamus externa die (decíamos en días pasados, o en el pasado), si bien su auditorio entendió Dicebamus hesterna die (decíamos ayer). Tal fue el origen de la confusión.

Como es sabido, fray Luis reanudó sus lecciones con la célebre frase, sin aludir siquiera a los causantes de su desgracia.

martes, 10 de mayo de 2011

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