Plataforma continental




Plataforma continental, superficie submarina suavemente inclinada (con un desnivel máximo de un grado) que se extiende por el borde de los continentes, desde la costa hasta el comienzo del talud continental, que se sitúa en torno a los 200 m de profundidad media y presenta una pendiente más acusada, aunque excepcionalmente puede superar los 300 metros. La plataforma continental tiene una anchura variable; así, por ejemplo, en Europa occidental está bien desarrollada, con unos 300 km, lo mismo que en el litoral argentino, donde alcanza los 560 km, mientras que en muchas áreas costeras del Pacífico oriental, sobre todo donde las cordilleras se extienden paralelas y contiguas al océano, la plataforma es mucho más estrecha o prácticamente inexistente, como ocurre en Chile. A veces, están atravesadas por cañones submarinos, valles en forma de V excavados en la plataforma y el talud continental.
Desde un punto de vista geológico, la plataforma continental constituye una prolongación del continente y comparte su misma estructura, aunque puede estar recubierta por depósitos glaciares o marinos recientes. A menudo son plataformas de abrasión sumergidas o superficies de erosión glaciar cubiertas por las aguas; de hecho, su origen se relaciona con la inundación del litoral por ascenso del nivel del mar, con los procesos de abrasión glaciar, con la acumulación de acarreo glaciar o till o con la formación de una terraza sedimentaria por la acción fluvial. Las plataformas continentales ocupan aproximadamente el 7,5% de los fondos oceánicos y constituyen unas importantes zonas pesqueras.

La plataforma continental es la superficie submarina que bordea cada continente.
Siendo la parte menos profunda del océano, la plataforma continental se extiende desde la costa hasta varios cientos de kilómetros en el mar, antes de caer por una pendiente continental bastante empinada.
Casi todas las plataformas continentales son anchas y de vertientes planas y suaves. Debido a que estas superficies poco profundas reciben la mayor parte de la luz solar y albergan los nutrientes, contienen gran parte de la vida animal y vegetal del océano.
En la parte más cercana a la costa de las plataformas continentales también tienen lugar perforaciones en busca de petróleo y gas natural.


Un cañón submarino se forma por la acción erosiva del agua en el talud o pendiente continental. Suele originarse donde los grandes ríos hacen su desembocadura en el océano o crearse por potentes avalanchas submarinas de sedimentos (corrientes de turbidez).

Algunos fueron excavados por los ríos continentales cuando el nivel del mar era más bajo y la plataforma continental se encontraba por encima del nivel del agua actual.

Los sedimentos erosionados de los cañones se acumulan formando montañas de suave pendiente en el fondo oceánico.
Ciertos cañones submarinos son mucho más grandes y profundos que los más imponentes cañones terrestres.

El talud continental es la pendiente algo empinada (entre 2 y 5º) que conecta la plataforma continental de poca profundidad con el fondo del océano o zona abisal.

La pendiente continental es la zona de contacto del talud continental con la llanura abisal, en la que se acumulan los sedimentos erosionados con forma de montículos y laderas de suave pendiente.

Una falla transformante tiene lugar cuando las fuerzas laterales desplazan dos bloques de la corteza terrestre de forma lateral, sin hundimiento ni elevación. Se clasifica como una fractura o grieta del tipo falla de desgarre, en la que los movimientos son horizontales, y suele ser habitual en las dorsales oceánicas.
Una sucesión de fallas transformantes se conoce con el nombre de zona de fractura.
El talud continental está atravesado por numerosos cañones submarinos, similares a los que encontramos en la superficie de los continentes, y por él se deslizan enormes avalanchas de sedimentos y se crean ríos de fangos (corrientes de turbidez) que discurren desde la plataforma continental hasta el fondo submarino.

Una falla transformante tiene lugar cuando las fuerzas laterales desplazan dos bloques de la corteza terrestre de forma lateral, sin hundimiento ni elevación. Se clasifica como una fractura o grieta del tipo falla de desgarre, en la que los movimientos son horizontales, y suele ser habitual en las dorsales oceánicas.
Una sucesión de fallas transformantes se conoce con el nombre de zona de fractura.

Una dorsal oceánica o cordillera central océanica es una cadena montañosa que divide la cuenca o fondo marino de la Tierra en dos mitades.
En el centro de la dorsal, en su punto más alto, se encuentra un rift o fosa axial, fragmentado por fracturas o fallas. De acuerdo con la teoría de la tectónica de placas, el rift de una dorsal oceánica representa el límite entre placas litosféricas adyacentes que se están separando (el magma o material rocoso fundido asciende desde el manto y forma nueva corteza terrestre oceánica).
Numerosas fallas transformantes—regiones de gran actividad sísmica— fracturan las dorsales oceánicas.

Un guyot es un pitón submarino con la cima plana.

Una fosa oceánica es una depresión larga y estrecha en el fondo marino.

Las fosas oceánicas se originan cuando dos placas litosféricas chocan y una se desliza por debajo de la otra.

El punto más profundo de la Tierra, situado en la fosa de las Marianas del océano Pacífico, está a 11 km por debajo del nivel del mar: es la fosa Challenger.

Un pitón submarino es un volcán que se eleva en el fondo marino sin llegar a emerger sobre la superficie del agua.
Los pitones submarinos pueden aparecer solos o en grupo. La cadena de pitones más famosa son los Pitones Emperador del océano Pacífico norte, que se extienden dirección norte desde el archipiélago Midway hacia Kamchatka, península de Siberia.
Un pitón submarino con la cima plana se denomina guyot.

martes, 25 de septiembre de 2012

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