¿Quiénes son los hombres más feos del mundo?


 ¿Qué es la fealdad humana? Desde el inicio de los tiempos, y en viejas y nuevas civilizaciones, la fealdad  se puede reconocer  como características  que pueden provocar sentimientos de repugnancia y alejadas de lo que convencionalmente se considera bonito o atractivo.

Para las civilizaciones antiguas, la fealdad  en el ser humano, sigue conteniendo las mismas características y los mismos patrones, habiendo ligeros cambios a lo largo del desarrollo humano y social.
La fealdad significa falta de proporción, armonía y simetría. Esta falta  de proporción, armonía y simetría,  proyectan una imagen desagradable que interpretamos como fea, la naturaleza de la belleza es proporcionada y suave,  la fealdad es todo lo contrario. Un hombre bello siempre tendrá las características de los Adonis griegos  y una mujer hermosa la de Cleopatra o Mesalina.

La fealdad, en la literatura, incluso en la historia, la ligan con la traición, la criminalidad y la maldad. Un hombre particularmente feo traicionó a su patria, mostrando la ruta alternativa del paso de las termopilas al rey persa, Jerjes, derrotando así, a los 300 guerreros encabezados por el rey Espartano Leónidas, que defendían este paso. Este hombre respondía al nombre de Efialtes, de cuerpo y rostro deforme, se había salvado del sacrificio de los acantilados, donde eran arrojados los niños considerados imperfectos; los niños feos, alejados del patrón de belleza de la civilización espartana y griega.

El resentimiento acumulado en Efialtes le torció el alma y el carácter, la llegada del ejército Persa le dio la gran oportunidad de vengarse de quienes lo despreciaron hasta el cansancio. Efialtes, queda a la posteridad, como la representación de la fealdad del alma y el cuerpo.

Otro feo famoso, posiblemente más conocido que Efialtes, es Quasimodo, el jorobado defensor de la pobre gitana, cuya triste y trágica  historia escrita por Víctor Hugo,  nos muestra como todas las penas del  destino pueden caer sobre una persona; afortunadamente, Disney se encargó  de convertir una historia dolorosa y trágica en un cuento de niños.

El feo Quasimodo, no salva a la gitana Esmeralda, la sigue hasta  las terribles entrañas de la muerte, pero antes la defiende y lucha  con todas sus fuerzas. Quasimodo, es un feo de cierta nobleza, una bestia  enorme de tiro que apenas tiene algo de humanidad; seducido por la belleza y nobleza de Esmeralda, se siente empujado a ayudarla.

Cierta fealdad en los hombres es aceptable. Por cierto los hombres de verdad deben ser algo rudos y feos; ser muy feo, nos condena a ser blanco de las burlas y al rechazo femenino, y, desde luego,  a una vida donde las oportunidades no abundan. Incluso entre los dioses griegos, Hefestos, el dios del fuego y la forja era considerado el dios más feo de la mitología griega, aunado a su fealdad, el defecto de la cojera provocado por la diosa Hera, que al verlo tan feo al nacer, lo tiró del Olimpo, dejándolo lisiado.

En cambio, una mujer con cierta fealdad, se convierte en una verdadera desgraciada, que debe  trabajar muy duro para salir adelante, si es muy fea y espanta, querrá desaparecer de la faz de la tierra.

Afortunadamente los feos tienen bastante consuelo en frases trilladas como estas: ¡Es feo, pero tiene  bonito carácter!  ¡Qué fea, pero tiene dinero! ¨¡Fea, pero inteligente!, ¡Es feo pero lindo!

Pero cuando los feos tienen dinero, la fealdad deja de existir, el dinero “mata carita” y, aunque sean feos, son feos con dinero y con suerte, el dinero en nuestra sociedad es invaluable y se encarga de blindar a los individuos que tienen la suerte de poseerlo


Los feos brutales, son feos  sin ninguna gracia en el carácter o en el alma; hay feos con cierta chispa, no provocan repulsión y generan a su derredor cierta aura que les permite cierta aceptación en la sociedad tan llena de prejuicios en la que vivimos y con patrones preestablecidos de lo que es la belleza, la fealdad, lo bueno y lo malo.

jueves, 25 de septiembre de 2014

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