Los asombrosos Bacteriófago
Bacteriófago
Los bacteriófagos son virus que parasitan bacterias. Tienen una estructura compleja formada por una cabeza, que contiene el material genético, y una cola que consta de unas fibras con las que se anclan a la superficie bacteriana. El material genético del bacteriófago pasa desde la cabeza, a través de la cola, hasta el interior de la bacteria. El material genético del virus se integra dentro del material genético bacteriano y se replica. De esta manera el virus se reproduce y forma nuevos bacteriófagos que acaban provocando que la bacteria se destruya y estalle.
Bacteriófago, también llamado virus bacteriano o, abreviadamente, fago, virus capaz de infectar las bacterias. Los bacteriófagos están presentes en los desechos humanos, en el suelo y en las aguas residuales. Fueron descubiertos en 1915 por el investigador inglés Frederick W. Twort, y también de forma independiente, por el científico franco-canadiense Félix H. D'Hérelle en 1917. La mayor parte de los virus bacterianos que se han estudiado infectan principalmente bacterias como Escherichia coli o Salmonella typhimurium, aunque se conocen virus que infectan tanto eubacterias como arquebacterias. El material genético de este tipo de virus puede ser tanto ARN como ADN. Unos cuantos poseen una envoltura de lípidos, pero la mayoría carecen de ella. Muchos bacteriófagos presentan estructuras complejas con cabeza y cola. En este último caso la infección de la bacteria se produce por la penetración del ácido nucleico, ya que la cabeza y la cola se quedan en la superficie de la bacteria, y las partículas víricas se forman en el interior de ésta hasta producir el “estallido” o lisis de la misma.
En 1952, los biólogos estadounidenses Norton Zinder y Joshua Lederberg, de la Universidad de Wisconsin, realizaron un descubrimiento importante al poner de manifiesto el fenómeno de la transducción, es decir, que los genes de una bacteria pueden ser traspasados a otra bacteria por medio de un fago, gracias a la integración de una región específica del ADN de la bacteria en el genoma del virus, normalmente reemplazando algunos genes víricos. Otros investigadores descubrieron, más tarde, que los fagos podían integrar sus genes dentro de los de la bacteria huésped y así, podían ser transmitidos de generación en generación como parte del propio cromosoma del huésped.
Los bacteriófagos han servido para estudiar muchos conceptos básicos en virología que luego se aplicaron a virus de organismos superiores. En la década de 1960, las investigaciones pioneras de los sistemas huésped-parásito en los fagos fueron dirigidas por los fisiólogos estadounidenses Max Delbrück, Alfred Hershey y Salvador Luria, gracias a las cuales compartieron el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1969. En 1980, estas investigaciones permitieron conocer el modo de penetración de los fagos en el interior de las bacterias, así como la existencia de recombinación genética entre virus o el fenómeno de restricción-modificación de las células bacterianas para hacer frente a la infección. En general, supusieron un apoyo importante a la hipótesis de que el ADN constituía el material genético de los seres vivos.
Los bacteriófagos se emplean actualmente como vectores de clonación en el campo de la ingeniería genética y su estudio tiene implicaciones importantes en la medicina y la genética, en concreto en la comprensión de las infecciones virales, defectos genéticos, problemas de desarrollo, causas del cáncer y la resistencia de las bacterias a los antibióticos.
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