Maravillas naturales: Parques
nacionales y reservas naturales
Tundra en el Parque nacional Denali,
Alaska
Imagen captada en el Parque nacional Denali,
en la que se aprecian tres de sus elementos característicos: la vegetación de
tundra, las aguas del lago Wonder y, al fondo, la majestuosa silueta del monte
Mckinley.
Parques nacionales y reservas naturales, territorios y masas
de agua de titularidad pública y valor excepcional, que los gobiernos preservan
para proteger ecosistemas, especies animales y vegetales amenazadas, parajes de
gran interés paisajístico, formaciones geológicas o lugares de especial interés
histórico o arqueológico.
Los parques nacionales se crean,
en primer lugar, para disfrute público de unos entornos excepcionales donde los
visitantes pueden admirar la vida salvaje y disfrutar de la naturaleza. En
general, en estos territorios protegidos no se pueden desarrollar actividades
cinegéticas, ganaderas, pastoriles, madereras o mineras, o en general todas
aquéllas que supongan la explotación de los recursos naturales. Por su parte,
algunos parques conmemoran acontecimientos históricos.
Parques nacionales españoles
La Red de Parques nacionales agrupa los
ecosistemas más representativos del patrimonio natural español, con la finalidad
de conservar su vegetación, fauna y belleza natural. Además, estas áreas
protegidas ofrecen a científicos y visitantes una oportunidad para estudiar y
conocer las especies en su hábitat natural. En 1916 se puso en marcha la Ley
General de Parques nacionales y en 1918 se declararon los 2 primeros Parques
españoles: el Parque nacional de la Montaña de Covadonga (que luego pasó a
denominarse Picos de Europa) y el Parque nacional del Valle de Ordesa (que en
1982 se amplió y reclasificó bajo el nombre de Parque nacional de Ordesa y
Monte Perdido). En la actualidad, España cuenta con 14 de estos espacios
protegidos: 8 peninsulares y 6 insulares.
Las reservas nacionales, a veces
llamadas reservas naturales o de la biosfera, se encuentran a menudo en las
inmediaciones de los parques nacionales. Estos territorios se dedican
fundamentalmente a la protección de las especies salvajes y a la investigación
científica más que al disfrute público, y se convierten en “laboratorios
vivientes” donde los científicos observan a los animales y las plantas en su
hábitat natural. La caza, la pesca y la minería se permiten en muchas reservas
de Estados Unidos, siempre que no dañen el entorno. En muchos otros países,
estas actividades están prohibidas en las reservas.
El primer parque nacional
de la historia, el Parque Nacional Yellowstone, fue fundado en 1872 para
preservar 8.983 km2 de un bosque con condiciones geotérmicas
únicas localizado en el oeste de Estados Unidos. Desde entonces, se han creado
numerosos parques nacionales y reservas en todo el mundo. Muchos de ellos
protegen zonas remotas y entornos naturales intactos, mientras que otros
representan islas de naturaleza en medio de áreas densamente pobladas.
Principales Áreas naturales protegidas
de México
Las Áreas naturales protegidas (ANP) de
México agrupan distintos ecosistemas terrestres y acuáticos que no han sido
alterados por las actividades humanas y que están sujetos a regímenes
especiales de protección y desarrollo para asegurar la conservación de su
biodiversidad. En general, dentro de las ANP se consideran las siguientes
categorías: Reservas de la Biosfera, Monumentos naturales, Parques nacionales,
Áreas de Protección de los Recursos naturales y Áreas de Protección de Flora y
Fauna. La política de Áreas naturales protegidas se inició en México en 1876,
con la inclusión del Parque nacional Desierto de los Leones.
Los parques nacionales protegen
una amplia gama de fauna y flora marítima y terrestre que va desde la tundra
ártica hasta las sabanas tropicales. En el extremo noroccidental de
Norteamérica, el Parque nacional Puertas del Ártico se extiende a lo largo de
30.448 km2 de tundra perteneciente al estado de Alaska y
situada en su totalidad al norte del círculo polar ártico. En el interior del
parque se encuentran la cordillera de Brooks, glaciares, quebradas árticas,
torrentes e innumerables lagos. La vertiente meridional del parque está moteada
de taiga (una formación boscosa de arbustos de hoja perenne), mientras que en
el norte sólo se encuentra la rala vegetación de la tundra ártica. Por el
parque deambulan enormes rebaños de caribúes.
En África, el Parque nacional
Serengeti (Tanzania), de 14.763 km2, y la colindante Reserva
nacional Masai Mara (Kenia), de 1.510 km2, fueron creados para
proteger a las manadas de elefantes, gacelas, impalas y cebras existentes en
los mismos. Las praderas de este ecosistema albergan éstas y otras especies
numerosas de mamíferos, aves y reptiles. La Reserva nacional Masai Mara
proporciona, además, pastos para los rebaños del pueblo masai en las épocas de
extrema sequía.
El Parque nacional Tierra
del Fuego, que se localiza en el sur de Argentina, alberga playas y bosques del
extremo austral de Sudamérica. Sus 622 km2 están bañados por
las aguas dulces del lago Fagnano al norte y las saladas del canal de Beagle al
sur; en ellas se cobijan focas, morsas, avifauna costera y migratoria. Las
montañas del interior del parque albergan renos, castores y conejos, que fueron
introducidos por los primeros colonos europeos.
2
|
LOS PRIMEROS PARQUES NATURALES
|
Parque nacional del Teide, España
Al fondo de esta imagen del Parque
nacional del Teide se alza el volcán homónimo, la cumbre más elevada del
archipiélago canario y de España. Las especies vegetales más abundantes y
características de este espacio natural son la retama, el tajinaste rojo y la
violeta del Teide. Este parque constituye el hábitat del lagarto tizón, especie
endémica de la zona.
Aunque se considera a
Yellowstone como el primer parque nacional, no fue el primer territorio
preservado por una ley federal en Estados Unidos. El presidente Abraham Lincoln
firmó en 1864 una concesión por la que entregaba 3.079 km2 del
valle del Yosemite al estado de California. El documento especificaba que ese
territorio, hoy día Parque nacional Yosemite, debía ser preservado para público
disfrute. Las expediciones subsiguientes al sector central de las montañas
Rocosas impulsaron a los naturalistas a pedir una protección similar para el
área de Yellowstone, en el noroeste de Wyoming, y en las regiones adyacentes de
Montana y Idaho.
En la década de 1890 se
declararon otros tres parques nacionales en Estados Unidos: el Parque nacional
Yosemite (1890), dentro del ámbito montañoso de sierra Nevada; el Parque
nacional de las Secuoyas (1890), también en California, que protege
1.628 km2 de gigantescas secuoyas en la vertiente occidental de
sierra Nevada; y el Parque nacional del Monte Rainier (1899), que abarca
953 km2 en los que se hallan 26 grandes glaciares y
antiquísimos bosques de abetos, dentro del ámbito de la cordillera de las
Cascadas, en el estado de Washington. En 1916 el Congreso de Estados Unidos
creó el Servicio de Parques Nacionales, un departamento del Departamento del
Interior para atender al creciente número de parques nacionales.
A finales del siglo XIX
el gobierno canadiense llevaba mucho tiempo preocupándose por el
conservacionismo, creando grandes reservas naturales después del
establecimiento del Dominio de Canadá por los británicos en 1867. La creación del
parque de Yellowstone animó a la joven nación a crear su propio sistema de
parques. En 1885 se estableció el Parque nacional de las Montañas Rocosas (en
la actualidad, Parque nacional Banff) con 6.640 km2 de hábitat
natural virgen en el oeste de la provincia de Alberta, donde tres obreros del
Ferrocarril Canadiense del Pacífico habían descubierto fuentes termales
naturales.
En 1911 Canadá aprobó una
legislación que permitía el establecimiento de parques nacionales para
beneficio y disfrute de los ciudadanos. La protección de los parques
canadienses se acentuó en 1930 con la Ley de Parques Nacionales, que prohibía
la explotación de los recursos naturales de los mismos. Una revisión de esta
ley de 1988 hacía prevalecer la preservación del medio natural sobre los
intereses turísticos.
Banff, el Parque nacional más antiguo de
Canadá
El Parque nacional Banff, en la
provincia canadiense de Alberta, fue creado en 1885 junto a unas fuentes
termales descubiertas dos años antes. El parque, que recibe más de 4 millones
de visitantes al año, se encuentra en la vertiente oriental de las montañas
Rocosas y es famoso por sus espectaculares montañas y lagos, como el lago
Louise, en la imagen.
La defensa de la naturaleza
en México data del siglo XVI, cuando Moctezuma II, soberano del Imperio azteca,
creó reservas botánicas y zoológicas. El primer parque nacional mexicano de los
tiempos modernos se creó por decreto presidencial en 1917. Durante el mandato
del presidente Lázaro Cárdenas (1934-1940) se crearon 40 parques nacionales y 7
reservas. Entre ellos estaban el Parque nacional Palenque, que protege las
ruinas de una antigua ciudad maya y las densas pluvisilvas tropicales que las
rodean.
Los primeros parques nacionales
argentinos datan de 1903, año en que se procedió a la donación de terrenos
privados en el Altiplano andino al gobierno federal. Esta zona, que ahora se
encuentra integrada dentro de los 7.500 km2 del Parque nacional
Nahuel Huapi (1934), fue donada en el entendimiento de que se conservaría en su
estado natural. En 1934 se creó el Servicio Argentino de Parques Nacionales,
que en 1980 definió tres tipos de áreas protegidas: parques nacionales,
monumentos nacionales y reservas nacionales.
Al contrario de lo que
ocurrió en Norteamérica y Sudamérica, donde la creación de parques nacionales
implicaba por lo general la preservación de grandes territorios de naturaleza
salvaje, en Europa quedaban pocos reductos de tierra intacta a finales del
siglo XIX. No obstante, la emergencia del conservacionismo en muchos países
reflejaba la preocupación por la vida salvaje. En el Reino Unido, tanto el
National Trust (1894) como el Consejo para la Preservación de la Inglaterra
Rural (1926), se empeñaron en la recuperación de espacios naturales arrebatados
por la expansión industrial y su repoblación. El conservacionismo recibió un
impulso en Suecia con la creación de dos parques nacionales en 1909: el Parque
nacional Abisko, con 78 km2, y el Parque nacional Peljekajse,
con 153km2. A Suecia le siguió Suiza en 1914 con la creación del
Parque nacional Suizo, que cubre un área de 168 km2. En 1918
España preservó una colección de valles, praderas, acantilados de caliza y
terreno alpino de 155 km2 en el Parque nacional de Ordesa,
meses después de la creación del Parque nacional de Covadonga (actual Parque
nacional Picos de Europa).
Muchos países europeos
utilizaron los parques nacionales para recuperar áreas devastadas por la
industrialización y repoblar especies animales que estaban al borde de la
extinción. Algunos íbices del Parque nacional del Gran Paraíso, creado en Italia
en 1922 con una extensión de 700 km2, fueron transferidos a
otros lugares del país para fundar nuevos rebaños. Suiza reintrodujo el lince
en el Parque nacional Suizo para controlar las poblaciones de ciervo rojo. El
crecimiento de los parques naturales sirvió igualmente para recuperar en muchos
países europeos los bosques que habían dejado paso al paisaje industrial a
principios del siglo XX.
Majestuoso monte Rainier
Este magnífico monte pertenece a la
cordillera de las Cascadas, a lo largo de la cual los glaciares han originado
numerosos y hermosos lagos. Por debajo del límite de las nieves perpetuas,
espesos grupos de abetos cubren las laderas. Los prados alpinos, las cascadas,
las plantas y la fauna salvaje se suman a la belleza de la región.
La fauna salvaje africana
ha sido cazada despiadadamente desde finales del siglo XIX hasta bien entrado
el XX. Hacia 1920 los cazadores de montería habían diezmado a poblaciones
enteras y los colonos habían deforestado grandes extensiones de terreno. La
antaño enorme manada de elefantes que vagabundeaba por El Cabo Oriental, una
provincia suroriental de la República de Sudáfrica, fue reducida a 11
ejemplares. El antílope bontebok fue reducido a unos 30 ejemplares y también la
cebra se enfrentaba a la extinción.
Sudáfrica tomó las primeras
medidas para invertir esta tendencia creando varios parques y reservas. El
Parque nacional de Elefantes Addo, fundado en 1931, alberga ahora a más de 200
ejemplares. Este parque, de 241 km2, cobija también búfalos de
El Cabo, rinocerontes negros y 180 especies de aves. El Parque nacional
Bontebok, cerca de la punta meriodional de Sudáfrica, es un santuario de
31 km2 para más de 300 antílopes bontebok y más de 470 especies
vegetales. El Parque nacional Monte Cebra protege a 200 cebras de montaña,
varias especies de antílopes y 200 de aves. En los 62 km2 del
parque hay montañas, abruptos barrancos y numerosas especies de arbustos.
Las tierras federales protegidas
en Kenia datan de 1940, año en que se fundó la Reserva nacional Marsabit. En el
interior de los 360 km2 de las selvas y sabanas del parque
vagan manadas de elefantes y de gran antílope kudu.
La mayoría de los safaris
organizados actualmente en los parques y reservas nacionales de África son
estrictamente turísticos. Sin embargo, la caza todavía juega un papel económico
y medioambiental en el continente. Los safaris de caza guiados y acotados en
reservas concretas, fuera de los límites de los parques nacionales, ayudan a
controlar las poblaciones de animales que no están amenazadas de extinción.
3
|
LOS PARQUES NACIONALES DESDE LA II
GUERRA MUNDIAL
|
La estabilidad política, la
recuperación económica, el progreso social y las nuevas ciencias
medioambientales han influido en el desarrollo de los parques y reservas
nacionales en todos los continentes tras la II Guerra Mundial. En Estados
Unidos y Canadá, la prosperidad de la posguerra favoreció la extensión de los
periodos vacacionales a un sector más amplio de la población. Cada vez más
familias poseían un vehículo propio, así que los parques nacionales se
convirtieron pronto en atractivos destinos.
Al reconstruir la devastada
Europa, sus dirigentes políticos y sociales se dieron cuenta de la necesidad de
preservar y restaurar las áreas naturales, a la vez que se buscaba la
recuperación económica. Los llamamientos de los naturalistas a favor de la
creación de nuevos parques nacionales que protegiesen la flora y la fauna
recibieron el apoyo de la opinión pública y dieron resultados positivos.
Por su parte, los movimientos
independentistas que se alzaron en África y Asia en contra de las potencias
coloniales europeas también intentaban proteger los recursos naturales de la
explotación de los gobiernos extranjeros.
3.1
|
Conservación
|
El uso controlado y la
protección sistemática de los recursos naturales han sido siempre la principal
razón para crear parques nacionales. Pero la Gran Depresión y la II Guerra
Mundial limitaron los esfuerzos conservacionistas durante la década de 1930 y
1940. Con la llegada de la paz en 1945, los naturalistas promovieron la
conservación mediante el establecimiento de parques naturales con mayor
intensidad.
En 1930, el movimiento
conservacionista británico convenció al Parlamento para que encargara un
estudio sobre el establecimiento de parques naturales en el país. Tras la II
Guerra Mundial, el informe final fue debatido en el Parlamento, tras lo cual
fue aprobada la Ley de Parques Nacionales y Zonas Rurales (1949), mediante la
que se promovió la creación de 10 parques nacionales entre 1951 y 1957. Hoy día
esos parques no sólo preservan los recursos vegetales y animales, sino también
ecosistemas, parajes naturales, formaciones geológicas, lugares de recreo,
tesoros arqueológicos y pueblos y ciudades históricas.
En 1971 la Organización de
las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la
Sociedad Zoológica de Nueva York, dos de las muchas organizaciones
conservacionistas que promueven la creación y ampliación de parques nacionales,
convenció a Etiopía para que estableciese el Parque nacional de los Montes
Bale. Este parque de 2.471 km2 comprende el mayor ecosistema
alpino de África y preserva montañas, bosques, pantanos y pastos donde viven 64
especies de mamíferos como el antílope de montaña nyala, el lobo simien y el
ciervo menelick.
Una organización fundamental en
la creación y protección de parques y reservas nacionales desde la década de
1960 ha sido el Fondo Mundial para la Naturaleza, conocido en Norteamérica como
Fondo Mundial para la Vida Salvaje (World Wildlife Fund, WWF). Uno de los
mayores logros del WWF sucedió en 1973, cuando la organización ayudó al
gobierno indio a organizar el Proyecto Tigre, un programa para proteger a los
tigres y su hábitat. Los tigres están amenazados de extinción en toda Asia por
el mercado negro que trafica con sus órganos, muy apreciados en las medicinas
tradicionales de la región, y por la deforestación y el aumento demográfico,
que han reducido su hábitat y la capacidad de capturar presas. Los esfuerzos
para recuperar las poblaciones de tigres incluyen la conservación de las aguas,
los suelos y la vegetación, que beneficia igualmente a todo el ecosistema.
Importantes áreas de varias
docenas de pluvisilvas tropicales localizadas en África central y occidental,
el Sureste asiático y Sudamérica han sido protegidas mediante la creación de
reservas o parques naturales a través de la campaña lanzada por el WWF desde
1975. El WWF jugó un papel fundamental en la creación en 1991 del Parque
nacional Cross River, que con sus 3.999 km2 representa el
santuario para la última población de gorilas de llanura de Nigeria. Desde
1985, el WWF ha invertido más de 1.100 millones de dólares en 11.000 proyectos
en todo el mundo.
Respondiendo a las crecientes
preocupaciones medioambientales, Estados Unidos creó en 1974 sus primeras
reservas nacionales para proteger una amplia gama de recursos animales y
vegetales. En 1980 se añadieron a los ya existentes varios parques nacionales
que incluían grandes territorios salvajes en Alaska.
En 1996 se estableció una
enorme reserva nacional para la conservación de la vida salvaje en la república
siberiana de Yakutia, también conocida como Saja. El frágil ecosistema ártico
comprendido en los 699.297 km2 de la reserva proporciona un
hábitat para las amenazadas grullas siberianas, los osos polares, los renos y
las morsas.
3.2
|
Nacionalismo
|
Pantanal de Okavango, Botsuana
El delta interior del río Okavango, que
se extiende por el noroeste de Botsuana, es conocido como pantano de Okavango.
Es muy valorado tanto por la gran variedad de fauna de que dispone como por sus
numerosas especies vegetales, incluidos los densos lechos de papiro. Además, en
el contexto de un país árido como es Botsuana, Okavango ha sido contemplado
como una potencial solución a los numerosos problemas que tal aridez provoca.
Durante la década de 1980 el gobierno estudió la posibilidad de utilizar
algunos de sus recursos acuíferos, pero las protestas de los grupos
medioambientalistas de dentro y fuera del país provocaron la retirada de estos
planes.
Desde el final de la II
Guerra Mundial han surgido docenas de naciones en el mundo. El espíritu del
nacionalismo (un deseo de independencia nacional, frecuentemente relacionado
con una identidad étnica o singular) que alimentó el surgimiento de estas
naciones, también impulsó las aspiraciones conservacionistas en muchos de esos
países. Las nuevas naciones heredaron y mantuvieron los objetivos
conservacionistas de los gobiernos coloniales que les precedieron y finalmente
desarrollaron parques y reservas nacionales en su propio interés.
El nacionalismo no siempre
ha beneficiado la existencia de los parques nacionales. La necesidad de
desarrollar las economías y los presupuestos de defensa, a menudo a costa de
los recursos naturales, junto con los conflictos entre naciones, han sido
incompatibles con los programas conservacionistas. Sin embargo, en los últimos
cincuenta años se ha llegado a entender como motivo de orgullo nacional el
preservar y aumentar los recursos nacionales en el interior de las fronteras
nacionales.
En Ucrania existían cotos
imperiales de caza desde 1913. Pero este país no ha protegido de manera activa
su hábitat natural hasta que aprobó la legislación sobre actividades madereras
en 1979 y después la Ley de Protección y Uso de la Naturaleza en 1981. Los
esfuerzos conservacionistas se han incrementado desde que Ucrania declaró su
independencia de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en 1991.
Estonia, que también abandonó
la Unión Soviética en 1991, creó dos años después el Parque nacional Karula, de
104 km2, para proteger un espacio natural de pequeñas granjas,
colinas y lagos. La mayor parte del parque está cubierta por distintos tipos de
bosque que van desde los bosques pantanosos hasta los pinares en terreno seco y
arenoso. Lobos, alces, nutrias, castores, águilas doradas y cigüeñas negras
están entre las especies que tienen su hogar allí. El parque preserva también
las características pequeñas granjas de la región, que escaparon a la
sovietización agraria.
En el sur de África, Botsuana
accedió a la independencia de Gran Bretaña en 1966 y desde entonces ha dedicado
el 17% de su territorio a parques nacionales o reservas cinegéticas. Muchos de
los parques están en la región del delta del Okavango, una llanura feraz
durante la época de las lluvias que alberga una gran cantidad de vida salvaje.
Botsuana protege y, a la vez, se aprovecha de estos recursos naturales. Los
turistas desembolsan decenas de millones de dólares en el país anualmente en
safaris fotográficos y cinegéticos.
3.3
|
Preservación histórica y educación
|
Junto con el nacionalismo
creció el interés y el orgullo patrio por los sucesos históricos. Naciones de
todo el mundo preservaron lugares emblemáticos marcados por antecedentes
históricos. En la región de Klondike (compartida por Estados Unidos y Canadá), el
Parque histórico nacional de la Fiebre del Oro (1976) protege 10 km2
de senderos en el extremo norte de Alaska por donde los buscadores de oro
accedían al Territorio del Yukón en la legendaria estampida de 1897-1898. En
Guatemala, el Parque nacional Tikal (1957) protege un área de 5.757 km2
alrededor de la antigua ciudad maya de Tikal, donde vivían más de 10.000
personas hacia el 900 d.C. y que en la actualidad es el hábitat de 300 especies
de aves que anidan en los cedros y las caobas.
Noruega protege los restos
arqueológicos de varias estaciones balleneras y cementerios del siglo XVII en
el Parque nacional del Noroeste de Spitsbergen (1973), que con una superficie
de 3.560 km2 se extiende por el archipiélago Svalbard. España
da especial énfasis a la educación junto con la estricta preservación de varios
de sus parques nacionales. Así, dentro del Parque nacional de Covadonga (creado
en 1918 y en la actualidad denominado Parque nacional Picos de Europa), un
santuario histórico conmemora la batalla de Covadonga, que tuvo lugar en el año
722 entre tropas cristianas y musulmanas, además de cuevas con pinturas
prehistóricas. Este parque de 646 km2 alberga águilas
imperiales, buitres, azores, halcones peregrinos y otras rapaces, docenas de
especies de mariposas y 40 especies de orquídeas.
4
|
RETOS A LOS QUE SE ENFRENTAN LOS PARQUES
NACIONALES
|
A pesar de la protección
oficial que les garantizan los gobiernos, los parques y reservas nacionales de
todo el mundo se enfrentan a amenazas procedentes de más allá de sus límites.
Estas amenazas van desde la explotación forestal, la actividad minera y el
pastoreo hasta el crecimiento de la presión demográfica en sus alrededores.
Además, el furtivismo, es decir la captura ilegal de fauna salvaje en el
interior de un parque nacional o de una reserva, mueve un negocio de unos 5.000
millones anualmente en el mundo.
4.1
|
Amenazas procedentes del desarrollo, la
sobreexplotación y los usos múltiples
|
En Estados Unidos el humedal
de los Everglades, situado en el estado de Florida y con una extensión de
6.097 km2, se encontraba en peligro debido al desarrollo
económico de la zona antes de que ésta fuese declarada parque nacional en 1947.
Pese a ello, continuó la construcción de canales y diques para proporcionar
abastecimiento a las poblaciones situadas aguas arriba del parque, lo que
supuso el estrangulamiento poco a poco de esta región pantanosa. Las
canalizaciones alteraban el flujo natural del agua del lago Okeechobee, que
alimentaba el frágil ecosistema del parque, hacia los Everglades. Las granjas
cercanas al parque agravaban el problema utilizando otros flujos naturales para
regar sus cosechas y devolviéndolos luego al parque contaminados con fertilizantes.
En un intento por restaurar los flujos naturales del parque, el presidente Bill
Clinton autorizó en la década de 1990 la expropiación federal de 510 km2
de terreno agrícola adyacente.
La actividad minera y la
contaminación de los acuíferos consecuencia de aquélla amenazan a varias
reservas en la India. En 1992 se permitió la explotación minera en el interior
de la Reserva de tigres de Sariska (1958), que tiene una extensión de
492 km2. La tala, que destruye los hábitats forestales y
contamina el agua al permitir la erosión del suelo, y algunos proyectos
hidráulicos para regadío y previsión de inundaciones fueron permitidos en la
Reserva de tigres de Melghat (1985), que se extiende por 1.598 km2.
La caza y la tala amenazan,
asimismo, áreas protegidas en el norte de Argentina, mientras que el turismo
masivo degrada sus parques y reservas meridionales. La ganadería extensiva
perjudica otras áreas protegidas en todo el país.
A medida que el número
de visitantes a los parques nacionales de todo el mundo aumenta, crecen también
los conflictos entre turistas, científicos y la naturaleza. Los coches, los
camiones y los vehículos de recreo atestan los destinos más populares,
ensuciando el entorno natural con emisiones contaminantes, basura y ruido. Los
grupos numerosos de excursionistas deterioran las sendas de los parques. Muchos
visitantes destrozan plantas autóctonas al salirse de las rutas convenidas, y
otros llevan consigo otras plantas exógenas que son peligrosas para las
especies del lugar.
Los furtivos no respetan
los límites de los parques y reservas nacionales. En África, el rinoceronte
negro se enfrenta a la extinción porque los furtivos venden sus cuernos,
apreciados en la medicina tradicional de la región. Se matan elefantes por su
marfil a pesar de la prohibición mundial en cuanto a su tráfico. Tanto los
elefantes como las jirafas son cazados por su carne. Se capturan loros salvajes
y reptiles para venderlos como mascotas, cocodrilos y serpientes por su piel, y
monos para ser vendidos a circos y parques zoológicos.
4.2
|
Protección de los corredores naturales
de migración
|
Las fronteras políticas que
definen la silueta de los parques y reservas naturales no pueden restringir las
migraciones naturales de la fauna salvaje. Los corredores de migración, rutas
que siguen algunos animales anualmente entre sus hábitats de verano e invierno
y en épocas de cría, les llevan a menudo más allá de las áreas protegidas. Como
resultado, la fauna que se aventura más allá de un determinado santuario puede
llegar a colisionar con otros animales o con humanos en áreas no protegidas.
La tala, la minería y
la explotación de yacimientos petrolíferos y de gas natural cerca de algunos
parques nacionales en las provincias occidentales de Canadá, interceptan los
corredores naturales de migración y destruyen los hábitats naturales más allá
de las áreas protegidas. Estas actividades afectan a las manadas de caribúes
que necesitan sus antiguos bosques como lugares de ramoneo, refugio y cría.
4.3
|
Biodiversidad protegida
|
Los parques nacionales cuya
creación está fundamentada en el concepto de biodiversidad intentan proteger la
totalidad de los recursos naturales que están en el interior de sus límites.
Esto implica gestionar las especies animales y vegetales para asegurar su
biodiversidad. Sin embargo, esta protección de la biodiversidad suele provocar
conflictos con el acceso público a los parques nacionales, cuyos gestores están
interesados también en el acceso a los mismos de los visitantes, además de en
la conservación de la naturaleza.
El fuego juega un papel
natural en la biodiversidad al aclarar espacios en los bosques para la
renovación del crecimiento de hierbas, flores y árboles. Este nuevo crecimiento
beneficia a la naturaleza porque crea nuevas zonas de pasto y acecho. Sin
embargo, aunque los fuegos provocados por los rayos en algunas áreas remotas no
se apagan, sí que son combatidos si se acercan a áreas pobladas o a los parques
naturales.
4.4
|
Financiación de los parques y reservas
|
Las reducciones presupuestarias
estatales han afectado a los parques y reservas nacionales en casi todos los
países debido a la elevación de los costes sanitarios y educativos y a la
importancia que han adquirido las pensiones para jubilados y personas con
escasos ingresos en el conjunto de los sistemas impositivos nacionales; pese a
ello, a los parques nacionales de todo el mundo se les exige que cumplan con
los programas de conservación y las facilidades de visita.
En Estados Unidos, los
recortes del Congreso al Servicio de Parques Nacionales han impedido que se
contrate a un número suficiente de guardabosques, afectando de igual modo al
mantenimiento de carreteras y edificios, así como a las exposiciones educativas
y al desarrollo de las investigaciones científicas. La falta de fondos redujo
el número de personal fijo y eventual, limitó la temporada de visitas en
algunos parques y provocó el cierre de campings de muchos otros.
La gestión de parques naturales
en algunos países europeos y sudamericanos está limitada, de igual modo, por
los recortes presupuestarios. Muchos países africanos ni siquiera pueden
costear el número necesario de guardas. Los problemas de financiación han
afectado a la protección del tigre tanto en la India como en Rusia. Los parques
y reservas de China sufren a causa de la presión demográfica y de la falta de
una gestión científica, que acaba provocando deforestación y hábitats
fragmentados (hábitats divididos por la explotación de los recursos naturales o
por proyectos agrícolas o de viviendas) alrededor de las áreas protegidas.
5
|
PARQUES NACIONALES DEL MUNDO
|
La siguiente relación destaca
algunos de los parques nacionales más importantes del mundo. Otros ya han sido
descritos a lo largo de este artículo.
5.1
|
Norteamérica
|
En el subcontinente norteamericano
hay más tierra protegida a través de parques y reservas nacionales que en
ningún otro lugar del mundo. En el Parque nacional Yellowstone, el Gran Cañón
del Yellowstone, con sus dos espectaculares cataratas, atraviesa una ancha
llanura, que constituye el hábitat de osos grizzly, bisontes, alces y una
creciente población de lobos. Más de 10.000 géiseres y manantiales motean el
escarpado paisaje, y lo convierten en la región geotérmica más grande del
mundo.
El Parque nacional Great
Smoky Mountains (1930) protege 130 especies arbóreas y 26 especies de
salamandras en sus 2.105 km2 de bosques vírgenes pertenecientes
a los estados de Kentucky y Tennessee. En Alaska, la Reserva y Parque nacional
Denali (1917) comprende 24.590 km2 y protege un hábitat de
tundra subártica para osos negros y grizzly, caribúes, nutrias, lobos y águilas
calvas. El parque alberga al monte McKinley, que con sus 6.194 m es el
pico más elevado de Norteamérica.
El Parque nacional del
Búfalo de los Bosques (1922) —que se extiende por territorio canadiense a lo
largo de 44.802 km2, desde la provincia de Alberta hasta el
Territorio del Noroeste— es el santuario donde se producen las mayores
concentraciones de búfalo de bosque y lobos. El Parque nacional Grasslands
(1981), en Saskatchewan, preserva 907 km2 de praderas. Los
10.000 km2 de tundra ártica del Parque nacional Ivvavik, (1922),
en los Territorios del Noroeste, proporciona un refugio a una manada de
caribúes puercoespín de 152.000 cabezas.
5.2
|
Centroamérica
|
Parque nacional Braulio Carrillo, Costa
Rica
Este espacio natural protegido se ubica
al noreste del valle Central, en la cordillera Central, entre los macizos de
los volcanes Poás e Irazú. Incluye los volcanes Barba y Cacho Negro,
extendiéndose desde el Alto de la Palma (Moravia) hasta la Estación Biológica
La Selva (Sarapiquí). En este parque destacan las altas montañas densamente
cubiertas de bosques por donde discurren innumerables ríos. La topografía y la
alta precipitación, unos 8.000 mm anuales, dan lugar a la formación de
centenares de cascadas.
Los parques nacionales de
Centroamérica protegen pluvisilvas tropicales con una diversidad aparentemente
infinita de plantas y animales. Cientos de reptiles, anfibios y aves habitan en
estos densos bosques. Costa Rica estableció su red de parques en 1970 para revertir
la paulatina destrucción de sus áreas salvajes. Parques nacionales, reservas
para pueblos indígenas, reservas biológicas que protegen una vasta diversidad
de plantas y corredores y refugios naturales ocupan actualmente más de la
cuarta parte de la superficie del país. La diversidad dentro de estos parques
va desde los bosques tropicales húmedos y las sabanas hasta los arrecifes de
coral. Los parques de Costa Rica albergan más de 800 especies de aves, 10.000
de insectos y 9.000 de plantas, entre las cuales hay 1.200 variedades de
orquídeas. Por estas áreas protegidas vagabundean jaguares, ocelotes, margay,
pumas y gatos-tigre.
Los turistas pueden visitar
dos cráteres volcánicos en el Parque nacional Volcán Poás (1971), que ocupa una
superficie de 56 km2. Uno de ellos se caracteriza por la
presencia de géiseres y fumarolas, mientras que el otro permanece dormido,
lleno con las aguas profundamente azules de un lago. En la Reserva biológica
del Bosque Nuboso de Monteverde (1950), perezosos de tres dedos, jaguares y
diminutas orquídeas son partes de los complejos ecosistemas que se desarrollan
bajo la cobertera vegetal de estos 119 km2 de pluvisilva
protegida.
5.3
|
Sudamérica
|
Parque nacional Huascarán, Perú
La cordillera Blanca se encuentra dentro
del Parque nacional Huascarán y alberga unos 660 glaciares, más de 260 lagos de
agua cristalina, las cumbres Huascarán (6.768 m la más alta) y el Alpamayo,
considerada por muchos la montaña más hermosa del mundo, además de valiosos
monumentos arqueológicos de la época inca. En esta cordillera destacan otros
nevados, como el Taulliraju (5.830 m) que aparece en la imagen y se encuentra
próximo a las cumbres gemelas del nevado Huascarán, las más elevadas de Perú y
las montañas tropicales más altas de América, hecho que ha atraído a numerosas
expediciones de todas partes del mundo desde comienzos del siglo XX.
El río Amazonas, que alberga
miles de ecosistemas en su red fluvial y en sus bosques tropicales, domina el
paisaje sudamericano con sus 6.400 km de longitud. Las precipitaciones
anuales en la cabecera del Amazonas pueden exceder los 3 m, y el río
desagua en el océano Atlántico una sexta parte del agua dulce de todo el mundo.
Bosque Fray Jorge, Chile
Este parque nacional chileno, enclavado
en el litoral de la Región IV o de Coquimbo, se caracteriza por el desarrollo
de ecosistemas vegetales boscosos de tipo húmedo, sobre todo a partir de los
450 m de altitud, en un área ecológica esteparia de matorrales desérticos
debido a la presencia de un microclima que se asemeja al que se da en el sur de
Chile.
Cerca de las fuentes del
Amazonas, en el sector peruano de la cordillera de los Andes, se encuentra la
Reserva de la Biosfera del Manú (1973), que se extiende a lo largo de
18.907 km2. Manú es una combinación de parque nacional
(15.328 km2 de superficie), reserva natural y zona cultural
habitada. La zona cultural habitada protege el modo de vida tradicional de los
pueblos indígenas que viven y cultivan en la zona, mientras que la reserva está
abierta a la investigación científica y al turismo. La reserva de la biosfera
(un grupo de ecosistemas interdependientes propio de la región) incluye laderas
herbosas y sin árboles que alcanzan los 3.965 m de altura, bosques de
tierras áridas formados por pequeños grupos dispersos de árboles, pantanos y
orquídeas, y densas pluvisilvas que albergan docenas de plantas, algunas
coetáneas con algunos de los más antiguos periodos glaciales. Macacos, búhos
crestados, cigüeñas, monos y serpientes están entre las especies que pueblan el
bosque de caoba y cedro tropical. La vida acuática del río Manú y sus
afluentes, que desembocan en el Amazonas, incluye tortugas, pirañas, rayas y
caimanes.
Medicinas para diversas
enfermedades son sintetizadas a partir de la flora existente en esta reserva de
la biosfera. Más del 25% de la farmacopea actual proviene de plantas
tropicales, de las que sin embargo sólo un 10% ha sido identificado, y sólo 1%
investigado para su uso médico.
5.4
|
Europa
|
Doñana: fauna
Este parque nacional, de 54.252 ha de
superficie, es uno de los humedales más importantes del continente europeo. Los
tres principales ecosistemas presentes en el parque (las dunas, las marismas y
el monte) permiten albergar un gran número de especies animales. Doñana
constituye un importante refugio de poblaciones en peligro de extinción, así
como un lugar de paso e invernada para gran número de aves, que constituyen el
elemento faunístico más variado del parque.
A diferencia de los parques
nacionales de Norteamérica y Sudamérica, no todos los parques británicos son de
propiedad estatal o están administrados con el objeto de desarrollar el turismo
y la protección de la naturaleza. Muchos son privados y comprenden antiguas
aldeas. Así sucede con el Parque nacional del Distrito de los Lagos (1951;
2.280 km2), caracterizado por la presencia de aldeas, granjas,
canteras y minas, dispersas por el parque. En las granjas se crían ciervos
rojos, zorros, cisnes y truchas. El parque también incluye cientos de lagos que
le dan nombre y el pico más elevado de Inglaterra, el Scafell (978 m). El
Parque nacional del Distrito de los Picos (1951; 1.404 km2) y
el Parque nacional de Exmoor (1954; 686 km2) muestran ruinas de
piedra y argamasa y túmulos funerarios de las edades de piedra, hierro y
bronce.
Los parques nacionales de
Noruega protegen colonias de aves marinas, morsas y renos. El Parque nacional
Forlandet (1973) ocupa la superficie de la estrecha isla homónima, que incluye
varios glaciares pequeños que cuelgan de altos picachos. La isla, de
640 km2, está en el extremo más septentrional de la corriente
del Golfo, que crea un clima templado, lo que le convierte en un importante
lugar de reunión de ocas guillemot. De este hábitat dependen también focas,
patos salvajes y gansos.
El Parque nacional de
Doñana (1969) proporciona un refugio de 750 km2 para las aves
de paso del norte de Europa que van a anidar a África. Los últimos linces del
sur de Europa tienen también allí su refugio.
5.5
|
África
|
Parque nacional Serengeti, Tanzania
La fauna de África, abundante en el
pasado, se encuentra cada vez más amenazada, debido a la necesidad de tierras
para cultivo de la población, a los cazadores furtivos y a la guerra. En muchos
países ni siquiera las reservas de animales, creadas con objeto de protegerlos,
son ya un refugio seguro contra los ataques de los cazadores furtivos y cada
vez más especies están amenazadas, como es el caso de los rinocerontes blancos
y negros, el gorila de montaña y el elefante. No obstante, en países como
Tanzania, cuyo Parque nacional de Serengeti, aparece en la foto, Kenia,
Zimbabwe y la República Sudafricana, la protección de la vida animal está
teniendo un mayor éxito a pesar del ingente problema que supone la demanda de
tierras por parte de los habitantes del país. Creado en 1941 y Patrimonio de la
Humanidad, el Serengeti es una de las mayores reservas del continente, con un
área de 14.763 km2 de extensas praderas. Es además, el único lugar de África
donde tienen lugar las migraciones estacionales de algunas especies de las
llanuras como la cebra, tal como puede verse en la foto.
Muchos parques nacionales de
Africa sirven como valiosas “cuencas hidrográficas”, evitando la erosión
mientras mantienen sus desagües naturales. Muchas manadas de mamíferos de la
sabana crean canales en la tierra con sus pezuñas durante sus vagabundeos en
los parques. En la estación de las lluvias estos canales se llenan de agua y
proporcionan alimento a la vegetación existente. Además, estos peculiares
canales llevarán el agua a los ríos, los abrevaderos y los lagos de las tierras
protegidas.
El Parque nacional Hwange,
el más grande de Zimbabue, fue fundado en 1929, en gran medida porque sus
pobres suelos no permitían su aprovechamiento agrícola. A pesar de estas
condiciones, ahora se desarrolla la vida salvaje en sus 14.620 km2
de superficie. A mediados de la década de 1970 vagabundeaban por el parque
alrededor de 20.000 elefantes, pero desde entonces un programa de caza selectiva
ha reducido esa cifra a unos 12.000, para reducir el impacto de estos animales
sobre la vegetación del parque. El Parque nacional Hwange alberga, además,
búfalos, cebras, jirafas, antílopes sable y kudu e impalas. Se han introducido
con éxito rinocerontes blancos y negros y en las charcas y abrevaderos del
parque residen hipopótamos y cocodrilos. También existen predadores como leones
y leopardos.
5.6
|
Asia
|
El Parque nacional de
Corbett se convirtió en el primer espacio protegido con tal categoría de la
India en 1936. Aunque se trata fundamentalmente de una reserva para tigres, el
parque, con 525 km2 de extensión, protege también leopardos,
varias especies de monos, cocodrilos, pájaros mina, papagayos y pájaros
carpinteros. Es más fácil ver tigres en el Parque nacional Ranthambore (1980;
392 km2) que en cualquiera de los otros parques de la India. Se
les puede ver bebiendo en los lagos del parque e incluso merodeando en las
cercanías del Fuerte Ranthambore, que fue construido cuando el terreno del
parque era un coto privado de caza de la realeza.
El gobierno indio trabaja
también para salvar al león asiático, un pariente menor del león africano. El
único hábitat natural que le queda al león asiático es el Parque nacional y
Santuario de vida salvaje Gir (creado en 1975 y con una extensión de
259 km2), donde vive este felino en densos bosques de teca,
ver, jamun y babul. En tiempos, el área por el que se extendía el león asiático
abarcaba desde el Oriente Próximo hasta la India, pero la caza redujo su
población a menos de 100 ejemplares a finales del siglo XIX. Los programas de
protección ayudaron a que la población en libertad se recuperase hasta los 300
ejemplares en 1996.
Otra nación asiática que
trabaja en la protección del tigre es Nepal. En 1980, el gobierno lanzó un
proyecto de protección a largo plazo en el Parque nacional de Royal Chitwan
(1973) para estudiar la población, hábitat y conservación de los tigres.
El parque nacional más
grande de Malaysia es el Gunung Mulu (1974), que abarca 529 km2
de superficie. Es el lugar donde existe el sistema de cuevas calizas más grande
del mundo, con más de 200 km de pasadizos subterráneos naturales. En la
superficie hay 15 tipos diferentes de bosques, con miles de plantas, pantanos y
musgos, incluyendo 170 especies de orquídeas salvajes y 10 especies de plantas
insectívoras.
China no empezó a establecer
áreas protegidas hasta la fundación, en 1956, de la Reserva natural de Zhaoging
Dinghushan, de 11 km2 de superficie, en la provincia de
Guangdong. Aunque China tiene en la actualidad 463 áreas protegidas, la calidad
de las mismas dista de las de otras naciones asiáticas. Los límites mal
definidos, el furtivismo, la tala, la minería, la construcción, la sobreexplotación
de los pastos y la creciente presión demográfica amenazan muchas áreas
protegidas por sus hábitats naturales en el país.
5.7
|
Oceanía
|
Parque nacional Kakadu, Australia
El Parque nacional Kakadu, en Australia,
declarado Patrimonio de la Humanidad, alberga una abundante fauna, incluidas
las aves y sobre todo una rica flora. En la foto aparecen unos visitantes que
se han detenido para observar más de cerca la obra de la termita, el arquitecto
más impresionante del mundo. Los termiteros, como el que aquí aparece, pueden
alcanzar hasta 6 m de altura.
Las diseminadas islas que se
extienden a lo largo del ecuador en el sector occidental del océano Pacífico,
conocidas colectivamente como Oceanía, poseen una gran diversidad de parques y
reservas. Las islas y las aguas litorales de Oceanía albergan más de 2.000
ecosistemas, que varían desde arrecifes litorales a densas selvas tropicales.
El Parque marino de la
Gran Barrera de Arrecifes (1979), que cubre una superficie de 343.784 km2
del mar del Coral, está situado frente a la costa oriental de la isla-continente
de Australia. Grandes poblaciones de peces y mamíferos marinos viven entre los
arrecifes de coral de brillantes colores. El Parque nacional Iron Range (1977)
cubre 346 km2 de bosque tropical australiano. El área protegida
más grande del continente el Parque nacional Kakadu (1979) comprende unos
20.000 km2 de distintos hábitats adquiridos a los pueblos
aborígenes. Situado en la costa, frente al mar de Timor y al este de la ciudad
de Darwin, el Parque nacional Kakadu incluye pantanos, pastos, bosques de
eucaliptos y barrancas. Alberga a un tercio de las especies vegetales y
animales del continente, incluyendo cocodrilos de agua salada, lagartijas
listadas, zorros voladores y wallaroos negros, parientes de los canguros.
Pinturas aborígenes de entre 20.000 y 35.000 años de antigüedad aparecen en
algunas de las paredes rocosas del parque.
En la cercana Nueva Zelanda,
hay picos nevados de hasta 3.776 m de altitud en el Parque nacional del
Monte Cook (1953; 700 km2 de extensión). A gran distancia de
allí, dos volcanes activos, el Kilauea y el Mauna Loa vomitan fuego, humo y
ríos de lava en el Parque nacional de los Volcanes Hawaianos, creado en 1961 y
con 927 km2 de extensión.
No hay comentarios :
Publicar un comentario