El asombroso:
Reptil
Aligátor
El aligátor americano, declarado
especie amenazada en 1967, ha aumentado en número en su zona de distribución
originaria, que abarca el sureste de Estados Unidos. Aunque alcanza hasta 6 m de
longitud, suele medir 1,5 m de tamaño medio. Se alimenta de otros reptiles,
carroña, aves, mamíferos y anfibios. Dado que el aligátor y otros crocodilios
no pueden masticar su comida, engullen a sus presas enteras o, en el caso de
animales más grandes, los despedazan y se los tragan.
Reptil, nombre común de los
miembros de la clase Reptilia (véase Animal), que engloba a las
serpientes, los lagartos, las tortugas, los cocodrilos, el tuátara y numerosas
especies extintas. Hay unas 7.000 especies vivas que se encuentran en una gran
variedad de hábitats terrestres y acuáticos.
Los reptiles son vertebrados,
es decir, animales con columna vertebral. A pesar de que comparten
características con otros vertebrados como peces, anfibios, aves y mamíferos,
los reptiles muestran una combinación única de características que les
distingue de todos estos grupos. Los reptiles modernos, como los anfibios, son
animales ectotérmicos o de “sangre fría” (véase Poiquilotermia). Esto
significa que no son capaces de regular su temperatura corporal, es decir, no
pueden generar calor, por lo que dependen del que reciben del Sol. Por eso,
ajustan su comportamiento para adaptarse a los cambios de la radiación solar y,
de esa manera, regular la temperatura de su cuerpo. Como las aves, la mayoría
de los reptiles nacen de huevos con cáscara que la madre deposita sobre el
terreno. Respiran a través de pulmones, como la mayoría de los anfibios
adultos, las aves y los mamíferos. Además, como los anfibios y los mamíferos,
la mayoría de los reptiles, con la excepción de las tortugas, tienen dientes.
Su piel dura, seca y escamosa es única en el reino Animal. No es húmeda ni
permeable, como la de los anfibios, ni con plumas, como la de las aves, ni
cubierta con pelo, como la de los mamíferos.
Los reptiles habitan en
casi todos los lugares del planeta, incluyendo la mayoría de los océanos del
mundo. Los encontramos en un gran número de hábitats, desde el fondo de los
estanques y lagos hasta en la vegetación arbórea de gran altitud. Sin embargo,
son especialmente abundantes y diversos en los trópicos y en los desiertos. El
único factor que parece limitar su distribución geográfica es su incapacidad
para generar su propio calor corporal. Este es el motivo por el que no hay
reptiles en la helada Antártida ni en los océanos polares, y sólo algunos en el
círculo polar ártico.
2
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CARACTERÍSTICAS FÍSICAS
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Órgano de Jacobson
El órgano de Jacobson es un órgano
sensorial especial, formado por dos estructuras saculares huecas muy sensibles,
que se localiza en el cielo de la boca. La lengua recoge las partículas
odoríferas del entorno y las lleva hasta este órgano.
Su característica piel
seca y escamosa impide que sus tejidos internos se sequen. En muchas especies
también juega un papel importante en la defensa y el apareamiento. Las escamas
de los reptiles están formadas principalmente por queratina y derivan de la
capa exterior de la piel o epidermis, a diferencia de las escamas de los peces
que son estructuras óseas y dérmicas. La capa interior de la piel o dermis
contiene muchos vasos sanguíneos y nervios, además de células con pigmentación
que proporcionan a muchas especies sus vistosos colores.
Anatomía general interna de un reptil
El color de la mayoría
de los reptiles presenta matices verdes, pardos y grises, lo que permite a los
animales adaptarse mejor a su entorno. Sin embargo, muchas tortugas, lagartos y
serpientes muestran marcas brillantes en azul, verde, amarillo, naranja o
incluso púrpura. Algunos reptiles, en especial los camaleones y los lagartos
del género Anolis, son capaces de cambiar el color de la piel mediante
la dispersión o concentración de unas células portadoras de pigmentos
denominadas cromatóforos. Los cambios en la pigmentación les permiten
mimetizarse con el entorno y, de esa manera, evitar ser descubiertos por sus
depredadores. Estos cambios de color también son importantes para comunicarse
con otros reptiles, por ejemplo, para atraer a una hembra o atemorizar a un
rival (véase Comunicación animal). A medida que crecen, los reptiles
mudan regularmente la capa exterior de la piel bien perdiendo trozos a
intervalos o bien, como las serpientes y las culebrillas ciegas (véase Anfisbénido),
mudando la piel de una sola vez.
Anatomía de una serpiente
Los órganos abdominales de la
mayoría de los vertebrados están agrupados en una cavidad abdominal
restringida. En las serpientes están alineados en una cavidad alargada,
modificada en función de la extensión de la columna vertebral.
Los reptiles se valen
de sus sentidos para buscar alimentos y evitar a los depredadores. Las especies
que cazan para alimentarse suelen tener los ojos en la parte anterior de la
cabeza, lo que les permite tener una visión binocular. Muchos lagartos, como
los camaleones, pueden mover los ojos de forma independiente para ver en
distintas direcciones a la vez. Las serpientes y algunos lagartos presentan una
membrana transparente protectora cubriendo cada ojo y carecen de párpados que
se abren y se cierran, por lo que dan la impresión de que miran
implacablemente.
Los reptiles poseen un
órgano olfativo especial, denominado órgano de Jacobson, situado en la parte
superior de la boca. Se trata de una pequeña cavidad equipada con detectores
sensoriales que reconoce las moléculas olorosas y permite a los reptiles
localizar a sus presas, encontrar pareja y, en general, obtener información del
medio que les rodea. Los varanos y las serpientes sacan continuamente sus
bífidas lenguas fuera de la boca para recoger las partículas olorosas y
llevarlas al órgano de Jacobson. La serpiente de cascabel y el mocasín buscan
sus presas utilizando las fosetas termosensitivas que tienen en la cabeza y que
detectan el calor corporal. Por medio de esta extraordinaria capacidad las
víboras de foseta pueden incluso perseguir y matar a sus presas en la
oscuridad. Las boas y las pitones también tienen receptores térmicos.
Percepción del calor con órganos termosensibles
Los crótalos detectan a sus
presas (por lo general, animales de sangre caliente que desprenden calor) con
un órgano termosensible situado entre el ojo y el oído a ambos lados de la
cabeza. El cerebro de la serpiente localiza la presa comparando diferencias de
temperaturas; de esta forma la serpiente puede atacarla, incluso en la
oscuridad.
El esqueleto de los reptiles
está osificado casi en su totalidad (no es cartilaginoso). Su cráneo está unido
a la columna vertebral por un único cóndilo, o superficie articular, como
ocurre también en las aves. Las costillas torácicas están unidas al esternón y,
cuando existe un hueso sacro (parte de la espina dorsal conectada a la pelvis),
las costillas sacras se articulan con la cintura pélvica. Pueden tener dos
juegos completos de extremidades o haber perdido uno o ambos, como ocurre en
las serpientes y algunos lagartos.
La muda de un reptil
Este reptil (probablemente un
lagarto ápodo) está cambiando la piel.
Tienen un sistema nervioso
más avanzado que los anfibios. Respiran por medio de pulmones; carecen de
branquias. En la mayor parte de las serpientes y algunos lagartos sólo hay un
pulmón funcional; en otros reptiles, ambos pulmones están igualmente desarrollados.
El tórax y el abdomen no están separados por un diafragma y la respiración se
realiza con la ayuda de músculos de la pared del cuerpo. Presentan un corazón
formado por tres cámaras: dos aurículas y un ventrículo. En los cocodrilos, no
obstante, el ventrículo está casi totalmente dividido en dos cámaras por un
septo o tabique.
Camaleón mediterráneo
Este reptil que crece hasta 28 cm
de largo, vive en los semidesiertos de África septentrional, España y el
Oriente Próximo. A diferencia de la mayoría de los miembros de su género, que
casi nunca bajan de los matorrales y árboles a los que trepan, el camaleón
mediterráneo algunas veces excava agujeros en la proximidad de los oasis, donde
pueden evitar el calor. Sobreviven principalmente con una dieta a base de
langostas. Como todos los camaleones, pueden mover los ojos independientemente
y tienen un color característico que cambian cuando se aparean, luchan o se
camuflan.
El material procedente
del intestino, del aparato urinario y del aparato reproductor se vierte a una
cámara posterior que recibe el nombre de cloaca. Presentan sexos separados y la
fecundación es interna. Los machos disponen de un órgano copulador para
introducir el esperma en el sistema genital femenino.
3
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COMPORTAMIENTO
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Aunque es común referirse
a los reptiles como animales de sangre fría, sin embargo son capaces de
mantener la temperatura corporal prácticamente constante. La diferencia
importante en lo que se refiere a la fisiología de la temperatura corporal es
que los reptiles dependen de fuentes externas de calor para mantenerla,
mientras que los mamíferos generan el calor por procesos internos. Los reptiles
regulan su temperatura aprovechando diferentes fuentes de calor externo, como
la luz solar directa o el calor que despiden las piedras, los troncos y el
suelo. Mediante el uso equilibrado de estas fuentes, las diferentes especies de
reptiles mantienen una temperatura corporal más o menos constante,
característica de cada especie, que suele ser superior a la del aire que les
rodea. Sólo cuando el animal está en estado latente o inactivo la temperatura
de su cuerpo es más o menos igual que la de su entorno.
Cuando la cabeza y el
cerebro están demasiados calientes en relación al resto del cuerpo, los
reptiles abren su boca para permitir que la humedad interior se evapore,
creando así un efecto refrescante. Este comportamiento se observa muy a menudo
en los cocodrilos. Algunos lagartos del desierto jadean, como los perros, para
bajar la temperatura al evaporar la saliva de su boca. Lagartos y serpientes
pueden desplazarse a zonas frías o cálidas según el momento del día, e incluso
pueden adoptar posiciones distintas en los árboles. Las tortugas semiacuáticas
y los cocodrilos pueden moverse desde la tierra al agua y viceversa, y los
reptiles acuáticos pueden nadar en las partes más frías o más cálidas del agua
según les interese.
Cuando hace frío, muchas
especies buscan un lugar seguro bajo tierra o en madrigueras para pasar el
invierno en una estado letárgico o de inactividad, muy parecido a la
hibernación. Las tortugas suelen retirarse al fondo de los estanques donde
permanecen incluso después de que queden cubiertos por el hielo. Son capaces de
absorber todo el oxígeno que necesitan del agua a través de los pliegues de la boca
y la garganta, la piel y de unos sacos de paredes muy delgadas que se
encuentran en su cloaca. Cuando en primavera la temperatura mejora, salen a la
superficie para comenzar una nueva temporada de actividad y reproducción.
3.1
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Defensa y territorialidad
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Lagarto de Kingy en actitud amenazante
Los reptiles son presas
buscadas por muchos depredadores, como peces grandes, aves, mamíferos y otros
reptiles. Muchas especies pueden morder si son amenazadas, aunque su primera iniciativa
para defenderse es esconderse o escapar. Cuando la escapatoria no es posible,
algunos pueden realizar elaborados sistemas de aviso para asustar o confundir
al depredador, y otros pueden aparentar un tamaño mayor del que realmente
tienen. El lagarto de Kingy hace frente a su enemigo desplegando el ancho
volante que tiene en torno a su cuello, a la vez que abre la boca. La
inofensiva serpiente de hocico de cerdo puede emitir silbidos y expandir el
cuello como las cobras, además de despedir un olor desagradable a través de sus
escamas. Si estas acciones no consiguen espantar a su rival, esta serpiente
puede revolcarse en el fango y darse la vuelta sobre su espalda, como si
estuviera muerta. Muchos reptiles intentan aparentar el aspecto y el comportamiento
de otras especies más peligrosas. Por ejemplo, las bandas brillantes en rojo,
amarillo y negro de la coral ratonera, una especie no venenosa, son similares a
las de la serpiente coral, extremadamente venenosa. Para las serpientes
venenosas un buen ataque puede ser la mejor defensa: la cobra escupidora puede
escupir veneno a los ojos del depredador, alcanzando a veces objetivos de más
de 3 metros.
Lagarto venenoso
El monstruo de Gila es uno de los
dos únicos lagartos venenosos del mundo. Utilizan el veneno principalmente para
defenderse, segregándolo a través de unas glándulas situadas en la mandíbula
inferior.
A menudo, los reptiles
tienen conflictos con miembros de su propia especie sobre el control del
territorio. En algunas especies de lagartos, los machos realizan ritos para
poner de manifiesto sus derechos sobre un terreno. Por ejemplo, en muchas
especies de varanos, los machos que rivalizan por un territorio se mantienen
sobre sus patas traseras empujándose unos a otros para tratar de derribarse.
Algunas serpientes, como las serpientes de cascabel, también realizan estas
exhibiciones. A veces, las tortugas macho golpean sus caparazones para elegir
al macho dominante.
3.2
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Alimentación
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Serpiente engullendo
Serpiente engullendo a su presa
Las serpientes, todas ellas
carnívoras, se alimentan de un modo peculiar. La mandíbula inferior, formada
por dos huesos unidos en la barbilla por un ligamento elástico, puede abrirse
para dar cabida a animales enteros, desde ratones hasta animales del tamaño de
un ciervo o venado. El roedor de la imagen ha sido engullido con la cabeza por
delante, tanto para impedirle morder mientras estaba vivo como para facilitar
su paso. Según el tamaño, puede tardar hasta una semana en digerir la presa.
Las serpientes y algunos
otros reptiles son carnívoros. Los lagartos se suelen alimentar de insectos
mientras que las serpientes comen pequeños vertebrados, como pájaros, roedores,
peces, anfibios e incluso otros reptiles. Para muchas serpientes, los huevos de
aves y reptiles son un bocado suculento. Muchas tortugas, además de algunas
especies de lagartos como la iguana común o iguana verde, son herbívoras y se
alimentan de hojas y frutos. Otras tortugas, como la tortuga pintada, son
omnívoras; es decir, se alimentan tanto de carne de otros animales como de
materia vegetal.
Lengua extensible
La lengua del camaleón es muy
extensible y pegajosa en el extremo, lo que permite al animal capturar insectos
con mucha facilidad.
Las especies carnívoras
tienen formas muy diferentes de capturar a sus presas. Algunas tortugas
acuáticas cazan a sus presas con un movimiento rápido de sus largos cuellos, a
la vez que se meten agua en la boca para tragar mejor a la presa. Muchas
serpientes pequeñas, como la serpiente piloto y la serpiente real, además de
especies grandes, como la pitón o la boa, golpean y agarran a sus presas,
enroscándose a su alrededor para estrangularlas antes de tragarlas. Casi todas
las serpientes pueden dislocar sus mandíbulas para engullir presas más grandes
que su propia cabeza. Aunque no es usual, se han visto pitones africanas
tragarse impalas: pequeños antílopes de 1 m de altura. Las serpientes
venenosas muerden a sus presas y les inyectan veneno y, normalmente, en vez de
luchar con ellas, las dejan marcharse mientras el veneno hace su efecto.
Después, utilizan la lengua y el órgano de Jacobson para encontrar el cuerpo.
Los camaleones tienen una lengua larga y pegajosa que lanzan con precisión y
velocidad extremas a los insectos que pretenden engullir. Los enormes varanos a
veces acechan a otros animales de presa pero suelen alimentarse de carroña. Los
cocodrilos comen peces pequeños aunque también son capaces de capturar grandes
mamíferos, como ciervos o vacas que estén bebiendo agua en la orilla de un río
o lago.
4
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REPRODUCCIÓN Y CICLO DE VIDA
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Nacimiento de un reptil
Casi todos los reptiles ponen
huevos de cáscara coriácea, pero los de algunas especies tienen el cascarón duro,
como el de las aves, de los que incluso pueden nacer jóvenes ya formados. En el
momento de la eclosión, el reptil puede formar un diente agudo temporal en el
extremo de la mandíbula superior para romper la cáscara del huevo.
La mayoría de los reptiles
llevan a cabo ritos de apareamiento (véase Cortejo y apareamiento). Los
lagartos acompañan su cortejo con cambios de color. Por ejemplo, los camaleones
macho experimentan cambios de color durante el cortejo y las hembras preñadas
muestran una coloración viva para indicar que no están disponibles. El lagarto
anolis macho infla su papada para impresionar a las hembras e intimidar a sus
rivales. Las tortugas macho pueden incitar a las hembras agitando su cabeza o
tocando la cara de la hembra con las uñas de sus extremidades. Los tuátaras
macho caminan en lentos círculos alrededor de la hembra hasta que ésta
desaparece en su madriguera o permite al macho cruzarse con ella. Las
serpientes hembra atraen a sus compañeros expulsando aromas químicos llamados
feromonas. Cuando el macho encuentra a una hembra receptiva la corteja pasando
por encima de ella varias veces y luego alinea su cola con la de ella de manera
que se pueda producir la fecundación.
La fecundación de los
reptiles es interna: los óvulos se unen con el esperma del macho dentro del
cuerpo de la hembra. Las tortugas y los cocodrilos macho sólo tienen un pene
pero los lagartos y las serpientes macho tienen dos, llamados hemipenes, que se
encuentran protegidos por pliegues y espinas que mantienen al pene en posición
durante el apareamiento. Estos animales sólo utilizan un hemipene cada vez que
se aparean. En las especies que se aparean sucesivamente, los machos alternan
sus hemipenes. Los tuátaras macho no tiene pene, por lo que utilizan la
abertura muscular de su cloaca para introducir el esperma en la hembra.
La mayoría de los reptiles
son ovíparos (ponen huevos), pero muchas especies de serpientes y lagartos son
ovovivíparas (alumbran crías vivas). El huevo con cáscara dura que presentan
los reptiles permitió a este grupo independizarse del medio acuático. Este
huevo consta de una serie de membranas extraembrionarias que posibilitan el
desarrollo del embrión: un amnios protector, común a los reptiles, aves y
mamíferos, que impide que el huevo se seque, de modo que las primeras fases del
ciclo vital de estos animales no tiene que depender del agua; un alantoides
respiratorio o membrana vascular fetal, que sirve como superficie respiratoria;
y el corion que regula el paso de oxígeno y dióxido de carbono. Rodeando a
estas membranas está la cáscara calcárea o coriácea exterior.
Huevo de reptil
Un avance evolutivo crucial para
los animales terrestres fue el desarrollo del huevo amniótico en los reptiles, característico
también de las aves y de algunos mamíferos. El embrión, puede sobrevivir fuera
del agua en diversos hábitats protegido contra la desecación. El vitelo le
provee de alimento y el albumen de agua y nutrientes. Los desechos se almacenan
en el alantoides, una extensión del intestino del embrión. El oxígeno se
difunde a través de la cáscara. Su paso al embrión es regulado por el corión.
El número de huevos o
de crías de los reptiles varía mucho de una especie a otra e incluso dentro de
una misma especie. Por ejemplo, ciertas tortugas africanas de pequeño tamaño
sólo ponen un huevo en cada puesta, mientras que algunas tortugas marinas ponen
hasta 150 huevos. La serpiente de jarretera puede dar a luz entre 3 y 100
crías.
Los reptiles normalmente
depositan sus huevos en un nido excavado en la arena, en la tierra o sobre las
hojas, pero luego los abandonan y no se ocupan de las crías recién nacidas. La
pitón es una excepción, ya que se mantiene cerca de los huevos para protegerlos
de los depredadores. Las hembras de cocodrilo, y a veces también los machos,
vigilan sus nidos. Si una de las crías tiene problemas para salir del cascarón,
sus padres la ayudan metiéndose el huevo en la boca y rompiendo la cáscara con
suavidad, sin dañar a la cría.
Los reptiles se encuentran
totalmente desarrollados y preparados para llevar una vida independiente desde
que nacen. Sin embargo, las crías de los reptiles, en particular las crías de
las tortugas marinas, tienen muy pocas posibilidades de sobrevivir durante los
primeros meses de vida. Estos animales son la presa favorita de muchas aves,
serpientes, mamíferos e, incluso en el caso de las tortugas marinas, de
tiburones. Son muy pocos los reptiles que sobreviven al primer año de vida,
pero los que lo hacen suelen tener una larga existencia. Por ejemplo, se cree
que algunas tortugas viven hasta 120 años en condiciones de libertad y los
tuátara parece que también pueden alcanzar esa edad. Los caimanes viven cerca
de 70 años. Por el contrario, algunos lagartos de pequeño tamaño sólo viven 4 o
5 años.
5
|
CLASIFICACIÓN
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Evolución de los reptiles
Si bien los reptiles dominaron
una vez la Tierra, sólo cuatro órdenes tienen representantes vivos. El mayor de
estos grupos comprende el orden Escamosos, que incluye a lagartos y serpientes.
Todas las tortugas pertenecen al orden Quelonios, y los cocodrilos, aligatores,
caimanes y gaviales al orden Crocodilios. El tuátara, un fósil viviente, es el
único miembro vivo del orden Rincocéfalos. Entre los extintos destaca el orden
Saurisquios (Tyrannosaurus y otros reptiles de cintura pélvica reptiliana), del
que surgieron las aves, y el orden Ornitisquios (herbívoros de cintura pélvica
de ave, como el Stegosaurus y el Hypsilophodon). Los mamíferos proceden de la
línea de los Terápsidos.
Los primeros reptiles
aparecieron durante el periodo carbonífero dentro de la era paleozoica. Muchas
formas evolucionaron y florecieron durante el mesozoico, también conocido como
“era de los reptiles”. La clase Reptilia se divide en 3 subclases:
Anápsidos, Diápsidos y Sinápsidos. Los Anápsidos, representados en la
actualidad sólo por las tortugas, presentan rasgos primitivos, con cráneos sin abertura
temporal. En la subclase Diápsidos se incluyen lagartos, serpientes, cocodrilos
y tuátaras. Los cráneos de los Diápsidos, aunque en los grupos actuales pueden
estar muy modificados, presentaban en las condiciones ancestrales dos pares de
aberturas temporales. Los Diápsidos se subdividen en 3 superórdenes:
Lepidosaurios, que incluye a los reptiles actuales, excepto tortugas y
cocodrilos, y a los extintos ictiosaurios; Arcosaurios, formado por los
cocodrilos y por grupos extintos como los dinosaurios; y Sauropterigios, que
incluye varios reptiles marinos que se han extinguido. La subclase Sinápsidos,
con cráneos con un único par de aberturas temporales, incluye grupos extintos
de reptiles como los perteneciente al orden Terápsidos que dio lugar a los mamíferos.
De los 23 órdenes que engloban estas 3 subclases sólo 5 incluyen especies
vivas. A continuación se mencionan los órdenes más conocidos.
5.1
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Rincocéfalos
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Tuátara
Los tuátaras son los únicos sobrevivientes
de una especie de antiguos reptiles que vivieron hace más de 200 millones de
años. Los animales viven en unas pequeñas islas frente a la costa de Nueva
Zelanda. Son animales nocturnos, duermen durante el día y cazan insectos, aves
o pequeños lagartos por la noche. Mientras un depredador agarra la cola del
tuátara, el animal puede fácilmente desprenderse del apéndice y crecerle otra
cola nueva.
Son reptiles similares
a lagartos, diferenciándose de éstos por características osteológicas. Los rincocéfalos
o esfenodontos fueron abundantes en el triásico y el jurásico, pero hoy están
todos extintos, a excepción del tuátara de Nueva Zelanda, que pertenece al
género Sphenodon.
5.2
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Escamosos
|
Dos especies de serpientes
Una víbora cornuda (Vipera
ammodytes) y una culebra de Esculapio (Elaphe longissima) toman el sol en una
roca en el estado de Carintia, en Austria. La víbora cornuda (la primera que
aparece) es la serpiente más venenosa del sur de Europa. Vive en Europa suroriental
y Asia suroccidental. La culebra de Esculapio, por el contrario, no es una
especie venenosa. Pertenece a la familia de los Colúbridos y puede llegar a
medir hasta 2 metros de longitud. Se alimenta principalmente de ratones y
lagartijas.
Lagartos
Los lagartos se caracterizan por
los siguientes rasgos: cuatro patas, párpados móviles, escamas en los costados
y abdomen, cola larga y desechable y mandíbula inferior con estructura
esquelética rígida. Aunque algunas especies, como la serpiente o lagarto de
cristal (arriba, centro), carecen de patas, son lagartos por poseer párpados
móviles y una mandíbula inferior que no se separa al engullir grandes presas.
En la imagen (arriba, de izquierda a derecha), el camaleón, la víbora de
cristal, el varano, la iguana, el monstruo de Gila y el geco.
Este orden, formado por
lagartos, serpientes y culebrillas ciegas, constituye el mayor grupo de
reptiles vivientes e incluye el 95% de todas las especies vivas. Se divide en
tres subórdenes: el suborden Lacertilios o Saurios (los lagartos), el suborden
Anfisbenios (las culebrillas ciegas), y el suborden Serpientes. Los lagartos
aparecen por primera vez en el registro fósil en el pérmico, las serpientes a
finales del cretácico y las culebrillas ciegas a principios del cenozoico.
5.3
|
Testudines
|
Tortugas
El cuerpo de las tortugas está
envuelto en un caparazón formado por una serie de placas óseas cubiertas por un
escudo córneo. Las vértebras y costillas están fusionadas en el interior del caparazón,
reforzándolo. Las tortugas acuáticas tienen el caparazón más plano que las
tortugas de tierra que lo presentan con forma abovedada.
Este orden, también llamado
Quelonios, se había diferenciado ya de los demás reptiles en el triásico, y en
nuestros días comprende a las tortugas marinas y a las tortugas terrestres. Se
caracterizan porque están cubiertas de una coraza que consta de un caparazón
dorsal o espaldar y un plastrón ventral. Las especies de este orden son únicas,
en el sentido de que tienen costillas planas sobre las que descansa el
caparazón; dado que esta coraza ósea hace que las paredes del cuerpo sean
rígidas, los animales tienen que respirar utilizando un proceso similar a la
deglución, en vez de recurrir a los músculos de la pared del cuerpo. Tortugas:
Tortugas Marinas; Tortugas Terrestres.
5.4
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Crocodilios
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Cocodrilo del Nilo
El cocodrilo es uno de los
reptiles más grandes del mundo; es también de los más feroces. Engulle enteros muchos
animales pequeños, pero ataca también al ser humano o a animales grandes; a
menudo les golpea con la cola hacia el agua para facilitar su captura. Pueden
cerrar las fosas nasales, lo que les permite aferrar a su presa sin ahogarse.
Son muy fuertes y pueden descuartizar una presa en el agua. En la imagen el
Crocodylus niloticus, una de las 12 especies de cocodrilo más conocidas.
Los cocodrilos y caimanes
aparecieron a finales del triásico y son los parientes vivos más próximos de los
dinosaurios y las aves. Su corazón está casi totalmente dividido en cuatro
cámaras; el cerebro muestra un mayor grado de desarrollo y presentan un cráneo
alargado y robusto. Las especies actuales se incluyen en 3 familias:
Aligatóridos (aligátores y caimanes), Crocodílidos (cocodrilos) y Gaviálidos
(gaviales).
5.5
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Ictiosaurios
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Fósil de un ictiosaurio
Los ictiosaurios eran reptiles
marinos que vivieron hace 240 a 65 millones de años. Por el hocico afilado y las
aletas se parecían a los delfines. Las aletas, formadas por la fusión de los
huesos de las extremidades, servían para mantener la dirección; el animal
avanzaba valiéndose de la cola.
Todos los miembros de
este orden, perteneciente a la subclase Diápsidos, están extintos. Los
ictiosaurios eran grandes reptiles marinos que tenían un cuerpo similar al de
los delfines y extremidades en forma de pala o remo. Las especies del género
típico, Ichthyosaurus, alcanzaban longitudes superiores a los 4 metros.
5.6
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Plesiosaurios
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Este orden de animales
extintos, incluido en el superorden Sauropterigios dentro de la subclase
Diápsidos, englobaba individuos acuáticos de cuello largo con grandes cuerpos y
extremidades adaptadas para deslizarse a través del agua.
5.7
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Saurisquios y Ornitisquios
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Tyrannosaurus
Con aproximadamente 5 m de altura
y 14 de longitud y unas mandíbulas poderosas armadas de dientes afilados y
aserrados, el tiranosaurio era uno de los dinosaurios más temibles.
Los dinosaurios, reptiles
de cuello y cola largos que aparecen por primera vez en los estratos
correspondientes al triásico, se incluyen en los órdenes Saurisquios y
Ornitisquios. Llegaron a ser comunes en tiempos posteriores hasta el final del
mesozoico, cuando se extinguieron. Véase Dinosaurio.
5.8
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Pterosaurios
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Pterosaurios
Aparte de los insectos, los
pterosaurios fueron los primeros animales en volar por medio de alas. Todo
sugiere que algunos eran homeotermos en parte. Surcaron los cielos prehistóricos,
desde el triásico, pasando por el jurásico, hasta extinguirse a finales del
cretácico.
Son reptiles voladores
extintos provistos de alas membranosas, parecidas a las de los murciélagos. El
orden Pterosaurios se engloba en el superorden Arcosaurios, en el que también
se sitúan los dinosaurios (véase Pterosaurio).
5.9
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Terápsidos
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El orden Terápsidos, perteneciente
a la subclase Sinápsidos, incluye reptiles similares a los mamíferos, que vivieron
durante el pérmico y el triásico. Algunos eran herbívoros y otros carnívoros.
Se cree que los mamíferos descienden de esta línea.
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