Los tenebrosos Fantasmas



Cuadro sobre fantasmas de Richard Doyle
Alma o espectro de una persona fallecida, según algunas creencias populares los fantasmas son capaces de regresar al mundo de los vivos.







El fantasma en el arte
Fantasma de azúcar (1996, 55 × 45 cm), acuarela de Marlene Dumas, ofrece la imagen de un fantasma desde una perspectiva artística.

Fantasma, aparición no material o esencia de un organismo, por lo general de un ser humano. El término se emplea a menudo como sinónimo de espíritu. Con mayor frecuencia, sin embargo, se aplica a la aparición de un difunto, cuya aparente solidez oscila entre la mera masa brumosa y la perfecta réplica de la persona, aunque también puede referirse al espíritu visible de una persona aún viva.
Un doppelgänger es un tipo de fantasma que hace su aparición al observar el cuerpo físico del sujeto a cierta distancia.
En muchas religiones, sobre todo en la fe primitiva, existe la creencia de que el ánima sale del cuerpo en momentos de inconsciencia, como por ejemplo durante el sueño. Estas religiones también sostienen que después de la muerte el espíritu merodea junto al cuerpo del difunto. Una práctica común entre los grupos que profesan este tipo de creencias consiste en aplacar a los espíritus ofreciéndoles comida, ropa y otros objetos que puedan resultarles útiles en el mundo espiritual. En muchas civilizaciones primitivas las posesiones personales del difunto, incluidas sus armas, sus animales domésticos y en ocasiones su propia esposa, se entierran o incineran con el cuerpo. El culto a los antepasados, así como el luto en muchas civilizaciones modernas, es probable que tengan su origen en la creencia en los espíritus.

viernes, 25 de marzo de 2011

El increíble Éxodo



Éxodo, segundo libro del Antiguo Testamento. Recibió este nombre porque relata la partida de los israelitas de Egipto y su travesía del desierto hasta llegar al monte Sinaí. Los judíos, que denominan a los libros que comprenden el Pentateuco con la primera palabra significativa del texto hebreo, lo llaman Shemot ("nombres").
Éxodo relata los acontecimientos ocurridos entre la muerte en Egipto de José, el hijo favorito del patriarca hebreo Jacob, y la erección por los israelitas del Tabernáculo en Sinaí. Los primeros 15 capítulos tratan de la opresión de los israelitas a manos de los egipcios tras la muerte de José, del nacimiento de Moisés y su salvación de una masacre, de la elección de Moisés por Dios para encabezar la salida de Israel de Egipto, de las 10 plagas que cayeron sobre los egipcios, y del rescate de los israelitas tanto de la tierra de Egipto como del ejército egipcio en el mar Rojo (o "Mar de las Cañas", en ocasiones identificado con la marisma situada al norte del mar Rojo, quizá el lago Timsah).
Los acontecimientos más importantes del resto de Éxodo (capítulos 16 al 40) tienen como escenario el Sinaí, donde los israelitas establecieron su campamento tras vagar durante varios meses por el desierto (capítulos 16 al 18). Estos acontecimientos son: la propuesta y establecimiento de una alianza entre Dios y los israelitas (19,3-24,18); la comunicación de Moisés al pueblo israelita de los términos de dicha alianza, expresos en los Diez Mandamientos o Decálogo (20,1-17); la ruptura y renovación de la alianza (capítulos 32 al 34) y la construcción del Tabernáculo (capítulos 35 al 40), dentro del cual se guardaron diversos artículos sagrados, entre ellos el Arca de la Alianza.
La liberación de la esclavitud en Egipto ha sido de fundamental importancia para el judaísmo y el pueblo judío, que lo conmemora cada año desde que se produjo. Sin embargo, mucho más que el éxodo, el establecimiento de la alianza entre Dios y los israelitas en el Sinaí ha sido un acontecimiento único y decisivo en la evolución del judaísmo y de la historia judía, ya que casi la totalidad de la vida religiosa y civil de los judíos a partir de ese momento se ha basado sobre los intentos de observar y obedecer las palabras "seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa" (19,6), pronunciadas por Dios en Sinaí.
Los más modernos especialistas consideran que Éxodo, que por tradición se ha atribuido a Moisés, fue compilado en su forma actual por miembros de la casta sacerdotal hacia el 550 a.C. Se piensa que algunas partes del libro (por ejemplo, los capítulos 25 al 31), en las que Dios describe a Moisés de qué forma deben construirse el Tabernáculo y sus objetos sagrados, así como las vestiduras y el ritual de los sacerdotes, datan de tiempos más antiguos. La sección que contiene el código de las ordenanzas religiosas y civiles (20,23-23,33) se remonta a un pasado aún más lejano y es muy posible que tenga su origen en épocas pre-mosaicas.

La bella Galatea



Galatea, en la mitología griega, una de las cincuenta nereidas, las hijas de Nereo, el viejo hombre del mar. La alegre y burlona ninfa del mar había despertado el amor del cíclope Polifemo, un feo gigante con un único ojo en medio de la frente. Galatea, sin embargo, no correspondió a su amor; ella lo provocaba y ridiculizaba, alentando sus esperanzas con palabras amables, pero rechazándolo. En leyendas posteriores, aunque su actitud frente al pesar amoroso del cíclope se hizo menos áspera, Polifemo nunca pudo obtener sus favores. Galatea finalmente se enamoró de Acis, un príncipe joven y hermoso a quien Polifemo mató en un arranque de celos.
En la Fábula de Polifemo y Galatea, Góngora retoma el mito de Galatea, el cíclope y Acis, siguiendo la narración de Ovidio en su Metamorfosis. El amor, en esta obra de Góngora, trastorna y religa la naturaleza, convirtiéndolo en devoción. Así define a la ninfa en la octava 19: “bien sea religión, bien amor sea, /deidad, aunque sin templo, es Galatea”.
En la mitología romana, Galatea era el nombre de la estatua que representaba a una hermosa mujer y a la que Venus, la diosa del amor, animó y dio vida, en respuesta a los ruegos del escultor Pigmalión, quien se enamoró de la obra que había creado.

jueves, 24 de marzo de 2011

La diosa Frigg



Frigg o Frigga, en la mitología escandinava, diosa del cielo y mujer de Odín, el jefe de los dioses. Se la veneraba como protectora del amor conyugal y de las amas de casa. Su símbolo era un manojo de llaves. Frigg tuvo dos hijos: Baldo, el dios de la luz, y Hoder, el dios ciego de la oscuridad, quien mató a su hermano con un ramito de muérdago. El nombre Frigg sobrevive en la palabra inglesa friday (viernes, literalmente día de Frigg). En la mitología germana, a veces se identificaba a Frigg con Freya, la diosa del amor.

El horroroso Hades



Hades, en la mitología griega, dios de los muertos. Era hijo del titán Cronos y de la titánide Rea y hermano de Zeus y Poseidón. Cuando los tres hermanos se repartieron el universo después de haber derrocado a su padre, Cronos, a Hades le fue concedido el mundo subterráneo. Allí, con su reina, Perséfone, a quien había raptado en el mundo superior, rigió el reino de los muertos. Aunque era un dios feroz y despiadado, al que no aplacaba ni plegaria ni sacrificio, no era maligno. En la mitología romana, se le conocía también como Plutón, señor de los ricos, porque se creía que tanto las cosechas como los metales preciosos provenían de su reino bajo la tierra.
El mundo subterráneo suele ser llamado Hades. Estaba dividido en dos regiones: Erebo, donde los muertos entran en cuanto mueren, y Tártaro, la región más profunda, donde se había encerrado a los titanes. Era un lugar oscuro y funesto, habitado por formas y sombras incorpóreas y custodiado por Cerbero, el perro de tres cabezas y cola de dragón. Siniestros ríos separaban el mundo subterráneo del mundo superior, y el anciano barquero Caronte conducía a las almas de los muertos a través de estas aguas. En alguna parte, en medio de la oscuridad del mundo inferior, estaba situado el palacio de Hades. Se representaba como un sitio de muchas puertas, oscuro y tenebroso, repleto de espectros, situado en medio de campos sombríos y de un paisaje aterrador. En posteriores leyendas se describe el mundo subterráneo como el lugar donde los buenos son recompensados y los malos castigados.

Las horribles Gorgonas



Gorgonas, en la mitología griega, las hijas monstruosas de Forcis, dios del mar, y de Ceto, su esposa. Eran criaturas terroríficas, parecidas a dragones, cubiertas de escamas doradas y con serpientes en lugar de cabellos. Tenían alas fuertes, rostros redondos y horribles, dientes como colmillos y siempre llevaban la lengua fuera. Vivían en lo más lejano del océano occidental, temidas por las gentes, ya que volvían de piedra a todo el que las miraba.
Dos de las gorgonas, Esteno y Euríale, eran inmortales, mientras que Medusa era mortal. El héroe Perseo, joven galante pero insensato, se ofreció a matarla y volver con su cabeza, lo que hizo con la ayuda de Hermes y Atenea. De la sangre de Medusa surgió Pegaso, el caballo alado engendrado por Poseidón.

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