La increíble y maravillosa hoja


Hojas del acebo
El acebo, perteneciente a la familia Aquifoliáceas, es un árbol pequeño, con hojas perennes espinosas muy rígidas, coriáceas y relucientes. Cuando el árbol está bien desarrollado, los dientes espinosos de las hojas tienden a desaparecer.

Hoja, principal órgano sintetizador de alimento de los vegetales; es una excrecencia lateral del tallo y las ramas. Las hojas no modificadas con fines particulares tienen por lo general dos partes principales: un tallo llamado peciolo y una porción ensanchada y plana llamada limbo. El color verde del limbo de casi todas las hojas se debe a la presencia de clorofila, un pigmento que las plantas utilizan para fabricar los azúcares llamados hidratos de carbono a partir de agua y anhídrido carbónico (véase Fotosíntesis). No todas las hojas son verdes; muchas contienen otros pigmentos que enmascaran el verde de la clorofila, y algunas carecen de clorofila en todo el limbo o en partes de él. La coloración que las hojas adquieren en otoño se debe casi siempre a la descomposición de la clorofila, que deja al descubierto estos otros pigmentos. La estructura interna de las hojas, como la de raíces y tallos, es una modificación de una pauta básica común a casi todas las plantas vasculares.
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LA FORMA DE LAS HOJAS
Partes de la hoja
La hoja típica se compone de un limbo y de un peciolo. Tanto en la cara superior (haz) como en la inferior (envés) se suelen apreciar los nervios principal y secundarios. Las hojas pueden ser simples, cuando el peciolo sostiene un único limbo, o compuestas, cuando el peciolo sostiene uno o más limbos que reciben, entonces, el nombre de foliolos.

Muchas de las características utilizadas para identificar las plantas son rasgos estructurales externos de las hojas. Los dos tipos básicos de hoja son: 1) hoja simple, que tiene un único limbo sin dividir, como en el roble; y 2) hoja compuesta, con un limbo formado por varios foliolos, como en el trébol. Las hojas compuestas con foliolos dispuestos en dos hileras opuestas que parten de un nervio central, como en el codeso, se llaman pinnadas; aquéllas cuyos foliolos irradian en forma de abanico a partir de un único punto, como en el castaño de Indias, se llaman palmadas.

Formas de hojas
Las distintas formas y disposiciones de las hojas se utilizan para identificar y clasificar las plantas. Aquí se ilustran algunas de las más comunes.

La disposición de los nervios de las hojas y los foliolos de las dicotiledóneas (véase Dicotiledóneas) sigue una pauta similar. Las hojas de nerviación pinnada, como las del olmo, tienen un nervio central relativamente grueso que cruza el limbo desde la base hasta el ápice y del cual parten otros más delgados que a su vez se subdividen. En las hojas de nerviación palmada, como las del arce, hay varios nervios de grosor casi igual que se difunden desde un punto en la base del limbo y se ramifican en otros menores. En las hojas peltadas, como la del manzano, el peciolo se encuentra casi en el centro del envés de un limbo redondo o en forma de escudo; de él parten varios nervios radiales que se dirigen hacia los bordes y se subdividen en otros más delgados. En casi todas las monocotiledóneas, las hojas tienen nervios paralelos e iguales, que parten de la base del limbo y terminan en el ápice o muy cerca de él. En casi todos los helechos y en algunas plantas superiores, como el ginkgo, las hojas tienen nerviación dicotómica: varios nervios pequeños, de grosor casi idéntico, parten de uno o varios puntos de la base de la hoja o el foliolo y se bifurcan varias veces en pares hasta llegar al borde.

Disposición de las hojas
La disposición de las hojas puede ser de varios tipos. Si las hojas están dispuestas siguiendo una línea espiral a lo largo del tallo, se llaman alternas, si dos hojas están insertas a igual altura, una enfrente de otra, las hojas son opuestas. Cuando dos pares sucesivos se sitúan en planos perpendiculares entre sí, se habla de hojas decusadas. Si hay más de dos hojas por nudo, son verticiladas.

La forma en que la hoja se une al tallo es muy variable. En casi todas las dicotiledóneas, el punto de unión es la base del peciolo, mientras que éste suele faltar en las hojas de las monocotiledóneas, cuya base se transforma en una vaina ancha y plana que envuelve el tallo. Algunas hojas pecioladas forman en el punto en que se unen al tallo una estructura semejante a una hoja o escama llamada estípula, como se observa en las Rosáceas.

Anatomía de la hoja
La hoja proporciona alimento al resto de la planta, gracias a un proceso que recibe el nombre de fotosíntesis. La capa más externa de la hoja es la epidermis, que a su vez está protegida por la capa cérea de la cutícula. Las células oclusivas presentes en la epidermis forman unas aberturas, llamadas estomas, a través de las cuales pasan el agua, el oxígeno y el dióxido de carbono. El tejido fotosintético de la hoja está formado por dos tipos de células de pared delgada: parénquima en empalizada, con células largas dispuestas en columnas (aquí tienen lugar casi todas las reacciones químicas), y parénquima esponjoso, de estructura más irregular. Ambos tipos de células tienen cloroplastos, orgánulos fotosintéticos que ajustan su posición en el citoplasma para recibir la mayor cantidad de luz. El haz vascular está formado por dos tejidos especializados: el xilema, que transporta el agua desde la planta hasta las hojas, y el floema que lleva el alimento desde la hoja hasta el resto de la planta. En conjunto, parénquima y haz vascular forman el mesofilo.

La disposición de las hojas, llamada filotaxis, varía mucho de unas plantas a otras. Se conocen dos formas básicas: alterna, con las hojas dispuestas alrededor del tallo en espiral; y opuesta, con las hojas unidas al tallo por parejas a la misma altura; si las parejas sucesivas se disponen formando ángulo recto, como en la menta, se dice que las hojas están decusadas; y si de un mismo punto del tallo brotan más de dos hojas, se habla de hojas verticiladas.
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ADAPTACIONES DE LAS HOJAS
Hojas variegadas
El color verde de la hoja normal del acebo se debe a la distribución uniforme de la clorofila, el pigmento fotosintético dominante. En las hojas variegadas, este pigmento falta en algunas partes de la hoja o en toda ella. Aunque las espinas de las hojas defienden al acebo de los ramoneadores, esta deficiencia pigmentaria hace que las plantas variegadas casi nunca sobrevivan en el medio natural.

La forma y la estructura de la hoja están adaptadas a las condiciones en que vive la planta. Las hojas típicas de regiones templadas, sometidas a una humedad moderada, son muy distintas de las propias de regiones tropicales, húmedas o frías, y secas. Casi todas las hojas tienen un limbo plano orientado de forma que capte la mayor cantidad posible de luz solar; en cambio, las coníferas, adaptadas a regiones frías y ventosas, tienen hojas aciculares que presentan una superficie mínima al desecamiento, al agua y al viento. Las hojas tienen uno o dos nervios embebidos en el centro y una capa de fuerte tejido de sostén justo por debajo de la capa externa, gruesa y muy cutinizada. En plantas propias de regiones áridas, como el áloe, las hojas suelen ser mucho más esponjosas y retienen gran cantidad de agua. Las hojas de muchas plantas de las selvas tropicales están adaptadas para destilar por el ápice el exceso de humedad.

Pelos urticantes de la ortiga
Las plantas de la familia de las Urticáceas poseen en el tallo y en las hojas pelos urticantes capaces de liberar sustancias más o menos irritantes. Los pelos urticantes son tricomas, es decir, sutiles formaciones epidérmicas, análogas a los pelos, que revisten las hojas de muchas plantas. Al tocarlos se rompen e inyectan en la piel los diversos compuestos urticantes, como histamina y acetilcolina, que contienen en su interior. La imagen representa una ampliación de pelos urticantes de la ortiga común, Urtica dioica; a la derecha es posible reconocer un pulgón o áfido, insecto que parasita muchas plantas de jardín.

Muchos órganos vegetales que se parecen poco a las hojas nacen desde el punto de vista embriológico, como hojas. Los dos grandes cotiledones u hojas de semilla que forman casi todo el volumen de la semilla de judía (frijol), por ejemplo, actúan como hojas suministradoras de alimento para la joven plántula. Las escamas que cubren las yemas en desarrollo son hojas modificadas para adaptarse a la función de protección. Los zarcillos de muchas trepadoras son en realidad hojas con el limbo muy poco desarrollado. Ciertas espinas, como las de algunas falsas acacias y cactus, son también hojas modificadas. Las brácteas petaloideas, como los vistosos pétalos del cornejo, que rodean la base de las flores o las inflorescencias, son hojas con capacidad fotosintética. Incluso sépalos, pétalos, estambres y carpelos se consideran hojas modificadas y adaptadas a la función reproductora.


martes, 23 de noviembre de 2010

Los maravillosos helechos



Los helechos están entre las plantas más antiguas de la Tierra, donde viven desde hace más de 200 millones de años. Son criptógamas, es decir, plantas productoras de esporas. Viven en todo el mundo en lugares sombríos y arraigan en el suelo, entre piedras y sobre otras plantas. Miden desde unos pocos centímetros hasta casi 25 m de altura. Los tallos subterráneos y las frondes de algunas especies son comestibles.

Helecho, nombre común de cada uno de los miembros de una subdivisión de plantas criptógamas (sin reproducción sexual aparente). Se han hallado restos fósiles de helechos en rocas del periodo devónico lo que indica que el grupo apareció sobre la Tierra antes que las plantas con flor; los helechos están entre los vegetales terrestres más antiguos, junto con los briofitos (musgos, hepáticas y antocerotas); durante el periodo carbonífero constituían la forma de vegetación dominante.
En cuanto al tamaño, los helechos oscilan entre unos pocos centímetros y el porte arbóreo de varias especies tropicales, que alcanzan hasta 24 m de altura. Los helechos arbóreos forman troncos leñosos sin ramificar, rematados por un copete de hojas plumosas o frondes. En general, los helechos están diferenciados en raíz, tallo y frondes, aunque los tallos suelen ser subterráneos.
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HÁBITAT
Los helechos están distribuidos por todo el mundo. Algunos crecen en lugares húmedos y sombríos; otros prefieren suelos secos, soleados o pedregosos; e incluso hay especies que sólo colonizan fisuras y grietas de acantilados y grandes masas rocosas. Otros helechos son epifitos, es decir, crecen sobre otras plantas, generalmente árboles.
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CICLO BIOLÓGICO

Ciclo biológico de los helechos

El ciclo reproductivo de los helechos comprende dos generaciones, una asexuada y otra sexuada. La asexuada o esporofito corresponde al helecho tal como se conoce. En el envés de las frondes hay grupos de estructuras portadoras de esporas llamadas esporangios, dispuestas en pequeñas formaciones de color castaño llamadas soros que los protegen, aunque a veces es el borde revoluto de la fronde el que actúa de soro. Hay dos grandes grupos de helechos: leptosporangiados y eusporangiados. En los primeros, el esporangio se desarrolla a partir de la proliferación externa de una única célula epidérmica, tiene un peciolo delgado y produce menos de 64 esporas. En los eusporangiados, el esporangio se forma a partir de la proliferación interna de varias células epidérmicas, es sésil, o lleva un peciolo muy fino, y produce más de 256 esporas. En muchas especies, todas las frondes son fotosintéticas y llevan soros, pero en otras especies hay hojas estériles y fotosintetizadoras (trofofilos) y hojas fértiles sin función fotosintética que sólo llevan soros (esporofilos). Cuando se secan, el esporangio se rompe y, en muchos casos, lanza las esporas para facilitar la dispersión por el viento.

Protalo
Una imagen al microscopio óptico de la superficie inferior de un protalo, la estructura laminar en forma de corazón que representa la fase de gametofito del ciclo vital de un helecho. Los filamentos oscuros son los rizoides, especie de raíces que anclan el protalo al suelo; allí se encuentran también, microscópicos y no apreciables, los anteridios y los arquegonios, los órganos reproductivos de la planta, masculinos y femeninos respectivamente. En el interior de los anteridios se producen los espermatozoides (gametos masculinos), mientras que en los arquegonios se producen las ovocélulas (gametos femeninos). Cuando un gameto masculino alcanza un gameto femenino y lo fecunda, se desarrolla un embrión destinado a convertirse en la planta frondosa de helecho que todos conocemos: la generación esporofítica del ciclo vital. Una vez arraigado el esporofito, el protalo se marchita y muere.

Cuando una espora cae en un lugar que reúne las condiciones apropiadas de calor y humedad, empieza a germinar y se transforma en un helecho pequeño sexuado o gametofito, llamado protalo. El protalo, que no se parece en nada al helecho asexuado, es una estructura pequeña, plana, acorazonada con varios rizoides que brotan de su cara inferior. En esta cara inferior del protalo se encuentran también los órganos sexuales: el femenino o arquegonio y el masculino o anteridio. En algunas especies, estos órganos se encuentran en protalos separados. La fecundación de los óvulos del arquegonio sólo puede ocurrir en presencia de agua, que provoca la hinchazón y apertura de ambos órganos. De cada protalo sólo surge un esporofito; cuando esta planta inicia su desarrollo, el protalo del que ha surgido muere.
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IMPORTANCIA
Helecho macho
Este helecho se cultiva por el atractivo follaje de textura suave. Alcanza hasta 60 cm de altura. Los helechos son plantas de interior muy apreciadas, con gran diversidad de tamaños, colores y texturas y relativamente sencillos de mantener.

En jardinería suelen cultivarse especies de helechos nativas de la misma región; los helechos utilizados como plantas de interior son, en muchos casos, de origen tropical.
Los rizomas o tallos subterráneos de ciertos helechos de Asia y los mares del sur se usan como alimento. También se consumen como verdura las delicadas frondes juveniles de algunos helechos europeos, como los llamados helecho canela y helecho avestruz. Sin embargo, algunas frondes son realmente tóxicas (como las del helecho águila) ya que contienen una enzima, la tiaminasa, que destruye las reservas de vitamina B1 o tiamina.
Clasificación científica: los helechos verdaderos constituyen la subdivisión Filicophytina perteneciente a la división Pteridophyta que incluye también las subdivisiones Lycophytina (las licofitinas o licopodios), Equisetophytina (equisetos o colas de caballo) y Psilophytina. La subdivisión Filicophytina incluye 3 clases: Ophioglossopsida, Marattiopsida y Filicopsida. Esta última clase incluye 19 órdenes, 51 familias, 400 géneros y unas 10.000 especies, entre las que se encuentran el helecho canela (Osmunda cinnamonea); el helecho común, helecho águila o de pescadero (Pteridium aquilinum); los helechos acuáticos como Salvinia o Marsilea; el helecho macho (Dryopteris filix-mas) o el helecho avestruz (Pteretis pennsylvanica).


Las increíbles Gramíneas que alimentan al mundo


Mijo
El mijo, que comprende varias especies de la familia de las Gramíneas, es un alimento básico en extensas zonas de Asia y África occidental. Medra en suelos más pobres que muchos otros cereales y la estación de maduración es relativamente corta (60 a 80 días).

Gramíneas, nombre común de una extensa familia de plantas con flor, la más importante del mundo desde los puntos de vista económico y ecológico. La familia contiene unos 635 géneros y 9.000 especies, y es la cuarta más extensa después de Fabáceas, Orquidáceas y Compuestas. A esta familia también se la conoce con el nombre de Poáceas.
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IMPORTANCIA
Evolución del trigo cultivado
Cultivado como alimento desde hace más de 9.000 años, el trigo ha sufrido muchos cambios. Un antepasado probable de todos los trigos cultivados es el carraón silvestre, de grano pequeño y tallo largo y quebradizo. Tipifica las especies más antiguas, como el carraón cultivado, que aún se usa como forraje, o los tipos escaña o escanda silvestres y cultivados, de grano más grueso; éstos se cultivaron mucho en las antiguas civilizaciones griega y romana, y son muy parecidos a los trigos modernos de la derecha de la imagen. La resistencia y el grano más grueso de las variedades espelta, todavía muy cultivadas en Europa, aumentaron mucho el rendimiento. Nuevas mejoras dieron lugar al trigo duro, utilizado para fabricar pasta alimenticia, y al trigo de panificación, rico en gluten, que da lugar a una masa elástica y ligera.

Todos los cereales cultivados del mundo son gramíneas; por tanto, la importancia económica de la familia es enorme. La producción mundial de cereales en el año 2000 fue de unos 2.057 millones de toneladas y las especies más cultivadas fueron el arroz, el maíz, el trigo, la cebada y el sorgo. El bienestar de la humanidad depende de estas pocas especies de gramíneas, por lo que una deficiencia, incluso pequeña, de la cosecha de cualquiera de ellas puede provocar hambruna e inestabilidad económica en zonas muy amplias. Además, la familia aporta casi todo el azúcar del mundo (véase Caña de azúcar). El bambú, otro miembro de la familia, sirve como material de construcción y como fuente de alimento, y se usa también en la fabricación de papel. La citronella, usada en perfumería y como repelente de insectos, es una esencia destilada de las hojas de ciertas gramíneas.

Sorgo
El sorgo, una gramínea nativa de África y Asia, forma parte de la alimentación básica en estos dos continentes. En otros sitios se cultiva como forrajera.

Las gramíneas son la principal fuente de alimentación de los animales herbívoros domésticos y salvajes, que pastan en praderas y comen heno y forraje cosechados en prados. La superficie de suelo dedicada a estos cultivos es mayor que la reservada al conjunto de todas las demás especies cultivadas.

Fleo
El fleo es una gramínea muy utilizada en la elaboración de henos.

Otra aplicación de las gramíneas de considerable importancia económica en muchas partes del mundo es la plantación de céspedes. Las gramíneas perennes son apropiadas para este fin, porque no pierden los meristemos basales (los puntos de crecimiento) durante la siega. El llamado pasto bravo, por ejemplo, es originario de Argentina, Bolivia y Chile. En condiciones especiales de suelo o de exposición poco apropiadas para las especies más comunes se emplean otras mezclas. Así, en regiones poco lluviosas, se prefiere usar Buchloe dactyloides. En ocasiones se recurre a anuales para establecer céspedes en poco tiempo; pero presentan el inconveniente de que suelen persistir en competencia con las gramíneas vivaces y causan un efecto desagradable a la vista.
Trigo
El trigo se cultiva en todas las regiones templadas del mundo desde la prehistoria. Se destina sobre todo a la producción de harina, pero también para elaborar bebidas alcohólicas, como forraje y hasta como sucedáneo del café. Rusia, China y Estados Unidos son los primeros productores mundiales.

No todas las gramíneas son beneficiosas, y algunas se consideran malas hierbas; casi todas éstas invaden los cultivos y reducen el rendimiento global, pues compiten con la especie cultivada, dificultan la recolección o reducen por contaminación el valor nutritivo, o de otro tipo, del producto. Algunas gramíneas tropicales forrajeras producen en determinadas condiciones concentraciones mortales de ácido cianhídrico.
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DISTRIBUCIÓN Y TAMAÑO
Planta de avena madura
La avena se cultiva en Europa y Oriente Próximo desde hace 4.500 años como alimento para el hombre y los animales. De la cáscara del grano se extrae furfural, empleado como disolvente en distintos tratamientos industriales de refinación.

Las gramíneas son las plantas con flor de más amplia distribución del mundo; ocupan desde zonas situadas muy por encima del círculo polar ártico hasta la Antártida, pasando por las regiones templadas y los trópicos. Esta enorme cobertura geográfica es paralela a la amplitud ecológica y del intervalo de tamaños. Las gramíneas abundan sobre todo en hábitats abiertos, como praderas, tundras, estepas, sabanas y páramos, pero también hay muchas especies forestales, sobre todo en los trópicos. Algunas están adaptadas a hábitats de aguas saladas y dulces, estancadas y corrientes; otras flotan en la superficie del agua y no están unidas al suelo. También hay gramíneas en los desiertos.
En cuanto al tamaño, oscila entre el de los gigantescos bambúes tropicales, de más de 100 m de altura, y el de las especies anuales de Agrostis, de pocos centímetros. Algunas gramíneas carecen de hojas, mientras que las de otras llegan a medir 5 m de longitud.
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CARACTERÍSTICAS GENERALES
Las gramíneas presentan una estructura vegetativa bastante uniforme, y tienen características distintivas de este grupo. Las raíces principales suelen ser fibrosas; las secundarias o adventicias brotan en muchos casos de los nudos de los tallos, como ocurre en el maíz. Los tallos son por lo general herbáceos (gramíneas de césped) o huecos (bambú), pero hay excepciones, como los tallos medulares del maíz y los leñosos de algunos bambúes.
Las hojas, que nacen en los nudos de los tallos, se disponen en dos filas y constan de dos partes: vaina y limbo. La vaina, una característica peculiar de las gramíneas, envuelve el peciolo y sujeta la zona situada justo por encima de cada uno de los nudos; esta zona necesita soporte, pues está formada por un tejido de crecimiento blando llamado meristemo. El tallo de las gramíneas no crece en longitud por el ápice, como en casi todas las demás plantas, sino en cada uno de los nudos.
Otra característica distintiva de las gramíneas es la lígula, una breve prolongación vellosa o membranosa que se inserta en el punto de unión de la vaina y el limbo foliares. La función de la lígula sigue siendo desconocida, pero quizá sirva para evitar que la humedad penetre en la zona comprendida entre el tallo y la vaina.
El limbo foliar es típicamente largo y estrecho, con nervios paralelos, aunque presenta grandes variaciones de forma y tamaño. También tiene un área meristemática, situada en la base, por encima de la unión con la vaina; el crecimiento se produce en esta zona y no en el ápice, al contrario de lo común en casi todas las demás plantas. Por tanto, incluso si se corta el extremo superior de la hoja, el limbo puede continuar creciendo. Esta peculiaridad, combinada con la presencia de tejido meristemático en los nudos de los tallos y el hecho de que las gramíneas se ramifiquen cerca del suelo, permite a estas plantas soportar los rigores de muchos medios naturales y artificiales inaccesibles a otras especies vegetales. El valor de las gramíneas como plantas de césped deriva también de estas características, pues siguen creciendo después de segarlas. Además, las gramíneas soportan incendios, pasto y tránsito, y ahora dominan grandes extensiones afectadas por estos fenómenos.
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FLORES Y FRUTOS
Las flores de las gramíneas suelen ser inconspicuas, pero casi siempre se agrupan en grandes inflorescencias, a veces vistosas. Así, en el maíz, la mazorca joven es una espiga de flores femeninas y la espiguilla es una panícula de flores masculinas. Casi todas las gramíneas son de polinización anemófila, y por ello tienen flores muy sencillas y reducidas, como es frecuente entre las especies polinizadas por el viento.
Por su tamaño insignificante y su simplicidad, las flores individuales de las gramíneas se llaman flósculos. Carecen de sépalos y pétalos (verticilos de la corola), estructuras representadas por dos diminutas escamas llamadas lodículas o glumélulas dispuestas en la base del flósculo, por fuera de los estambres (piezas florales masculinas) que suelen ser tres. El ovario único (pieza femenina) es súpero (situado por encima de las otras estructuras florales) y está rematado por dos estigmas plumosos. Al madurar, el ovario se transforma en un fruto peculiar de una sola semilla llamado cariopsis o cariópside, caracterizado por la fusión de la semilla y la pared del ovario.
Los flósculos de las gramíneas están agrupados en unidades llamadas espículas o espiguillas. Cada espiguilla consta de un eje o raquidio a lo largo del cual se disponen los flósculos. Cada uno está encerrado por una bráctea externa llamada lema y otra interna llamada pálea. En la base del raquidio hay dos brácteas llamadas glumas, que están vacías. Glumas y lemas suelen ser duras, y con frecuencia se prolongan en una barba o púa; la pálea es delicada y membranosa.
Aunque las partes básicas son sencillas y escasas, hay grandes variaciones en los detalles y la estructura de las espiguillas y en la forma de agruparse en inflorescencias. Esto, junto con aspectos de la estructura global y características más difíciles de observar de tipo anatómico, citológico y químico, explica el enorme número de especies de gramíneas.
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OTRAS PLANTAS PARECIDAS A LAS GRAMÍNEAS
Plantas de otra familia a la que pertenecen las del género Carex y los juncos se parecen a las gramíneas, y en ocasiones se confunden con ellas (véase Ciperáceas). Pero es fácil diferenciar unas de otras al observar las flores, los tallos y las hojas. Los juncos tienen flores con perianto de seis piezas y forman frutos con tres o con muchas semillas; en cambio, las flores de las especies de Carex y gramíneas carecen de perianto y tienen frutos con una sola semilla. Las especies de Carex son propias de hábitats húmedos y tienen tallos macizos triangulares y tres filas de hojas. Las gramíneas en general son propias de hábitats secos y tienen tallos circulares huecos con dos filas de hojas.
Clasificación científica: el nombre científico de la familia de las Gramíneas es Gramineae. La esencia citronella se destila de las hojas de plantas del género Cymbopogon. Las gramíneas utilizadas para formar céspedes son Poa pratensis, especies de los géneros Agrostis y Festuca, Cynodon dactylon, especies del género Zoysia, Buchloë dactyloïdes, Axonopus affinis, Agrostis gigantea y Poa annua. En Europa se usa mucho el ballico o raygrás, que corresponde a la especie Lolium perenne.


Las asombrosas Gimnospermas


Piña de pino
Las piñas o conos son estructuras especializadas portadoras de semillas exclusivas de las coníferas, como abetos, cedros, pinos, cipreses y piceas. Las semillas se forman dentro de la piña. En el pino, el desarrollo puede durar hasta tres años. Poco después de la maduración, la escamas protectoras se abren y liberan las semillas.



Pino piñonero
El piño piñonero es la especie Pinus pinea. Posee una copa en forma de sombrilla muy característica, hojas muy largas, de hasta 20 cm, y piñas grandes que producen unas semillas gruesas, comestibles, muy apreciadas comercialmente, llamadas piñones.

Gimnospermas (del griego gymnnos, ‘desnuda’ y sperma, ‘semilla’), nombre que reciben las plantas vasculares que forman semillas pero carecen de flores. Comprenden varios grupos: cícadas, ginkgópsidos, coniferópsidos y gnetópsidas. Las gimnospermas son plantas leñosas de porte arbustivo, arbóreo o, más raramente, trepador (algunas plantas gnetópsidas). Se diferencian de la otra división de plantas con semillas, la formada por las plantas con flores (véase Angiospermas), en que las semillas no están encerradas en carpelos, sino dispuestas sobre escamas organizadas en conos. Las gimnospermas son las plantas con semillas más antiguas; al parecer, proceden de helechos del devónico. Las cícadas conservan los caracteres más primitivos de las actuales plantas con semillas. Las pruebas morfológicas y moleculares sugieren que las gnetópsidas comparten un antepasado común con las plantas con flores. Las gimnospermas vivientes están distribuidas por todo el mundo: las coníferas prefieren las regiones templada y subártica, las cícadas abundan en las regiones tropicales e intertropicales y las gnetópsidas incluyen especies de zonas templadas y tropicales. Los ginkgópsidos sólo cuentan con una especie viviente: el Ginkgo biloba, un árbol caducifolio propio de Japón y de China. Las gimnospermas se agrupan en unos 66 géneros que incluyen unas 850 especies vivientes, muchas menos que en muchas familias de plantas con flores.
Clasificación científica: las gimnospermas constituyen la división Pinophyta formada por 4 clases con representantes vivos: Cycadopsida (cícadas), Ginkgopsida (ginkgópsidos), Coniferopsida (coniferópsidos, representados en la actualidad por las coníferas y la familia Taxáceas) y Gnetopsida (gnetópsidas, representadas en la actualidad por sólo tres géneros, Ephedra, Welwitschia y Gnetum).
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El asombroso fruto


Fresa
La fresa es uno de los frutos más utilizados en todo el mundo para la elaboración de pasteles y mermeladas. De color rojo intenso, la fresa contiene gran cantidad de vitamina C, azúcares y otras sustancias que favorecen su delicioso sabor.

Fruto, en las plantas con flor, conjunto formado por el ovario maduro y todas las demás piezas de la flor inseparables de él. En sentido botánico, se llama fruto sólo al ovario maduro. En términos coloquiales, la palabra suele usarse sólo para describir los frutos suculentos y comestibles de las plantas leñosas, los de matas y arbustos, como el tomate o el melón, y algunos otros más pequeños, como la fresa o el arándano. En condiciones naturales, el fruto suele formarse una vez que ha tenido lugar la fecundación del óvulo, pero en muchas plantas, casi siempre variedades cultivadas, como los cítricos sin pepitas, la uva, el banano y el pepino, el fruto madura sin necesidad de fecundación; este fenómeno se llama partenocarpia. En cualquier caso, la maduración del ovario provoca el marchitamiento de los estigmas y las anteras y el agrandamiento del propio ovario (o de los ovarios, si la flor tiene más de uno). Los óvulos del interior de los ovarios fecundados se desarrollan y forman las semillas. En las variedades partenocárpicas éstas no se desarrollan, y los óvulos mantienen el tamaño original. La principal función del fruto es proteger las semillas durante su desarrollo; en muchas plantas también favorecen su dispersión.
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ESTRUCTURA DEL FRUTO
Estructura del fruto
El corte de una cereza muestra las tres capas que poseen los frutos. La piel de la cereza es la capa más externa y recibe el nombre de epicarpio. Protege las dos capas internas: la pulpa jugosa o mesocarpio, y el endocarpio. Las tres capas constituyen el pericarpio, la cubierta espesa del fruto que rodea y protege la semilla.

Al madurar, las paredes del ovario se desarrollan y forman el pericarpio, constituido por tres capas. La más externa o epicarpio suele ser una simple película epidérmica. El grosor de la capa media o mesocarpio y de la interna o endocarpio es muy variable, pero dentro de un mismo tipo de fruto, una de las capas puede ser gruesa y las otras delgadas. En los frutos carnosos, la pulpa suele corresponder al mesocarpio, como ocurre en el melocotón (durazno) y la uva. La semilla o las semillas, dispuestas dentro del pericarpio, constituyen en ciertos casos la totalidad de la porción comestible del fruto. Así, en el coco, la cáscara dura exterior es el pericarpio, y la parte comestible interior, es la semilla.

Flor y fruto
En términos estrictos, el fruto de una planta es el ovario maduro y engrosado. El grano de polen (gameto masculino, transportado desde la antera de una flor al estigma de otra, generalmente por un insecto) germina en el estigma, crece a lo largo del estilo y penetra en el óvulo, donde puede fecundarlo. Si lo fecunda, el óvulo se transforma en semilla y el receptáculo que protege el ovario se ensancha y forma la carne o pulpa del fruto.

En los casos típicos, el fruto se limita al ovario maduro, como ocurre en la vaina del guisante (chícharo); en cambio, la manzana incluye ovario y receptáculo —el conjunto de las demás piezas florales soldadas—; la fresa es en realidad una infrutescencia formada por diminutos frutos individuales dispuestos sobre un receptáculo carnoso; en la piña tropical el fruto lo forma el desarrollo de la inflorescencia completa. Véase Bromeliáceas.
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TIPOS DE FRUTOS
Fruto del arce
Un típico ejemplo de disámara es el fruto del arce, en cuyo interior se encuentran dos semillas. Los frutos están provistos de expansiones membranosas que, al secarse en la madurez, permiten la dispersión a través del viento (polinización anemófila).

Los frutos se clasifican atendiendo a varias características, la más importante de las cuales es el número de ovarios. Un fruto simple es un ovario simple desarrollado a partir del pistilo de una sola flor, que puede ser simple o compuesta. Un fruto múltiple o policárpico está formado por numerosos ovarios unidos a un mismo receptáculo; los frutos complejos resultan de la coalescencia de los ovarios de una inflorescencia completa. Los frutos simples se subdividen a su vez en secos y carnosos. En un fruto simple, las paredes del ovario son suculentas al principio de la maduración pero, en los frutos secos, pierden casi toda la humedad conforme avanza su desarrollo, mientras que en los carnosos aumenta de tamaño y retiene aún más agua. Los frutos secos que se abren o parten al madurar se llaman dehiscentes, e indehiscentes los que no se abren.

Castaña
La castaña es un fruto en nuez unilocular envuelto por una cáscara dura llamada pericarpio. Las nueces verdaderas no se abren al madurar. La avellana, el hayuco y la bellota son también frutos en nuez.

La vaina o legumbre es un fruto seco dehiscente característico de las leguminosas. La vaina propiamente dicha es el pericarpio, y el contenido (judías o frijoles, guisantes o chícharos) son las semillas. La dehiscencia se produce a lo largo de las dos suturas de los bordes; las semillas se insertan en la ventral. Algunas leguminosas forman vainas indehiscentes que, en la madurez, no se abren, sino que se parten de forma transversal; esta clase de fruto se llama lomento. El folículo de las peonías y de las plantas de la familia de las Asclepiadáceas tiene dos suturas, como las legumbres, pero se abre sólo a lo largo de una de ellas. La cápsula está formada por varios carpelos soldados; si se abre por el centro de cada uno de ellos, como ocurre en la familia de las Liliáceas, se habla de dehiscencia loculicida; si se abre a lo largo de las líneas de soldadura de los carpelos, como en la azalea (azalia), se llama dehiscencia septicida. Las cápsulas de la amapola presentan dehiscencia foraminal, pues se produce a partir de unos poros. Las cápsulas del llantén se abren a lo largo de una línea circular horizontal que delimita una especie de tapadera superior; esta clase de dehiscencia se llama circuncisa. La silicua, característica de la familia de las Crucíferas, es un fruto seco de dos cámaras que se abre a lo largo de otras tantas suturas y deja las semillas expuestas, unidas a una delgada división membranosa. Casi todas las silicuas son al menos tan largas como anchas; las más anchas que largas, como la del albarraz, suelen llamarse silículas.
Limonero con frutos maduros
El limonero lleva gran cantidad de frutos durante todo el año. El fruto es un hesperidio; se consume fresco y se utiliza en la elaboración de jugo natural y concentrado. La cáscara contiene esencias empleadas en la fabricación de perfumes y aromas de limón.

Casi todos los frutos indehiscentes se desarrollan a partir de ovarios con una sola semilla; es decir, son frutos monospermos. El pericarpio está en estos frutos tan unido a la semilla que el fruto completo adquiere el aspecto de semilla. La cariopsis o grano verdadero, característica de la familia de las Gramíneas, es poco más que una semilla envuelta en un delgado pericarpio membranoso inseparable de aquélla. El aquenio, que es el tipo de fruto que forma el grano del alforfón (véase Poligonáceas), se considera a veces una semilla desnuda, pues el delgado pericarpio es separable. La sámara, fruto característico de olmos, arces (véase Aceráceas) y fresnos, tiene una excrecencia en forma de ala que brota de la pared del ovario y favorece la dispersión por el viento. El fruto típico de la familia de las Apiáceas o Umbelíferas es el esquizocarpo; es policárpico, a diferencia de otros frutos secos indehiscentes, pero cuando madura se parte en porciones monocarpelares (es decir, con una sola semilla cada una). La nuez es el fruto representativo de robles, castaños y avellanos; se trata de un fruto monocárpico con un pericarpio muy duro.

Frambuesa
La frambuesa es una infrutescencia o fruto compuesto formado por numerosas drupas diminutas.

Todos los frutos carnosos son indehiscentes, y las partes pulposas quedan unidas a las semillas durante la dispersión. La baya verdadera, tipificada por el tomate (jitomate), el arándano y la grosella, forma semillas que se dispersan junto con el mesocarpio carnoso y el endocarpio. El exocarpio es una piel delgada. Muchos frutos, como la fresa y la frambuesa, se describen incorrectamente como bayas. Hesperidio y pepónide son dos tipos especiales de bayas que incluyen numerosos frutos de importancia comercial. Todos los cítricos, incluidas naranjas, limones y pomelos (toronjas), son hesperidios; se caracterizan por la presencia de una cáscara coriácea, resultado de la maduración de exocarpio y mesocarpio, que envuelve los segmentos jugosos del endocarpio. El pepónide es el fruto característico de la familia de las Cucurbitáceas, que comprende pepinos, calabazas, melones y sandías. La cáscara externa se forma a partir del receptáculo que envuelve el mesocarpio. En el último de los frutos carnosos, llamado pomo o poma, el pericarpio comprende el corazón y la parte interna carnosa; son ejemplos de pomo la manzana, la pera y el membrillo; el resto de la porción carnosa del fruto es un tejido derivado de la fusión de las otras piezas florales y el ovario. La drupa es el fruto con hueso propio de plantas como el ciruelo, el cerezo, el olivo, el melocotonero o duraznero o el almendro (la almendra comestible, que a veces se describe de forma incorrecta como fruto en nuez, es el hueso seco de una drupa). La semilla, única, está encerrada por un endocarpio leñoso duro; la porción carnosa es el mesocarpio. Las drupas pequeñas que forman parte de ciertos frutos compuestos suelen llamarse drupéolas.

Piña tropical
Los pueblos indígenas de América del Sur cultivaban esta bromeliácea por su fruto suculento. Hoy, la planta se cultiva casi exclusivamente en regiones tropicales y subtropicales.

Los frutillos individuales que componen la mayor parte de los frutos múltiples encajan bien en la misma clasificación de los frutos simples. Así, zarzamoras, frambuesos y zarzas terreñas llevan frutos formados por un agregado de drupéolas. El fruto de la fresa es un aquenio, pero lo que se consume no es este fruto seco, sino el receptáculo carnoso. En cambio, los frutillos individuales de la piña tropical o americana no encajan en ninguno de los tipos de frutos sencillos, porque la infrutescencia es una masa de ovarios soldados que brotan de un eje central.
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VALOR NUTRITIVO
Albaricoquero
El albaricoquero (también chabacano en México) se cultiva por el fruto, amarillo, suave, redondeado y de sabor delicado; se consume fresco, enlatado, seco y en mermelada. Suele recolectarse antes de que madure por completo.

Los frutos se consumen crudos, cocidos, enlatados o conservados mediante distintas preparaciones. Los hidratos de carbono, que incluyen almidones y azúcares, constituyen el principio nutritivo dominante. Cítricos, tomates y fresas son fuentes primordiales de vitamina C, y casi todos los frutos contienen cantidades considerables de vitaminas A y B. El contenido vitamínico merma de forma drástica durante el almacenamiento y el transporte de los frutos frescos, pero se conserva bien en los congelados. La propiedad que tienen muchos de formar mermeladas se debe a la pectina, un importante hidrato de carbono. En general, los frutos contienen pocas proteínas y grasas; son excepciones el aguacate, la nuez y la aceituna (véase Oleáceas), que encierran grandes cantidades de grasa, y los granos y legumbres, ricos en proteínas. Aunque la porción comestible de los frutos tiene una cantidad de cenizas (residuo inorgánico) pequeña, aportan una parte sustancial de los minerales esenciales de la dieta humana. Los frutos secos o evaporados contienen una proporción mucho más alta de elementos nutritivos que los frescos, pues la evaporación los concentra. Véase Nutrición humana.

Árbol del aguacate
El árbol del aguacate o palta es originario de América Central, y era un manjar ya conocido por los antiguos pueblos indígenas americanos. Hoy se cultiva por su fruto, rico en grasa y proteínas, en gran número de países.



lunes, 22 de noviembre de 2010

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