Las calaveras de cristal


Las calaveras de cristal. Hay varias, pero sobre todo destaca una de ellas por ser más grande y estar articulada su mandíbula. Posteriormente se han tallado algunas más pero esas ya no son opars. Las auténticas proceden de las culturas mayas y aztecas y se han encontrado generalmente en ruinas de dichas culturas. La mayor antes citada es llamada Calavera del Destino, y está tallada en cristal puro de cuarzo, con los fuprismas de la base y las lentes pulidas de los ojos brillando intensamente. El cráneo, perfectamente pulido, tiene un alto grado de pureza (7 sobre 10 en la escala de Mohs). Esto quiere decir que sólo con la fundición del mineral y con un molde, el tallado con otras piedras de mayor dureza (por ejemplo el diamante) o un láser se puede obtener un resultado parecido. Y los mayas no tenían esa capacidad tecnológica.
La descubrió en 1924 el explorador inglés, de personalidad parecida al personaje de Indiana Jones, Mitchell Hedges en las ruinas mayas de Lubaantum, en Belice. Fue después de remover unas piedras que cubrían un altar. Para más asombro los descendientes de la familia entregaron la calavera a los laboratorios Hewlett Packard en 1970, y allí descubrieron que fue tallada en contra del eje natural del cristal. Esto ni siquiera se haría en la actualidad porque provocaría la rotura del cuarzo, ni siquiera sería posible utilizando tecnología láser.
Los expertos del British Museum la datan sobre el 1300 d. C., pero los indígenas que acompañaban a su descubridor afirmaban que tenía más de 3600 años de antigüedad.
Un Misterio sin Resolver
Existen incontables hipótesis acerca del origen real de las calaveras, llegando algunos a pensar que puedan ser el legado de inteligencias superiores o extraterrestres. La respuesta más obvia sería que los nativos de Centroamérica, aztecas y mayas, las tallaron por sí mismos, pero esta hipótesis no explica la los medios con que fueron creadas, ya que ninguna de esta culturas, por lo menos hasta donde sabemos, poseían la tecnología o el conocimiento necesarios para completar esta labor, a menos que realmente empleasen la técnica de fricción con arena, pero eso sería extremadamente pesado y costoso y como ya explicamos precisaría el trabajo de vidas enteras dedicadas a tan ardua labor ya que por este metodo se tardarían entre 150 y 300 años en conseguir tal perfección.

lunes, 6 de septiembre de 2010

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