Las flores contienen las estructuras necesarias para la reproducción sexual. La parte masculina es el estambre, formado por el filamento y la antera. La parte femenina, el carpelo, incluye el estigma, que recoge el polen; el ovario que contiene el óvulo; y el estilo, un tubo que conecta el estigma con el ovario (A). El polen es producido en la antera (B) y cuando está maduro es liberado (C). Cada grano de polen contiene dos gametos masculinos. Cuando tiene lugar la autopolinización el polen llega al estigma de la misma flor, pero en las plantas con polinización cruzada (la mayoría) el polen es transportado por el aire, el agua, los insectos o pequeños animales hasta una flor distinta. Si el polen alcanza el estigma de una flor de la misma especie, se forma un tubo polínico que crece hacia abajo por el estilo y transporta los gametos masculinos hasta el óvulo (D). Dentro del saco embrionario del óvulo, un gameto masculino fecunda la ovocélula y forma un cigoto que da lugar al embrión. El segundo gameto masculino se une a dos células del saco embrionario llamadas núcleos polares para formar el endospermo nutritivo que rodea el embrión de la semilla (E).
Escaramujo
Cuando madura, el escaramujo se vuelve rojo y atrae a mamíferos y aves, que lo comen como parte de su dieta. Las semillas tienen una envuelta que resiste los jugos gástricos y los animales las expulsan intactas, asegurando así la dispersión de la planta.
Oposum australiano
Éste es el único mamífero, además del murciélago, cuya dieta se basa en el consumo de néctar y polen.
Abeja en una flor
Al volar de flor en flor, las abejas obreras recogen granos de polen en un ‘cesto’ situado en las patas posteriores. El polen, la principal fuente de proteínas, vitaminas, minerales y grasas de la colmena, es imprescindible para el desarrollo de la reina, las obreras y los zánganos. Las abejas depositan el polen directamente en las celdas de las larvas en desarrollo, donde también regurgitan el néctar para que se transforme en miel.
Lampazo menor
El fruto del lampazo menor está encerrado en una cápsula cubierta de ganchos que fácilmente se prende del pelo de los animales, que se encargan así de dispersar las semillas.
Mariposa polinizando una flor
Muchas especies de mariposas consumen el néctar de las flores. Cuando las recorren en busca de alimento, transportan el polen de unas plantas a otras.
Rama del ciprés de Lawson
El ciprés de Lawson, como todas las demás coníferas, es de polinización anemófila. Las diminutas ‘flores’ masculinas o conos femeninos ocupan los extremos de pequeñas ramillas, donde quedan expuestas al viento, que arrastra y distribuye el polen.
Polinización
Polinización, paso del polen desde los estambres o estructuras masculinas de la flor al estigma del pistilo, que es la estructura femenina, de la misma flor o de otra distinta. Cuando el polen pasa del estambre al estigma de la misma flor, se habla de autopolinización o autogamia; la polinización cruzada o alogamia es el paso del polen de los estambres de una flor a otra de la misma planta (geitonogamia) o de una planta distinta de la misma especie (xenogamia).
De estas dos formas de fecundación, la autopolinización es la más sencilla y segura, en particular para las numerosas especies que colonizan el territorio repitiendo muchas veces una misma estirpe parental. Pero estas especies que producen una descendencia siempre uniforme corren el riesgo de sufrir el exterminio de toda su población por un único azar evolutivo. La polinización cruzada produce una descendencia más variada y mejor equipada para afrontar los cambios del medio. Asimismo, las plantas que se reproducen a través de polinización cruzada suelen producir semillas de mejor calidad.
Las ventajas de la polinización cruzada son tan grandes que las plantas han formado, a lo largo de la evolución, refinados mecanismos para evitar la autopolinización y lograr el transporte del polen a otros individuos alejados. Muchos vegetales evitan la autopolinización sintetizando compuestos químicos que impiden la maduración del grano del polen en el estigma de la misma flor o la emisión del tubo polínico en el estilo. Otras especies, como la palmera datilera o ciertos frutales, son dioicas, y cada individuo forma sólo flores masculinas o femeninas. En las llamadas dicógamas, el pistilo madura antes o después de que el estigma de la misma flor sea receptivo.
El viento es el agente más común de la polinización cruzada (polinización anemófila). Debido a que distribuye el polen sobre grandes extensiones, las plantas que se reproducen de esta forma (las coníferas, por ejemplo) deben producirlo en cantidades enormes para garantizar la fecundación, hasta el extremo de que los bosques de pinos quedan a menudo envueltos en una especie de neblina de polen. La palmera datilera es anemófila en la naturaleza, pero en Oriente Próximo se poliniza de forma manual desde hace siglos.
Las abejas y otros insectos, los pájaros y los murciélagos son portadores de polen más discriminativos, porque visitan en su vuelo flores de la misma especie. La relación entre plantas y abejas es en ocasiones muy específica; sólo una especie determinada de abejorro, que visita las flores de la retama (Cytisus scoparius) hace que los estambres se desplieguen y cubran de polvo de polen la parte inferior del cuerpo del insecto. Quizá los principales agentes de polinización cruzada sean las abejas melíferas y, por ello, es habitual instalar colmenas en los huertos de frutales. Ciertas flores especializadas atraen a especies tropicales de murciélagos de lengua gruesa por el olor nocturno, la abundancia de néctar y el polen rico en proteínas.
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