Los Ensayos Históricos de Encarta reflejan el conocimiento y la visión de destacados historiadores. En este ensayo, Gregory G. Guzman, de la Universidad Bradley, analiza la evolución del Imperio mongol desde sus orígenes en las duras estepas de Eurasia hasta convertirse en uno de los mayores imperios de la historia.
Esplendor del Imperio mongol
Por Gregory G. Guzman
Durante los siglos XIII y XIV, los mongoles conquistaron y gobernaron el mayor imperio continental de la historia escrita. Los cinco grandes kanes del Imperio mongol, en su deseo de dominar el mundo impactaron sobre las principales civilizaciones de Eurasia, alterando gravemente algunas y revitalizando y globalizando otras. Durante la denominada gran paz mongol, un largo periodo de amplia interacción entre las cuatro principales civilizaciones costeras, los mongoles modificaron constantemente el estatus y la vitalidad de las civilizaciones eurasiáticas.
La vida y los pueblos de las estepas
Para los pueblos que vivían en el interior de las vastas tierras de Eurasia, la agricultura resultaba prácticamente imposible ya que su interior presenta temperaturas extremas de calor y frío y está formado básicamente por hielo, bosques, montañas y desiertos. Desde el interior de Asia se extiende una franja casi ininterrumpida de estepas con una extensión aproximada de 10.000 km, entre Manchuria en el norte de Asia oriental y Hungría en el sur de Europa. La estepa se ve a veces interrumpida por áreas semidesérticas y grandes cordilleras montañosas entre las cuales existen rutas para el paso de personas, mercancías e ideas. La necesidad hizo que los pueblos de esta región se convirtiesen en nómadas en constante búsqueda de alimentos y pastos trabajando como apacentadores, pastores y guerreros.
La domesticación del caballo aumentó el alcance, la velocidad y la movilidad general de estos nómadas de las estepas y en sus desplazamientos ocasionalmente invadían los pastos de sus vecinos o las tierras limítrofes de los centros sedentarios civilizados. Prácticamente todo nómada con un caballo y un arco era un soldado rudo, feroz y lleno de recursos, mientras que sólo un pequeño porcentaje de las poblaciones civilizadas se encontraba equipado y entrenado para la guerra. Cuando un jefe carismático y ambicioso formaba una confederación de nómadas, denominada horda, se producía una actividad militar a gran escala. Estas hordas no sólo dominaban la estepa, sino también suponían una grave amenaza para los centros civilizados. El ejército a caballo nómada de las hordas era superior a las unidades de infantería de las civilizaciones sedentarias.
Gengis Kan y el auge de los mongoles
Las confederaciones tribales surgían y desaparecían con sorprendente regularidad en la estepa y los mongoles emergían de este paisaje sociopolítico en constante movimiento. En la árida meseta mongol las tribus de pastores mongoles, acaudilladas por una especie de aristocracia político-militar, luchaban entre sí o contra cualquier extraño.
Un documento único titulado La historia secreta de los mongoles revela con detalle la evolución de los primeros mongoles, los únicos nómadas de la estepa que dejaron una versión escrita de su historia. El documento ilustra el folclore mongol inicial y contiene numerosas afirmaciones de Gengis Kan, el primer gran emperador mongol. El documento fue probablemente escrito hacia 1228, poco después de la muerte de Gengis Kan, cuando todas las personas que conocían los detalles de su vida y de su carrera se encontraban reunidos para homenajearle. La historia secreta es la única fuente fiable de información sobre los primeros años de vida de Gengis Kan y sobre los inicios legendarios y las primeras tradiciones de los mongoles. El documento contiene las creencias y el folclore mongoles, como, por ejemplo, su creencia en que procedían de animales y el relato de la fecundación de un primer ancestro humano por el dios del cielo, Tengri. El folclore mongol hace hincapié en este vínculo divino que establece una conexión íntima entre Dios y su pueblo. Los mongoles se consideraban un pueblo elegido y sentían que tenían el derecho divino a conquistar y gobernar el mundo entero.
A medida que la épica nacional mongol pasó del mito a la leyenda y a la historia verdadera, fueron surgiendo personalidades específicas. Una de estas personalidades fue Yesugei, que según el documento tuvo un hijo llamado Timuyin en 1167. Timuyin, que significa “forjador” o “trabajador del metal,” era un típico pastor guerrero de las estepas que se dedicaba a la lucha, la invasión y el pillaje. Hacia 1206 Timuyin dominaba casi toda Mongolia y en ese año, para confirmar su legitimidad, convocó un quiriltai, gran asamblea nacional, donde fue nombrado jefe universal con el título de Gengis Kan. Este jefe carismático estaba destinado a agrupar a todas las tribus mongoles y a unificar la mayor parte de Eurasia formando un vasto imperio único.
Bajo la hábil dirección de Gengis las aspiraciones mongoles fueron más allá del pillaje nómada tradicional llegando a gobernar el mundo conocido hasta entonces. Gengis, que actuaba bajo lo que consideraba un mandato divino, y sus súbditos mongoles se lanzaron a una serie continua de campañas y conquistas militares, primero contra los tanguts tibetanos y después contra la dinastía Jin del norte de China. La campaña más alejada de Gengis, así como una de las más sangrientas y devastadoras, estuvo dirigida contra los gobernantes de Jurasán, en el noreste de Persia, expedición que reportó a los mongoles una serie de victorias militares y la conquista del norte de India y el sur de Rusia. A su fallecimiento en 1227, Gengis Kan controlaba la mayor parte de la estepa interior de Asia, así como partes de las civilizaciones china, india y de Oriente Próximo.
Además de unificar a su pueblo y de dirigir estas primeras campañas, Gengis realizó importantes contribuciones a la eficiencia del sistema militar, el sistema de comunicaciones y la estructura legal mongoles. Gengis tenía una aguda mentalidad militar. Incorporó nuevas tácticas procedentes de las sociedades civilizadas conquistadas a su estrategia nómada tradicional, y en lugar de promover a las personas según sus vínculos sanguíneos, Gengis ascendía a sus seguidores en función de sus capacidades y de su experiencia personal, lo que le permitió establecer una fuerza de lucha virtualmente invencible. Después de cada victoria, Gengis integraba a sus enemigos vencidos en su nuevo sistema militar y los individuos capaces y ambiciosos alcanzaban los niveles superiores con gran rapidez. Al perdonar la vida a los artesanos civilizados, que más tarde diseñarían y construirían las armas para sus vencedores, los mongoles aprendieron a destruir las murallas de las ciudades con máquinas de asedio, zapadoras, catapultas y bombas de pólvora. De esta forma, el flexible Gengis incorporó la estrategia y las tácticas de asedio de las sociedades sedentarias a su ejército estepario a caballo, de gran movilidad y potencia.
A medida que fue creciendo el tamaño y el alcance del ejército y del Estado mongoles, Gengis Kan iba reclutando a escribas, registradores y recaudadores de impuestos. Para mantenerse informado sobre su imperio, Gengis estableció un sistema de comunicaciones denominado yam, que estaba basado en el establecimiento de estaciones de postas a lo largo y ancho de su vasto imperio. Por estas rutas, las noticias y la información críticas viajaban prácticamente sin parada hasta llegar al kan. Este servicio de correo estaba formado por estaciones de descanso con caballos y jinetes frescos dispuestas a intervalos regulares a lo largo de las principales rutas de viaje. Todos los embajadores y mensajeros del kan podían utilizar las estaciones de yam para alimentarse, alojarse y cambiar de caballo en sus viajes de ida y vuelta a visitar al kan en misión oficial. El sistema yam no sólo facilitaba la rápida difusión de noticias a lo largo y ancho del gran imperio, sino que también fomentaba el transporte y el comercio por el vasto territorio controlado por los mongoles. Este periodo de comercio y viajes relativamente abiertos a través de Eurasia se conoció como la gran paz mongol.
En los asuntos legales y judiciales, Gengis Kan recopiló la legislación mongol existente y la modificó o completó añadiendo sus propios decretos. El código de Gengis se denominaba el Gran Yasa y era el sistema legal oficial de su imperio. El Gran Yasa era un amplio código que trataba no sólo el comportamiento sancionable y los correspondientes castigos, sino también las reglas de procedimiento, los límites jurisdiccionales y los derechos de propiedad. El Gran Yasa siguió siendo la base del orden público mongol aún mucho después del fallecimiento de Gengis Kan.
Conquistas posteriores y el verdadero imperio mundial
De acuerdo con la costumbre mongol, a la muerte del Gengis, Bortai, su esposa jefe, presidió la división de su imperio entre sus cuatro hijos. Cada hijo y sus herederos recibieron determinadas partes del imperio, pero Ogoday, tercer hijo de Gengis y su sucesor, fue elegido por el quiriltai de 1229 como el siguiente gran kan. Ogoday era un gobernante tranquilo y astuto al que se le atribuye el hecho de haber convertido a Karakorum en la capital mongol permanente y haber desarrollado vínculos comerciales con China, la India tibetana y Asia occidental. Después de eliminar la última resistencia Jin en el norte de China, Ogoday dirigió la máquina militar mongol hacia Occidente. Tras la conquista de Rusia, el ejército mongol se desplazó al centro de Europa, devastando Hungría, Polonia y las regiones orientales de lo que actualmente es Alemania. Los mongoles hubieran podido llegar a través de Europa hasta el Atlántico. Pero afortunadamente para la Europa cristiana y para la civilización occidental, el fallecimiento de Ogoday en diciembre de 1241 y la falta de pastos adecuados para los caballos mongoles en la meseta húngara hizo que los mongoles abandonasen su campaña europea en 1242.
Entre 1241 y 1251 se produjo un periodo de liderazgo incierto que dio lugar a una detención de la actividad mongol. Mangu, elegido gran kan en 1251, decidió abandonar el ataque a Europa y, en su lugar, organizó dos grandes campañas para completar la conquista del sur de China y el Oriente Próximo musulmán. Mangu Kan envió a su hermano Hulagu para que atacase el califato musulmán Abasí, y a su hermano Kublai para que hiciera lo mismo en China.
Hulagu conquistó fácilmente Persia, Mesopotamia y Siria. Bagdad cayó en 1258, siendo todos sus habitantes masacrados. Pero en 1260 los mongoles sufrieron un revés inesperado en Palestina al vencer los mamelucos egipcios a un ejército mongol en los saltos de Goliat. La muerte de Mangu Kan en 1259, que acabó con la unidad mongol, fue responsable indirecta de esta victoria de los mamelucos.
Hulagu apoyó inmediatamente a su hermano mayor, Kublai, como sucesor del gran kan. Sin embargo, su primo Berke, kan de la Horda de Oro en Rusia, se opuso a esta decisión. Berke se había convertido al Islam y estaba tan ofendido por la destrucción del califato Abasí de Bagdad a manos de Hulagu que se enfrentó abiertamente a sus primos. Como respuesta, Hulagu dirigió todo su poderoso ejército mongol hacia el norte de Persia, dejando atrás únicamente una débil guarnición no mongol en Palestina.
La victoria mameluca sobre esta reducida fuerza en 1260, la primera derrota militar mongol, ha sido considerada por muchos como el evento crítico que salvó al Islam de la conquista total, marcando asimismo el inicio de la decadencia del imperio mongol. Los investigadores religiosos ven a la Divina Providencia en el hecho de que el Islam se salvase inesperadamente gracias a la muerte de Mangu en 1259, lo mismo que la Europa cristiana se había salvado gracias a la muerte fortuita de Ogoday en 1241.
A pesar de esta derrota, los mongoles seguían controlando todo el Oriente Próximio, salvo Egipto. Hulagu y sus sucesores gobernaban la el Oriente Próximo, hasta Persia, donde establecieron el kanato il-Kanid. Atrapados entre la Horda de Oro hostil por el nordeste y los mamelucos por el sudoeste, los kanes mongoles de Persia intentaron repetidas veces establecer una alianza con la Europa Latina en el noroeste, especialmente con los estados cruzados cristianos de Oriente. Los kanes mongoles de Persia se convirtieron al islam y gobernaron el Oriente Próximo hasta su expulsión a mediados del siglo XIV.
Kublai Kan y China
En el este, Kublai se dirigió hacia el sur de China, donde volvió a poner de manifiesto la proverbial habilidad mongol para realizar movimientos estratégicos de envolvimiento a gran escala. Los mongoles flanquearon a las tropas de la dinastía Song por el oeste y el sur, a lo largo del río Yangtzé, rodeándoles virtualmente, para completar finalmente la conquista del sur de China en 1280.
En 1260, un quiriltai convocado urgentemente en China eligió a Kublai como gran kan. Sin embargo, un hermano menor y varios primos se opusieron a esta elección y desafiaron la autoridad de Kublai Kan sobre ellos. China era la base de poder de Kublai y la única zona del gran imperio mongol donde su autoridad era incontestablemente aceptada. Debido a su acceso no ortodoxo al poder, Kublai sentía constantemente la necesidad de demostrar la legitimidad de su reinado. Por ello, intentó repetidas veces obligar a los demás gobernantes a acatar su poder y superioridad como gran kan.
Al principio, Kublai consiguió con bastante éxito integrar su herencia de las estepas mongoles con su papel de gobernante confuciano. Consiguió congraciarse con la mayoría de los diferentes grupos raciales, étnicos, religiosos y culturales de su imperio. Aunque por una parte, sus continuas campañas militares contra Java y Japón demuestran sus esfuerzos por mantener su identidad básica de guerrero mongol, por otra, Kublai deseaba mostrarse como un emperador confuciano tradicional ante sus súbditos chinos. La mayoría de los consejeros y oficiales de Kublai eran de origen diverso y sus consejeros tibetanos, musulmanes y confucianos jugaban un papel importante en todo su reino. A medida que Kublai envejecía, su salud se iba deteriorando debido a excesos en la comida y la bebida, falleciendo en 1294 a la edad de 80 años. Los sucesores de Kublai gobernaron China como miembros de la dinastía Yuan hasta su expulsión en 1368.
Declive y división en cuatro kanatos
A pesar del revés militar mongol en Palestina y de la controvertida elección de Kublai en 1260, a finales del siglo XIII el Imperio mongol seguía siendo una entidad sorprendente e impresionante. Además de la estepa interior asiática, el Imperio mongol incluía los centros civilizados de China, el norte de la India, Oriente Próximo y Rusia. Sin embargo, a principios del siglo XIV este gigantesco imperio comenzaba a derrumbarse. La desintegración gradual del Imperio mongol se atribuye generalmente a problemas de excesiva extensión, asimilación y rivalidades dinásticas internas.
Los mongoles se habían extendido en exceso en su intento de expandir su imperio hasta los confines de Eurasia. A pesar de su extraordinaria velocidad, movilidad y sistemas de comunicación, los mongoles tenían dificultades para gobernar su vasto imperio. A medida que avanzaban sus conquistas militares, les resultaba muy difícil establecer un control centralizado de sus territorios más alejados. Rápidamente los mongoles descubrieron que no podían controlar de forma eficaz las tierras conquistadas, viéndose desbordados en número y superados en conocimientos por sus súbditos. Por ello decidieron asimilarse a las civilizaciones más sofisticadas que iban conquistando. Tan pronto como los mongoles desmontaban sus caballos para disfrutar del botín de sus conquistas, comenzaban a adoptar las lenguas, religiones, estructuras administrativas, culturas y tecnologías de sus súbditos más avanzados y, una vez asimilados a las civilizaciones sedentarias conquistadas, perdían su herencia de las estepas. De hecho, al cabo de tres generaciones, habían perdido su identidad y unidad como mongoles.
Las rivalidades dinásticas entre los herederos de los cuatro hijos de Gengis Kan favorecieron la fragmentación interna del Imperio mongol. Divisiones irreconciliables entre la familia real dieron lugar a la aparición de los kanatos regionales. Una muestra de ello fue la reubicación por parte de Kublai de la capital, pasándola de Karakorum a Pekín. Además, Kublai, el último gran kan, no tenía una autoridad real fuera de China. Al tiempo que él se convertía en emperador chino, los kanatos de la Horda de Oro en Rusia y el de Yagatay en el interior de Asia avanzaban por su propio camino. Los gobernantes del kanato de Oriente Próximo adoptaron el islam. Incluso los mongoles cayeron en la propia Mongolia bajo la influencia del budismo. Hacia 1350 el poder mongol se encontraba en serios apuros en todas las regiones.
El impacto y el legado del Imperio mongol
Un importante legado del control mongol sobre la mayor parte del territorio de Eurasia fue la gran paz mongol, que permitió a cualquier viajero con salvoconducto viajar con seguridad por todo el Imperio. Esta apertura de una comunicación directa entre el este de Asia y Europa occidental dio lugar a un intercambio cultural, de bienes, pueblos e ideas. Sin embargo, este intercambio no era necesariamente equitativo. La tendencia de los mongoles hacia la destrucción, el terror y la muerte hizo que China, el Oriente Próximo y Rusia rechazaran la mayoría de las ideas y prácticas del gobierno mongol extranjero, volviendo en cuanto fue posible a sus costumbres y prácticas culturales tradicionales. Por otra parte, la civilización occidental resultó ser la más receptiva a adoptar conocimientos y tecnologías de otras sociedades avanzadas a través del conducto mongol.
Aunque las conquistas mongoles afectaron a todas las civilizaciones de Eurasia, su máximo impacto lo tuvieron sobre los centros sedentarios de China, Oriente Próximo y Rusia, gobernados directamente por los mongoles durante más de un siglo. La Europa Latina era la zona más alejada del centro de poder mongol, por lo que la civilización occidental fue la que menos experimentó su daño y destrucción, permitiéndola seguir su evolución hasta ponerse al nivel de sus vecinos orientales a finales de la era mongol. Europa adoptó las nuevas ideas y prácticas intercambiadas durante la gran paz mongol, al tiempo que otras sociedades de Eurasia se estancaron o se replegaron, pudiendo así sobrepasarlas. Esto permitió a la cultura europea occidental avanzar y prepararse para asumir el liderazgo en la siguiente era de exploraciones y descubrimientos. Puede decirse que estos nómadas medievales surgieron de su patria árida para afectar de forma continuada los desarrollos del mundo hasta bien entrada la edad moderna.
Acerca del autor: Gregory G. Guzman, profesor de Historia de la Universidad Bradley, en Peoria (Illinois), ha editado y compilado la obra Monumenta Latina Rerum Mongolorum, colección de fuentes primarias latinas que hacen referencia a los mongoles de los siglos XIII y XIV.
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