Temblor, movimiento rítmico de una parte del cuerpo producido por contracciones musculares involuntarias. Todo el mundo experimenta en alguna ocasión cierto grado de temblor. Si se mantienen los brazos en ángulo recto frente al cuerpo durante unos segundos, las manos presentan un ligero temblor. Éste puede aumentar en situaciones de tensión o emoción intensa y puede ser un síntoma de enfermedad o estar producido por medicamentos. Las sustancias que aumentan el temblor incluyen la cafeína, los broncodilatadores, los antidepresivos tricíclicos y el carbonato de litio. Si el temblor producido por medicamentos es grave se debe interrumpir el tratamiento.
Un trastorno denominado temblor familiar esencial benigno, se caracteriza por un temblor acentuado de las manos y a veces de la cabeza. Afecta a las personas que escriben a mano con frecuencia, incapacitándoles, y puede suponer un inconveniente social. A menos que la profesión requiera un buen pulso (por ejemplo, relojero o cirujano), no suele ser importante. El temblor esencial benigno es un trastorno hereditario que puede aparecer a cualquier edad. Aunque no suele empeorar, en algunos casos progresa hasta impedir actividades de la vida diaria como sujetar una taza. A veces desaparece con pequeñas cantidades de alcohol y hay múltiples tratamientos diferentes.
En la enfermedad de Parkinson, un trastorno de los ganglios basales (una parte del cerebro), el temblor es uno de los primeros síntomas que aparece. Con frecuencia lo hace sólo en un lado del cuerpo, por ejemplo, en una mano; más tarde, se extiende hacia el resto del organismo y aumenta su gravedad. En la enfermedad de Parkinson, el temblor se produce en reposo, disminuye con el movimiento y desaparece durante el sueño.
Un temblor intencional es el que empeora con el movimiento. Se pone de manifiesto cuando la persona intenta tocar su nariz con el dedo. Este tipo de temblor aparece en las enfermedades del tronco cerebral o del cerebelo.
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