Modo de acción de los fármacos
Ciertos fármacos funcionan por interacción con los receptores, lugares especiales en la superficie de las células del cuerpo. Los fármacos pueden unirse a un receptor específico, impidiendo que las sustancias químicas se unan con normalidad al receptor. De ese modo, si un fármaco intensifica la actividad celular, se llama agonista; si bloquea la actividad celular, se llama antagonista.
Fármaco, producto químico empleado en el tratamiento o prevención de enfermedades. La farmacología es la ciencia que estudia la acción y distribución de los fármacos en el cuerpo humano. Los fármacos han sido utilizados desde la prehistoria; la primera relación de fármacos con instrucciones para su elaboración, o farmacopea, apareció en Nuremberg (Alemania) en 1546. Los fármacos pueden elaborarse a partir de plantas, minerales, animales, o mediante síntesis. Muchos medicamentos tradicionales se extraían de las plantas, como la aspirina, la digitalis, el cornezuelo de centeno, el opio, la quinina o la reserpina. Entre los productos minerales que se utilizan como medicamentos están el ácido bórico, la sal de epsom y el yodo. Las hormonas que se emplean en el tratamiento de ciertos procesos, como la ACTH y la insulina, se obtienen a menudo de los animales. Muchos analgésicos, sedantes, psicofármacos y anestésicos de reciente aparición se sintetizan artificialmente en el laboratorio, y lo mismo sucede con otros productos antes extraídos de los animales.
2 | ADMINISTRACIÓN DE LOS FÁRMACOS |
Un fármaco puede ingerirse por boca (vía oral), inyectarse en una vena (vía intravenosa), en un músculo (vía intramuscular), o debajo de la piel (vía subcutánea), se puede aplicar sobre la piel (uso tópico), como enema o supositorio (vía rectal), o se puede inyectar en el líquido espinal (administración intratecal). La administración intravenosa se realiza mediante una jeringa, o por flujo continuo con un sistema de infusión. Una modalidad de administración intramuscular son los preparados depot, que combinan el fármaco con otra sustancia que lo libera lentamente al torrente sanguíneo. Esta estrategia se utiliza para la administración de insulina, esteroides y algunos anticonceptivos. Los fármacos que se administran por vía oral también pueden contener sustancias que permitan su liberación lenta en el estómago (cápsulas de liberación sostenida). Los fármacos para el tratamiento del asma bronquial utilizan con frecuencia los aerosoles como soporte, ya que permiten una mejor distribución del fármaco en el tracto respiratorio. Uno de los avances más espectaculares son las bombas de infusión de insulina, aparatos portátiles alimentados con pequeñas baterías que van liberando de forma periódica una cantidad predeterminada de insulina en el torrente circulatorio de los diabéticos. Esta forma de administración es la que mejor reproduce la liberación natural de insulina en las personas no diabéticas.
3 | UTILIZACIÓN DE LOS FÁRMACOS |
Para la correcta administración de algunos medicamentos es de gran ayuda conocer la cantidad real de medicamento presente en la sangre (medir su concentración): este procedimiento es la monitorización sérica. Para algunos fármacos utilizados en la epilepsia, por ejemplo, la diferencia entre la concentración sanguínea con efecto terapéutico y la concentración tóxica es pequeña, y por tanto resulta imprescindible conocer los niveles sanguíneos de manera precisa. También en el caso del anticoagulante heparina es necesario realizar monitorización sérica para ajustar correctamente la dosis.
Otro aspecto importante cuando se prescribe un medicamento es la relación riesgo-beneficio del fármaco. Por ejemplo el antibiótico gentamicina, un derivado de la estreptomicina, es tóxico para el riñón, y su administración debe supervisarse cuando se requieren dosis elevadas. El fármaco niridazol es eficaz contra la esquistosomiasis, pero puede producir cáncer; por tanto sólo se utiliza en infecciones graves.
Es muy importante a la hora de administrar un medicamento, que el médico que lo prescriba tenga conocimiento de todos los fármacos que pudiera estar tomando el paciente, incluso de aquellos que se dispensan sin receta y que el paciente toma por su cuenta, ya que muchos fármacos tienen efectos adversos cuando se combinan con otros, o con ciertos alimentos. A veces determinados fármacos anulan la acción de otros cuando se toman conjuntamente.
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