Los asombrosos:
Gnatostomúlidos
Gnatostomúlidos,
filo de animales con forma de gusano y simetría bilateral (solo un plano
sagital divide al animal en dos mitades iguales), provistos de un par de
mandíbulas (del griego gnathos, ‘mandíbula’; stoma, ‘boca’). Tienen un tamaño
pequeño, entre 0,5 y 1 mm de longitud, con un pequeño estrechamiento en el
cuerpo, que separa la cabeza del tronco.
Son
animales acelomados que carecen de aparato circulatorio y ano, lo que les
asemeja en cierto modo a los turbelarios, gusanos planos de vida libre. Al
igual que los turbelarios, poseen una epidermis ciliada, sin embargo se
diferencian de aquellos en que cada célula de la epidermis solo tiene un cilio.
Tienen la boca situada en posición ventral y la faringe posee un par de
mandíbulas laterales que utilizan para raspar y capturar su alimento: hongos y
bacterias que arrancan del sustrato.
Dentro
de este filo existen especies con sexos separados, que presentan individuos
machos y hembras, y otras especies hermafroditas. Sin embargo, aunque algunas
especies posean órganos sexuales masculinos y femeninos, no son capaces de
autofecundarse. La fecundación es interna y un individuo inyecta un paquete de
espermatozoides en el cuerpo de otro individuo.
Viven
en los intersticios del sustrato marino, entre la arena y el fango, desde las
aguas someras hasta profundidades de varios cientos de metros, siendo capaces
de resistir muy bajas concentraciones de oxígeno. Tienen capacidad para
desplazarse de modo autónomo, deslizándose o nadando, ayudados por el
movimiento de los cilios y por la contracción de tres o cuatro pares de fibras
musculares longitudinales. Es habitual encontrarlos en grandes colonias,
asociados a otros pequeños invertebrados como gastrotricos, nematodos y
tardígrados, entre otros.
Clasificación
científica: el filo Gnatostomúlidos (Gnathostomulida), está compuesto por unas
80 especies adscritas a 18 géneros. Una especie común perteneciente al género
típico es Gnathostomula jenneri. Su distinción como filo es reciente, habiendo
sido incluidos originalmente, tras la descripción de las primeras especies, en
la clase Turbelarios, dentro del filo Platelmintos.
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