Las partes del esqueleto.
El
esqueleto humano es una estructura fuerte y flexible formada por 206 huesos,
que soporta el cuerpo y protege los órganos internos. Además, los huesos del
esqueleto almacenan calcio, un mineral esencial para la actividad de las
células nerviosas y musculares. El núcleo blando del hueso, la médula ósea, es
el lugar en el que se forman los glóbulos rojos, ciertos glóbulos blancos y las
plaquetas. Los huesos tienen diferentes tamaños y formas, adaptados para
realizar funciones específicas. El esternón, por ejemplo, es una lámina ósea
que ayuda a proteger el corazón y los pulmones en el pecho. Los huesos
fusionados del cráneo encierran en su interior el encéfalo. Los huesos cortos y
delicados de la muñeca y la mano aumentan la destreza y proporcionan una considerable
flexibilidad en los movimientos pequeños y precisos. Los huesos largos y
pesados de las piernas actúan como palancas resistentes a la hora de realizar
movimientos rápidos o enérgicos.
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