El Yeti, también conocido como el abominable hombre de las nieves, podría ser un críptido, que en cristiano
significa que su existencia es improbable, es identificado por quienes aseguran
haberlo visto como un simio gigante,
probablemente emparentado con el Pie
Grande norteamericano, el Yowie de
Australia, y el Kunk en los Andes.
Ante el hecho de que no existen pruebas fehacientes de su
existencia, solo se cuentan relatos de
avistamientos que lo describen como un gran simio que camina erguido y en dos
patas, y que se encuentra localizado en las zonas boscosas de la
cordillera del Himalaya, donde los
avistamientos son más frecuentes; otras fuentes indican que esta bestia podría
tratarse de una posible variedad de oso blanco lanudo,
similar al oso polar.
Investigadores
japoneses que recorrieron la región montañosa durante 42 días,
lograron fotografiar huellas de 45
centímetros de longitud, supuestamente del legendario primate, el yeti, también llamado el Mono
dorado.
Uno de los más famosos alpinistas del Everest, Reinhold Messner,
considerado el mejor del mundo, en uno de sus ascensos logró verlo, tras este
avistamiento dedicó tiempo y dinero a su estudio y búsqueda, escribiendo un
libro sobre el Yeti. Esta asombrosa
criatura que camina en dos patas es
comparado con el oso pardo, un
animal solitario que sólo busca pareja durante la época de celo.
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