La sal necesaria para la vida


La sal común, el sencillo condimento que se halla en toda la comida,  es la sustancia de la historia. Tan necesaria para la existencia del hombre, que por ella se han declarado guerras , se han fundado y desaparecido imperios  y en torno a ella florecido las civilizaciones.
La palabra salario es un recordatorio permanente  de la importancia de la sal. Los  legionarios romanos recibían un” salarium”, una ración de sal. Más tarde la palabra significó el  dinero  necesario para adquirirla.  Ya entonces se estaba a un paso de la significación actual.
El hombre advirtió desde siempre  que debía procurarse sal o resignarse a morir. Sin ella se perturba el delicado equilibrio del agua en el organismo y se produce la muerte por deshidratación.
En la edad de piedra los hombres seguían a los rebaños hasta los salegares: afloramientos de la sal  de roca que los animales detectaban para su supervivencia. Los hombres transportaban la sal de roca hasta sus cavernas pero descubrieron después algo más seguro y provechoso: los manantiales de agua salada.
Numerosas culturas primitivas  se desarrollaron en torno a estos manantiales  en lugares tales como Droitwich (Inglaterra), el Tirol Francés y Saale Alemania. Durante miles de años eñ hombre destruyó bosques enteros  para alimentar de leñas las hogueras  donde se evaporaba el agua de la preciosa sal.
La demanda de la sal llegó a alterar el paisaje. Los pueblos antiguos  formaron  lagos costeros al extraer  la turba marina. La quemaban y obtenían la preciada sustancia después de hervir las cenizas en agua del mar.

El Gran libro de lo asombroso e inaudito.
Sal (compuesto)
Sal (compuesto), también llamado cloruro de sodio, compuesto químico de fórmula NaCl. El término sal también se aplica a las sustancias producidas en la reacción de un ácido con una base, llamada reacción de neutralización. Las sales se caracterizan por sus enlaces iónicos, lo que da lugar a puntos de fusión relativamente altos, conductividad eléctrica en disolución o fundidas y estructura cristalina en estado sólido. Véase Ácidos y bases; Reacción química. En este artículo nos centraremos en la sal común, cuya fórmula es NaCl.
Es un sólido blanco, soluble en agua fría o caliente, ligeramente soluble en alcohol e insoluble en ácido clorhídrico concentrado. En su forma cristalina es transparente e incoloro, con un brillo parecido al hielo. Generalmente contiene impurezas de cloruro de magnesio (MgCl2), sulfato de magnesio (MgSO 4), sulfato de calcio (CaSO4), cloruro de potasio (KCl) y bromuro de magnesio (MgBr2).
La sal se halla ampliamente distribuida en la naturaleza. Se encuentra diluida en el agua de los océanos en concentraciones que alcanzan los 30 g/l de agua, constituyendo un 3% de la masa del agua de los océanos. También se encuentra distribuida por ríos, lagos y mares interiores en concentraciones que varían entre el 0,002% del río Mississippi y el 30% del mar Muerto. También se encuentra formando capas en pantanos y en el fondo de lagos secos, sobre todo en zonas extremadamente áridas. El mineral halita, conocido comúnmente como sal de piedra aparece en lechos de ríos y lagos, depositado por la deshidratación de antiguas masas de agua salada. La sal está formándose constantemente por la acción de ríos y corrientes sobre rocas que contienen cloruros y compuestos de sodio. Tiene un punto de fusión de 804 °C y empieza a evaporarse a temperaturas ligeramente por encima de ésta. Su densidad relativa es 2,17.
HISTORIA
Desde épocas prehistóricas la sal ha sido fundamental para la conservación de alimentos, además de usarse en ritos religiosos en las civilizaciones griega, romana, hebrea y cristiana. Fue moneda de cambio en las rutas de los mares Egeo, Adriático y Mediterráneo, siendo objeto de impuestos y tributos en los países asiáticos desde épocas remotas. Al parecer se utilizó también como dinero en Tíbet y Etiopía. El término salario deriva de la palabra salarium, vocablo latino que aludía a la asignación de sal que se entregaba a los soldados que servían en el ejército romano.
El modo más simple de obtener sal en zonas próximas a los mares es por evaporación del agua salada, pero este método es costoso. En la mayoría de los casos se obtiene de depósitos subterráneos mediante técnicas de minería o a través de pozos excavados en dichos depósitos. En este último método, se disuelve la sal en el agua que se introduce por unos tubos, y se hace salir la salmuera a la superficie por otros tubos. Una vez extraídas las impurezas, se evapora la disolución salina. Entre los diversos métodos de evaporación en uso, los más importantes son: la evaporación solar, que emplea el calor de los rayos solares; la evaporación en vacío, en crisoles o marmitas y la evaporación por calor directo en crisoles y marmitas abiertas. La mayoría de la sal comercial se obtiene por evaporación de la salmuera.
USOS
El uso más común de la sal es la salazón. La sal es un componente esencial de la dieta de los seres humanos y de otros animales de sangre caliente. Algunas personas restringen su consumo directo de sal, pero obtienen las cantidades necesarias comiendo carne y pescados que la contienen. La sal de mesa común destinada al consumo en zonas continentales alejadas del mar suele contener pequeñas cantidades de yodo para prevenir el bocio. Los animales salvajes a menudo se congregan en torno a corrientes saladas o en superficies con incrustaciones de sal para lamer los depósitos de sal.
Industrialmente la sal es la fuente de obtención del cloro y del sodio, así como de sus respectivos compuestos. Entre los compuestos del cloro de relevancia comercial se encuentran el ácido clorhídrico, el cloroformo, el tetracloruro de carbono y el polvo de blanquear. Entre los compuestos de sodio más importantes se encuentra el carbonato de sodio (véase Sosa), el sulfato de sodio, el bicarbonato de sodio, el fosfato de sodio y el hidróxido de sodio. La sal se emplea también para preservar carnes y pescados, y en ciertos métodos de refrigeración para preparar mezclas frigoríficas, así como en los procesos de teñido y para fabricar jabón y vidrio. Al ser transparentes a los rayos infrarrojos, los cristales de sal se utilizan para hacer los prismas y lentes de instrumentos empleados en el estudio de estos rayos.


Sal (alimentación)
Sal (alimentación), compuesto mineral y químico cuya denominación correcta es cloruro de sodio. La sal no contiene calorías, proteínas o hidratos de carbono, aunque la sal no refinada contiene restos de otros minerales. En la dieta se obtiene sobre todo de alimentos procesados y se puede añadir durante la preparación, cocción o ya en la mesa.
La sal se usa en la cocina como conservante (salazón), para sazonar alimentos y para mejorar su sabor. Su efecto concreto es el de reducir la acidez de los ácidos e incrementar la dulzura del azúcar. Cuando se combinan juntos en los alimentos, la sal y el azúcar actúan como agentes equilibrantes. La sal es necesaria para reforzar el gluten del pan, aunque en cantidades excesivas inhibe la levadura.
En el pasado la sal tenía un valor altísimo, a menudo como signo de prestigio social o valía económica. Además, se ha empleado para limpiar, teñir y blanquear tejidos, y en la preparación de cueros y pieles. Aunque esencial para nuestra dieta en pequeñas cantidades, es necesario conseguir un equilibrio de sodio y potasio en el cuerpo. Los cereales, verduras, frutas, carne y productos lácteos contienen sal en pequeñas cantidades; son ricos en potasio y contienen pequeñas cantidades de sodio. Dado que gran parte de los alimentos del mundo occidental están muy procesados, contienen poco potasio y las personas consumen altas cantidades de sodio, por lo que se altera el equilibrio natural entre potasio y sodio en el cuerpo. No es necesario añadir sal a la comida, aunque es una costumbre hacerlo y para muchas personas la comida es insípida si carece de sal.
Como consecuencia de los problemas de salud relacionados con las dietas ricas en sal (existen algunas pruebas que asocian las dietas con alto contenido en sodio con la hipertensión, aunque la razón no está muy clara), hoy hay sustitutivos de la sal en el mercado. Éstas son sustancias químicas que tienen un sabor salado pero en las cuales se ha sustituido casi todo el cloruro sódico por cloruro potásico o amónico, produciendo así un sabor parecido pero más suave.
La sal se puede extraer de la tierra u obtenerla del mar por evaporación (sal marina) y hay muchas reservas naturales en el mundo. La sal de roca se produce por un proceso similar a la sal marina. Se purifica hirviendo y cristalizando la salina en diversos grados de finura para producir sal de mesa o de cocina. La sal de mesa se refina aún más con antiapelmazantes añadidos para conservarla seca y evitar que se adhiera. La sal de cocina no contiene aditivos y se fabrica en bloque para adobar y curar carne. Las sales naturales se venden como sal de roca o sal marina y vienen en cristales gruesos o finos.

Sales
Sales, compuestos iónicos formados por los cationes de las bases y los aniones de los ácidos.
Las sales se obtienen por reacción de los ácidos con los metales, las bases u otras sales, y por reacción de dos sales que intercambian sus iones.
Las sales en las que todos los hidrógenos sustituibles de los ácidos han sido sustituidos por iones metálicos o radicales positivos se llaman sales neutras, por ejemplo, el cloruro de sodio, NaCl.
Las sales que contienen átomos de hidrógeno sustituibles son sales ácidas, por ejemplo, el carbonato ácido de sodio (bicarbonato de sodio), NaHCO3. Las sales básicas son aquéllas que poseen algún grupo hidróxido, por ejemplo el sulfato básico de aluminio, Al(OH)SO4.
Las sales también pueden clasificarse de acuerdo con las fuerzas de los ácidos y las bases de las cuales derivan.
La sal de una base fuerte y de un ácido fuerte, por ejemplo el KCl, no se hidroliza al ser disuelta en agua, y sus disoluciones son neutras.
La sal de una base fuerte y de un ácido débil, por ejemplo el Na2CO3, sufre hidrólisis cuando se disuelve en agua, y sus disoluciones son básicas.
La sal de un ácido fuerte y una base débil, como el NH4Cl, también sufre hidrólisis, y sus disoluciones son ácidas.
A excepción de ciertas sales amónicas y de sales que son muy insolubles, las sales de un ácido débil y una base débil, como el Al2S3, experimentan en el agua hidrólisis completa, recuperándose el ácido y la base de iníciales.

Sal de Epsom
Sal de Epsom, nombre que recibe comúnmente una sal cristalina blanca o incolora (el sulfato de magnesio heptahidratado, MgSO4·7H2O) que se encuentra en el mineral epsomita y en las aguas minerales. Esta sal se preparó por vez primera en Epsom, Inglaterra. Tiene un sabor amargo y se usa en medicina como purgante, en los baños hipertónicos para reducir la hinchazón y en el teñido como fijador del color.

Halita
Halita, forma mineral de la sal común, con composición química NaCl. También llamada sal gema, es un mineral muy abundante formado tras el secado de cuerpos rodeados de agua salada; posteriormente, los lechos así formados quedan con frecuencia enterrados bajo estratos de roca formados por otros depósitos sedimentarios. Los lechos de halita tienen espesores que oscilan desde unos pocos metros hasta 30 m, y se han encontrado a grandes profundidades bajo la superficie terrestre. Este mineral suele estar asociado con yeso, silvita, anhidrita, calcita, arcilla y arena. La halita está muy diseminada en todo el mundo; en Europa hay yacimientos en Cheshire (Inglaterra), en Stassfurt (Alemania) y en Cardona (España), entre otros.
La halita cristaliza en el sistema cúbico, en general en forma de hexaedros, y muestra exfoliación cúbica perfecta. Es incolora y transparente cuando es pura, pero las impurezas pueden teñirla de amarillo, rojo, verde o morado. Tiene una dureza de 2,5 y una densidad relativa de 2,16.
Fuente: Encarta.

sábado, 4 de septiembre de 2010

La Rueda de la Vida


La Rueda de la Vida (también llamada Rueda de la Ley) describe la naturaleza cíclica de la vida según el budismo. En este mural, el ser que representa la muerte sostiene la Rueda. Los tres pecados capitales, representados en forma simbólica, forman el centro de la rueda. El gallo simboliza la pasión, el cerdo la estupidez y la serpiente el odio. Rodeando los pecados están los que caen presa del mal karma, a la derecha, y los que tienen buen karma, a la izquierda. Las seis esferas de la existencia forman el círculo siguiente. La Rueda, como la búsqueda de la verdad de Buda, culmina en el círculo exterior, que describe los 12 vínculos en la cadena de la causalidad.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Auroras boreales Fuego en el cielo


Según las leyendas escandinavas, las “Luces del norte”, son reflejos de los escudos dorados de las valkiria, doncellas guerreras que escoltaban las almas de los héroes por los caminos del cielo.

Los científicos dan del fenómeno una explicación menos romántica. Opinan que las aureolas boreales se forman del mismo modo que las imágenes en televisión. Estas se deben a un haz de electrones dirigidos por electroimanes a un apantalla fluorescente. El campo magnético de la Tierra produce el mismo efecto sobre los electrones procedentes del Sol y los enfoca a la pantalla del cielo sobre los polos magnéticos.
Destellos de la aurora.

Las partículas electrónicas descendentes chocan y excitan a los átomos de la parte alta de la atmósfera. Los destellos de la aurora se deben precisamente a estos átomos: los de oxigeno producen luces rojas y verdes; los de nitrógeno, violetas y azules.

Se denominan auroras boreales las producidas en el hemisferio norte, y australes las del sur. Normalmente son visibles al producirse llamaradas especiales en el Sol, con motivo de una violenta tormenta solar. Durante la misma se escapan de la atmósfera solar núcleos y electrones de átomos que alcanzan la Tierra a una velocidad de 600 a 1,000 kilómetros por segundo.

El magnífico espectáculos de las auroras, rara vez se contempla fuera de las regiones polares. Pero también se han visto en el Mediterráneo. Hace tiempo el filósofo griego Aristóteles escribía: “Algunas veces, en una noche clara vemos un singular espectáculo en el cielo: abismos, fosas colores rojos de sangre”. A continuación añadía que el aire se transformaba en fuego líquido.

La altura de las auroras boreales se ha medido comparando fotografías tomadas al mismo tiempo. La más alta registrada hasta la fecha se observó en Noruega a más de 780 kilómetros de altura, sobre la superficie de la Tierra.

El rayo


Un destello de luz desgarra el cielo nocturno.
Un relámpago es el resplandor visible que
se produce por una descarga eléctrica entre
una nube de lluvia y la tierra o entre nubes
La fuerza que pudo haber creado la vida
Desde las épocas más remotas el hombre ha especulado  sobre el gran poder  y fuerza destructiva  del rayo, uno de los espectáculos más impresionantes de la naturaleza.
En términos científicos, el rayo es una descarga  visible  de electricidad atmosférica. Se produce el relámpago al saltar una chispa  gigante entre zonas  de nubes cargadas  con electricidad de signo contrario. El rayo cae cuando  la chispa desciende de una nube al cielo.

Choque de gotitas
No se conoce del todo como una nube acumula electricidad. Estiman los científicos que se realiza al chocar unas gotitas de agua  con otras. Unas gotas al caer golpean otras  gotas más pequeñas  y se forman otras gotas de mayor tamaño con una carga positiva que es la suma de las anteriores. Mientras el aire del alrededor se carga de electricidad  negativa
Las gotas prosiguen  su caída y aumentan de tamaño a medida que la humedad  del aire se condensa  en torno a ellas. Cuando una gota alcanza un diámetro de cinco milímetros  se divide en dos partes, cada una de las cuales conserva su carga  positiva. Si la gota llega directamente a tierra no se produce ningún efecto.
Pero sucede también que en una nube cargada de electricidad  hay violentas corrientes  de aire que transportan las gotas hacía arriba y el proceso referido se repite una y otra vez. Al aumentar la carga en cada gota de agua, la nube se transforma en un gigantesco acumulador.
En unos quince minutos  la carga eléctrica almacenada en las gotas suspendidas en las nubes  aumenta de tal modo  que se rompe el efecto aíslate del aire, y es entonces cuando se produce el relámpago.
El fuego del relámpago.
El trueno se produce al calentar el relámpago el aire de su alrededor hasta 16,666 grados centígrados. A esta temperatura, tres veces la de la superficie del Sol, el aire se dilata  de tal modo y violencia que produce una explosión.
El sonido del trueno viaja más despacio  que la luz causada por el destello del relámpago. Si se mide el  intervalo entre el destello y el trueno  se puede averiguar  la distancia del relámpago. Un intervalo de tres segundos equivale a un kilómetro.
Se estima que cada año ocurren en el mundo unos 16 millones  de tormentas con rayos  y a cada momento se están produciendo 1,800 de ellos. Una de las mayores tragedias ocasionados por el rayo, tuvo lugar en Brescia Italia en 1769. Un rayo cayó en un arsenal del estado  e hicieron  explosión  más de 100 toneladas de pólvora que causaron la muerte de más de 3,000 personas.
Quizá el incendio más desastroso provocado por u  rayo, sucedió en San Luís Obispo, California, el 7 de abril de 1926. En cinco minutos se extendió por 360 hectáreas, quemó cerca de seis millones de barriles  de aceite y destruyó propiedades valoradas  en 15 millones de dólares. Por fortuna sólo dos personas resultaron muertas.
Pero a pesar del poder mortífero  del rayo, al cabo del año no es elevado el número de víctimas.
El rayo produce también efectos beneficiosos. Es el causante de que el nitrógeno y el oxigeno del aire se combinen  y se disuelvan en gotas de lluvias. Cuando la lluvia cae a tierra y se filtra por el suelo, proporciona a los vegetales  nitratos  que son fertilizantes de gran valor.
El rayo pudo haber sido  una de las causas  originales  de la vida  en este planeta. La Universidad de Chicago realizó una mezcla  de gases: hidrógeno, metano, amoniaco  y vapor de agua; que se cree semejante a la primitiva atmosfera de la Tierra.
Después se lanzó a través de ella un rayo artificial, es decir una descarga eléctrica. El resultado fue la formación de compuestos químicos  de estructuras muy complejas: los aminoácidos. Se sabe que tales ácidos constituyen  la estructura  básica de todas las formas de vida existentes sobre la Tierra.
Del Gran libro de lo asombroso e inaudito.

Rayo
Rayo, descarga eléctrica que se produce entre nubes de lluvia o entre una de estas nubes y la tierra (véase Electricidad). La descarga es visible con trayectorias sinuosas y de ramificaciones irregulares, a veces de muchos kilómetros de distancia, fenómeno conocido con el nombre de relámpago. Se produce también una onda sonora llamada trueno.
LA CARGA ELÉCTRICA
No se conoce por completo el modo en el que se cargan las nubes de electricidad, pero la mayoría tienen carga negativa en la base y positiva en la cima. Las distintas hipótesis que explican cómo se produce esta polarización pueden dividirse en dos categorías: las que requieren hielo y las que no. Muchos meteorólogos creen que el hielo es un factor necesario porque los rayos no suelen observarse hasta la formación de hielo en las capas superiores de las nubes. Ciertos experimentos han mostrado que cuando las disoluciones de agua se congelan, el hielo gana carga negativa mientras que el agua queda cargada positivamente. Si después del inicio de la solidificación el aire en ascensión arranca pequeñas gotas de agua de las partículas congeladas, estas gotitas se concentrarán en la parte superior de la nube, y el hielo, en agregados más grandes, descenderá hasta la base. Por otra parte, ciertos experimentos han mostrado que las gotas de agua grandes, con caída rápida, se negativizan, mientras que las gotas pequeñas que caen con mayor lentitud se vuelven electropositivas. Por tanto, la polarización de una nube es probable que se produzca por las distintas velocidades de caída de las gotas grandes y pequeñas. Como quiera que se forme, la carga negativa en la base de la nube induce otra positiva en la tierra situada debajo que actúa como la segunda placa de un condensador gigante. Cuando el potencial eléctrico entre dos nubes o entre una nube y la tierra alcanza una magnitud suficiente (unos 10.000 V por cm), el aire se ioniza a lo largo de una trayectoria estrecha, y se produce el destello de un relámpago. Muchos meteorólogos creen que esta es la forma en la que la carga negativa es transportada hacia el suelo y que así se mantiene la carga negativa total de la superficie de la Tierra.
Una nueva teoría sugiere que la polarización eléctrica de las nubes puede ser la causa de la precipitación y no una consecuencia de ella; asimismo postula que el potencial eléctrico existente entre la ionosfera —capa superior de la atmósfera— y la tierra induce la polarización. Según esta teoría, el flujo ascendente de aire caliente a través de una nube lleva consigo partículas con carga positiva que se acumulan en la cima de la nube y que atraen cargas negativas de la ionosfera. Estas son conducidas hacia la base de la nube por corrientes descendentes poderosas en la periferia de la nube; así se evita que las cargas opuestas se neutralicen unas con otras. Quizás el 90% de todos los rayos que van desde las nubes hasta el suelo son negativos; el resto son destellos positivos. Con menor frecuencia se pueden producir rayos desde la tierra hacia las nubes, en particular desde cumbres de montañas o desde objetos altos como las antenas de radio.
Estudios con cámaras de alta velocidad han mostrado que la mayoría de los destellos de rayos son sucesos múltiples compuestos de hasta 42 'rayos' principales, cada uno de los cuales está precedido por un rayo guía. Todos siguen una trayectoria ionizada inicial que puede ramificarse junto al flujo de corriente. El intervalo medio entre rayos sucesivos es de 0,02 s, y 0,25 s el intervalo medio entre destellos. Puesto que la duración de un rayo no supera los 0,0002 s, los lapsos entre rayos ocupan la mayor parte de la duración de un 'destello'. Los llamados rayos en láminas son sólo la reflexión de uno ordinario en las nubes. Los rayos en bola son un fenómeno raro en que la descarga toma la forma de una bola luminosa y lenta que a veces estalla y otras simplemente decae.
MEDIDAS PROTECTORAS
Para proteger los edificios de los rayos, se instalan barras metálicas (llamadas pararrayos) desde el suelo hasta una altura superior al punto más alto del tejado. Los pararrayos establecen una vía con baja resistencia para el paso de la descarga y evitan así que la carga atraviese la estructura del edificio. Las líneas de electricidad y las antenas de radio se protegen con dispositivos o captadores de rayos que consisten en una pequeña separación llena de aire entre la línea y un cable unido al suelo. Esta separación ofrece una gran resistencia a tensiones ordinarias, pero un rayo con un potencial de decenas de millones de voltios, provoca la ionización del gas, creando una vía de baja resistencia hacia la tierra para la descarga.
Se deben mencionar tres ideas comunes y erróneas sobre los rayos. La primera dice que los rayos no alcanzan dos veces un mismo lugar. Pruebas fotográficas muestran que un rascacielos u otra estructura elevada puede ser golpeada muchas veces durante una sola tormenta. La segunda es que el lugar más seguro durante una tormenta de rayos está bajo un árbol alto. Los árboles, debido a su altura, son propensos a ser alcanzados por rayos y, por tanto, son verdaderamente peligrosos durante las tormentas eléctricas violentas. Lo más seguro para una persona que está fuera de su casa es permanecer en el interior de un coche con estructura metálica o acostarse en el suelo de un lugar descampado. El tercer concepto erróneo es que los rayos estén siempre asociados con truenos. Los observadores que escuchen los truenos para contar los rayos pueden perderse hasta un 40% de estos últimos.
Los rayos matan o dañan a más personas que los tornados o los huracanes. Provocan un 40% de los incendios de granjas y muchos bosques se queman por su acción. Sin embargo, no todo lo relativo a los rayos es negativo. El suelo se enriquece con el nitrógeno liberado desde la atmósfera por los rayos y transportado por las gotas de lluvia. Algunos científicos creen que los rayos pueden haber sido un elemento esencial en el origen de la vida en nuestro planeta, con la creación de los compuestos químicos complejos que dieron lugar a la materia viva a partir de elementos simples.

miércoles, 25 de agosto de 2010

El tornado



En la imagen un meteorólogo observa
la evolución de un tornado para
aprender más sobre la atmósfera terrestre.
Desde el siglo XIX, la predicción científica
ha mejorado mucho. Los radares pueden detectar
y rastrear tornados, huracanes y otras tormentas fuertes.
El huracán es el gigante de las borrascas, pro su afín el tornado de proporciones mucho mayores, causa mayores estragos. El tornado surge sin avisar  y generalmente dura menos de una hora.
Uno de los más devastadores de  la historia  se abatió sobre Missouri Illinois  e Indiana EE. UU en 1925. Causó la muerte de  de 689 personas  e hirió  a 3,000; sin embargo apenas llegaba a los 300 metros de diámetro. El vendaval derrumbó edificios, arrancó robles de raíz  y aplast+o trenes. En la periferia de un tornado, los vientos pueden alcanzar velocidades de 800 kilómetros por hora.
Los tornados aparecen en días cálidos y húmedos  en las regiones centrales y meridionales  de los Estados Unidos, en las Antillas y en Australia. Son nubes en forma de embudos que comienzan girando suavemente  y al cabo de algunos minutos se retuercen violentamente. El embudo se  traslada a una velocidad  de 40 o 60 kilómetros por hora. En su centro la velocidad del aire alcanza velocidades de 200 a  300  kilómetros  por hora, con tal poder de succión que levanta automóviles y viviendas  de madera girando hasta la cumbre del torbellino.

Tornado
Tornado (del latín tonare, ‘girar’), torbellino de viento fuerte, acompañado por una nube característica en forma de chimenea que desciende desde una nube cumulonimbo. En ocasiones se denomina ciclón. Un tornado puede tener una anchura desde unos metros hasta casi un kilómetro en la zona de contacto con el suelo, con un promedio de algunos pocos cientos de metros. Puede penetrar poco en tierra o recorrer muchos kilómetros, causando grandes daños allí donde desciende. La chimenea es visible por el polvo aspirado hacia arriba y por la condensación de gotitas de agua en el centro. El mismo proceso de condensación hace visibles los tornados marinos, en general más débiles, llamados trombas marinas, que ocurren con mayor frecuencia en las aguas tropicales. La mayoría de los tornados giran en el sentido de las agujas del reloj en el hemisferio sur, y al revés en el hemisferio norte pero, en ocasiones, los tornados pueden invertir esta conducta.
Aún no se comprenden muy bien los mecanismos precisos que crean un tornado, pero las chimeneas están siempre asociadas con movimientos violentos en la atmósfera, incluyendo corrientes ascendentes fuertes y el paso de frentes. Se desarrollan en áreas de baja presión con vientos fuertes; la velocidad de los vientos de la propia chimenea supera con frecuencia los 480 km/h, aunque se han estimado velocidades superiores a 800 km/h en temporales muy violentos. Los daños producidos por un tornado son el resultado tanto de estos vientos como de una presión muy reducida del centro de la chimenea, que provoca la explosión de las estructuras que no tienen ventilación suficiente y que, por tanto, no equilibran rápidamente la diferencia de presión. Esta diferencia de presión se presenta de acuerdo con el Teorema de Bernoulli, que establece que la presión se reduce al crecer la velocidad.
Los tornados son más comunes y frecuentes en las latitudes templadas, y suelen formarse al principio de la primavera; la ‘estación de los tornados’ se retrasa al aumentar la latitud. La cantidad de tornados que se producen cada año varía mucho en una misma región. Véase Ciclón; Meteorología.

martes, 24 de agosto de 2010

Los huracanes, poderosa energía



Huracán Elena
El 2 de septiembre de 1985,
el huracán Elena fue fotografiado
con una lente de 70 mm desde la
lanzadera espacial Discovery. 
Como el huracán está en el hemisferio
norte, el aire gira en sentido
inverso al de las agujas de un
reloj hacia el centro de baja
presión, u ojo del huracán
 .
Un huracán libera tanta energía como varias explosiones atómicas. Un solo minuto  de esta energía liberada por un huracán  bastaría para abastecer de energía eléctrica  por 50 años a los Estados Unidos.
Pero los huracanes no pueden controlarse. Vierten a la atmósfera su energía desatada y extienden en múltiples ocasiones muerte y destrucción a lo largo de zonas costeras y en ocasiones en zonas como Monterrey, donde le huracán Alex desoló la zona.
El huracán que en 1970  azotó Bangladesh  produjo una ola que causó la muerte de más de 500,000 personas. En 1900 un huracán produjo una tormenta, en Galveston Texas,  que segó la vida de 6,000 vidas. En 1954 mil pasajeros murieron ahogados  al hundirse un gran  transbordador a consecuencia de un huracán en la Bahía de Hakodate en la isla Norte de Japón.
El huracán se forma en el mar. La temperatura del agua debe ser superior a los 27 grados centígrados, por ello las elevadas latitudes, se hallan libres, normalmente de huracanes. El mar templado produce un embudo  de aire que a veces asciende  a 15.000 metros  y forma vastos cúmulos de nubes. Luego las  altas corrientes se dispersan  y arrastran al interior del embudo más aires de las capas inferiores. La rotación de la Tierra tuerce entonces  la alta chimenea y se engendra el huracán: masa de vientos tempestuosos  de unos 500 kilómetros de diámetros  que giran en torbellinos de más de 300 kilómetros por hora.
En el centro de todo huracán se halla el llamado “ojo” del huracán, una zona de suaves y templadas brisas de hasta treinta kilómetros de diámetro, que se crea, al parecer por las fuerzas centrífugas  que dispersa los vientos hacía afuera. Los lugares abatidos por un huracán, gozan de una tregua al pasar el ojo del huracán, pero luego se reanuda la tormenta.

Nueva Orleans tras el huracán Katrina
La ciudad de Nueva Orleans,
en Luisiana, quedó prácticamente
inundada tras el paso del huracán
Katrina en agosto de 2005. Como
consecuencia de ello y de los
efectos derivados, su población
tuvo que ser evacuada.

En el océano, los huracanes se recargan constantemente, pues el calor de las aguas hace ascender  el aire, cada vez más deprisa por el centro del embudo. Pero en la tierra, esta fuente de energía desaparece instantáneamente. El huracán pierde fuerzas al chocar con bosques y montañas y, ya no encuentra vapor de agua que alimente su motor. En tierra los huracanes rara vez sobreviven un día.
Huracán
Huracán, ciclón tropical migratorio, con fuertes vientos y lluvias, que se origina sobre los océanos en algunas regiones próximas al ecuador, en particular aquél que surge en las Antillas, incluso en el golfo de México. Los ciclones de tipo huracán del oeste del Pacífico se llaman tifones; en Filipinas se llaman baguios y en Australia willy-willies. 
La mayoría de los huracanes se forma en las zonas de calmas ecuatoriales, un cinturón estrecho caracterizado por vientos suaves, brisas leves y variables y chubascos frecuentes, que se sitúa entre los vientos alisios del noreste y los del sureste. En el Atlántico, las zonas de calmas se localizan en su mayor parte al norte del ecuador, por ello no se producen huracanes en el Atlántico Sur. En el Pacífico hay calmas al norte y al sur del ecuador, por lo tanto hay huracanes en el Pacífico Sur y Norte.
Los huracanes consisten en vientos muy rápidos que soplan de forma circular alrededor de un centro de baja presión llamado ojo del huracán. Este centro se desarrolla cuando el aire cálido y saturado de las zonas de calmas ecuatoriales se eleva empujado por aire frío más denso. Desde el borde de la tormenta hasta su centro, la presión atmosférica cae bruscamente mientras que la velocidad del aire aumenta. Los vientos alcanzan una fuerza máxima cerca de los puntos de baja presión (en torno a 724 mm de mercurio o 0,85 atmósferas). El diámetro del área cubierta por vientos destructivos puede superar los 250 km. Los vientos menos fuertes cubren zonas con un diámetro medio de 500 km. La fuerza de un huracán se evalúa con un índice entre 1 y 5. El más suave, con categoría 1, tiene vientos de cuando menos 120 km/h. Los vientos del más fuerte (y menos común), con categoría 5, superan los 250 km/h. En el interior del ojo del huracán, que tiene un diámetro medio de 24 km, los vientos se paran y las nubes se elevan, aunque el mar permanece muy agitado.
En general, los huracanes se desplazan en una trayectoria con forma de parábola. En el hemisferio norte suelen viajar primero hacia el noroeste y, en latitudes mayores, giran hacia el noreste. En el hemisferio sur la trayectoria usual empieza apuntando hacia el suroeste y luego hacia el sureste. Los huracanes viajan a velocidades variables; en las latitudes bajas éstas varían entre 8 y 32 km/h mientras que en las altas pueden alcanzar hasta 80 km/h. Las zonas en las que los vientos del huracán soplan en la misma dirección que la propia tormenta están sometidas a la máxima violencia destructiva.
A mediados de la década de 1950 se desarrolló un sistema coordinado de seguimiento de los huracanes que se ha perfeccionado a lo largo de los años. Radares, dispositivos de registro marinos, satélites meteorológicos y otros instrumentos suministran datos que permiten el seguimiento de los movimientos de cada tormenta casi desde su formación. La mejora de los sistemas de predicción e información ha permitido reducir al mínimo la pérdida de vidas, pero los daños materiales siguen siendo grandes, en especial en las regiones costeras. El huracán Gilbert, el mayor del siglo XX (1988) en el hemisferio norte, con vientos en ráfagas que alcanzaron los 350 km/h, devastó Jamaica y varias zonas de México. El huracán Mitch, que llegó a las costas de América Central en octubre de 1998, azotó la región durante varios días con vientos que superaron los 250 km/h. A los fuertes vientos se unieron destructivas lluvias torrenciales que ocasionaron la muerte de más de 12.000 personas además de enormes daños materiales. El huracán Katrina que alcanzó Estados Unidos en agosto de 2005, con vientos de hasta 280 km/h, afectó principalmente a los estados de Mississippi, Alabama y Luisiana, provocando, a su paso, gran número de víctimas mortales y daños materiales.
Ciclón
Ciclón, en meteorología, zona de baja presión atmosférica rodeada por un sistema de vientos que en el hemisferio norte se mueven en sentido opuesto a las agujas del reloj mientras que giran en sentido contrario en el hemisferio sur. Una zona correspondiente con vientos de sentido contrario se llama anticiclón. A los ciclones se les llama comúnmente borrascas. El término ciclón se ha utilizado con un sentido más amplio aplicándolo a las tormentas y perturbaciones que acompañan a estos sistemas de baja presión, en particular a los violentos huracanes tropicales y a los tifones, centrados en zonas de presión extraordinariamente baja.

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