El asombroso Encuentro entre Hernán Cortés y Moctezuma II



El cronista español Bernal Díaz del Castillo escribió en el tercer cuarto del siglo XVI el relato de la conquista y primera colonización de los territorios mexicanos, bajo el título de Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. En tanto que testigo, el autor describió los acontecimientos como una gesta dirigida, pero no protagonizada en exclusiva, por Hernán Cortés. Los dos capítulos de esa obra que reproduce el siguiente texto están dedicados a uno de los hechos históricos más trascendentales de la historia americana: el encuentro en 1519 entre un guerrero europeo, Cortés, y uno de los últimos soberanos aztecas, Moctezuma II.

Fragmento de Historia verdadera de la conquista de la Nueva España.
De Bernal Díaz del Castillo.

Capítulos LXXXVIII y LXXXIX.
DEL GRANDE Y SOLENE RESCIBIMIENTO QUE NOS HIZO EL GRAN MONTEZUMA A CORTÉS Y A TODOS NOSOTROS EN LA ENTRADA DE LA GRAN CIUDAD DE MÉXICO
Luego otro día de mañana partimos de Estapalapa, muy acompañados de aquellos grandes caciques que atrás he dicho; íbamos por nuestra calzada adelante, la cual es ancha de ocho pasos, y va tan derecha a la ciudad de México, que me parece que no se torcía poco ni mucho, e puesto ques bien ancha, toda iba llena de aquellas gentes que no cabían; unos que entraban en México y otros que salían, y los que nos venían a ver, que no nos podíamos rodear de tantos como vinieron, porque estaban llenas las torres e cues y en las canoas y de todas partes de la laguna, y no era cosa de maravillar, porque jamás habían visto caballos ni hombres como nosotros. Y de que vimos cosas tan admirables no sabíamos qué nos decir, o si era verdad lo que por delante parecía, que por una parte en tierra había grandes ciudades, y en la laguna otras muchas, e víamoslo todo lleno de canoas, y en la calzada muchas puentes de trecho a trecho, y por delante estaba la gran ciudad de México; y nosotros aún no llegábamos a cuatrocientos soldados, y teníamos muy bien en la memoria las pláticas e avisos que nos dijeron los de Guaxocingo e Tascala y de Tamanalco, y con otros muchos avisos que nos habían dado para que nos guardásemos de entrar en México, que nos habían de matar desque dentro nos tuviesen. Miren los curiosos letores si esto que escribo si había bien que ponderar en ello, qué hombres habido en el Universo que tal atrevimiento tuviesen. Pasemos adelante. Íbamos por nuestra calzada; ya que llegamos donde se aparta otra calzadilla que iba a Cuyuacán, ques otra ciudad adonde estaban unas como torres que eran sus adoratorios, vinieron muchos principales y caciques con muy ricas mantas sobre sí, con galanía de libreas diferenciadas las de los unos caciques de los otros, y las calzadas llenas dellos, y aquellos grandes caciques enviaban el gran Montezuma adelante a recebirnos, y ansí como llegaban ante Cortés decían en su lengua que fuésemos bien venidos, y en señal de paz tocaban con la mano en el suelo y besaban la tierra con la mesma mano. Ansí questuvimos parados un buen rato, y desde allí se adelantaron Cacamatzin, señor de Tezcuco, y el señor de Estapalapa, y el señor de Tacuba, y el señor de Cuyuacán a encontrarse con el gran Montezuma, que venía cerca, en ricas andas, acompañado de otros grandes señores y caciques que tenían vasallos. Ya que llegábamos cerca de México, adonde estaban otras torrecillas, se apeó el gran Montezuma de las andas, y trayéndole del brazo aquellos grandes caciques, debajo de un palio muy riquísimo a maravilla, y la color de plumas verdes con grandes labores de oro, con mucha argentería y perlas y piedras chalchivis, que colgaban de unas como bordaduras, que hobo mucho que mirar en ello. Y el gran Montezuma venía muy ricamente ataviado, según su usanza, y traía calzados unos como cotaras, que ansí se dice lo que se calzan; las suelas de oro y muy preciada pedrería por encima en ellas; e los cuatro señores que le traían de brazo venían con rica manera de vestidos a su usanza, que paresce ser se los tenían aparejados en el camino para entrar con su señor, que no traían los vestidos con los que nos fueron a rescebir, e venían, sin aquellos cuatro señores, otros cuatro grandes caciques que traían el palio sobre sus cabezas, y otros muchos señores que venían delante del gran Montezuma barriendo el suelo por donde había de pisar, y le ponían mantas por que no pisase la tierra. Todos estos señores ni por pensamiento le miraban en la cara, sino los ojos bajos e con mucho acato, eceto aquellos cuatro deudos e sobrinos suyos que lo llevaban de brazo. E como Cortés vio y entendió e le dijeron que venía el gran Montezuma, se apeó del caballo, y desque llegó cerca de Montezuma, a unas se hicieron grandes acatos. El Montezuma le dio el bien venido, e nuestro Cortés le respondió con doña Marina quél fuese él muy bien estado; e parésceme que Cortés, con la lengua doña Marina, que iba junto a Cortés, le daba la mano derecha, y el Montezuma no la quiso e se la dio al Cortés. Y entonces sacó Cortés un collar que traía muy a mano de unas piedras de vidrio, que ya he dicho que se dicen margaritas, que tienen dentro de sí muchas labores e diversidad de colores y venía ensartado en unos cordones de oro con almizcle por que diesen buen olor, y se le echó al cuello el gran Montezuma, y cuando se le puso le iba abrazar, y aquellos grandes señores que iban con el Montezuma detuvieron el brazo a Cortés que no le abrazase, porque lo tenían por menosprecio. Y luego Cortés con la lengua doña Marina le dijo que holgaba agora su corazón en haber visto un tan gran príncipe, y que le tenía en gran merced la venida de su persona a les rescebir y las mercedes que le hace a la contina. Entonces el Montezuma le dijo otras palabras de buen comedimiento, e mandó a dos de sus sobrinos de los que le traían de brazo, que era el señor de Tezcuco y el señor de Cuyuacán, que se fuesen con nosotros hasta aposentarnos, y el Montezuma con los otros dos sus parientes, Cuedlavaca y el señor de Tacuba, que le acompañaban, se volvió a la ciudad, y también se volvieron con él todas aquellas grandes compañías de caciques y principales que le habían venido acompañar; e cuando se volvían con su señor estábamoslos mirando cómo iban todos los ojos puestos en tierra, sin miralle, muy arrimados a la pared, e con gran acato le acompañaban; en ansí tuvimos lugar nosotros de entrar por las calles de México sin tener tanto embarazo. Quién pudiera agora decir la multitud de hombres e mujeres e muchachos questaban en las calles e azoteas y en canoas en aquellas acequias que nos salían a mirar. Era cosa de notar, que agora que lo estoy escribiendo se me representa todo delante de mis ojos como si ayer fuera cuando esto pasó, y consideraba la cosa, es gran merced que Nuestro Señor Jesucristo fue servido darnos gracia y esfuerzo para osar entrar en tal ciudad e me haber guardado de muchos peligros de muerte, como adelante verán. Doile muchas gracias por ello, que a tal tiempo me ha atraído para podello escrebir, e aunque no tan cumplidamente como convenía y se requiere. E dejemos palabras, pues las obras son buen testigo de lo que digo en algunas destas partes, e volvamos a nuestra entrada en México, que nos llevaron aposentar a unas grandes casas donde había aposentos para todos nosotros, que habían sido de su padre del gran Montezuma, que se decía Axayaca, adonde en aquella sazón tenía el Montezuma sus grandes adoratorios de ídolos e tenía una recámara muy secreta de piezas y joyas de oro, que era como tesoro de lo que había heredado de su padre Axayaca, que no tocaba en ello; y ansimismo nos llevaron aposentar aquella casa por causa que, como nos llamaban teules e por tales nos tenían, questuviésemos entre sus ídolos como teules que allí tenían. Sea de una manera o sea de otra, allí nos llevaron, donde tenían hechos grandes estrados y salas muy entoldadas de paramentos de la tierra para nuestro capitán, y para cada uno de nosotros otras camas desteras e unos toldillos encima, que no se da más cama por muy gran señor que sea, porque no las usan; y todos aquellos palacios, muy lucidos y encalados y barridos y enramados. Y como llegamos y entramos en un gran patio, luego tomó por la mano el gran Montezuma a nuestro capitán, que allí le estuvo esperando, y le metió en el aposento y sala adonde había de posar, que le tenía muy ricamente aderezada para según su usanza, y tenía aparejado un muy rico collar de oro de hechura de camarones, obra muy maravillosa, y el mismo Montezuma se le echó al cuello a nuestro capitán Cortés, que tuvieron bien que mirar sus capitanes del gran favor que le dio. Y desque se lo hobo puesto, Cortés le dio las gracias con nuestras lenguas, e dijo Montezuma: «Malinche: en vuestra casa estáis vos e vuestros hermanos; descansa.» Y luego se fue a sus palacios, que no estaban lejos, y nosotros repartimos nuestros aposentos por capitanías, e nuestra artillería asestada en parte conviniente, y muy bien platicado la orden que en todo habíamos de tener y estar muy apercebidos, ansí los de caballo como todos nuestros soldados. Y nos tenían aparejada una comida muy suntuosa, a su uso e costumbre, que luego comimos. Y fue esta nuestra venturosa e atrevida entrada en la gran ciudad de Tenustitán, México, a ocho días del mes de noviembre año de Nuestro Salvador Jesucristo de mill e quinientos y diez y nueve años. Gracias a Nuestro Señor Jesucristo por todo, e puesto que no vaya expresado otras cosas que había que decir, perdónenme sus mercedes que no lo sé mejor decir por agora hasta su tiempo. E dejemos de más pláticas, e volvamos a nuestra relación de lo que más nos avino, lo cual diré adelante.
CÓMO EL GRAN MONTEZUMA VINO A NUESTROS APOSENTOS CON MUCHOS CACIQUES QUE LE ACOMPAÑABAN, E LA PRÁTICA QUE TUVO CON NUESTRO CAPITÁN
Como el gran Montezuma hobo comido y supo que nuestro capitán y todos nosotros ansimismo había buen rato que habíamos hecho lo mismo, vino a nuestro aposento con gran copia de principales e todos deudos suyos e con gran pompa. E como a Cortés le dijeron que venía, le salió a mitad de la sala a recibir, y el Montezuma le tomó por la mano; e trujeron unos como asentadores fechos a su usanza en muy ricos y labrados de muchas maneras con oro. Y el Montezuma dijo a nuestro capitán que se asentase, e se asentaron entrambos cada uno en el suyo. Y luego comenzó el Montezuma un muy buen parlamento, e dijo que en gran manera se holgaba de tener en su casa e reino unos caballeros tan esforzados como era el capitán Cortés e todos nosotros; e que había dos años que tuvo noticia de otro capitán que vino a lo de Chanpoton; e también el año pasado le trujeron nuevas de otro capitán que vino con cuatro navíos, e que siempre los deseó ver, e que agora que nos tiene ya consigo para servirnos y darnos de todo lo que tuviese, y que verdaderamente debe de ser cierto que somos los que sus antecesores, muchos tiempos pasados, habían dicho que vernían hombres de donde sale el sol a señorear aquestas tierras, y que debemos ser nosotros, pues tan valientemente peleamos en lo de Potonchan y Tabasco y con los tascaltecas, porque todas las batallas se las trujeron pintadas al natural. Y Cortés le respondió con nuestras lenguas que consigo siempre estaban, especial la doña Marina, y le dijo que no sabe con qué pagar él ni todos nosotros las grandes mercedes recebidas de cada día, e que ciertamente veníamos de donde sale el sol, y somos vasallos y criados de un gran señor que se dice el emperador don Carlos, que tiene subjetos a sí muchos y grandes príncipes, e que teniendo noticia dél y de cuán gran señor es, nos envió a estas partes a le ver e a rogar que sean cristianos como es nuestro emperador e todos nosotros, e que salvarán sus ánimas él y todos sus vasallos, e que adelante le declarará más cómo y de qué manera ha de ser, y cómo adoramos a un solo Dios verdadero, y quién es, e otras muchas buenas cosas que oirá, como les había dicho a sus embajadores Tendile e Pitalpitoque e Quintalvor cuando estábamos en los Arenales. E acabado este parlamento, tenía apercebido el gran Montezuma muy ricas joyas de oro y muchas hechuras, que dio a nuestro capitán, e ansimismo a cada uno de nuestros capitanes dio cositas de oro y tres cargas de mantas de labores ricas de plumas; y entre todos los soldados también nos dio a cada uno a dos cargas de mantas, con una alegría, e en todo bien parecía gran señor. Y desque lo hobo repartido preguntó a Cortés si éramos todos hermanos y vasallos de nuestro gran emperador; e dijo que sí, que éramos hermanos en el amor e amistad e personas muy principales, e criados de nuestro gran rey y señor. Y porque pasaron otras prácticas de buenos comedimientos entre e que teniendo noticia dél y de cuán gran señor es, nos envió a visitar, y por no le ser pesado, cesaron los razonamientos. Y había mandado el Montezuma a sus mayordomos que a nuestro modo y usanza de todo estuviésemos proveídos, ques maíz e piedras e indias para hacer pan, e gallinas y fruta, y mucha hierba para los caballos. Y el Montezuma se despidió con gran cortesía de nuestro capitán y de todos nosotros, y salimos con él hasta la calle; y Cortés nos mandó que al presente que no fuésemos muy lejos de los aposentos hasta entender más lo que conviniese. Y quedarse ha aquí, e diré lo que adelante pasó.
Fuente: Díaz del Castillo, Bernal. Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. Prólogo de Carlos Pereyra. Madrid: Espasa-Calpe, 1997.
Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005. © 1993-2004 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

miércoles, 30 de marzo de 2011

La increíble Gizeh



Pirámide de Kefrén en Gizeh
Las pirámides de Gizeh en Egipto forman parte de las representaciones arquitectónicas más famosas del mundo. Esta fue construida como lugar de eterno descanso del faraón Kefrén alrededor del 2530 a.C. Con 143,5 m probablemente fue erigida sin utilizar grúas, poleas o mecanismo alguno de elevación. Los arqueólogos aún no saben cómo fue construida. En lo alto de la pirámide puede apreciarse el revestimiento original de piedra caliza.

Gizeh o Giza (en árabe, al-Yiza) ciudad del norte de Egipto, capital de la gobernación de Gizeh, a orillas del Nilo, es un suburbio de El Cairo. Es la tercera de las mayores ciudades de Egipto, además de un destacado centro administrativo, cultural y comercial.
Posee industrias cinematográficas, de productos químicos, de maquinaria y tabacaleras. Dentro de la ciudad se encuentran los tradicionales distritos musulmanes, además de un sector de apartamentos de lujo construidos a lo largo del río con varias embajadas extranjeras y oficinas gubernamentales. Entre las instituciones educativas se encuentran la Universidad de El Cairo (1908, que fue trasladada de nuevo aquí en 1924), la Academia de la Lengua Árabe (1932), un instituto de investigación en oftalmología, y una escuela de música. En sus alrededores existió una importante ciudad en tiempos de la IV Dinastía del Egipto faraónico (c. 2680-2544 a.C.). Los monumentos más famosos cercanos a la ciudad son la Gran Esfinge (2565 a.C. o anterior) y las tres pirámides más conocidas de Egipto: la Gran Pirámide de Keops, la de Kefrén y la de Mikerinos. En 1979, la zona de las pirámides desde Gizeh hasta Dahshur fue declarada Patrimonio cultural de la Humanidad. Población (1998), 4.779.000 habitantes.

martes, 29 de marzo de 2011

La belleza increíble de el Parque nacional de las Secuoyas



Árbol General Sherman, Parque nacional de las Secuoyas
El árbol General Sherman es una secuoya gigante del Parque nacional de las Secuoyas de California (Estados Unidos). Es el más grande del mundo con una altura de 84 m y un diámetro de 11 m en la base.


Parque nacional de las Secuoyas, situado en la cordillera de sierra Nevada, en la parte central del estado de California (Estados Unidos) y creado en 1890; su característica más llamativa es la abundancia de ejemplares de secuoyas gigantes. Uno de ellos, el árbol General Sherman, llama la atención por su espectacularidad y es el ser vivo más grande del mundo, con 84 m de alto y 11 m de diámetro. Dentro del parque se encuentra el monte Whitney, la mayor cumbre de los Estados Unidos fuera del territorio de Alaska, con una altura de 4.418 m. Otros lugares de interés son el cañón del río Kern y la cueva Crystal, una caverna de mármol. La mayor parte del parque está cubierto de herbazales. La fauna es abundante. Su superficie es de 1.628,8 km2.

Las terroríficas Historias de miedo



Historias de miedo, narración en prosa que trata de sucesos o seres sobrenaturales. Los fantasmas y otros seres fantásticos están presentes en la literatura desde sus orígenes pero, paradójicamente, fue durante el racionalismo del siglo XVIII cuando los cuentos sobre seres y circunstancias extranaturales se convirtieron en un subgénero claramente diferenciado. En algunas baladas medievales se habla de los fantasmas como si su existencia fuera un hecho demostrado: son igual de reales que los seres humanos a quienes hechizan. Los espíritus que regresan de la tumba para exigir venganza en el teatro renacentista, como el padre de Hamlet en la obra de Shakespeare, resultan aterradores sólo porque introducen un matiz de duda. La posibilidad de que no sean reales, o de que sean apariciones del demonio en lugar de auténticos espíritus, confiere dinamismo y energía a la acción. El auge de la filosofía racionalista y escéptica durante el siglo XVIII, que abolió la creencia en los seres fantásticos, tan arraigada en los países protestantes del norte de Europa, propició su tratamiento literario. El objetivo no era tanto asustar a la audiencia sino que reconociera sentirse asustada.
Así pues, desde un primer momento, las historias de miedo fueron escritas por y para gentes que en realidad no creían en las apariciones de espíritus. Su primera manifestación destacable es la novela gótica. Obras como El Castillo de Otranto (1764) de Horace Walpole, Los misterios de Udolfo (1794), de Ann Radcliffe, y El monje de Lewis, sentaron ciertas bases que siguen siendo comunes a la literatura y el cine, el cual ha sabido incorporar con gran éxito el género de miedo y terror. El elemento sobrenatural puede ser un esqueleto en el armario o un misterioso acontecimiento del pasado aún sin resolver. El escenario típico es un castillo remoto y medieval o un cementerio en un paisaje desolado e inhóspito. Por lo general, la víctima del hechizo es una mujer solitaria.
La fascinación que produce el ambiente del lugar y los peligros que acechan a la heroína se convirtieron en las claves de un género que, favorecido por el impacto del romanticismo, no tardó en adoptar todos los elementos del horror y lo grotesco explotados en los relatos de Gustavo Adolfo Bécquer, Edgar Allan Poe y E. T. A. Hoffmann. Frankenstein (1818) de Mary Wollstonecraft Shelley combinaba elementos propios del relato fantástico con el tema faustiano del científico ávido de sabiduría, mientras que Drácula (1897) de Bram Stoker introdujo al vampiro en esta corriente literaria. Otros cuentos de miedo, de corte más conservador, como La casa junto al camposanto (1863) de Sheridan Le Fanu, o Historias de fantasmas de un anticuario (1904) de M. R. James, siguen siendo piezas antológicas. Un clásico del género, subestimado y provocativamente ambiguo, es Otra vuelta de tuerca (1898) del escritor estadounidense Henry James.

La increíble Secuoya



Secuoyas gigantes
Las secuoyas gigantes alcanzan hasta 9 m de diámetro, y la corteza que cubre el tronco llega a tener 60 cm de grosor. Los contrafuertes de la base son estructuras naturales de sujeción.


Secuoya, nombre común de un grupo de árboles enormes, de porte majestuoso, de la familia de las Taxodiáceas, caracterizados por el tronco columnar, de color pardo rojizo, que se alza a 30 m de altura o más sobre una base de forma cónica; presenta hojas aciculares y pequeñas piñas ovales. El árbol se llama así por Sequoya, jefe del pueblo cherokee.
Las secuoyas, en otro tiempo distribuidas por toda la zona templada boreal, sucumbieron, en su mayor parte, ante el avance de las masas heladas de la época de las glaciaciones. Sólo sobrevivieron tres especies: la secuoya gigante, la secuoya roja de California y la secuoya roja del suroeste de China. El bosque petrificado de Arizona está formado en gran medida por fósiles de especies extintas de secuoya. Se han encontrado restos fósiles de secuoyas en estratos geológicos que se remontan incluso al jurásico, hace entre 135 y 180 millones de años; los taninos evitaron la putrefacción de la madera.
2
SECUOYA GIGANTE
La secuoya gigante, o ‘árbol grande’ se localiza dentro de una estrecha franja de 300 km de longitud en la vertiente occidental de la sierra Nevada de California, entre los 900 y los 2.400 m de altitud. Es el más grande de todos los organismos vivos. El ejemplar mayor, llamado General Sherman, se encuentra en el Parque nacional de las Secuoyas; mide 83 m de altura y 11 m de diámetro en la parte del tronco situada por encima de la base cónica y pesa unas 1.950 toneladas. Hay otros ejemplares con alturas comprendidas entre 46 y 99 m y diámetros de tronco de hasta 9 m. La técnica del recuento de los anillos anuales de crecimiento del tronco ha demostrado que hay árboles de hasta 2.300 años de edad, aunque se cree que algunos aún vivos tienen casi 4.000 años.
Las hojas de la secuoya gigante son escuamiformes y crecen muy pegadas a las ramas. La corteza es ondulada y de textura esponjosa; en ejemplares grandes tiene hasta 60 cm de espesor. La madera es clara, de veta tosca, muy resistente a los insectos y al fuego. Casi todas las secuoyas gigantes crecen en terrenos de la red de parques nacionales de Estados Unidos o gozan de alguna clase de protección y está prohibido cortarlas.
3
SECUOYA ROJA DE CALIFORNIA
La secuoya roja de California crece a lo largo de la costa húmeda del Pacífico, desde el sur de Oregón hasta el centro de California, en Estados Unidos. Tiene entre 30 y 112 m de altura, una talla sólo alcanzada por ciertos eucaliptos australianos, entre los cuales hay un ejemplar de al menos 97 m. El tronco tiene hasta 7,5 m de diámetro. Se cree que la secuoya roja de California puede vivir hasta 2.500 años. Las hojas son más azuladas que las de la secuoya gigante y más aciulares. La madera es parecida, pero de veta más uniforme. A diferencia de casi todas las demás coníferas (árboles que producen piñas o conos), del tocón de una secuoya roja recién cortada brotan enseguida nuevas plantas que en 40 años alcanzan el tamaño apropiado para la explotación maderera. Por esto, y porque la madera es más abundante y más dura que la de la secuoya gigante, la secuoya roja se ha sometido a explotación intensa. Se conservan algunos ejemplares antiguos e insustituibles en los parques nacionales, pero, fuera de ellos, la especie corre peligro de extinguirse.
4
SECUOYA ROJA DE CHINA
En otro tiempo, ésta fue la especie de secuoya más común en América del Norte; se considera antecesora de la secuoya roja de California. Alcanza casi 30 m de altura y 1,8 m de diámetro por término medio. Forma hojas planas y ramas delgadas opuestas. A diferencia de las otras dos especies, esta secuoya es de hoja caduca. En 1941 se identificaron varios fósiles de esta especie, y algunos años más tarde se descubrieron en China varios árboles vivos. En 1948 el Arnold Arboretum de Massachusetts recogió semillas y plántulas que se han multiplicado con buenos resultados en América del Norte.
Clasificación científica: las secuoyas pertenecen a la familia de las Taxodiáceas (Taxodiaceae). La secuoya gigante es la especie Sequoiadendron giganteum; la secuoya roja de California, Sequoia sempervirens, y la de China, Metasequoia glyptostroboides.


La terrible Intoxicación alimentaria



Salmonella
Muchos tipos de bacterias flageladas, como la Salmonella de la imagen, producen enfermedades en los animales y en las personas.


Intoxicación alimentaria, cuadro clínico que aparece como consecuencia del consumo de alimentos contaminados por bacterias o por toxinas de origen bacteriano o no bacteriano.
2
INTOXICACIÓN ALIMENTARIA POR BACTERIAS
Algunas bacterias, como Salmonella, Escherichia coli, Shigella, Campylobacter o Clostridium perfringens, contaminan el agua o los alimentos, como la leche no pasteurizada y los derivados lácteos, las carnes y aves mal cocinadas, el marisco, las legumbres, las verduras o los huevos. El consumo de estos alimentos contaminados produce un cuadro infeccioso. Las bacterias invaden el tubo digestivo y dan lugar a una infección, producida por el propio organismo o por las toxinas que éste elabora. Los síntomas comprenden gastroenteritis con dolor abdominal y diarrea acuosa o con sangre y, según la bacteria que origine el cuadro, fiebre, cefalea, escalofríos, náuseas, vómitos y otras complicaciones. El periodo de incubación (tiempo que tarda en manifestarse la enfermedad) depende del tipo de bacteria pero, por lo general, varía entre unas horas y tres días, aunque en algunos casos, como en la infección por Campylobacter, puede ser de hasta una semana. El diagnóstico se basa en los síntomas y, a veces, se confirma mediante un cultivo de heces (coprocultivo). En la mayoría de los casos el tratamiento consiste en evitar la pérdida de líquidos y conseguir el alivio de los síntomas. Véase Salmonelosis.
3
INTOXICACIÓN ALIMENTARIA POR TOXINAS BACTERIANAS
Algunos cuadros de intoxicación alimentaria se deben al consumo de alimentos contaminados por toxinas bacterianas. Este es el caso de la intoxicación pseudoalérgica por pescado o las intoxicaciones debidas a enterotoxinas estafilocócicas, enterotoxinas producidas por Bacillus cereus o a la toxina botulínica.
3.1
Intoxicación por enterotoxinas estafilocócicas
El Staphylococcus aureus es una bacteria que contamina algunos alimentos y elabora en ellos enterotoxinas (toxinas que afectan al aparato digestivo). La ingestión de la enterotoxina produce un cuadro de diarrea, náuseas, vómitos y dolor abdominal que aparece, de forma brusca, entre dos y seis horas después de consumir el alimento y que suele desaparecer transcurridas entre ocho y veinticuatro horas. Es una de las causas más frecuentes de intoxicación alimentaria y se detecta en productos que no se han refrigerado, como carnes curadas, huevos, mayonesa o bollos con cremas.
3.2
Intoxicación por enterotoxinas de Bacillus cereus
El consumo de alimentos contaminados por enterotoxinas elaboradas por Bacillus cereus produce un cuadro clínico de vómitos o diarrea. Se asocia con el consumo de carnes, verduras, cereales y arroz que no se han refrigerado adecuadamente, lo que permite que las esporas de B. cereus se desarrollen y elaboren la toxina. Los síntomas aparecen en unas horas.
3.3
Intoxicación por toxina botulínica
El Clostridium botulinum es una bacteria que elabora una toxina muy potente que afecta al sistema nervioso produciendo parálisis. El organismo procede del suelo y se desarrolla en muchas carnes y vegetales. La ingestión de la toxina botulínica puede provocar un cuadro clínico leve o muy grave que puede llevar a la muerte del paciente en 24 horas. Por lo general, los síntomas aparecen entre 18 y 36 horas después de consumir el alimento. Se produce una parálisis descendente que afecta a ambos lados del cuerpo y que progresa desde la cabeza hasta las extremidades. Existe afectación de los pares craneales, dificultad para tragar, trastornos del habla, deterioro de la visión, incapacidad para caminar, convulsiones ocasionales y, por último, parálisis de los músculos respiratorios, asfixia y muerte, todo ello en un intervalo de pocas horas o algunos días, según la cantidad de toxina ingerida. Existe una antitoxina botulínica que es eficaz si se administra con rapidez (véase Botulismo).
3.4
Intoxicación pseudoalérgica por pescado
La intoxicación pseudoalérgica por pescado se debe a la presencia de una toxina que se forma por descomposición bacteriana de la musculatura de algunos peces mal conservados o refrigerados. El pescado puede estar picante o tener cierto sabor a metal. Poco tiempo después del consumo, la persona nota calor, enrojecimiento, síntomas gastrointestinales, cefalea, taquicardia, hipotensión, urticaria o broncoespasmo. Los síntomas desaparecen entre 8 y 12 horas después.
4
INTOXICACIÓN ALIMENTARIA POR TOXINAS NO BACTERIANAS
Esta intoxicación alimentaria se debe al consume de peces de arrecife (tropicales y semitropicales) que contienen toxinas producidas por algas (dinoflagelados) que forman parte de su cadena alimentaria. Los síntomas gastrointestinales (náuseas, vómitos y diarrea) suelen aparecer entre 15 minutos y 12 horas después y desaparecen en uno o dos días, momento en que se manifiestan síntomas neurológicos muy diversos, algunos de los cuales pueden persistir durante semanas o meses.
4.1
Intoxicación paralítica por moluscos
Esta intoxicación se debe al consumo de moluscos (almejas, mejillones, ostras, vieiras o lapas) contaminados por toxinas producidas por dinoflagelados. Los síntomas neurológicos se manifiestan poco después de comer el marisco y comprenden hormigueos y adormecimiento o acorchamiento de los labios, la lengua y las encías, que se extiende hacia el cuello y las extremidades. Otros síntomas que pueden aparecer son debilidad, incoordinación, vértigo, dolor de cabeza, trastornos de la visión, síntomas gastrointestinales, taquicardia e incluso parálisis. Algunos cuadros pueden ser muy graves, mientras que en otros los síntomas desaparecen persistiendo cierta debilidad durante varias semanas.
4.2
Intoxicación amnésica por moluscos
La intoxicación amnésica se debe al consumo de moluscos (mejillones) contaminados por una toxina (ácido domoico) producida por algas que forman parte de su cadena alimentaria. Entre 15 minutos y 24 horas después de su ingesta aparece un cuadro gastrointestinal y síntomas neurológicos, como dolor de cabeza intenso, pérdida de memoria reciente, confusión, agitación e incluso coma. En ocasiones, se han descrito secreciones bronquiales abundantes y enema de pulmón. En algunos casos, los síntomas neurológicos, como los trastornos de la memoria, persisten durante varios meses.
5
PREVENCIÓN DE LAS INTOXICACIONES ALIMENTARIAS
La prevención de muchos casos de intoxicaciones por alimentos consiste en extremar la higiene de las personas que los manipulan, en cocinar, proteger y refrigerar los alimentos de forma adecuada, evitar el consumo de productos animales no controlados, verduras frescas mal lavadas, o de agua, leche y derivados lácteos no tratados. Los alimentos mal conservados en recipientes precintados y la esterilización incorrecta de las conservas de manufactura casera de alimentos no ácidos (verduras, frutas y condimentos) son origen de muchos casos de botulismo.

Entradas populares