Hace seis millones de años el mediterráneo se desecó y quedó al descubierto una cuenca desértica, 3,00 metros inferior al nivel del mar Atlántico. Posteriormente las aguas del océano prorrumpieron por el estrecho de Gibraltar en la gran cavidad del mediterráneo, formando la catarata más espectacular que jamás e haya visto.
Fue como abrir una compuerta gigantesca para llenar un estanque de
La certeza de estos hechos ha sido demostrada gracias a las perforaciones realizadas en el fondo del Mediterráneo por el Glomar Challenger, buque estadounidense de reconocimiento.
En 1970 el Glomar Challenger reunía datos científicos que pudieran confirmar la hipótesis de la separación o deriva de los continentes. Cruzó el estrecho de Gibraltar y efectúo perforaciones en los sedimentos blandos del suelo marino hasta
Cuando se habían perforado
Se realizaron más sondeos y las sorpresas se acrecentaron.
Bajo los sedimentos aparecieron rocas de las llamadas evaporitas, privativas de los terrenos a que anteriormente fueron ocupados por los mares.
Los hombres de ciencia se resistían a creer que el mediterráneo hubiese sido alguna vez un desierto. Sin embargo tal suposición no era un disparate. El clima es seco y aun hoy, la cantidad de agua absorbida por el calor de los rayos solares, es mayor que la que aportan las lluvias y los ríos. La evaporación alcanza al año una media de
En el caso de que el estrecho de Gibraltar se hubiera cerrado antiguamente, el Mediterráneo se hubiera secado en sólo 1,000 años. Tendría entonces el aspecto de un cañón profundo y reseco, algo parecido al valle de la Muerte en California..
Pero al fin apareció la prueba decisiva. En ese entonces, tenía 70 años de haberse descubierto en el Sur de Francia, una profunda garganta cortada en la roca granítica, que permanecía oculta bajo sedimentos de miles de años. Parecía pertenecer al cauce de un rio antiguo, pero se encontraba a cientos de metros bajo el nivel del Mediterráneo.
Aunque los científicos del Glomar Challenger, no tenían noticias de ello, se ha comprobado ahora la existencia de una garganta semejante al otro lado del Mediterráneo bajo el Nilo. El fenómeno había sorprendido a los ingenieros rusos que construían la presa de Asuán.
Sólo una explicación es posible: las gargantas debieron haber sido excavadas por ríos que fluían al Mediterráneo cuando el nivel de las aguas era muy inferior al actual.
Las corrientes discurrían por zonas hoy sumergidas y abrían cañones que ahora se descubren en el suelo del Mediterráneo.
Las corrientes discurrían por zonas hoy sumergidas y abrían cañones que ahora se descubren en el suelo del Mediterráneo.
Así pues, el Mediterráneo fue una vez un mar, y más tarde un cañón profundo y ardiente salpicados de lagos de sal. Por fin, al cabo de millón y medio de años, volvió a convertirse en el mar que hoy conocemos , al romperse la presa del estrecho e irrumpir en su interior las aguas del atlántico.
No hay comentarios :
Publicar un comentario