En el mundo existen
lugares malditos, lugares espeluznantes donde
las energías negativas se han
acumulado, donde el mal se siente a flor
de piel. En estos lugares reina la maldad, son como agujeros infernales, puertas al más allá por donde merodean espíritus malignos y aterradores.
En estos lugares, el alma se estremece, el espíritu humano sufre y se debilita, allí es más propenso de ser atacado y vencido por las fuerzas negativas que buscan una
hendidura, un resquicio por donde conocer nuestras debilidades y atormentarnos.
Nuestro miedo fortalece
a las bestias del mal, en los lugares
malditos son extremadamente fuertes y nos
encontramos desvalidos en carne y
espíritu frente a ellos.
Muchas familias, muchos
hogares han sido presa de lugares malditos, lugares, a los que, por
mala fortuna han tenido que habitar. Casas
malditas, casas poseídas que destruyen la fe y
la voluntad humana. El terror se apodera, la voluntad se pierde y nos
convertimos en títeres del mal, capaces de los peores actos, las peores
aberraciones, criminales violentos que
no dudan un instante en acabar con la
vida de los seres queridos.
Los lugares malditos,
las casas malditas nacen al acumularse energías
negativas, muertes atroces y repentinas
que dejan en el ambiente espíritus
feroces, buscando venganza.
La casa maldita de Amityville, sin
duda es un lugar sobrecogedor, en su interior se respira el miedo y la maldad,
quienes la han visitado por curiosidad,
aseguran sentir la presencia de entes
malditos, los invaden sensaciones que van desde el miedo, hasta dolor físico que les
produce náuseas y vómito. No soportan permanecer mucho tiempo en el sitio y tiene que salir a respirar el aire fresco y
mirar el cielo. En ella sucedieron hechos violentos y sobrenaturales.
En el año de 1974,
la noche maldita del 13 de
noviembre, el hijo mayor de los DeFoe, asesinó a toda la familia cuando dormían. Ronald
DeFoe, de 23 años, poseído por espíritus infernales, Butch, que así lo apodaban, disparó contra su
familia sin darles ninguna oportunidad, acabó con la vida de su padre del mismo
nombre, su madre Louise y cuatro
hermanos. La sociedad y el mundo de los años setenta se horrorizaron ante
la masacre.
La casa maldita se encuentra ubicada en Ocean Avenue, en el número 112, en Amityville, en el sur de Long
Island, a veinte millas de Nueva York. Es
una casa grande de tres plantas, en aquel entonces tenía la fachada oscura y tenebrosa. El suceso del
asesinato y los hechos sobrenaturales le
dieron negra fama a nivel mundial.
El terreno donde se construyó
la casa fue utilizado por los indios para abandonar a moribundos y enfermos. Se les dejaba
aprisionados para murieran de hambre y
de sed, sufriendo las inclemencias del clima, en el mismo lugar eran enterrados,
por siglos se llevó a cabo la inhumana práctica. En el mismo lugar eran enterrados, posiblemente la energía
negativa, del dolor, el miedo y la venganza se fue acumulando hasta detonar con el
asesinato de los DeFoe.
La casa quedó abandonada, nadie que conociera lo que
allí había ocurrido se atrevía a habitarla, eso fue hasta que una familia
decidió comprarla. El precio módico de la casa los animó a la compra, sin saber
que lo que compraban era un lugar maldito, donde Dios no ponía sus ojos. la familia Lutz, compra la casa el día 18 de diciembre de 1975,
se mudaron a la gran casa y la habitaron, durante 28 días vivieron un infierno
al ser atacados por entes malignos, extraños sucesos y fenómenos sobrenaturales los obligaron a
abandonar la casa precipitadamente,
temían que pudiera pasarles cosas que pusieran en riesgo sus vidas
Estos hechos inspiraron
la pluma de escritores como Jay
Anson que escribió la novela: El
horror de Amityville, en la posteriormente
se basa una conocida película.
No hay comentarios :
Publicar un comentario