La naturaleza asigna a los seres
vivos cierto tiempo limitado de longevidad, para realizar su ciclo de vida,
permitiéndoles nacer, crecer, reproducirse y morir en paz, esto ocurre siempre
en los seres vivos y es inevitable; aunque algunos hombres preferirían vivir un
poco más, la sabia naturaleza utiliza la
misma muerte para evolucionar y mejorar las especies.
Existe seres vivos que viven más
años que el hombre; podemos señalar animales longevos que viven muchísimos años
como la tortuga galápagos con 250 años, el tiburón de Groenlandia más de 500
años y los loros que no viven tantos
años pero alcanzan hasta 80 años de edad.
Los seres más viejos del mundo,
que estuvieron cuando crucificaron a Cristo, incluso cuando edificaron las pirámides
de Egipto hace miles de años, son los árboles, en particular el Picea de Noruega de cinco metros de altura
que ha vivido aproximadamente 10 mil años, tiempo suficiente para aburrir a
cualquiera del eterno paisaje a sus pies.
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