LA MAGIA DE UN TROMPO


Un juguete revoluciona la navegación

Giróscopo
Este giróscopo está diseñado de forma que el volante y el eje puedan apuntar en cualquier dirección. Los giróscopos son útiles en navegación porque poseen rigidez espacial: un giróscopo en rotación montado en un vehículo siempre apunta en la misma dirección, por lo que permite determinar la orientación sin recurrir a referencias visuales, no siempre disponibles (de noche o con niebla, por ejemplo).



LOS modernos aviones de las grandes líneas aéreas vuelan con pilotos automáticos y navegan con admirable precisión alrededor del globo; los buques mantienen su estabilidad en mares agitados, y los submarinos encuentran su ruta a través de las profundidades del océano... todo gracias a un juguete infantil y a la imaginación de dos hombres: uno, el francés Léon
Foucault, inventor del giroscopio en 1852; y otro, el estadounidense Elmer Ambrose Sperry, que lo empleó en la navegación.
En el verano de 1905, Sperry observaba con sus hijos cómo un muchacho jugaba al trompo, cuando el más pequeño le preguntó: «Papá, ¿por qué la peonza, al girar, se mantiene derecha?» La pregunta suscitó en Sperry la idea del giroscopio direccional que revolucionó la navegación aérea y marítima.
Sperry pidió a una escuela de estudios técnicos que le cedieran por unos días un giroscopio eléctrico que se utilizaba para demostrar a los alumnos la rotación de la Tierra. Comenzó por preguntarse si el giroscopio, cuyo eje mantenía su dirección cualquiera que fuese la posición del bastidor, no podría utilizarse con fines prácticos por la ingeniería moderna.
Más tarde, en una travesía a Europa, fue arrojado de su litera durante una tormenta, y pensó que un giroscopio podría mantener la estabilidad de un buque. Tras dos años de pruebas, Elmer Ambrose Sperry dio por concluido el primer estabilizador que fue asignado al destructor W orden, de los Estados Unidos.

Un eje invariable

La utilidad de un giroscopio como estabilizador se basa en que el eje constante del mismo compensa los movimientos del barco, y reduce su tendencia al balanceo. En 190,8, utilizando el mismo principio, Sperry inventó el giroscopio direccional, cuyo "eje se mantenía orientado al norte y no
era afectado por ninguna influencia magnética.
Las ideas de Sperry encontraban numerosas e importantes aplicaciones: el piloto automático que, mediante un sistema de diminutos giroscopios, puede mantener el rumbo de un avión envuelto en nubes o en la oscuridad; un instrumento orientador para perforaciones, y un indicador de vuelo que
señala si un avión sigue un derrotero directo o en qué medida se aparta del mismo.
Cuando Sperry murió en 1930, a los 69 años, tenía registradas a su nombre casi 400 patentes.

viernes, 15 de abril de 2011

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