La asombrosa Paratiroides


Paratiroides, cada grupo de agregados de células glandulares localizado en la región del cuello próxima al tiroides en los lagartos, algunas aves y la mayoría de los mamíferos. En el ser humano aparecen cuatro de estos grupos que se presentan como órganos encapsulados (glándulas endocrinas) pardo-amarillos bien determinados, de 6 mm de longitud. El peso combinado de estas glándulas es de 560 mg como máximo. Se localizan junto al tiroides (dos a cada lado), y en ocasiones una o más están inmersas en el tejido tiroideo. En otros casos se encuentran asociadas con el timo, o incluso en cualquier localización del cuello o de la zona anterior y superior del tórax. Las glándulas que pueden encontrarse además de las cuatro ya citadas se conocen como tejido paratiroideo accesorio.
Las paratiroides secretan parathormona (PTH), una hormona que controla la concentración de calcio (ion calcio) y fósforo (ion fosfato) en la sangre. El calcio y el fósforo mantienen una relación constante en el organismo. La parathormona eleva la excreción de fósforo por los riñones (que tiende a descender los niveles de fósforo en la sangre) e incrementa la tasa de reabsorción de calcio del hueso (lo que eleva el nivel de calcio en la sangre). El déficit de parathormona se produce rara vez de forma espontánea y generalmente se debe a la resección o corte accidental de las glándulas paratiroideas durante la extirpación quirúrgica del tiroides. La consecuencia de este déficit es la reducción del calcio sanguíneo, el aumento de los niveles de fósforo, y de la excitabilidad nerviosa que conduce a contracciones rápidas e involuntarias de los músculos, un estado denominado tetania. A veces, cuando se extirpan las cuatro glándulas principales, el tejido paratiroideo accesorio basta para evitar los síntomas graves de deficiencia.
A menos que exista tejido accesorio o que se administren inyecciones de hormonas, el déficit de parathormona conduce a la muerte. La hiperactividad de las glándulas paratiroideas, habitual en casos de tumores paratiroideos o hiperplasia (aumento de tamaño) de estas glándulas, origina una disminución del fósforo en la sangre y un aumento del calcio sanguíneo. El calcio sanguíneo se obtiene por reabsorción en determinadas zonas óseas, que se vuelven blandas y frágiles y se originan “pseudotumores”. En el hiperparatiroidismo la elevada excreción de calcio en la orina provoca la formación de cálculos renales. La sangre puede transportar y depositar el calcio en los tejidos blandos del organismo. Los depósitos de calcio pueden ser causantes de la disfunción de diversos órganos, en particular de los riñones.


lunes, 7 de febrero de 2011

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